Otros “Palos de Hockey” (y otra estupidez “eco”)
- Creado por admin
- El 26 agosto, 2008
- 0
De estudios dendrocronológicos hechos sobre algunos de los árboles más antiguos de la Tierra, se obtuvo los datos presentados en el siguiente gráfico:
48. Graybill, D. A. and Idso, S. B. (1993) Global. Biogeochem. Cyc. 7, 81-95.
Hay que aclarar que la dendrocronología es la técnica que se usa para calcular la edad de los árboles, aprovechando que estos crecen a partir de una capa de células llamadas cambium, situada justo debajo de la corteza. Estas generan el tejido leñoso hacia el interior y el tejido cortical hacia el exterior, de manera que en climas de régimen estacional cada año queda representado en el tronco como un anillo de color, ya que durante la estación favorable el tejido leñoso es más claro y esponjoso, y durante la estación fría el tejido es oscuro y denso. Adicionalmente se puede especular sobre las condiciones climáticas habidas en algún período del pasado midiendo la anchura de los anillos, suponiendo que en condiciones favorables de clima el árbol crecía más y mejor.
Esta especulación adquiere mayor verosimilitud cuando se hace en árboles milenarios y que crezcan aislados, donde se pueda suponer que el único factor determinante del crecimiento hayan sido las variables climáticas. Estas condiciones se consiguen en sitios extremadamente difíciles, donde por lo general medra una sóla especie.
No hay que olvidar que en tales circunstancias los anillos de crecimiento suelen ser de fracciones de milímetro, y las diferencias de sus anchuras no son perceptibles a simple vista ni cuando graficados en valores absolutos. Por eso se codifica las observaciones, restando a cada dato el valor de la media de la serie, y dividiendo el resultado por la desviación standard. Los datos quedan expresados entonces en unidades de desviación respecto a la media, y sólo en ese estado se puede apreciar las tendencias.
Podemos imaginar la sorpresa de los investigadores cuando procesaron los datos. Lo que se observa en el gráfico en un verdadero “palo de jockey”; y el resultado es coincidente para tres especies. Tenemos entonces que durante los últimos doscientos años esos viejos árboles tuvieron un crecimiento sensacional, (aunque en términos absolutos, ello signifique sólo algunos milímetros).
Las fotos de P.longaeva fueron plagiadas del siguiente sitio:
http://www.terra.es/personal6/dirkdigler/bristlecone.htm
y las demás estaban por ahí… en alguna parte
Es importante destacar que ejemplares de Pinus longaeva sobrepasan largamente los 4.000 años de edad, siendo por tanto, los seres vivientes más antiguos que se conocen. De Pinus flexilis hay individuos de más de 3.000 años y de Pinus balfouriana se conocen de 2.700 años. Estos árboles crecen en condiciones extremas, y mientras más adversas, al parecer son más longevos.
Suponiendo que estos “palos de hockey” no sean un fraude como el de Michael Mann, entonces, ¿qué nos están indicando?. Primero, que en los últimos doscientos años se produjo un incremento muy significativo, (verdaderamente espectacular) en el crecimiento de estos árboles.
Y exactamente….nada más que eso.
Lo demás que se diga sólo es especulación, pero bien podría ser especulación inteligente (a diferencia de otras….); por ejemplo, en las fotos se aprecia perfectamente el tipo de hábitat que ocupan estas especies, el que realmente, y a pesar de la belleza escénica, desde el punto de vista productivo, no podría ser peor. Las formaciones forestales dependen de dos condicionantes: suelo y clima, y bien podemos suponer que en estos doscientos años no hubo nada que pudiera mejorar el suelo en aquellos eriales; No anduvo un alma generosa repartiendo abono a los pinitos, eso es seguro, y por lo tanto lo único que pudo haber cambiado en estos últimos doscientos años, como para provocar el fenómeno observado, tendría que haber sido …. las condiciones del clima; más lluvia, más calor, o más CO2.
Cualquiera de las tres cosas o una combinación de ellas.
Como la nueva iglesia algórica difunde la creencia en un calentamiento global catastrófico, provocado por nuestra culposa y negligente emisión de CO2, sus apóstoles podrían tener aquí una comprobación para su catequesis; sin embargo se empeñan en desprestigiar y descalificar a Sherwood Idso, autor o coautor de este y muchos más estudios sobre el CO2 y sus verdaderos efectos. Y esto se debe a lo evidente: que si verdaderamente hubiera un cambio climático en curso, lo que estaría quedando claro sería lo beneficioso que está resultando.
No hay que perder de vista que estos estudios se hicieron en hábitats realmente desolados.
A continuación presento una serie de gráficos que se expresan por sí mismos, de otros estudios hechos o recopilados por Idso, (que podría comentar más adelante), y para el final, …una guinda:
Se trata de una “noticia” (fechada en febrero de 2003), publicada recientemente en un portal forestal, en la que se demuestra como el “periodismo” se dedica a desinformar descaradamente.
Según el texto, un botánico brasileño habría “descubierto” un árbol que crece mejor cuando se le aumenta la “contaminación” con CO2, de lo que deducen que sería importante para “frenar el cambio climático”.
¿Se imagina un botánico “descubriendo” algo que todos los demás (desde aficionados hasta doctores) sabemos desde el primer semestre en la universidad?
56. Idso, S. B. and Kimball, B. A. (1994) J. Exper. Botany 45, 1669-1692.
57. Grace, J., et. al. (1995) Science 270, 778-780.
58. Waddell, K. L., Oswald, D. D., and Powell D. S. (1987) Forest Statistics of the United States, U. S. Forest Service and Dept. of Agriculture.
59. Idso, S. B. and Kimball, B. A., (1997) Global Change Biol. 3, 89-96.
60. Idso, S. B. and Kimball, B. A. (1991) Agr. Forest Meteor. 55, 345-349
61. Kimball, et. al. (1995) Global Change Biology 1, 429-442.
62. Pinter, J. P. et. al., (1996) Carbon Dioxide and Terrestrial Ecosystems, ed. G. W. Koch and H. A. Mooney, Academic Press.
66. Idso, K. E. and Idso, S. (1974) Agr. and Forest Meteorol. 69, 153-203.
Por: José Manuel Henriquez Parada
Ing. Forestal
Fuente: macanna.blogspot.com/
0 comentarios on Otros “Palos de Hockey” (y otra estupidez “eco”)