Biología y control de roedores sinantrópicos y de Campo- Parte I
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- El 12 mayo, 2005
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Por Prof. José Luis Cajade
Roedores Vectores
Biología y Control
1. Introducción
El Orden Rodentia es grande en términos de número de individuos y en número de especies. Comprende aproximadamente 1/3 de todas las especies de mamíferos en el mundo. En América Latina (México a Cabo de Hornos y las islas del Caribe) hay aproximadamente 593 especies, representando 124 géneros y 16 familias.
La mayoría de estos roedores son poco conocidos; algunos se conocen con base a uno o dos ejemplares capturados e identificados por varios museos. Basándose en una revisión de varios informes y literatura publicada, 41 de los 124 géneros han sido implicados como plagas y en la transmisión de enfermedades.
2. Biología
Los roedores se diferencian de otros mamíferos por la forma y ubicación de sus dientes. Tienen solamente un par de incisivos en cada mandíbula. Los incisivos están separados de los molares por un espacio, llamado Diastema . La única disposición dental similar se encuentra en miembros del Orden Lagomorpha (conejos y liebres) pero la diferencia es que estos, tienen dos incisivos adicionales en la mandíbula superior.
Figura 2. Los roedores toman su nombre del latín “rodere” roer. El nombre indica la característica que distingue a los roedores de los demás mamíferos, la forma y ubicación de sus dientes. La única disposición dental similar se encuentra en los miembros de la Orden Lagomorpha (conejos y liebres) pero estos animales tienen dos incisivos adicionales en Ia mandíbula superior .
El periodo promedio de vida de los roedores es relativamente corto, 1 – 2 años. Se reproducen a los 2 ó 4 meses de edad y probablemente continúan haciéndolo hasta aproximadamente los 18 meses de edad. El número de crías depende de la especie y varía según las condiciones climáticas y alimenticias del lugar.
Los factores limitantes de las poblaciones de roedores son comida, refugio, enfermedades, competencia y predación. Las poblaciones se modifican por reproducción, mortalidad y migración. Nacen más roedores de los que pueden sobrevivir. El número de roedores que un área determinada puede sostener está limitado por el medio ambiente.
En general los roedores son omnívoros y se adaptan a cualquier tipo de alimento, aunque cada especie tiene sus propias preferencias. La rata noruega ( R. norvegicus ) por ejemplo, tiene predilección por desperdicios del hombre y la rata negra ( R. rattus ) se inclina más por plantas o material vegetal si está disponible. Frutas, cereales, vegetales, pescado, carne y otras materias son utilizados según las condiciones en que se encuentren. Los ratones tienen una especial preferencia por cereales. La necesidad por agua varía entre especies pero la mayoría de roedores toman agua si está disponible A veces la dieta Ies proporciona agua adecuada para vivir
Las ratas y ratones no tienen buena vista. Los sentidos más desarrollados son el tacto, el oído y el olfato. Aparentemente, el olfato les sirve para determinar la presencia de otras ratas y para localizar alimentos preferidos El tacto es el sentido utilizado para orientarse con la ayuda de pelos del cuerpo y bigotes
largos y sensibles (Vibrisas). El oído es muy sensible y lo utilizan para percibir el peligro; sin embargo, se adaptan rápidamente a un determinado ruido constante por ejemplo maquinaria y ultrasonido.
La presencia de roedores en casas, bodegas, graneros u otros lugares donde hay productos almacenados se indica por varios signos característicos incluyendo sonidos, excrementos, orina, manchas, sendas, huellas, roeduras, madrigueras, nidos y escondrijos de alimentos.
Los roedores (principalmente ratas y ratones) han sido un flagelo para el hombre durante la historia. Son animales altamente prolíficos y muy adaptables. Son causantes de una variedad de problemas; transmiten muchas enfermedades que pueden afectar al hombre y sus animales domésticos; causan daños a equipos, sistemas de riego, edificios, cables eléctricos, aves de corral y más; causan pérdidas que disminuyen la cantidad de alimento disponible para el hombre. No hay duda de que los roedores son los animales que ocasionan más daño en los casos de pérdidas postcosecha.
Tomando en cuenta la diversidad de condiciones ecológicas bajo las cuales se presentan estos problemas, así como las diferencias entre especies involucradas, ningún programa o técnica de control puede garantizar un éxito total para todos los casos. Esto comprueba la necesidad de un programa de investigación científica para desarrollar técnicas sensitivas y seguras para medir y calcular pérdidas y para encontrar métodos de control más prácticos, efectivos y económicos.
Pero, por el momento, una aplicación de modo sistémico, bien planeada y llevada a cabo con herramientas ya disponibles, es el primer paso a la solución del problema de pérdidas postcosecha causadas por roedores.
La necesidad de regionalizar la compleja diversidad ambiental de nuestro país generó diversos esfuerzos por parte de especialistas. En este sentido, uno de los principales impulsores fue Angel Lulio Cabrera (1976) que promovió el concepto de Provincias Fitogeográficas. Con posterioridad, merced a nuevas técnicas de terreno y satelitales, se reunieron 52 especialistas en 1999 para consensuar la idea de dividir al país en 18 ecorregiones, las cuales son tomadas en este apunte.
La Provincia de Buenos Aires es atravesada por una de las ecorregiones más grandes, Pampa , y Delta e Islas del Paraná , las cuales son ricas en rodentofauna, a saber:
Pampa : Gran llanura (con excepción sierras aisladas), con pastizales ininterrumpidos. Gran diversidad de gramíneas y herbáceas. Clima templado húmedo o subhúmedo, con lluvias que acumulan de 600 a 1100 Mm. anuales. A menudo con problemas de drenaje por ausencia de red hidrográfica madura. Esta ecoregión es hoy fuertemente modificada por el hombre y mayormente devenida en agroecosistemas, tiene como elementos típicos al venado de las pampas, la vizcacha, el peludo pampeano, la mulita pampeana ( Dasypus hybridus ), los gatos montés y del pajonal, las comadrejas overa y colorada, el zorrino común y el zorro gris. Además, coexisten numerosas especies de roedores de campo pertenecientes a los géneros Akodon, Calomys, Oligoryzomys , algunos de los cuales transmiten hantavirus y Fiebre Hemorrágica Argentina. Podemos agregar, claro está, a los sinantrópicos Rattus rattus, Rattus norvegicus y Mus musculus , muy conocidos por el hombre, que si bien no son originarios de esta región, provienen de Asia, han hecho de este y de muchos otros, su ambiente preferido.
Delta e Islas del Paraná : Fuertemente influenciada por el ritmo de crecientes y estiaje de la baja cuenca del Plata, presenta un endemismo de Género ( Deltamys , pequeño ratón del delta), y especies abundantes o características como el carpincho ( Hidrochaerus hydrichoeris ), la nutria ( Myocastor coipus ), el lobito de río, la rata colorada ( Holochilus brasiliensis ), los hocicudos ( Oxymycterus spp .). Debido a la eficiencia del eje fluvial Paraná-Paraguay como corredor biológico, muchas especies que habitan esta región llegan desde la selva paranaense y el Chaco.
Nuestra provincia también pertenece a otra Ecorregión, denominada Espinal , pero como la cruza en el sur, Carmen de Patagones, no es comentada aquí.
• Cuadro I. Rodentofauna de las Ecorregiones Pampa, Delta e Islas del Paraná y Espinal
( Sólo transmisores y posibles transmisores de enfermedades)
El último censo realizado en nuestro país arrojo una cifra cercana a los 37 millones de habitantes. En el área metropolitana de la provincia de Buenos Aires viven 8.684.953 millones de personas, siendo la densidad poblacional 2392.5 hab./km2. La superficie total de la Republica Argentina es de 2.791.810 km2 y la del área Metropolitana Bonaerense es de 3.630 km2. En este espacio tan minúsculo vive alrededor del 24% de la población total de nuestro país.
La inexistencia de políticas claras, con rumbos precisos, genera el ambiente propicio para cualquier tipo de degradación. Tal falencia favorece el incremento de las desigualdades sociales y económicas. El numero de personas expuestas a los riesgos sanitarios que surgen como consecuencia de las dos formas, antes mencionadas, de contaminación es de millones.
Grupos cada vez mas numerosos viven en terrenos bajos, inundables, sin red cloacal, con redes de agua corriente deficientes que no cumplen los requisitos sanitarios (mangueras, caños rotos, etc.) ya que generalmente se tratan de conexiones clandestinas, rodeados de enormes basurales a cielo abierto.
Los basurales a cielo abierto representan un serio problema con un elevado riesgo sanitario para las personas. Estos producen contaminación del agua subterránea por infiltración, obstrucción de los cursos superficiales de agua y la eliminación de la capacidad de autodepuración que estos poseen. También generan roedores.
Los roedores son huéspedes o reservorios de decenas de enfermedades entre las que podemos nombrar: parasitosis, enterocolitis, hantavirus, hepatitis, leptospirosis, meningitis, rabia, etc.
Para que estos animales se desarrollen solo hacen falta tres condiciones:
ALIMENTO + AGUA + REFUGIO = ROEDOR
Ante esto los roedores se harán presentes generando, en muy poco tiempo, poblaciones con un elevado numero de individuos. En el Partido de Quilmes, mas precisamente en el Barrio Primavera se produjo durante el año 2001 un brote de leptospirosis con 30 casos, tres fatales. Cuantos casos fatales mas deben ocurrir para que de una vez por todas se tome conciencia de la importancia que las cuestiones ambientales tienen sobre la calidad de vida de las personas.
Es necesario reflexionar sobre la siguiente cuestión…los datos estadísticos en nuestro país son dudosos. Los datos sobre las enfermedades, tienen cuestiones criticas que hacen pensar en rever varias cosas. Cuando una persona concurre a un centro público de salud, como salas barriales, no queda registro alguno del diagnóstico que se realiza. Esto también sucede en los hospitales zonales. La mayoría de las enfermedades no suelen informarse adecuadamente, lo habitual es que se denuncien menos casos de los que realmente se producen. Tomar datos con estas características indudablemente va a inducir al error.
Otro problema radica en que existen enfermedades como la leptospirosis que posee un cuadro clínico similar a la hepatitis o bien a la meningitis, por lo que el diagnóstico se dificulta y muchos médicos no están acostumbrados a interrogar al paciente sobre cuestiones ambientales del lugar donde vive. En la solución de los problemas, se debe dar prioridad a aquellos que afecten directamente a la vida de las personas. Es por eso que cuestiones como las habladas hasta aquí se deben tornar prioritarias para las autoridades políticas a la hora de tomar decisiones.
“Para contribuir con eficacia a mejorar el medio ambiente, la acción de la educación debe vincularse con la legislación, las políticas, las medidas de control y las decisiones que los gobiernos adopten en relación al medio ambiente humano”. (UNESCO).
La educación es, a la vez, producto social e instrumento de transformación de la sociedad donde se inserta. Por lo tanto, los sistemas educativos son al mismo tiempo agente y resultado de los procesos de cambio social.
La mejor forma de defensa que tenemos es el comprometernos y participar en todas las cuestiones que hagan a nuestro quehacer diario y cotidiano. Pero no desde cualquier lugar, debemos hacerlo desde el saber. Por ello se vuelve imprescindible, como parte del cambio, sentar las bases de una estructura fuerte y decidida. Los hijos que dejemos a nuestra tierra deben recibir todas las herramientas para poder desarrollarse y con ello contribuir a un futuro mejor, siendo la educación la herramienta madre. La educación ambiental no debe ser encasillada a un proceso educativo sino que debe sentar las bases para generar un nuevo estila de vida. Debe estar abierta a la vida social posibilitando la efectiva participación en la búsqueda de soluciones y alternativas a la dura crisis que nos toca enfrentar. Debe sentar las bases para un modelo nuevo y más solidario.
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