Energía Solar – Transportando cargas en alas delta
- Creado por admin
- El 3 marzo, 2011
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De una lectura rápida y superficial, se podría inferir un gran boom de la energía solar, con muchos anuncios de inversiones, tanto en Argentina como en diversos puntos del mundo. Esto sería un espaldarazo para los que presentan a la generación eólica como “una de las grandes soluciones”, poco más que al alcance de la mano.
Analizando en profundidad y con el mínimo imprescindible de basamentos técnicos, las conclusiones son muy distintas.
Temas como el rendimiento efectivo de la energía solar (por cierto bajísimo), la corta vida útil de los paneles, las insalvables limitaciones (por lógica no funcionan de noche ni en días nublados), los costos de mantenimiento (solo la correcta limpieza de los paneles, para evitar la acumulación de polvo que limita o impide el de por si muy pobre rendimiento, es una tarea costosa y en casos compleja), los numerosos costos económicos y ambientales ocultos (entre ellos el desguace, y la disposición final de elementos muy contaminantes que forman los paneles), las enormes superficies que son necesarias y pese a ello los muy bajos módulos de potencias instaladas, y la cuantía enorme de los subsidios (sin los cuales esta energía es inviable para el funcionamiento interconectado), así como las corruptelas vinculadas con las desmesuradas presiones para imponerlas como sea (en España se detectó que “facturaban” de noche…); y el listado de las limitaciones de esta falsa panacea no se agota aquí.
Analicemos objetivamente unos cuantos datos muy esclarecedores.
Según fuentes periodísticas (Newsletter Energético) en San Juan se instalará una “gran” usina solar, de 20 MW (Urugua-Í tiene 116 MW, y la “usinita” de Aristóbulo Del Valle 15 MW), a un costo de 125 millones de dólares, ocupando un predio de 70 has. Otras “importantes” usinas eólicas son incluso de más insignificantes Potencias Instaladas.
Alto costo –de 3.000 a 6.000 dólares del MW de Potencia (carísimo)-; gran ocupación de superficie –3,5 has por MW o más (según la latitud y la calidad de los paneles), para un muy bajo módulo de rendimiento –de 0,14 en promedio- de Generación (o sea que producirá muy poca energía); y la vida útil es corta, del orden óptimo de 20 años, a lo sumo 25; y consecuentemente con todo ello, un alto costo de la energía, del orden de 400 milésimas de dólar por KWh (datos de diversas fuentes técnicas).
Téngase presente que en las solares se utiliza el concepto de Wp (Watt/pico), o sea la potencia máxima disponible en las horas pico, pues la potencia disponible disminuye fuera de la máxima insolación del mediodía; de allí el muy bajo rendimiento energético de los panales solares.
En paneles normales se están obteniendo en promedio 22 Watts por hora y por metro cuadrado (fuente de datos: FAEC). Recordemos que 1.000 Watts representan 1 KW. Por otra parte, recordemos que estas “usinas” no generan electricidad de noche (cuando más se la necesita) ni en días nublados. Y por si quedaran dudas, los sistemas de almacenamiento (baterías) además de ser exorbitantemente costosos, son muy contaminantes (básicamente usan ácidos muy corrosivos, y de difícil tratamiento al terminar sus vidas útiles).
Dicho en términos simples: la energía solar es costosa para instalarla en escalas relativamente masivas, las “granjas solares” ocupan mucho espacio (lo cual es un costo ambiental, que los ecólatras soslayan), producen muy poca energía, pocas horas al día y con rendimientos decrecientes a partir del mediodía, no pueden reemplazar a las grandes centrales de funcionamiento de base (hidroeléctricas, nucleares o termoeléctricas), y por último, solo son viables en base a muy fuertes subsidios, los cuales se prestan a mucha corruptela, tal como entre otros países, lo está experimentando España.
Para los entusiastas ecologistas que no miden sus “apoyos incondicionales”, cabe preguntarles si estarían dispuestos a pagar de sus bolsillos un costo real de la falsamente limpia electricidad solar, entre 5 a 10 veces más cara. ¡Y si ellos no lo quieren pagar, que no hagan pagar esos sobrecostos al resto de la población, solo por defender sus fanatismos, disfrazados de idealismo!
Por algo a las “energías renovables”, en España ya las están llamando “energías reBOBAbles” y “energías ROBObables”, por ser cosas –según expresan- cosas de bobos y temas que se prestan al robo.
Recordemos además que uno de los fundadores de Greenpeace, Patrick Moore, recientemente expresó su preocupación y repudio por los negociados infames montados en torno a las mal llamadas “energías renovables”. Y él mismo, hace tiempo renunció a Greenpeace, denunciando el cariz fanáticamente fundamentalista –y muy afín a los intereses petroleros- que tomó el accionar de esa ONG transnacional.
En lugares aislados, donde no es factible técnicamente o es muy caro interconectarse, la energía solar puede ser una solución, pero siempre para muy reducidos módulos de energía.
Querer abastecer a una ciudad (no digamos a un provincia o a un país) con energía solar, es como querer reeemplazar a un jumbo jet con un “trencito” de alas deltas, cada una con su modesta carga operable. Las alas delta tienen mucho “glamour”, son muy “ecológicas” y quienes practican el deporte son atletas en buen estado físico; pero no sirven para llevar más que cantidades ínfimas de carga, no pueden ir a grandes distancias ni son capaces de enfrentar tormentas ni mínimos vientos en contra. O sea, no son operativas más que como diversión para pocos, y son caras…muy caras.
Por: C.P.N. Carlos A. Ortiz
Ex Docente – Investigador = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – F.I. UNaM
Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA
Docente de Economía – EN10
Docente de la Diplomatura en Geopolítica – ICM
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