Agrocombustibles y Desarrollo Sostenible en América Latina y en el Caribe. Parte 1
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- El 19 julio, 2007
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SITUACION, DESAFIOS Y OPCIONES DE ACCION
La obtención de combustibles a partir de diferentes tipos de biomasa, y en especial cultivos, ha sido explorada por mucho tiempo. En los últimos años la atención en esos productos ha aumentado notablemente debido a varios factores, tales como las alzas en el precio de los hidrocarburos que han obligado a buscar fuentes de energía substitutivas, y las esperanzas en que permitirán reducir los impactos ambientales del cambio climático.
De esta manera, estos combustibles alternativos generan mucha expectativa en América Latina y el Caribe, tanto a nivel de gobiernos, como empresarios, productores y la opinión pública en general. Los periódicos del continente regularmente publican noticias sobre ese tema, aparecen nuevos análisis técnicos, y están en marcha varias negociaciones comerciales entre distintos países. Mientras algunos apuestan a la producción y exportación de esos nuevos combustibles, otros han alertado sobre sus impactos negativos.
En la presente revisión se ofrece un diagnóstico resumido sobre la situación de los agrocombustibles en América Latina y el Caribe en la perspectiva del desarrollo sostenible. Se enumeran tanto sus potenciales ventajas como sus probables impactos económicos, sociales y ambientales. Finalmente se comentan algunas tareas claves que pueden servir de base de planes de acción, tanto gubernamentales como para la sociedad civil.
Es importante advertir que en la presente revisión se utilizará el término “agrocombustibles” en lugar del término más usual de “biocombustibles”. Si bien las razones para aplicar esa palabra se explican con detalle más abajo, se puede adelantar que deseamos subrayar que la actual generación de biocombustibles se basa esencialmente en cultivos. El uso del término “biocombustible” opaca esa dimensión agrícola, pero que en el caso de América Latina y el Caribe revisten la mayor importancia y tiene implicancias claves para el desarrollo sostenible. Otras fuentes de bioenergía, como leña y carbón, no son abordadas en el presente reporte.
El creciente interés en combustibles obtenidos a partir de cultivos agrícolas se debe a varios factores, como la inestabilidad del mercado petrolero, la demanda por energía y las presiones internacionales para abordar los problemas del cambio climático. Para los países latinoamericanos -sobre todo aquellos que carecen o son deficitarios en recursos fósiles- la alternativa de este “petróleo verde” puede ser una llave para reducir sus grados de dependencia externa y el déficit de la balanza comercial. Sin embargo, varios países especulan con la exportación hacia fuera de la región, y por lo tanto la presión sobre el ambiente se incrementaría notablemente. Si bien los agrocombustibles pueden ofrecer una serie de ventajas como combustibles renovables, muchas señales de alerta están comenzando a surgir desde distintos ámbitos de la sociedad, la academia y los sectores productivos. Los impactos ambientales de los monocultivos, la competencia con la producción de alimentos y el “balance energético” son algunos de los temas que se debaten en estos días en todo el mundo y también en América Latina, y que se exploran en el presente documento.
Breve diagnóstico regional
En América Latina y el Caribe se producen agrocombustibles por lo menos en diez países: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Paraguay y Perú. Por lo menos cuatro países exportan agrocombustibles a partir de sus propios cultivos (Brasil es el mayor exportador; hay ventas menores desde Bolivia y Guatemala, y Argentina acaba de iniciar esa comercialización). Existen programas en marcha en casi todos los países y por lo tanto la lista de productores se encuentra en continuo aumento. Además, algunos países centroamericanos y caribeños
importan etanol hidratado para procesarlo, y exportarlo hacia otros destinos.
Los principales cultivos utilizados en la región son caña de azúcar y soja; por lo menos otros nueve cultivos también se aprovechan en áreas menores o lo serán en un futuro inmediato (tales como la palma aceitera, ricino, maíz, colza, girasol, sorgo, trigo, mandioca, etc.). Los cultivos potencialmente utilizables en la región ascienden a más de 14 variedades.
Los combustibles basados en cultivos están siendo promovidos tanto para su uso doméstico, como por sus potencialidades exportadoras. Pero en cualquiera de esos casos, será necesario un aumento del área de cultivo, y por lo tanto las implicancias ambientales y sociales son muy importantes. Más abajo se resumen las tendencias más destacadas en los distintos países 1. La sección está basada en estudios de CEPAL (especialmente Coviello, 2006; Nogueira 2004), BID (Rothkopf, 2007); Goldemberg (2006, 2007), las bases de prensa disponibles por OLADE, y otras citas indicadas en el texto.
El crecimiento de los agrocombustibles está siendo financiado por empresas privadas, muchas de ellas vinculadas al sector agrícola, por los estados nacionales (tanto bajo ayudas directas como por esquemas de incentivos económicos), y por instituciones financieras internacionales. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunció en abril 2007 la creación de un portafolio de US$ 300 millones para promover los agrocombustibles. El programa, denominado “Energía Verde”, se dedicará en especial a pequeños emprendimientos. Asimismo, el banco está considerando participar en ocho proyectos de producción de etanol en Brasil (con un costo estimado en más de dos mil millones de dólares) 2. A su vez, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil también dispone de un gran fondo de promoción (descrito con más detalle abajo).
Argentina
Argentina aprobó en el año 2005 el Programa Nacional de Biocombustibles que establece un régimen de promoción para la producción y uso de por un período de 15 años. El plan incluye incentivos fiscales, la creación de una institución para fomentar las investigaciones y normas de calidad entre otros temas. El bioetanol deberá ser mezclado en una proporción de 5% como mínimo en la gasolina por lo que se estima una demanda de 200 mil m3 de etanol para el año 2010. A diferencia de lo que ocurre en Brasil, la principal materia prima del bioetanol sería el maíz, aunque también se cultiva caña de azúcar, y su área podría aumentarse.
En el caso del biodiesel también la legislación define la mezcla de un 5% en el gasoil para el año 2010, unos 700 millones de litros de biodiesel que provendrán de 1,3 millones de hectáreas de soja. El país es un gran exportador y procesador de
soja, y por lo tanto tiene muchas potencialidades (el área sojera está estimada en 15,8 millones has en 2006/07; Gudynas 2007a). Existe producción a escala local, para uso dentro de las mismas empresas. En Mayo 2007 tuvo lugar la primera exportación comercial, de 200 mil litros de biodiesel de soja hacia Alemania, por 1,75 millones de dólares 3.
Brasil
Sin duda Brasil es el referente para América latina –y el mundo- en materia de agrocombustibles, particularmente el etanol a partir de caña de azúcar. En 1975, en plena crisis petrolera, creó el Programa Nacional de Alcohol (Proálcool) con un fuerte apoyo para inversiones en destilerías y obligando a utilizar un porcentaje mínimo de mezcla con la gasolina. Estas y otras medidas se convirtieron en ejemplo para el mundo sobre las posibilidades técnicas y económicas del uso del alcohol de caña de azúcar. En 1990 el programa ya se había consolidado y hacia 2002 se habían retirado todos los incentivos.
Ha sido por varios años el primer productor mundial, y actualmente es el segundo, después de Estados Unidos; permanece como primer exportador mundial. La producción está en el nivel de 18 mil millones litros, y cuenta con 18 millones de vehículos que utilizan alcohol en mezcla con gasolina y 3,5 millones en forma pura. Desde el año 2003 existe en Brasil la tecnología “flexfuel” que permite al automovilista utilizar la mezcla en cualquier proporción, lo que ha fomentado el uso de esos combustibles. Se mantiene el crecimiento de la producción (6% en 2005), aunque el ritmo es menor al que actualmente muestran otros grandes productores (Coviello, 2006). Si bien la experiencia tuvo altibajos provocados por las caídas y alzas de los precios del petróleo, el desarrollo tecnológico y del mercado permitió que los precios del alcohol actualmente sean competitivos con los de la gasolina a nivel internacional. La fuerte reducción de los costos observada en la producción de bioetanol en Brasil se debe a varios factores, tales como el aumento en la productividad agroindustrial (bioetanol por hectárea cultivada), que en los pasados 30 años creció a una tasa de 3,7% anual, el bajísimo costo salarial y la externalización de los impactos ambientales.
El bioetanol se obtiene esencialmente a partir de caña de azúcar. El área total de cultivo es de 6,4 millones has, y un 7,6% se dedica al bioetanol. La productividad está en el orden de los 6 mil litros por hectárea. El 70% de la superficie cultivada es controlada por 340 molinos, mientras que el 30% restante está en manos de unos 60 mil pequeños y medianos productores (Rothkopf, 2007). La superficie promedio de las grandes explotaciones es de 30 mil has (Rothkopf, 2007). Actualmente existen 336 usinas de procesamiento y están proyectadas otras 73. El sector logró ingresos de 8.3 mil millones de dólares, que representa 1,6% del PBI total; se ha indicado que cuenta con 3,6 millones de empleos directos (Coviello, 2006; Lachefski y Teixeria, 2006, y en Folha Sao Paulo, 4 marzo 2007).
Tabla 1. Principales cultivos para agrocombustibles en América Latina y el Caribe.
Principales cultivos utilizados o potencialmente aprovechables en el futuro cercano.
Tabla 2. Principales marcos normativos para agrocombustibles en América Latina.
Basado en Ajila y Chiliquinga (2007) y en información propia.
En el caso del biodiesel, Brasil lanzó su programa en una fecha más reciente (2003). En 2005 estableció por ley la obligatoriedad de adicionar el 2% de biodiesel al gasoil comercializado a partir de 2008 y 5% en 2013. Brasil posee una amplia variedad de posibles cultivos de donde extraer biodiesel, que incluyen la soja (estimadas en 20,58 millones de has cultivadas; Gudynas, 2007a), palma africana (dendê en portugués), ricino (mamona en portugués) y colza. Los rendimientos son muy distintos, ya que la palma tiene un mayor contenido en aceites que la soja; basta 0,20 ha cultivadas de palma para obtener un tonelada de aceite, mientras que en el caso de la soja se deben cultivar dos hectáreas para obtener una tonelada de aceite.
La promoción de agrocombustibles cuenta con un importante apoyo del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES). Se apoya todo el ciclo, desde los cultivos al procesamiento y exportación, e incluso investigación y desarrollo. Los fondos destinados al bioetanol son mayores a la cartera del BID, y crecieron de unos 285 millones de dólares en 2004 a casi 1 000 millones en 2006 (Visca, 2007). Además, por medio de Petrobrás, se están realizando convenios de promoción con los países vecinos.
Bolivia
En Bolivia se cultiva tanto caña de azúcar como soja, y por lo tanto los potenciales de expansión son altos. Existen por lo menos 17 destilerías en construcción para producir bioetanol, y se ha registrado exportaciones de por lo menos 50.000 m3 de etanol por año.
Chile
Las potencialidades agrícolas de Chile para obtener agrocombustibles están más acotadas, y actualmente se explora la posibilidad de utilizar maíz y colza. El país tiene enormes potenciales para una nueva generación de combustibles basados en celulosa, debido a los grandes volúmenes de desechos en su industria forestal.
Colombia
En Colombia la producción de bioetanol comenzó en el año 2001 y se estableció por la ley 693 el uso de “compuestos oxigenados tales como los alcoholes carburantes” para setiembre de 2006. Se obtiene bioetanol a partir de caña de azúcar, maíz y mandioca; se estima que 37 a 50 mil has de caña de azúcar y 3 mil has de mandioca se dedican a esos fines (Rothkopf, 2007). El país es el séptimo productor mundial de caña de azúcar, con altos rendimientos por unidad de superficie, aunque es necesario el riego.
Actualmente se cuenta con por lo menos cinco destilerías, y la producción de bioetanol de caña de azúcar alcanza los 730 m3 y podría llegar 2100 m3 en 2008 con la construcción de nueve plantas de procesamiento. Se destaca que el país está explorando el uso de mandioca para combustibles.
A partir de noviembre de 2005 se comenzó a usar el etanol en Bogotá y varias ciudades del sudoeste y centro colombiano. En el caso de biodiesel, la producción colombiana en oleaginosas se está reduciendo y no es competitiva, pero en cambio se ha expandido la palma africana, lo que resultó en convertir al país en un muy importante productor (cuarto en el ranking mundial de producción de aceite de palma) (Rothkopf, 2007).
Costa Rica
Costa Rica inició tempranamente un programa de alcohol carburante que le permitió ya en 1981 producir más de 2000 m3 de gasolina con una mezcla de 20% de etanol y en 1982 superar los 13.000 m3 con la misma mezcla. Sin embargo el programa fue clausurado en y se eliminó el uso de la mezcla. En 2003 se adoptan otras medidas de promoción, y desde 2006 existe un nuevo plan implementado por la empresa petrolera estatal RECOPE cuyos resultados están siendo monitoreados y evaluados.
En el país se cultiva caña de azúcar, y por lo tanto existen potencialidades de producción. De todos modos, se ha generado una industria que importa desde la Unión Europea etanol hidratado para exportarlo, particularmente a EE.UU. y Holanda .
En los últimos años Costa Rica ha importado y exportado simultáneamente importantes cantidades de bioetanol. También se cultiva palma africana que podría utilizarse para biodiesel.
Ecuador
En este país se ha producido bioetanol a partir de caña de azúcar (en el orden de 60 mil litros). Existen planes de expandir esa producción (Rothkopf, 2007). En el caso de biodiesel, actualmente existen cultivos de palma africana que pueden ser dedicados a ese fin.
Guatemala
Desde 2007 se están aplicando medidas de promoción de agrocombustibles. El país es un importante productor de caña de azúcar (el mayor en Centroamérica, y quinto a nivel mundial). Existe una producción inicial de bioetanol (Rothkopf, 2007). Además se cultiva palma africana y tiene potenciales en ese sentido.
Honduras
El país cultiva un área significativa de palma africana, y en crecimiento, con la meta de llegar a 200 mil has. Se produce biodiesel de aceite de palma y también de aceite de pescado, alcanzando 56.8 a 75.7 mil litros. También se cultiva caña de azúcar y se están instalando destilerías para etanol.
México
Las principales medidas mexicanas de promoción de agrocombustibles se tomaron en 2006, apuntando a suministrar un 10% del consumo urbano por medio de bioetanol, mientras se lanza además un programa en biodiesel. El país produce actualmente 56 millones de lt bioetanol, pero su consumo es de 164 millones lt, lo que le convierte en un importador neto, especialmente de E15. El cultivo más importante para esos fines es la caña de azúcar, ya que el país tiene una significativa área cultivada (633 millones has) (Rothkopf, 2007).
También podría utilizar maíz, pero el destino principal de ese cultivo es la alimentación (incluyendo aspectos tradicionales de la dieta mexicana), y de todas maneras enfrenta un déficit en ese grano por lo que debe importarlo. La producción de sorgo también es importante, y podría ser utilizada en parte para agrocombustibles.
Paraguay
Paraguay utiliza bioetanol desde 1980. En 2006 una resolución del gobierno estableció una mezcla de 24% y 18% de bioetanol en la gasolina regular y super respectivamente, y actualmente representa el 1% del consumo nacional. El país tiene varios cultivos que pueden expandirse hacia la provisión de combustibles. Se destacan caña de azúcar, ocupando 80 mil has, de las cuales el 30% se destina al bioetanol, resultando en 50 millones litros 4. Además se cultiva maíz, mandioca y trigo para bioetanol, y soja, palma africana y colza utilizables en biodiesel. Paraguay ya es en la actualidad un muy destacado productor y exportador de soja (con un área cultivada estimada en 2,4 millones has; Gudynas 2007a).
Perú
Existen algunas experiencias de producción de bioetanol a partir de caña de azúcar (por ejemplo, en 2003 se produjeron 30,4 millones litros; Rothkopf, 2007). Las potencialidades son importantes ya que en Perú se cultiva caña de azúcar, posee los rendimientos más altos del mundo (reportados en 120 ton / ha), y hay planes de fomentar su expansión en la zona amazónica.
Uruguay
El país posee varias plantas de biodiesel en operación a partir de sebo vacuno y oleaginosas. Existen diversos proyectos en marcha de generar bioetanol a partir de caña de azúcar y de promover el biodiesel, especialmente en base de soja. La superficie cultivada de caña de azúcar es pequeña, pero ese emprendimiento cuenta con apoyo estatal, mientras que el área sojera es mayor. De todos modos la expansión de la producción está limitada por el monopolio estatal en la comercialización de combustibles.
Venezuela
En el país existen cultivos de caña de azúcar y palma africana que se pueden orientar hacia combustibles. En el caso de la caña de azúcar ese destino es limitado, en tanto el país enfrenta déficit de azúcar para el consumo doméstico. En 2004, el
presidente H. Chávez anuncio un programa de promoción de utilizar la caña de azúcar para producir bioetanol. La empresa estatal venezolana de petróleo (PDVSA) planea construir 15 usinas de procesamiento a partir de caña de azúcar, y además tiene un convenio con la brasileña Petrobras para importar bioetanol (Coviello, 2006).
Otros países
En varios países se cultiva caña de azúcar, y por lo tanto hay potenciales para obtener bioetanol. Cuba es un gran productor de caña de azúcar (estimada en 1,5 millones has), cuenta con algunas destilerías y se han anunciado planes para producir 500 millones litros / año (Rothkopf, 2007).
También se cultiva caña de azúcar en El Salvador, Nicaragua, Panamá, Jamaica, la República Dominicana (donde además existe un área pequeña de palma africana). En todos esos países se pueden desarrollar experiencias de producción de bioetanol y en algunos de ellos están en marcha.
En el comercio de triangulación de bioetanol, tal como se describió para Costa Rica, también participan El Salvador, Jamaica y Trinidad y Tobago.
Se basa en importar etanol hidratado desde Brasil, procesarlo y exportarlo hacia EE.UU. Este esquema aprovecha la rebaja arancelaria otorgada por EE.UU. a países centroamericanos y caribeños (0,14 US$/lt) 5.
REFERENCIAS
1 Es importante advertir que los indicadores para agrocombustibles en muchos casos son incompletos, en varios países todavía no han sido incorporados a las agencias estadísticas, y en varios casos (como en Brasil), nos enfrentamos a diferentes cifras según las fuentes.
2 Nota de prensa del BID y Folha Sao Paulo, 3 abril 2007.
3 Clarín, B. Aires, 7 mayo 2007.
4 La Razón, Asunción, 20 Mayo 2007.
5 “Caribe usa ventagem fiscal para exportar alcool brasileiro aos EUA”, Wall Street Journal Americas, Estado Sao Paulo, 9 marzo 2007.
Por: Gerardo Honty
Eduardo Gudynas
Los autores son investigadoresen el Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES).
Honty se especializa en temas de energía y cambio climático;
Gudynas aborda la temática de la sustentabilidad y el desarrollo rural.
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