Proyecto de directrices técnicas para el manejo ambientalmente racional de desechos de acumuladores de ácido – plomo. Parte 1
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- El 27 enero, 2009
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Décimo octavo período de sesiones del Grupo de Trabajo Técnico
Abril de 2001
INTRODUCCIÓN
¿Por qué reciclar?
1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
2. DATOS TÉCNICOS DE LOS ACUMULADORES DE ÁCIDO-PLOMO
2.1. Conceptos y definiciones
2.2. Descripción
2.3. Operación
2.4. Tipos y aplicaciones
2.5. Vida útil
3. RECICLAJE DE ACUMULADORES DE ÁCIDO-PLOMO – PASOS PREVIOS AL RECICLAJE
3.1. Pasos previos al reciclaje
3.2. Recolección
3.3. Transporte
3.4. Almacenaje
4. RECICLAJE DE ACUMULADORES DE ÁCIDO-PLOMO: DESCRIPCIÓN
SUCINTA
4.1. Apertura del acumulador
4.1.1. Antecedentes históricos del proceso de apertura de acumuladores
4.1.2. Procedimientos modernos de apertura de acumuladores
4.1.3. Apertura de acumuladores : Fuentes potenciales de contaminación ambiental
4.2. Reducción del plomo
4.2.1. Métodos pirometalúrgicos
4.2.2. Métodos hidrometalúrgicos
4.2.3. Reducción del plomo: Fuentes potenciales de contaminación ambiental
4.3. Depuración del plomo
4.3.1. Depuración pirometalúrgica
4.3.2. Depuración del plomo: Fuentes potenciales de contaminación ambiental
5. CONTROL AMBIENTAL
5.1. Planificación de plantas de reciclaje de plomo – Evaluación del impacto ambiental (EIA)
5.2. Mejoras tecnológicas
5.2.1. Tratamiento de fuentes de contaminación y prevención de la contaminación
5.2.1.1. Electrolito ácido y efluentes
5.2.1.2. Recolección de polvo y filtrado del aire
5.2.1.3. Eliminación del dióxido de azufre (SO2)
5.2.1.4. Uso de oxígeno (O2)
5.2.1.5. Selección de agentes fundentes y valorización de escoria
5.2.1.6. Reciclaje de sustancias orgánicas pesadas
5.2.1.7. Reciclaje de polipropileno
5.2.1.8. Destino adecuado de los desechos no recuperables
5.3. Control ambiental
5.3.1. Medidas de control
5.3.2. Medidas de seguimiento
5.3.3. Dioxinas
6. ASPECTOS SANITARIOS
6.1. Consideraciones generales
6.2. Toxicocinética
6.2.1. Absorción, distribución y eliminación
6.2.2. Toxicidad y efectos sanitarios
6.3. Límites de exposición
6.3.1. Límites ocupacionales
6.3.2. Límites ambientales
6.4. Prevención y control
6.4.1. Medidas de prevención y control propuestas
6.4.2. Control médico propuesto
6.4.3. Periodicidad del control
7. DATOS ESTADÍSTICOS DE LOS ACUMULADORES DE ÁCIDO-PLOMO Y DEL PLOMO
7.1. Plomo primario
7.1.1. Plomo primario: Producción mundial de concentrados
7.1.2. Plomo primario: Producción mundial de plomo metálico
7.1.3. Plomo primario: Consumo mundial de plomo metálico
7.1.4. Plomo primario: Usos del plomo metálico
7.2. Plomo secundario
7.2.1. Producción de plomo secundario
7.2.2. Plomo secundario: Porcentaje de plomo secundario en la producción nacional
7.3. Acumuladores de ácido-plomo
7.3.1. Acumuladores de ácido-plomo: Producción anual
7.3.2. Acumuladores de ácido-plomo: Usos
7.3.3. Acumuladores de ácido-plomo: Vida útil
7.4. Estadísticas de reciclaje
8. CONSIDERACIONES FINALES
ANEXO 1 – EIA: ESTRUCTURA RECOMENDADA
ANEXO 2 – EFECTOS TÓXICOS DEL PLOMO EN EL HOMBRE, SIGLAS Y FÓRMULAS
BIBLIOGRAFÍA
PREÁMBULO
Con posterioridad al 16º período de sesiones del GTT, en que por primera vez se presentaron estas directrices a las Partes y a la Secretaría de la Convención de Basilea, se recibieron varias contribuciones tendientes a mejorar y hacer más aplicable su texto. Desearíamos expresar nuestra gratitud por esos aportes, sin los cuales nuestra labor habría resultado mucho más ardua.
En el presente documento se procuró adoptar un enfoque pragmático y organizado con respecto al manejo ambientalmente racional de los desechos de acumuladores de ácido-plomo usados. Para hacerlo realidad se introdujeron algunas modificaciones con respecto a las versiones anteriores del documento, facilitándose así en forma global su utilización y los debates técnicos y ambientales pertinentes.
Estamos persuadidos de que las Directrices están ahora más próximas a su objetivo de ayudar a las Partes y orientar una gestión ambientalmente racional de los desechos de acumuladores de ácidoplomo.
Introducción
Actualmente, en la mayoría de los países los acumuladores de ácido-plomo usados se devuelven, a los efectos del reciclaje del plomo. No obstante, teniendo en cuenta que un acumulador ordinario contiene también ácido sulfúrico y varios tipos de plásticos, el proceso de reciclaje puede entrañar peligros si no se realiza en forma adecuada. Por lo tanto, estas directrices técnicas están destinadas a brindar orientación a los países que se proponen crear capacidad de manejo de desechos de acumuladores de ácido-plomo. Se adoptó un enfoque general, y se proporciona información clara sobre varios temas vinculados con esos desechos. Se espera que mediante la utilización de estas directrices un país estará en condiciones de realizar mejor las actividades vinculadas con los siguientes aspectos:
- Protección y mejoramiento cualitativo de su medio ambiente.
- Protección de la salud de su población.
- Adopción de tecnologías “limpias”, para reducir al mínimo la generación de desechos.
- Adopción de los sistemas de reutilización y reciclaje como medios de protección de los recursos naturales no renovables.
- Adopción de una gestión ambientalmente segura de los acumuladores usados de ácido-plomo.
- Creación de un sistema sostenible y regulado de utilización del plomo.
- Adopción de planes de manejo de desechos de plomo.
- Generación de beneficios sociales, económicos y ambientales a través de un manejo ambientalmente racional de los desechos de plomo.
No obstante, corresponde señalar que en estas directrices no se describe tecnología alguna, sino que se adopta un enfoque más amplio al analizar temas generales referentes al reciclaje de plomo. Se invita al lector a consultar la bibliografía que aparece al final del texto para obtener información específica sobre tecnologías.
¿Por qué reciclar?
El proceso de reciclaje es un elemento clave del desarrollo sostenible, que hace posible una utilización racional de recursos naturales escasos, o potencialmente escasos, como el plomo. El proceso de reciclaje ofrece importantes beneficios:
- Mayor duración de los recursos naturales: Aunque en todo el mundo hay yacimientos no descubiertos, los mismos son, en definitiva, finitos, y este límite está relacionado con su ritmo de utilización. Por lo tanto, los procesos de reciclaje amplían la duración de esos depósitos.
- Menores costos monetarios: La utilización de materiales secundarios brinda la posibilidad de realizar economías monetarias: (a) porque implica procesos más baratos que el de recuperación primaria de minerales; (b) porque reduce la dependencia de materiales importados; (c) porque reduce el costo de inversión de los equipos, y (d) porque reduce la producción de desechos, especialmente los de la extracción primaria.
- Conservación de energía: Como pocos metales se dan en la naturaleza en formas de fácil utilización, los procesos de reciclaje permiten la producción de metales con apenas una pequeña fracción de la energía utilizada en los procesos primarios. Además, como la mayoría de los procesos primarios de producción de metales requieren procedimientos costosos desde el punto de vista energético, que generalmente dependen de combustibles fósiles, como ocurre, por ejemplo, con los hornos, los procesos de reciclaje constituyen mecanismos de reducción de la contaminación.
Aparte de estos aspectos, aplicables a todos los procesos de reciclaje de metales, el plomo mismo posee otras importantes características que aumentan la importancia del reciclaje desde el punto de vista de la protección del medio ambiente:
- Toxicidad para el medio ambiente y la salud humana: Son notorias las consecuencias de la exposición al plomo para el ser humano o para el medio ambiente. Por lo tanto es razonable pensar que a falta de un sistema de reciclaje del plomo se incrementaría extraordinariamente el riesgo de exposición, ya que los desechos de plomo se encaminarían hacia destinos no seguros desde el punto de vista ambiental.
- Amplias posibilidades de reciclaje: El hecho de que el plomo tiene un punto de fusión bajo y es fácil depurarlo a partir de chatarra lo hace más reciclable, es decir que resulta relativamente fácil o factible desde el punto de vista técnico aislarlo a partir de chatarra y reintroducirlo en la corriente de materia prima.
- Amplitud del mercado: Existe un amplio mercado para el plomo, así como un sistema de recolección razonablemente bien organizado –lo que naturalmente varía de un país a otro– a partir de un producto principal, cuya vida útil es breve y previsible: la batería AII.
Del análisis que antecede se desprende claramente que destinos tales como vertederos, incineración, y otros, no deben considerarse como modalidades de gestión ambientalmente segura de desechos de plomo; no sólo por razones económicas, sino también por razones sanitarias y ambientales.
Reconocido este hecho, los procesos de reciclaje se convierten en una respuesta tecnológicamente viable al problema, ya que adecuadamente aplicados y controlados pueden constituir una solución económica, saludable y ambientalmente segura. Por lo tanto, el reciclaje de plomo debe representar una solución óptima al manejo ambientalmente seguro de los acumuladores de ácido-plomo.
1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Las propiedades físicas y químicas del plomo, tales como su maleabilidad y su resistencia a la corrosión, ya eran conocidas por las civilizaciones antiguas. De hecho, el plomo es extraído y fundido desde hace por lo menos 8.000 años, como lo confirman los artefactos que se exhiben en diversos museos, así como relatos y otros textos antiguos, incluido el libro del Éxodo de la Biblia.
Cuentas de plomo encontradas en la actual Turquía datan de alrededor del año 6.500 a.C., y se dice que los egipcios utilizaban el plomo junto con el oro, la plata y el cobre ya en el 5.000 a.C., lo que indica que la tecnología de producción de plomo metálico mediante fusión reductiva en presencia de fuentes de carbono se propagó lentamente de China hacia el Oriente Medio y desde allí a África a lo largo del quinto y del sexto milenios a.C. En el Egipto faraónico el plomo fue utilizado también para la cerámica vidriada, así como para preparar material de soldadura y para fundirlo en la fabricación de objetos ornamentales. En el Museo Británico hay una figura de plomo encontrada en el templo de Osiris, en la antigua ciudad de Abydos, en Anatolia occidental, que data de 3.500 a.C.
Una de las más importantes aplicaciones históricas del plomo se dio en los acueductos de Roma. Se fabricaban caños de plomo de tres metros de longitud en hasta 15 diámetros estándar. Muchos de ellos, aún en excelentes condiciones, han sido descubiertos en la Roma moderna y en Inglaterra. La palabra romana plumbum, que se refiere a grifos y conectores de agua hechos de plomo, dio origen a la palabra inglesa “plumbing” y al símbolo del elemento, Pb. En la época de Constantino había alrededor de 8.000 toneladas de cañerías de plomo en Roma y según una estimación aproximada, la producción de plomo del Imperio Romano llegó en cuatro siglos a 15 millones de toneladas.
Marcus Vitruvius Pollio, un arquitecto e ingeniero romano del siglo I a.C., advirtió sobre los peligros del uso de caños de plomo para la conducción de agua, recomendando utilizar, en su lugar, caños de barro. En sus escritos mencionó también el color enfermizo de la piel de los trabajadores de los talleres de plomo de la época, señalando que los humos del plomo fundido destruían “el vigor de la sangre”. Por otra parte, muchos creían que el plomo tenía cualidades médicas beneficiosas.
Plinio, sabio romano del siglo I d.C., expresó que el plomo podía utilizarse para la eliminación de cicatrices, como linimento o como ingrediente en emplastos para úlceras y para los ojos, entre otras aplicaciones sanitarias. Los romanos conocían también la resistencia del plomo a la corrosión, y la Marina romana era una gran consumidora de este metal. En investigaciones submarinas realizadas en el Mediterráneo se descubrieron galeras romanas con bisagras y clavos revestidos de plomo.
Después del período romano, y en la Edad Media, prosiguió el desarrollo de la explotación y utilización de plomo. En este período avanzó la fabricación de caños, y en lugar de laminar una hoja de plomo, los fabricantes comenzaron a sumergir en el metal fundido un cilindro en frío con las dimensiones de diámetro interior adecuadas. Pero la fabricación de caños no fue la utilización principal de este metal en la Edad Media, sino que ese metal se utilizó también para recubrir los tejados de las catedrales y edificios, para fabricar material de soldadura, instalar de vitrales, y la invención de la imprenta trajo consigo un nuevo uso para el plomo.
En 1859, un médico francés, Gaston Planté, descubrió que al ser sumergidos en un electrolito deácido sulfúrico, pares de electrodos de óxido de plomo y plomo metálico generaban energía eléctrica y más tarde podían ser recargados. Una serie de mejoras técnicas adicionales realizadas por otros investigadores habían llevado, en 1889, a la producción comercial de acumuladores de plomo. El enorme crecimiento de los mercados de acumuladores en el siglo XX (que con el tiempo llegaron a consumir el 75% de la producción de plomo del mundo) se dio en gran medida paralelamente con el crecimiento de la industria automovilística, en que se encontraron aplicaciones para las baterías en los procesos de arranque, iluminación e ignición.
Otro importante producto de plomo fue el tetraetilo de plomo, aditivo de la gasolina inventado en 1921 para resolver problemas de “golpeteo” que se habían hecho habituales con el surgimiento de los motores de alta compresión que operaban a altas temperaturas. Poco después de llegar a su auge, 50 años después, la utilización de este compuesto de plomo se redujo, al hacerse obligatoria la utilización de conversores catalizadores en los sistemas de escape de los automóviles de pasajeros, preceptuándola también las leyes de protección del medio ambiente.
Pese al constante incremento de los usos del plomo en los últimos cinco milenios, el consumo y la explotación de las minas recién adquirió ritmo industrial después del siglo XIX. Se estima que el consumo de plomo desde la Prehistoria hasta entonces difícilmente habrá superado los 30 millones de toneladas, en tanto que el consumo actual es de alrededor de cinco millones de toneladas por año.
2. DATOS TÉCNICOS DE LOS ACUMULADORES DE ÁCIDOPLOMO
2.1. Conceptos y definiciones
Acumulador eléctrico: Dispositivo constituido por un electrolito, un elemento y un contenedor que los aloja, que permite almacenar la energía eléctrica en forma de energía química y liberarla cuando se conecta con un circuito de consumo externo. Un acumulador de ácido-plomo o una batería de ácido-plomo es un acumulador eléctrico en que el material activo de las placas positivas está formado por compuestos de plomo y el de las placas negativas es esencialmente plomo; el electrolito es una solución de ácido sulfúrico.
Batería: Aparato electroquímico que suministra energía eléctrica merced a la utilización controlada de reacciones químicas. Algunas utilizan reacciones químicas reversibles y pueden ser recargadas, como las de ácido-plomo; otras utilizan reacciones no reversibles y no tienen más que una vida útil.
Caja o camisa: Contenedor subdividido con paredes intermedias en que se insertan los elementos individuales, junto con el electrolito.
Capacidad del acumulador: Volumen de electricidad que el acumulador puede producir antes de que el voltaje se reduzca a un nivel inferior al límite de una carga de diez horas. La capacidad se expresa en amperios/hora (Ah).
Carga: Operación a través de la cual la energía eléctrica es suministrada por una fuente de electricidad externa y convertida en energía química en el acumulador.
Célula, o célula elecroquímica: Se trata de un generador eléctrico que da lugar a no menos de dos reacciones electroquímicas (llamadas reacciones semicelulares), una de los cuales es de carácter reductor y la otra de carácter oxidante.
Conectores: Conductores de plomo metálico utilizados para interconectar no sólo las placas individuales, formando elementos, sino también los elementos intermedios de las mismas, formando el circuito eléctrico interno.
Electrolito: Conductor iónico en que se sumergen las placas. En los acumuladores de ácidoplomo, el electrolito es una solución de ácido sulfúrico diluido al 36% por peso (400 g de ácido sulfúrico por litro de agua destilada). La carga de un acumulador está determinada por la gravedad específica o densidad de su electrolito: un acumulador totalmente cargado tiene un electrolito con una densidad de 1,270 kg.dl-¹.
Elemento: Es una serie de placas negativas y positivas, colocadas consecutivamente y aisladas entre sí con separadores de placas. Las placas de igual polaridad están conectadas eléctricamente, por lo cual un elemento puede ser considerado como un conjunto de células electroquímicas conectadas en paralelo.
Material sellador: Material utilizado para sellar herméticamente la tapa de la caja del acumulador.
Placa negativa o ánodo: Placa en que tienen lugar las reacciones oxidantes.
Placa positiva o cátodo: Placa en que tienen lugar las reacciones reductoras.
Separador de placas, o espaciador: Componente insertado entre dos placas eléctricas consecutivas en un acumulador, hecho de PVC, tarjetas de papel u otros materiales porosos y permeables al electrolito. Es necesario impedir el contacto metálico entre placas de polaridad opuesta, por lo cual debe dejarse espacio entre ellas.
Tapa o cobertura: Parte destinada a cerrar la caja del acumulador.
Tapón o tapa de ventilación: Parte removible destinada a permitir el escape de los gases y a permitir la verificación y el mantenimiento del nivel del electrolito.
Voltaje nominal: Hay dos tipos de voltaje nominal:
- Voltaje nominal de la célula: Es el voltaje que puede suscitar la reacción química utilizada en el acumulador. En el caso de las reacciones de los acumuladores de ácido-plomo equivale a 2 V.
- Voltaje nominal del acumulador: Es una función del número de células conectadas en serie; los acumuladores de los automóviles generalmente tienen seis células en serie, con lo cual suministran un voltaje nominal de 12 V (2 V x 6 células).
2.2. Descripción
Sea cual fuere la función para la que haya sido diseñado, un típico acumulador de ácido-plomo tiene los siguientes elementos constitutivos:
- Terminales positiva (1) y negativa (2): Están hechas de plomo, y es el lugar en que se conectan los dispositivos de consumo de electricidad externa.
- Tapones (3): Uno por cada elemento del acumulador, en que se puede reemplazar el agua destilada siempre que sea necesario. También constituyen una vía de escape para los gases que puedan formarse en la célula.
- Conectores (4): Están hechos de plomo, que efectúa el contacto eléctrico entre placas de igual polaridad y también el contacto eléctrico entre elementos separados.
- Tapa (5) y caja (11): Generalmente están hechas de ebonita o polipropileno.
- Solución de ácido sulfúrico (6): Es el electrolito del acumulador.
- Elementos separadores (7): Generalmente forman parte de la caja y están hechos del mismo material que ésta; proporcionan aislamiento químico y eléctrico entre los elementos del acumulador. Están conectados en serie, de modo de incrementar el voltaje final del acumulador.
- Separadores de placas (8): Están hechos de PVC u otro material poroso; evitan el contacto físico entre dos placas contiguas, pero al mismo tiempo permiten el libre desplazamiento de los iones en la solución del electrolito.
- Placas negativas (9): Están constituidas por una rejilla de plomo metálico recubierta por una pasta de dióxido de plomo (PbO2).
- Placas positivas (10): Están constituidas por placas de plomo metálico.
- Elemento del acumulador (11): Una serie de placas negativas y positivas colocadas consecutivamente y aisladas entre sí con separadores de placas. Las placas de igual polaridad están conectadas eléctricamente.
Las placas del acumulador están constituidas por estructuras de plomo metálico, conocidas como rejillas, recubiertas por una pasta de dióxido de plomo en el caso de las placas negativas, o por una pasta de plomo metálico porosa en el caso de las placas positivas. El plomo utilizado en los dos tipos de placas puede contener también varios otros elementos químicos, como antimonio, arsénico, bismuto, cadmio, cobre, calcio, plata y estaño. En el proceso de fabricación de las placas también se utilizan materiales de expansión, como sulfato de bario, negro de humo y lignina agregados, para impedir la retracción de la placa durante su utilización. Una vez preparadas, las placas se secan y curan y se les da forma, quedando así listas para ser montadas en los elementos del acumulador.
Después que se les ha dado forma, las placas del acumulador se colocan de tal modo que cada placa negativa es seguida por una placa positiva, interponiéndose entre ellas un separador de placas hecho de polietileno, PVC o papel fibroso, y se utilizan para evitar cortocircuitos entre dos placas consecutivas. Este proceso continúa hasta que hay de 6 a 20 pares de placas negativas y positivas alineadas y eléctricamente aisladas. Luego se conectan eléctricamente las placas de igual polaridad, y las placas intercaladas, denominadas ahora elementos del acumulador, se insertan en los compartimientos de esta última. Un elemento estándar del acumulador tiene entre 13 y 15 placas y puede producir 2 voltios con alto amperaje. Los elementos son conectados luego en serie con un conector de aleación de plomo y antimonio, para producir un mayor voltaje. Cuanto mayor es el voltaje tanto mayor es el número de elementos conectados: una batería estándar de automóvil tiene seis elementos en serie que producen 12 V (2 V x 6 elementos).
Finalmente el acumulador es armado y recibe su electrolito. Luego se sella la tapa, se inspecciona el producto para detectar eventuales pérdidas, y se le da su primera carga.
2.3. Operación
Cuando el acumulador suministra energía eléctrica a un artefacto externo tienen lugar varias reacciones químicas simultáneas. En las placas positivas (cátodo) se produce una reacción reductora cuando el dióxido de plomo (PbO2) se convierte en sulfato de plomo (PbSO4). Por otra parte, en las placas negativas (ánodo) tiene lugar una reacción oxidante y el plomo metálico se convierte en sulfato de plomo. El electrolito, ácido sulfúrico (H2SO4), proporciona los iones sulfato para ambas semirreacciones y actúa como puente químico entre ellos. A cada electrón generado enel ánodo corresponde un electrón consumido en el cátodo, y las ecuaciones pasan a ser:
Mientras el acumulador se descarga –haciendo arrancar un motor, por ejemplo– la concentración de ácido sulfúrico se reduce lentamente en la solución del electrolito, ya que los iones sulfato se incorporan al sulfato de plomo que se está formando en ambos electrodos. Al reducirse la concentración de ácido sulfúrico en el electrolito disminuye la densidad de la solución con respecto al valor de 1,25 kg.dl-¹, que es la densidad de un acumulador totalmente cargado, lo que hace posible determinar el nivel de carga de un acumulador simplemente midiendo la densidad de su solución. Al continuar el proceso, los materiales activos se van consumiendo y la velocidad de la reacción se reduce hasta que el acumulador ya no está en condiciones de proporcionar energía eléctrica. La mayor parte del óxido de plomo y del plomo poroso tomarán entonces la forma de sulfato de plomo.
Cuando el acumulador debe ser recargado se conecta a sus terminales una fuente externa de energía eléctrica, pero con una polaridad invertida en relación con ellas, con lo cual las reacciones se invierten y el sulfato de plomo es transformado nuevamente, por un proceso electroquímico, en plomo y óxido de plomo.
El proceso de descarga y recarga puede repetirse varias veces con buena respuesta del acumulador, pero las placas de óxido de plomo se contaminan cada vez más con sulfato de plomo, lo que con el tiempo provoca el colapso de las reacciones químicas en las placas. Además, en el fondo del acumulador comienza a formarse un capa de sedimento (55% a 60% de PbSO4; 20% a 25% de PbO; 1% a 5% de PbO; 1% a 5% de Pb metálico). Con el tiempo llega un momento, en la vida del acumulador, en que el alto nivel de “contaminación” impide volver a recargarlo, convirtiéndose así en un “acumulador usado”.
2.4. Tipos y aplicaciones
Los acumuladores de ácido-plomo tienen numerosas aplicaciones, que pueden emplear diferentes voltajes, tamaños y pesos; la gama está comprendida entre acumuladores a prueba de interrupción de 2 kg y acumuladores industriales, cuyo peso puede superar los 2.000 kg.
Los acumuladores pueden clasificarse del modo siguiente:
- De automóviles: Los utilizados como principal fuente de energía para el arranque, la iluminación y la ignición (acumuladores AII) para vehículos tales como automóviles, camiones, tractores, ciclomotores, barcos, aeroplanos, etc.
- Genéricos: Los utilizadas en herramientas y artefactos portátiles, sistemas de alarma doméstica, luces de emergencia, etc.
- Industriales: Acumuladores para aplicaciones estacionarias, como telecomunicaciones, usinas eléctricas, fuentes de electricidad ininterrumpida, nivelación de cargas, sistemas de alarma y seguridad, uso industrial general y arranque de motores diesel.
- Motoras: Acumuladores utilizados para transportar cargas o personas: camionetas montacargas d
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