James Hansen sigue sin saber cómo funciona el clima
- Creado por admin
- El 13 abril, 2012
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Es increíble que alguien que se describe como climatólogo –aunque es un astrónomo sin experiencia– pueda seguir ignorando cómo funciona el sistema climático de la Tierra.
La única explicación es que siempre fue un activista político y la ciencia la usó –distorsionada de manera conveniente– como una herramienta política para avanzar una agenda Maltusiana de reducción de la población, reducción del progreso y desarrollo industrial.
El blog Dot Earth.com del columnista del New York times, Andrew Revkin publicó un artículo titulado donde, a pesar de que expone el activismo político de Hansen, hace una férrea defensa de la “ciencia” y la actividad de James Hansen. Algunos extractos del blog darán una idea de lo irracional de la defensa Hansen y de su incapacidad de comprender –o por lo menos reconocer- la manera en que el clima funciona.
Por Andrew Revkin
Dot Earth.com
Abril 8, 2012
James Hansen, el desde hace mucho tiempo científico del clima que se tornado cada vez al activismo en los años recientes, actualizó su análisis de la manera en que los gases invernadero generados por el hombre están cargando a los ‘dados’ del clima de modo que los extremos calientes son cada vez más probables.
Aquí está el abstracto del borrador de su último estudio, “Percepción Pública del Cambio climático y el Nuevo Dado del Clima”.
James Hansen, Makiko Sato, Reto Ruedy
enviado el 5 de abril de 2012
Abstracto:
”El “Dado del Clima”, describiendo la chance de estaciones inusualmente cálidas o frías relativas a la climatología, estuvieron siendo “cargadas” durante los últimos 30 años, coincidente con el rápido calentamiento global. La distribución de las anomalías de la temperatura media estacional ha cambiado en dirección a temperaturas más elevadas y el rango de las anomalías ha aumentado. Un cambio importante es el del surgimiento de una categoría de outliers’ [datos fuera del rango normal] con más de tres desviaciones estándar (3{sigma}) más caliente que la climatología. Este extermo caliente, que cubrió menos del 1% de la superficie de la Tierra en el período de la climatología, ahor cubre de manera típica cerca del 10% del área de tierra firme.Se desprende que podemos declarar, con un alto grado de confidencia, que las anomalías extremas como las de Texas y Oklahoma en 2011 y Montana en 2010 fueron consecuencia del calentamiento global porque su probabilidad en la ausencia de calentamiento global era sumamente baja. Discutimos las implicaciones prácticas de este crecimiento sustancial, creciente, del cambio climático.”
Por supuesto, cuando repasamos la historia de los “estudios” y predicciones hechas por el activista político James Hansen se comprueba que JAMÁS acertó o estuvo ni siquiera remotamente cerca de acertarle al blanco. Comenzando con su apoyo en la década de los 70 a la hipótesis, entonces en boga, de un rápido enfriamiento de la tierra y el inicio de una nueva edad de hielo –todo causado por el uso de combustibles fósiles. Pero el calentamiento iniciado a principios de los 80 lo mantuvo callado un tiempo hasta que decidió que era hora de cambiar de caballo en medio del río.
Luego, en 1988 Hansen predijo que la avenida que corre al oeste de la ciudad de Nueva York, a lo largo del Río Hudson –que está a 3 metros por encima del nivel del mar, y del río) estaría bajo el agua en 20 a 40 años. El nivel del mar en Nueva york estuvo creciendo a razón de unos 2,2 mm por década durante los últimos 100 años. Para que Hansen esté correcto el nivel del mar global necesitaría crecer por los menos 3 metros en los próximos 17 años, o 17,6 centímetros por año. Esto es casi un factor 100 veces más grande de lo observado actualmente.
No contento con esta predicción conservadora, Hansen cuadruplicó su profecía:
En 2006, James Hansen le dijo a la ABCNews que “si no se toman las acciones apropiadas, estos niveles del mar podrían crecer hasta 24,3 metros para el momento en que nuestros hijos lleguen a la edad mediana”. Eso significa un crecimiento de 24 metros en los próximos 40 años, que son 60 centímetros al año. Pero como el actual aumento del nivel de mar observado es de unos 3 mm al año, la profecía de Hansen está errada en un factor de x100, y en camino a ser un factor errado de x1000 para el año 2022.
Ni mira las gráficas de otros climatólogos
Hansen dice en su “estudio”: “Los ‘dados’ del clima … han sido progresivamente ‘cargados’ en los últimos 30 años, coincidiendo con el rápido calentamiento.” Hay que preguntarse si Hansen se ha fijado en los últimos 10 años en las gráficas de temperatura publicadas por la Universidad de Alabama, Huntsville (UAH), o el Centro Hadley de Investigaciones Climáticas (HadCRUT3), donde no se puede distinguir ningún calentamiento, para ni hablar de “rápido”.
Por si queda alguna duda, este es un gráfico de la temperatura media global, realmente medida y no una gráfica de las anomalías que se prestan más a confusión:
Y sobre la rapidez del aumento, ¿qué nos dice la realidad observada?
La fuerte subida en 1998 eleva a la media global, pero desde entones la media tiene una tendencia absolutamente plana. Ningún calentamiento hasta 2009, y desde entonces el comienzo de un enfriamiento.
Más adelante Hansen dice: “…la probabilidad [de eventos extremos] en ausencia de calentamiento global era sumamente pequeña”. La probabilidad que Hansen daba a una tendencia plana de las temperaturas era “exactamente cero”, y en realidad hoy estamos viendo una tendencia descendiente desde 1997, a pesar de que hay un ‘outlier’ muy poderoso en 1998, el del famoso El Niño del Siglo, evento que nada tiene que ver con el Gran Villano: el CO2.
¿Y qué hacemos con el viento?
Los eventos del tiempo de todos los días (que sumados conforman el clima) son gobernados por las corrientes de aire producto del diferencial de temperaturas entre la mayor presión atmosférica en las áreas frías y la menor presión en las áreas tropicales más calientes.
Hay excepciones, como los fuertes vientos causados por una súbita compresión de la atmósfera en regiones montañosas, cuando una capa de aire muy fría presiona sobre las capas inferiores provocando la aparición de vientos montaña abajo, sumamente cálidos. Es el caso del viento Zonda de la Cordillera de los Andes en la región de Cuyo.
En otras palabras, el aire frío y pesado invade con mayor potencia y velocidad a las áreas más cálidas del trópico. Y en el medio están las regiones templadas que sufren las consecuencias del paso huracanado de los vientos causados por la diferencia en presión atmosférica. Es física pura y básica.
Dado que la Antártida está enfriándose aceleradamente –la región de los “hielos azules” ha registrado una elevación de su nivel por un aumento del volumen de los hielos- las invasiones de aire frío que el padre de la climatología moderna, el extinto profesor francés Marcel Leroux llamó “Mobile Polar Highs”, o “Altas [presiones] Móviles Polares”, aumentaron su frecuencia y su potencia en los últimos años. Se los ha responsabilizado por los últimos tres crudos inviernos europeos que llevaron a Europa enormes masas de hielo ártico congelado, fenómeno que causó en el invierno 2011 más de 500 muertos –sólo por congelamiento, faltando contabilizar las muertes que se produjeron y se producirán por enfermedades y complicaciones respiratorias típicas de fines de los inviernos. Es reconocido por todas las bases de datos relacionadas con la salud que las personas que mueren durante y poco después de los inviernos son 7 veces más numerosas que las que mueren durante o poco después de los veranos con sus fuertes olas de calor.
Algo que debe conocerse y comprender es que en las regiones tropicales las temperaturas no han variado sustancialmente durante el siglo 20, pero sí lo hicieron las temperaturas de las regiones de altas latitudes. Por eso las diferencias entre las temperaturas polares y las ecuatoriales son menores durante los períodos más cálidos y se hacen más pronunciadas durante los períodos más fríos como durante la Pequeña Edad de Hielo. En Agosto de 1588, ya avanzada la Pequeña Edad de Hielo, la tormenta más poderosa que se recuerde destruyó completamente a la Gran Armada Española, la más poderosa flota de barcos de guerra jamás formada y que estaba a punto de combatir y destrozar a la flota inglesa. Quizás sea esa una de las razones por la que en Gran Bretaña se siguió hablando inglés y no pasó a ser una colonia española. Nunca se sabrá si eso habría sido posible porque el clima, los vientos y las diferencias de presión atmosférica se interpusieron entre los planes españoles y un resultado que era inevitable.
Pruebas científicas de eventos extremos en el pasado
En el sitio web de Anthony Watts tenemos un artículo que dice:
Prueba de que “perturbaciones del clima” se encuentran
bien en todos los tiempos pre-industriales
Un nuevo paper en Quaternary Science Review titulado:
Evidencia dendrodocumental combinada del tiempo extremo…demuestra que hay evidencia de tiempo extremo durante tanto el Período Cálido Medieval y la Peque-ña Edad de hielo, de hecho fue visto como muy común de acuerdo a los registros de anillos de árboles examinados. A diferencia de la debacle de Yamal, los científicos hicieron un muestreo mucho más amplio de los árboles, tanto los vivientes y los abetos (Abies alba Mill.), y muestrearon a lo largo de Francia, Suiza, Alemania y República Checa. Mejor aún, al revés que el irascible Dr. Mann, ellos no tuvieron que truncar las muestras de árboles después de 1960 porque no estuvieran de acuerdo con la premisa. Sus muestras se extienden de manera continua durante el período 962-2007 y no fue necesaria ocultar ninguna declinación.
hidroclimático de primavera de la Europa Central durante el último milenio
Fig. 5 (A): Extremos de Europa Central y regionales de abetos TRW, y (B) sus cambios centenarios durante el milenio pasado (los extremos de la red fueron doblemente sopesados) comparados con (C), la variabilidad de la precipitación Abril-Mayo de la Europa Central, de resolución anual y un paso de filtro bajo de 40 años. |
Si James Hansen hubiese leído más libros de historia habría podido comprobar muchas cosas que parece ignorar, como la Pequeña Edad de Hielo, o el Período Cálido Medieval, o el período frío de la Edad Oscura, o el mismísimo Período Cálido Romano… Eso, si suponemos que no conoce la existencia de esos períodos climáticos tan cambiantes –porque si en realidad si en verdad los conoce, se comprueba su incapacidad de unir los puntos de la imagen y comprender la manera en que funciona el sistema climático de la Tierra, un sistema caótico que él pretende modelar con sus modelos del clima, a pesar de que sabemos que es imposible modelar o reproducir al Caos. Para no hablar de una ética y una honestidad científica que está ausente –como en todo activista político del calentamiento global.
Por: Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC
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