Cambio de Clima. Episodio II
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- El 19 junio, 2014
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Pangea, tierra de dinosaurios.
La larga historia la Tierra ha dejado innumerables rastros que, geólogos, paleontólogos y otros, han sabido interpretar para contarnos los cambios sufridos por el planeta. Cambios en su geografía, en el clima y en la evolución de la vida.1 No es sencillo resumir más de 4000 millones de años de transformaciones en pocos párrafos y, por lo tanto, nuestro breve relato se limitará a una visión somera de los últimos 750 millones de años.
Desde bien temprano el planeta estuvo sujeto a períodos fríos (glaciaciones) y épocas cálidas. Es así que durante el Neo-proterozoico (entre 750 y 580 millones de años atrás) se produjeron varias glaciaciones2, probablemente las más intensas, tanto que las zonas heladas se extendieron hasta latitudes tropicales. La Tierra casi dejó de ser apta para la vida aunque, haciendo gala de su tozudez, no desapareció. Muy por el contrario, unos 40 millones de años después, se produciría una proliferación de organismos pluricelulares complejos sin precedentes y no superada: la explosión cámbrica3. Desde entonces la vida se ha caracterizado por sufrir expansiones y depresiones. Aún así las especies se diversificaron de un modo grandioso aunque fueran aniquiladas en cantidades ingentes por ocasionales extinciones en masa.
La primera de ellas se produce unos 100 millones de años4 más tarde como consecuencia de una nueva glaciación. En esos tiempos, los fragmentos de corteza terrestre, los continentes, en su vagar por el globo le daban al planeta un aspecto muy diferente al actual.
Concluida esa era de hielo, un clima cálido y húmedo, por millones de años, permitirá, una vez más, la proliferación de la vida y de los bosques que se extenderán por gran parte de la corteza terrestre5. Es a fines del Carbonífero -300 millones de años atrás- cuando llega un nuevo período frío y con él una nueva extinción masiva. Durante esta glaciación, como durante las anteriores los océanos se retiraron y junto con la menor temperatura, causaron la desaparición de la gran mayoría de las especies marinas. No obstante, ésta no sería la última catástrofe biológica. Hace unos 250 millones de años, durante la transición entre el Paleozoico y el Mezozoico, tuvo lugar uno de los desastres ecológicos más duros que ha sufrido el planeta. Sucumbieron en unos pocos miles de años (¡realmente muy poco tiempo!) el 85% de las especies marinas y el 70% de las terrestres. Hasta los insectos se extinguieron casi por completo. Como sabemos, las cucarachas zafaron. Ese cataclismo no parece haber estado asociado, a diferencia de los anteriores, a una glaciación. Para explicarlo existen varias teorías. Las dos con mayor consenso son: la colisión de un asteroide o erupciones volcánicas masivas. Una tercera sugiere que se trató de una muerte por asfixia provocada por una disminución del oxígeno de la atmosfera, que habría reaccionado con la abundante materia orgánica, produciendo dióxido de carbono.
Sin embargo, ya para aquel entonces todos los continentes del planeta estaban unidos, en virtud de la deriva continental, y formaban un supercontinente, Pangea, que se extendía de polo a polo. Era una tierra plana, sin grandes cadenas montañosas.
Esa fusión de continentes redujo el litoral marino, hábitat de las especies de aguas superficiales, mientras las masas continentales desprotegidas se secaron en su interior. La formación de Pangea, por lo tanto, pudo haber aniquilado las especies de esos lugares por el simple mecanismo6 de su formación. A finales del Triásico, hace 208 millones de años, Pangea comienza a fracturarse. Primero se separan dos grandes fragmentos, Laurasia y Gondwana7. Estos movimientos tectónicos van acompañados de numerosas erupciones volcánicas y de gigantescas coladas de basalto que surgen de las entrañas de la Tierra, a través de las líneas de fractura. Estos episodios dan lugar a la 4ta extinción masiva que aniquila el 80% de las especies planetarias.
Se abre, nuevamente, la puerta a una renovación de la vida animal y vegetal. Este renacimiento traerá consigo a los dinosaurios, que reinarán por más de 100 millones de años. Los dinosaurios disfrutaron de un clima excepcionalmente agradable por un período inusualmente prolongado. Los bosques se extendieron y enormes superficies se cubrieron de vegetación exuberante. Seguramente estas condiciones benignas contribuyeron al éxito de los reptiles. Si se observa con atención la figura anterior, se ve que durante Pangea existía un único gigantesco océano que se extendía de norte a sur sin interrupciones, favoreciendo el intercambio de calor entre los polos y el ecuador, disminuyendo la diferencia de temperatura entre ellos. Al decrecer el gradiente de temperatura la fuerza impulsora de vientos y corrientes marinas disminuye conduciendo a un clima sin extremos. Esta diferencia era entonces de unos 200 C, mucho menor que la que existe en nuestros días. Además la temperatura de las aguas profundas del océano, que hoy rondan los cero grados, eran cercanas a 150 C. Por otra parte, la concentración de dióxido de carbono (CO2), debido al vulcanismo (y probablemente a la mayor temperatura de los mares)8, era entre 4 y 8 veces superior a la del presente. Finalmente, con temperaturas medias entre 7 y 120 C superiores a las actuales el clima era realmente cálido. Sin embargo, la vida prosperaba vigorosa. Hoy nos dicen que duplicar el CO2 atmosférico nos acarreará innumerables males. ¿Será cierto?
El caso es que, en su interminable derrotero, los continentes se separaban más y más, generando increíbles fenómenos telúricos -volcanes, desgarramiento de la corteza, emergencia de ríos de lava, colisión de continentes- que transformaron la faz de la Tierra. A medida que el proceso avanzaba el clima se hacìa cada vez más frio. Llega un punto cuando la Antàrtida se instala en el polo sur, el polo norte queda, prácticamente, rodeado de tierra y el océano Atlántico apenas se conecta, con los otros, por sus extremos.
Alrededor de 65 millones de años atrás los dinosaurios desaparecen9. Son así las victimas notorias de la 5ta. extinciòn masiva, después de dominar todos los rincones del planeta: tierra, aire y ocèanos. En verdad, si los dinosaurios no se hubiesen extinguido, los mamìferos nunca habrìan alcanzado a predominar sobre la Tierra y los humanos no hubieramos existido. Efectivamente, los mamìferos seguirìan siendo pequeñas criaturas nocturnas procurando estar fuera del alcance de los dinosaurios.
Por fin, hace 30 millones de años la Antártida se cubre de hielo y nuestro mundo comienza a parecerse al presente. Variaciones climáticas de diverso tono, incluidas nuevas glaciaciones, se han sucedido desde entonces. Sin embargo, ninguno de esos cambios ha acarreado nuevas extinciones en masa. Aunque el juego entre la muerte y la vida, de la mano de las oscilaciones climàticas, no se ha interrumpido.
Del Sol a la Tierra
La mayor parte de la energía que recibe nuestro planeta proviene del Sol y nos llega a través del espacio en forma de radiación electromagnética. Podemos decir que estos rayos de luz son paralelos al llegar a la tierra e impactan plenamente en la zona ecuatorial y en los polos lo hacen tangencialmente. Esta situación, y la mayor reflexión de los casquetes de hielo, genera un gradiente de temperaturas entre los polos y la zona tropical.
Por otra parte, no hay que olvidar que la tierra gira alrededor del Sol y a su vez lo hace sobre su eje. La órbita que la Tierra describe en torno al Sol es ligeramente elíptica (ovalada) y el Sol se ubica apenas desplazado de lo que sería el centro del sistema si la trayectoria fuera circular.
Es de conocimiento común que la rotación de la Tierra sobre su eje da lugar al día y la noche. La supresión de la luz durante la noche hace que las temperaturas desciendan. Además, las diferencias entre las capacidades caloríficas10 entre la tierra y el mar hacen que la primera, estando más cálida durante la insolación, se enfríe más rápido que el mar durante la noche. El gradiente de temperatura se invierte y se modifica la dirección del viento costero. Podríamos decir que el clima cambia cuando pasamos del día a la noche.
Por otra parte, el derrotero de la Tierra alrededor del Sol en órbitas ligeramente excéntricas es la causa del cambio climático que se produce con cada estación.
Un factor que también hay que tener en consideración es que la inclinación del eje de rotación de la Tierra, respecto del plano de su órbita, cambia entre 22.1 y 24.5 grados. Esta variación ocurre con un período de alrededor de 40.000 años. Allí no termina la cosa, debemos agregar otro fenómeno vinculado a la rotación terrestre. Para visualizarlo recordaremos cómo se comporta un trompo cuando gira sobre su eje. En algún momento observaremos que comienza a “cabecear” describiendo un círculo. Ese movimiento se denomina precesión y para la Tierra el círculo se completa cada 23.000 años.
La inclinación del eje de rotación y la precesión hacen que las variaciones en la insolación sean más importantes en los polos que en la zona ecuatorial. Para completar el panorama diremos que la órbita terrestre varía con el tiempo, se estira y se acorta. Es decir, cambia su excentricidad debido a los efectos gravitacionales de los otros planetas. El período entre la órbita de mayor y la de menor excentricidad es de aproximadamente 100.000 años. Estos ciclos11 -cambio en la excentricidad de las órbitas, variación en la inclinación del eje de la Tierra y movimiento de precesión- combinados producen alteraciones en la radiación solar que alcanza la Tierra influenciando directamente el sistema climático terrestre, por ejemplo impactando en el avance o retroceso de los glaciares.
Todos hemos oído hablar de la edad de hielo, hemos visto alguna pelicula, o leìdo sobre ella. Fue la última glaciación pero no la única de los últimos 500 mil años. Estudiando la relación 16O/18O12, que se encuentra en los hielos de la Antártida (Base rusa de Vostok), se puede estimar la temperatura que tenía el aire cuando la nieve se formó13.
El resultado muestra que en ese lapso hubo 4 períodos glaciales que se extendieron por aproximadamente 120 mil años, en tanto que los períodos interglaciales, como el que estamos viviendo, han tenido una duración de unos 15.000 años.
Los factores orbitales que hemos comentado son de importancia definitiva, sin embargo, no alcanzan para comprender como el sistema climático trabaja y para lograrlo es necesario mirar con cierto detalle la Tierra.
El planeta azul14
La mayor parte del planeta se halla cubierta por agua, a ello debe su color azul cuando se lo observa desde el espacio, y tenemos una fracción mucho menor de la superficie ocupada por los continentes. Pero, además la Tierra está rodeada por una delgada capa de gases, retenidos por la gravedad, que llamamos atmósfera. Esa mezcla de gases, el aire, está compuesta principalmente por dos sustancias, un 78% de nitrógeno (N2) y un 21% de oxígeno (O2). El restante 1% lo constituyen el argón (Ar) y trazas de varias sustancias entre las que se encuentra el CO2. Adicionalmente, el aire contiene agua en cantidades muy variables. La atmosfera terrestre es, en cuanto a su composición actual, una consecuencia del desarrollo de la vida.
La atmósfera se encuentra estratificada y su densidad varía con la altura. Esta disminuye a medida que ascendemos, también decrecen la presión y la temperatura. Estas variaciones pueden ser advertidas cuando viajamos desde terrenos próximos al nivel del mar hasta zonas altas como la Puna de Atacama o cuando volamos en avión.
En la figura precedente se esquematizan las capas de la atmósfera. En la tropósfera la presión es de 1atm15, en la superficie, y cae a la décima parte cuando se alcanza el límite con la estratósfera. La línea negra indica que la temperatura disminuye hasta -600 C. Luego se mantiene constante (tropopausa) y finalmente crece hasta alcanzar la estratopausa. Este aumento de temperatura de la estratósfera se debe a las reacciones químicas y fotoquímicas relacionadas con la formación y descomposición del ozono16. Para nosotros, por ahora, esto tiene importancia para entender que el aire que se calienta en la superficie puede ascender no más allá del punto de inversión de la temperatura.
El rol preponderante de la atmósfera en el clima se relaciona con la troposfera, que da cuenta del 85% de la masa de aire, y con las capas inferiores de la estratósfera. La circulación global. Hemos visto que por causa de la forma esférica de la Tierra y de la inclinación de su eje de rotación, los polos reciben menos radiación solar que el ecuador. Eso establece una diferencia de temperaturas, densidades y presiones17 que impulsa el desplazamiento de masas de aire buscando el equilibrio térmico que se alcanzaría si esas diferencias fueran eliminadas. Sin embargo, ello nunca ocurre ya que el flujo de energía es constante. En consecuencia, la Tierra es un sistema en estado estacionario lejos del equilibrio. Esto hace que sea muy sensible frente a perturbaciones externas o fluctuaciones internas18.
En la figura se representan los flujos de aire frio polar superficial que se dirigen hacia el ecuador. Además, se observa como el aire ecuatorial calentado en la superficie se eleva y se desplaza hacia los polos19. Este mecanismo que redistribuye la energía sería tan simple si la Tierra no rotara, pero lo hace, y ese movimiento induce una fuerza perpendicular a la dirección establecida por el flujo térmico, la fuerza de coriolis.
Para visualizar mejor la situación haremos un experimento casero. Tomamos un recipiente con agua, en el centro colocamos otro recipiente con hielo y luego hacemos girar el sistema. Si cortamos la Tierra por el ecuador y una de las mitades la aplastamos hasta hacerla plana, queda un circulo con el polo en el centro, como en nuestro recipiente. Para apreciar lo que ocurre agregamos un colorante y vemos que éste dibuja volutas cuya forma dependerá de la diferencia de temperatura entre el centro y la periferia del recipiente y de su velocidad de rotación. Hoy las fotos satelitales nos permiten verificar un comportamiento similar para la Tierra, donde el rol del colorante lo cumplen las nubes. El sistema Tierra es más complicado porque ésta no es plana sino esférica
La rotación tiene un efecto adicional sobre las capas superiores de la tropósfera e inferiores de la estratósfera. Se generan corrientes de aire denominadas de chorro que circulan en dirección opuesta a la rotación. Sobre los polos, por el mismo efecto, aparecen los denominados vórtices polares. Aunque estos fenómenos ocurren entre 8 y 15 km de altura y la densidad del aire allí es pequeña, los meteorólogos actuales les atribuyen gran influencia sobre los frentes frìos y cálidos que se observan más próximos a la superficie.
En el reciente invierno (2013/2014) en el norte de América las temperaturas fueron extremadamente bajas y el área afectada se extendió muy al sur. Este comportamiento fue atribuido por los meteorólogos a los efectos del vórtice polar con la colaboración de la corriente de chorro. Tales fenómenos ocurren en capas altas de la atmosfera, sin embargo, serían la causa de los frentes fríos que, proveniente del polo, barrían, prácticamente, el continente hasta latitudes subtropicales. Esta explicación, no obstante, es puesta en tela de juicio por algunos especialistas20 que consideran que es normal (especialmente en invierno) que el aire muy frío (muy denso) acumulado en el polo migre hacia latitudes más bajas como una masa polar móvil de alta presión (MPH)21. Como ese movimiento
se produce en las capas próximas a la superficie su desplazamiento se ve fuertemente afectado por la orografía (montañas, valles, etc). Por otra parte, esa migración debe generar una corriente inversa de aire más cálido hacia el polo. Un comportamiento similar se observa en el hemisferio sur, donde ese retorno de aire cálido explica el “calentamiento” observado en la península antártica22.
Merece ser comentado, además, que el vórtice polar sobre la Antártida es mucho más potente y durable que en el Ártico. Ello tiene una enorme importancia en la formación del “agujero de ozono”.
Aire que sube, baja.
La Tierra es un sistema prácticamente cerrado, es decir, no intercambia materia con el resto del Universo. Sólo algunos gases muy livianos como el hidrógeno y el helio pueden escapar a la trampa gravitacional y del exterior recibimos algunos meteoritos y rayos cósmicos formados por partículas con masa. No está aislado porque intercambia energía. Recibe la radiación solar y la energía que escapa del planeta, que la hay, no puede ser sino radiación electromagnética.
La radiación solar que la atmosfera deja pasar es absorbida por las aguas y las tierras. Esa energía se usa para aumentar la temperatura pero, buena parte, se consume en realizar trabajo. Es decir, se utiliza en mover grandes masas de aire y agua, o en reacciones químicas y en la fotosíntesis, etc. En el Episodio I mencionamos que las superficies cubiertas por hielo o nieve reflejan casi toda la luz que reciben. Por su parte, las nubes cumplen un rol semejante, aunque más difícil de cuantificar porque la cubierta nubosa es muy variable. El agua es un factor decisivo en la redistribución de la energía y los cambios de estado (vapor, líquido e hielo) son muy importantes en la transferencia de calor entre la superficie y las capas superiores de la troposfera.
Cuando una porción de aire seco se calienta sobre la superficie se expande, disminuye su densidad y asciende. A medida que se eleva se va enfriando y en algún momento su densidad ha crecido lo suficiente como para que esa parcela de aire descienda. Sin embargo, si tenemos agua, como ocurre sobre el mar, al calentarse su superficie se produce evaporación lo que hace que el aire tenga “humedad”. Primero, consideremos que cuando el agua se evapora absorbe calor y contribuye a enfriar la superficie. Y segundo, que el aire que asciende ahora contiene vapor de agua. Como antes al ascender se enfría, pero esta vez el vapor se condensa formando gotas de agua, y en este proceso desprende calor lo que provoca que, el aire a su alrededor, se caliente. Como consecuencia, la velocidad de ascenso disminuye. Dicho de otra manera, con aire húmedo la temperatura decrece, al ascender, más lentamente. Desde luego, en algún momento las gotas formadas son suficientemente grandes y llueve. Importante es notar que si la superficie del océano se calienta más habrá mayor evaporación y se formarán más nubes y, consecuentemente, se reflejará más radiación solar, la superficie recibirá menos energìa y la temperatura de la superficie disminuirá. El lector habrá advertido que estos procesos de convección trasladan calor desde la superficie a las capas superiores de la troposfera y la temperatura allí arriba debería aumentar y el mecanismo descripto se paralizaría. Como ello no ocurre esa energía debe ser derivada a los polos o puede abandonar la Tierra como radiación electromagnética23. En próximos episodios dedicaremos unas líneas a este y otros procesos de emisión de radiación desde la Tierra hacia el espacio exterior.
Es útil agregar aquí que para un gas (aire) la temperatura es una “medida” de la energía cinética media de sus moléculas. Es decir, que a mayor temperatura las moléculas se desplazan con velocidades más altas y su energía cinética es más grande.
Las figuras siguientes muestran una descripción de los factores que permiten analizar y “predecir” el tiempo (weather) según la ciencia meteorológica oficial24. En ellas se pueden ver isobaras (líneas que unen puntos de igual presión), señalados con una H los núcleos de alta presión (anticiclones), con una L se identifican los centros de baja presión (ciclones), con flechas rojas la dirección de los vientos que circulan en las capas altas de la tropósfera, vientos del oeste y del este o de intercambio, por debajo y por encima de la línea ITCZ25 (Zona de convergencia intertropical). Como se puede observar la ubicación de los centros de alta y baja presión, como la línea ITCZ, cambian según la época del año.
También puede verse como los vientos convergen hacia los centros ciclónicos donde el aire asciende, en tanto que, el aire desciende y los vientos divergen en los anticiclones. Por otra parte la zona ITZC se caracteriza por la baja presión en la superficie y por la convergencia de masas de aire que dan origen a la formación de nubes y lluvias.26
Los sistemas de alta presión (H) se localizan entre las latitudes 200 y 400 en ambos hemisferios. Se caracterizan por vientos ligeros y tiempo (weather) bueno y claro. Tales sistemas eran conocidos en el pasado como zonas calmas de Cáncer o Capricornio. Las explicaciones predominantes sobre la causa y posición de los anticiclones subtropicales son insuficientes27 o misteriosas.
En el proceso de redistribución de calor no debe olvidarse el rol de los océanos. Como vimos,28 en los polos el agua pierde calor, se enfría, aumenta su densidad y se hunde hacia las profundidades. Estas aguas densas migrarán hacia re-giones de menor densidad. Los vientos impulsan las corrientes marinas super- ficiales, en tanto que la evaporación aumenta la salinidad del agua (y con ello su densidad). Estas aguas más saladas al acercarse al círculo polar se enfrían y aumenta aún más la densidad precipitándose hacia el fondo oceánico. En la figura están en rojo las corrientes cálidas superficiales y en azul las frías que corren por el lecho marino.
Repasando notamos que la visión predominante sobre la circulación global presta poca atención a los MPH29, que transportan aire frío desde el polo hacia latitudes bajas. Estos constituyen capas de 1500 m de espesor y unos 2500 km de diámetro que se desplazan por zonas delimitadas por los accidentes orográficos.
Estos factores geográficos, además, son normalmente ignorados, especialmente en los modelos climáticos.
La circulación general de la atmósfera está rigurosamente organizada, siempre sujeta a los mismos principios físicos y siempre funciona de acuerdo con los mismos mecanismos (en condiciones geográficas bien definidas). Sus variaciones no son, por lo tanto, cambios en su naturaleza sino en su intensidad.30 Es decir, el clima tiene cierto grado de predictibilidad, por ejemplo la sucesión de las estaciones o, en referencia al paleoclima, la repetición periòdica de glaciaciones. Dicho en palabras difíciles, el clima se rige por una dinámica determinista que posee un atractor fractal de baja dimensión, lo que explica la variabilidad intrínseca y la impredictibilidad del sistema climático, dado que estas dos propiedades pertenecen a las características más importantes de la dinámica caótica.31 En fin ¡el clima es un caos pero no tanto!
Creo que, para finalizar, podemos extraer un par conclusiones. En primer lugar, vimos que un aumento de la temperatura “global” haría que la diferencia de temperatura entre los polos y el ecuador disminuyera o no cambiara, haciendo el clima menos severo o manteniéndose sin mayores alteraciones. Luego, predicciones en sentido contrario son infundadas.
En segundo lugar, hemos visto que los factores tectónicos y orbitales han sido las principales causas de modificaciones importantes en el paleoclima, y lo siguen siendo. Por ejemplo, la variación de temperatura entre el máximo glacial y el período interglacial es de 100 C o más.
Por último, conviene aclarar que hay algunos otros factores que afectan el clima, no mencionados aquí. Sin embargo, serán abordados en próximos episodios.
Continuará…
Notas
1Historical Geology. J. Erickson. Fact On File, INC.
2 Historia del Clima de la Tierra. Antón Uriarte. http://www.herbogeminis.com
3 La sexta extinción. R.Leakey y R. Lewin. Tusquets Editores.
4 Durante fines del Ordovicico y comienzo del Silúrico
5 Estas condiciones se extienden desde hace 450 millones de años atrás hasta los 300 millones de años atrás, es decir durante los perìodos Devónico y Carbonífero.
6 The Cosmic Dance of Siva. Stephen Jay Gould. Natural History, 1987.
7 Nuestra Patagonia donde se encuentran yacimientos fòsiles muy importantes formaba parte de Gondwana.
8 El CO2 se disuelve en el agua. La cantidad disuelta disminuye con la temperatura.
9 En esos tiempos un meteorito impacta en el actual golfo de Mexico. Se genera asi la hipótesis de esta fue la causa de la desaparición de los dinosaurios.
10 Capacidad calorífica es la cantidad de calor que hay que entregar para que una masa determinada aumente su temperatura en 10C
11 Reciben el nombre de ciclos de Milankovich. Milutin Milankovich fue un astrofísico serbio que descubrió y estudió en detalle su comportamiento. Ver: http://earthobservtory.nasa.gov
12 16O y 18O son isótopos del oxígeno. Ver AMENAZA NUCLEAR en http://profefeliz.blogspot.com.ar/2011/11/amenaza-nuclear-fision-y-ficcion.html
13 Evidence-Base Climate Science. Don Easterbrook. Ed. Elsevier
14 The Earth´s Atmosphere, its Physics and Dynamics. Kshudiram Saha. Ed.Springer.
15 1 atm = 1013 mb (milibares) = 1013 hPa (hecto pascales)
16 El ozono y su agujero es un tema que debe ser tratado aparte.
17 Nos referimos a la presión hidrostática que ejerce la columna de aire que se encuentra por encima del punto elegido.
18 La Estructura de lo Complejo. G. Nicolis y I. Prigogine. Ed. Alianza Universidad.
19 La existencia de una celda que lleva el aire caliente desde el ecuador al polo es una suposición no verificada. Por el contrario, lo más aceptado es que esta celda de Hadley termine en las latitudes templadas.
20 GLOBAL WARMING, The Erring Ways of Climatology. Marcel Leroux. Ed. Springer.+
21 MPH, Mobil Polar High en ingles.
22 Ref. 20.
23 Climate, History and the Modern World. H.H.Lamb. Ed. Routledge
24 Ref.20
25 ITCZ, Intertropical Convergence Zone, en inglés.
26 The Global Climate System. H.A. Brdgman y J.E.Oliver. Cambridge University Press.
27 Ver ref.23
28 Episodio I
29 Climate Process Change. E. Bryant. Cambridge University Press.
30 Ver ref.20.
31 Ver ref.18.
Por: Mario R. Feliz
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