Garabí, una cuestión de estado
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- El 31 julio, 2009
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Los acuerdos binacionales para poner en marcha la muy dilatada construcción de la Mega Central Hidroeléctrica de Garabí, recientemente rubricados entre Argentina y Brasil, volvieron a poner en el tapete tan importante tema. El tema permite inferir muchas conclusiones.
Sigue siendo patente -muy visible- la absoluta disparidad existente entre la cuidadosa planificación brasileña del último medio siglo largo, y el accionar espasmódico y casi voluntarista de Argentina de las últimas tres décadas y media, que en este ítem aún no recompuso los organismos de planificación energética de muy alto nivel que supimos tener, careciendo por tanto de la “masa crítica” de científicos y profesionales en estructuras del Estado, que respalden e incluso orienten el accionar estatal en una temática tan amplia como compleja, delicada y estratégica como es el Sector Energético.
En tal sentido, los basamentos de la propuesta brasileña, que (todo permite indicar) contaría con el consenso de los niveles federal, estadual y municipales involucrados, están respaldados por la sólida financiación de la Banca Estatal BNDES; y cuentan con la base técnico – científica del Ministerio de Energía del Brasil y de la Compañía Estadual de Energía Eléctrica de RGS (Río Grande del Sur), organismo este a su vez vinculado con la Secretaría de Infraestructura y Logística de RGS.
Las contrapartes argentinas –la Secretaría de Energía y EBISA-, lamentablemente son notoriamente más escuálidas y menos dotadas cuantitativamente de “masas críticas” de científicos y profesionales, además de la carencia de un sólido organismo financiero estatal que supla e incluso amplíe el importante accionar que alcanzó a tener el Banco Nacional de Desarrollo, disuelto –al igual que Agua y Energía Eléctrica y otros tantos Entes y Empresas Estatales- durante la ola neoliberal de los años ’90.
Resulta patética la falta de coordinación y –aparentemente- del más elemental diálogo, entre el Estado Nacional y las dos provincias involucradas en la obra: Misiones y Corrientes.
Cuesta entender que La Nación no haya consultado y hecho participar acordadamente a ambas provincias, antes de la rúbrica de los acuerdos binacionales.
Y también no es comprensible la ausencia reiterada (o presencia menguada, con funcionarios de rangos intermedios) de Misiones en las reuniones previas celebradas a nivel de los Poderes Ejecutivos estaduales y provinciales, más funcionarios de ambas Cancillerías y de Entes Técnicos Federales de ambos Estados Nacionales.
Debe enfatizarse que es poco justificable que ante la notable importancia, magnitud, trascendencia y complejidad que tiene la Temática Energética para las provincias de Misiones y Corrientes, el tema sea manejado por apenas un puñado de funcionarios en cada provincia, que estarían totalmente huérfanos del sólido y amplio respaldo técnico multidisciplinario, que es imprescindible para respaldar con fuertes basamentos técnicos las decisiones políticas que se adopten.
Y es patético observar la total orfandad de respaldos técnicos amplios, en la que se debaten los municipios misioneros involucrados, en temas en los que el mero voluntarismo o el accionar espasmódico no alcanzan y dejan muchos flancos débiles sin cubrir. Sin duda las eventuales reuniones periódicas, con o sin asistencia de funcionarios provinciales capacitados en el tema (como varias que pude presencial), son una cabal muestra de improvisación, de dilapidación de tiempo y oportunidades, y de ausencia de claros objetivos y Políticas de Estado a mediano y largo plazo en el Sector Energético. Hace ya mucho tiempo Misiones debió prever la situación, creando la Secretaría de Energía de Misiones (SEM), con rango ministerial y con las capacidades y atribuciones imprescindibles para el correcto cumplimiento de sus funciones. Y la SEM debería también intervenir en el estratégico tema del Gasoducto del NEA, hoy prácticamente en manos de un solo funcionario técnico especializado.
Para colmo de males, en Misiones los estamentos políticos siguen otorgando validez vinculante y fuerza moral, al acto de groseras tergiversaciones conceptuales y falacias técnicas inducidas, que constituyó la implementación y consumación del “plebiscito antirrepresas”, vergonzosamente consumado en 1996; en el cual se malinformó a la población y se la indujo al “voto por el terror”, de una campaña previa cargada de mediocridades y falsedades de todo calibre, que monocordemente indujo al voto negativo.
Sin duda hechos como ese sesgado y engañoso plebiscito, flaco favor le hacen a la pregonada y muchas veces bastardeada democracia, pero ese ya es otro tema.
Es preocupante que una larga retahila de argumentaciones falsas, verdades a medias e incluso incoherencias técnicas, en su momento machaconamente repetidas por sectores del más ultramontano y cavernario ultra ecologismo, hayan echado raíces e incluso sean repetidos con notable ligereza y/o total irresponsabilidad por algunos legisladores, funcionarios, gremialistas y comunicadores sociales.
¡Y nadie de los opositores a ultranza parece preocuparse por pensar tan siquiera como se reemplazaría el enorme volumen de energía que Garabí debe aportar a Argentina y Brasil! Esa oposición dañina e irracional encuadra dentro de la figura de traición a La Patria, por trabar una obra crucial para el desarrollo socio económico y la disminución de nuestra dependencia respecto a los combustibles fósiles. Es una nueva versión de la vieja “maquinaria de impedir”. Y pocos evalúan el enorme lucro cesante social (medido en puestos de trabajo y efecto multiplicador) y económico que es consecuencia de largas décadas de dilaciones.
En ese grosero aquelarre de opiniones grandilocuentes falsas o fuera de contexto, se omiten por ignorancia, por irresponsabilidad o tal vez en algunos casos por mala fe; los análisis serios científicamente expuestos, que deberían primar en todo país con criterio de Grandeza Nacional.
Adviértase también que salvo error u omisión, la anunciada comisión de estudio de la temática energética, que se constituyó hace un par de años en la UNaM, no parece haber alumbrado públicamente tan siquiera unos “papers” elementales. ¿Faltó tiempo…?
Falta definir –y fundamentar debidamente- prácticamente todo lo básico, a saber:
- Definición concreta del conjunto de obras (incluyendo cantidades de cierres, construcciones de esclusas de navegación, estaciones transformadoras, escalas de peces, sistemas de regadíos, etc.)
- Participaciones efectivas de Misiones y Corrientes.
- Planes concretos de desarrollo socio económico vinculados a la obra.
- Propiedad de la obra al fin del período de pago o concesión. TEMA IMPORTANTÍSIMO.
- Regalías y acceso a la energía generada.
- Exigencias lógicas de obras prioritarias para minimizar efectos secundarios.
- Definición del ENTE BINACIONAL (con participaciones de provincias de M y C y del Estado de RGS) que regirá la construcción y operación de la obra.
Todo lo precedente dentro de un encuadre estratégico con clara visión geopolítica, temas ausentes en Argentina al menos desde el “proceso” en adelante.
En otros artículos se desarrollarán esos aspectos.
Por: C.P.N. Carlos Andrés Ortíz
Ex Docente – Investigador = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – F.I. UNaM
Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA
Docente de la Diplomatura en Geopolítica – ICM
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