Fuentes energéticas renovables en Europa: Situación, perspectivas e I+D
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- El 30 octubre, 2006
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Los combustibles fósiles cubren actualmente alrededor del 80% del consumo de energía mundial y europeo y van a continuar dominando el sistema energético tanto en el mundo como en la Unión Europea (UE). Esta situación tiene dos consecuencias, de las que se cree que se debería de tomar conciencia y que van contra la estrategia europea1 en un entorno globalizado: el aumento en las emisiones de gas de efecto invernadero mundial y la disminución de la seguridad de abastecimiento energético en la Unión Europea por la dependencia de las importaciones.
En este contexto, los autores empiezan por analizar el papel de las energías renovables en un “Caso de referencia” en Europa: su situación relativa actual sobre el total de la energía y sobre la producción de electricidad, sus progresos en estos últimos diez años en capacidad eólica y fotovoltaica y sus perspectivas hasta el 2010 y 2030. El artículo intenta ilustrar sobre la “Investigación, Desarrollo Tecnológico y Demostración” (IDT&D) tanto a nivel mundial como europeo. Concretamente, sobre las diferencias entre los actores principales (UE, EE.UU. y Japón) sobre los temas prioritarios en el presupuesto de la UE en IDT&D de energía nuclear y no nuclear, particularizando en las fuentes renovables a las que se destina el 15% de ese presupuesto y, finalmente, sobre las prioridades tecnológicas en el séptimo programa marco de IDT&D de la UE, donde se tratan tres temas de energías renovables entre los nueve que se dedican a la energía no nuclear.
Situación energética mundial y Europea: el papel de las renovables
El sistema energético mundial está dominado (80%) por los combustibles fósiles. El petróleo es la principal fuente de energía (35%) seguido por el carbón (24%), mientras que el gas natural representa un poco más de una quinta parte de la demanda energética mundial. En Europa, la situación es muy parecida con una mayor preponderancia del petróleo (41%) y del gas (23%) y menor del carbón (15%)2.
Según dos estudios de la Comisión Europea, esta situación de preponderancia de los combustibles fósiles permanecerá y se acentuará tanto en el mundo (88%) como en Europa (82%) si no se toman fuertes medidas políticas3. En un “Caso de referencia”4 a nivel mundial el consumo relativo de energía renovable tiende a disminuir (ver Tabla 1)5. Hoy, cuando el 20% de la electricidad es producida con fuentes energéticas renovables incluyendo en ellas la hidráulica de gran capacidad, cabe esperar, según el ya conocido informe WETO, que la cifra relativa del 2030 baje hasta un 17% aunque la electricidad verde aumente en valor absoluto, desde 3.150 TWh hasta 5.900 TWh en 2030. Ésta fue, probablemente, una de las razones por las que la energía, y especialmente la de origen renovable, fue tan discutida en la cumbre mundial sobre el desarrollo sostenible de Johannesburgo en 2002 y por las que fue adoptada una declaración para aumentar “urgente y sustancialmente la participación global de fuentes energéticas renovables”. Se debe, sin embargo, insistir en que para el período 2000-2030 el aumento de nuevas fuentes energéticas renovables es muy fuerte en términos absolutos: de 23 a 544 TWh en eólico, de 197 a 423 TWh en biomasa, de 2 a 51 TWh en tecnologías solares y de 149 a 258 TWh en la pequeña energía hidráulica.
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En la UE de 25 Estados Miembros (UE25), la contribución de las energías renovables es hoy un 6% del consumo total de energía, que es de 1.650 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep). Actualmente, el 63% de toda la energía renovable proviene de la biomasa, el 28% de origen hidráulico (sobretodo de gran capacidad) y el 8% de otras fuentes renovables, geotérmicas, eólicas y de origen solar. Se han hecho progresos notables en las áreas eólica y fotovoltaica durante los últimos años y, aunque su cuota en el “mix energético” de la UE permanece pequeña, aumenta constantemente (ver Figura 1).
Perspectivas de la producción de electricidad con fuentes renovables en Europa
En la UE25, en un “Caso de referencia” la demanda energética crece hasta el 2030, pero la ratio “intensidad energética” –definida como el consumo interior bruto por unidad de PIB– mejora por un aumento de la demanda energética en un 1% anual frente a un crecimiento del PIB de más del 2%6.A largo plazo, el 40% de la energía se utilizará en edificios, el 35% en el transporte y el 25% en la industria. Sigue siendo indispensable aprovechar el considerable potencial de mejora en la eficiencia en el uso de la energía, especialmente en el transporte y en la edificación (ver Figura 2).
Según el informe de la Comisión Energy and transport-trends to 2030, en los próximos 30 años el uso de la electricidad crece dos veces más rápidamente que la media de la energía en Europa y alcanza casi el doble de la capacidad de hoy. Habrá que aumentar la capacidad de las centrales eléctricas en 500-600 GW. Con las tendencias actuales y en situación de competencia en el mercado, es probable que las instalaciones que utilizan gas natural, sobre todo CCGT, dominen las inversiones (ver Figura 3). En su perspectiva mundial de la inversión energética, la Agencia Internacional de la Energía expone que para el año 2030 la UE tendrá que invertir más de 500.000 millones de dólares en la producción de electricidad7.
El petróleo se convierte en un producto para uso específico en dos sectores solamente; transporte y petroquímica. Sin embargo en 2030, el uso del petróleo es un 8% mayor que en 2000 y las importaciones de petróleo de países de fuera de la UE serán en 2030 un 25% más alta que hoy. El gas natural se convierte en un combustible estratégico tanto para la producción de energía como para el uso final y se convierte en la segunda fuente energética, con una participación en torno al 27% en 2030 (frente al 12% en 1990 y el 22% en 2000). En 2030, la UE necesitaría, cada año, un 50% de gas más que hoy. El uso de combustibles sólidos es estable pero aumentará después de 2020 como consecuencia del cierre de las centrales nucleares en algunos países europeos.
En un “Caso de referencia” las energías renovables crecen rápidamente pero no exceden del 9% de las necesidades energéticas primarias de la UE25; hoy representan poco más del 6%. Hasta 2030 se instalarán 150.000 MW de nuevas energías renovables.
Entre las energías renovables, la eólica está actualmente en ventaja, bien en algunas zonas escogidas caracterizadas por vientos relativamente constantes a una velocidad de 10 m/s, o bien por un sistema de apoyo directo a los precios, los “feed-in tariffs”; x céntimos de euro por kWh producido con electricidad verde. Se prevé que, entre 2005 y 2010, sea competitiva a una escala más amplia respecto a los combustibles convencionales.
La energía solar tiene el mayor potencial teórico para satisfacer todas las necesidades de energía pero los costes de inversión son todavía demasiado altos con respecto a la producción de energía convencional.
Las fuentes bioenergéticas, incluyendo residuos domésticos orgánicos, agrícolas y forestales son versátiles y pueden producir electricidad, calor o combustible para el transporte. El obstáculo principal a su uso es la diferencia de precios respecto a los combustibles fósiles.
La energía geotérmica tiene un gran potencial en unos lugares privilegiados, en tanto que los océanos son una fuente de energía más difícil de aprovechar pero con un gran potencial.
El crecimiento de la electricidad de origen eólico es particularmente significativo. En el año 2002 se instalaron en el mundo más de 30 GW de capacidad. En 2004, el 75% de la capacidad eólica instalada está en Europa. El mercado europeo aumentó a finales de los años ochenta y ha sostenido una tasa de crecimiento entre 30% y 50% cada año durante los últimos diez años.
En cuanto a los equipos de fabricación europea, hay que destacar su actual competitividad; hoy tres cuartas partes del mercado global de aerogeneradores es atendido por los fabricantes europeos y la producción danesa de turbinas cubre el 40% del mercado mundial. Las mayores capacidades instaladas están en Alemania y España que, en 2004, tienen respectivamente 16.000 MW y 8.000 MW, siguiéndoles Dinamarca con 3.000 MW. Para la energía eólica, el objetivo de la Comisión en el Libro Blanco8 es de 40.000 MW de capacidad instalada antes de 2010, pero parece que, si la tendencia actual continúa, la capacidad instalada global en 2010 podría superar el objetivo. La potencia media de las turbinas eólicas ha pasado desde 50 kW (rotor de 15 m) en el 1980 hasta 500 kW (rotor de 40 m) en 1990, y hasta 2.000 kW (rotor de 80 m) en el 2000 (ver Figura 4).
La capacidad fotovoltaica (PV) instalada en la UE creció un 37% en 2002. La capacidad acumulada de las diversas instalaciones europeas es casi 600 MW en 2004. Actualmente, Alemania genera alrededor del 70% de la electricidad PV total en la UE25.
La UE ha invertido más de 200 millones de euros en IDT&D en el campo PV durante losúltimos 10 años y se espera que se establezca una plataforma tecnológica PV europea para fomentar las sinergias entre los agentes privados y públicos (ver Figura 5).
En cuanto a los costes, aplicando los criterios clásicos de análisis, los de las fuentes energéticas renovables siguen siendo mayores cuando se los compara con las tecnologías convencionales. Así, si la electricidad producida con gas, carbón o la de origen nuclear es alrededor de 4 eurocents por kWh, los costes para la electricidad producida con energía eólica y biomasa se calculan en 4-8 eurocents/kWh y para la de origen fotovoltaico en 25-50 eurocents/ kWh, siendo el coste de electricidad de origen geotérmico 10-15 eurocents/kWh.
La Comisión Europea ha insistido, recientemente, en la importancia de aflorar los “costes reales”; es decir, distinguir entre los costes internos o privados y los “costes exteriores” en que se incurre y que la sociedad paga de forma indirecta para corregir el perjuicio que necesariamente producen la producción o el consumo energéticos en la sociedad y el medio ambiente. La “internalizacion” de esos costes externos, principalmente por los efectos de la contaminación atmosférica en la salud y en el calentamiento del planeta, podrían hacer más competitivas otras fuentes energéticas. La evaluación económica tradicional de las formas energéticas convencionales ha tendido a ignorar estos efectos. La internalización de estos costes externos podría incitar a un cambio en el despliegue de diversas tecnologías limpias como las renovables9, por ejemplo, mediante la utilización de instrumentos fiscales o subvenciones.
En esa misma línea, en el Libro Blanco de 1997 sobre las energías renovables, quedaron resumidas una estrategia y un plan de acción comunitarios con el objetivo de duplicar la participación de las fuentes energéticas renovables en el “consumo nacional bruto de energía de la UE” antes de 2010. Estos objetivos se enunciaron en la Directiva Verde de Electricidad10. El objetivo para la UE25 es que la proporción de electricidad verde en 2010 haya pasado desde el 13% hasta un 21% del consumo bruto de electricidad (cf. Directiva para la UE15 y el Tratado de Adhesión11 para los diez nuevos Estados Miembros)12, lo que contribuye al cumplimiento de los objetivos de reducción de emisión de gases de efecto invernadero del Protocolo de Kioto por parte de la UE. El Protocolo de Kioto prevé para Europa una reducción del 8% de sus emisiones en 2008-2012, con respecto a 1990.
Investigación y desarrollo tecnológico en materias energéticas a nivel mundial
Con respecto a la IDT&D en el campo de energía, la Agencia Internacional de la Energía14 atribuye a Japón el mayor presupuesto con 3.400 millones $, seguido por los EE UU con 3.000 millones de $ y la UE con 2.000 millones de $. Si comparamos los presupuestos en renovables con el presupuesto total de la IDT&D en energía, se ve que la participación de las renovables en la UE es del 17,5%, en los EE UU del 6,5% y en Japón del 3,5%. En valor absoluto, los presupuestos de renovables en Europa son vez y media más altos que los EE UU y más de 3 veces los de Japón. En las tres regiones hay atención especial a la IDT fotovoltaica. En Japón el 65% del presupuesto total de renovables está relacionado con el PV. En Europa y en los EE UU, las prioridades de IDT&D renovables son más equilibradas, especialmente entre biomasa y PV (ver Figuras 6 y 7).
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IDT&D en el campo energético en Europa
Se trata aquí, como se ha sugerido al principio, de dar unos rasgos que puedan describir cómo se está produciendo la IDT&D.
En primer lugar y como marco de referencia para el desarrollo de esta cuestión hay que decir que la energía y la investigación han estado en el origen de la integración europea. Las primeras “Comunidades Europeas”, ya en los años 50, prestaron la mayor atención al carbón y a la energía nuclear (cf. Comunidad Europea del Carbón y del Acero y Comunidad Europea de la Energía Atómica – “Euratom”). La investigación a nivel europeo se puso en marcha originalmente en el campo de la energía.Ya antes de la existencia de los “programas-marco” europeos de IDT –el primero data de 1984– las IDT en el carbón y en el campo nuclear se llevaron a cabo en el nivel comunitario.
En segundo lugar, importantes decisiones europeas posteriores al año 2000 han influido directamente en la IDT y la IDT energética:
- La estrategia de Lisboa formulada en el Consejo Europeo de 23 y 24 de marzo de 2000, que aspira a hacer de la UE la economía basada en el conocimiento más dinámica y competitiva en el mundo.
- Las conclusiones de Gotemburgo de 15 y 16 de junio de 2001, en que los jefes de Estado y Gobierno estuvieron de acuerdo con una estrategia para el desarrollo viable e invitaron a la industria a participar en el desarrollo de nuevas tecnologías respetuosas con el medio ambiente en sectores tales como energía y transporte.
- El Consejo Europeo de Barcelona de 15 y 16 de marzo de 2002, que expresó la necesidad de que la UE muestre progresos sustanciales en el aumento del rendimiento energético antes de 2010 y elevó el objetivo de la UE para la IDT hasta 3% del PIB (ahora es inferior al 2%).
- El plan de acción tecnológico ambiental de la Comisión de 2004 (ETAP)15 que puso de relieve la necesidad de promover el uso de tecnologías respetuosas con el medio ambiente, en la UE y a nivel global.
Rasgos esenciales de la investigación europea en materias energéticas serían los objetivos que debe cubrir así como los desafíos que debe afrontar. Como objetivos clave estarían, promover un desarrollo viable, garantizar la seguridad y la diversidad del suministro energético, mejorar la eficiencia energética y la competitividad industrial y aumentar la cohesión económica y social. Entre los desafíos estaría contribuir a equilibrar las tensiones entre una demanda energética cada vez mayor y la necesidad de reducir las consecuencias de la producción y utilización energéticas para el medio ambiente, como ha sido demostrado por la reciente cumbre de Montreal (COP11/MOP1) sobre los cambios climáticos. La Figura 8 muestra cómo, a nivel comunitario, la investigación en materias energéticas ha disminuido mucho, relativamente, entre el primero (FP1) y el sexto (FP6) programas marco de la IDT&D de la UE, es decir entre 1984 y 2006.
Correlativamente, la Figura 9 nos indica cómo la distribución de los presupuestos en investigación entre lo nuclear y lo no nuclear, en el nivel comunitario, ha sido relativamente constante en este período.
Sobre la participación del sector público y privado en la UE (ver Figura 10) y en los estados miembros (MS) en el campo renovable, un proyecto europeo llamado REDS16 ha proporcionado tres conclusiones importantes:
- Más de la mitad de la investigación en las materias energéticas renovable está hecha por el sector público.
- Un cuarto del gasto público proviene directamente del presupuesto de la UE y un tercio, del gasto publico de investigación de la UE-15.
- La mitad del personal que trabaja en la investigación para energías renovables es de Alemania, Dinamarca y Países Bajos.
Para el periodo 2007-2013, en el séptimo programa marco de la IDT&D de la UE17,entre las nueve prioridades en el campo energético no nuclear, tres se dedican a fuentes energéticas renovables para la producción eléctrica, para la producción de combustible y para calentamiento y enfriamiento. El énfasis se pone en la mejora de las eficiencias en la conversión y en la reducción de costes.
Las otras prioridades conciernen a las tecnologías de la pila de hidrógeno y combustible que prometen un verdadero cambio de paradigma sobre la manera en que en Europa producen y utilizan la energía (dispositivos móviles o equipos estáticos); la captura y almacenamiento del CO2 y las tecnologías limpias del carbón que abren paso a la manera de producir energía a base de combustibles fósiles a cero de emisiones; el desarrollo de redes energéticas inteligentes, lo que aumentará la eficiencia, seguridad y fiabilidad de la electricidad; los ahorros de energía y la eficiencia que complementan el esfuerzo en otras áreas atenuando las tendencias globales de aumento del consumo de energía; y el desarrollo del conocimiento para la formulación de políticas energéticas.
Finalmente, a través de plataformas tecnológicas europeas y de iniciativas tecnológicas conjuntas, la UE intenta acelerar el desarrollo y despliegue de estas tecnologías clave en Europa. La idea es ayudar a la coordinación eficiente de la investigación, el desarrollo y los programas e iniciativas de despliegue europeo, nacional, regional y local y asegurar una participación equilibrada y activa de los principales interesados ó sea, industria, poderes públicos, comunidad científica, usuarios y sociedad civil.También se trata, por un lado, de ayudar a desarrollar la conciencia de nuevas oportunidades en el mercado energético, de la tecnología y de las situaciones energéticas y, por otro, a estimular la cooperación futura, tanto en la UE como a una escala global.
Conclusiones
Actualmente en Europa el 94% del consumo de energía total está viniendo de fuentes no renovables, lo que indica que, probablemente, la dependencia europea de los combustibles fósiles va a continuar en un futuro próximo. Dos tercios de los combustibles fósiles utilizados en Europa vienen de fuera de la UE. La Comisión Europea viene advirtiendo desde el año 2000 que si no se toma ninguna medida específica elíndice de dependencia energética crecerá hasta el 70% en 2030. Para reducir su vulnerabilidad en los mercados mundiales, la UE tiene que desarrollar sus fuentes energéticas autóctonas, como son las energías renovables.
En esta situación y hablando de fuentes energéticas renovables, habría que ser, a la vez, modesto y ambicioso. Modesto, viendo que la participación de las renovables se va reduciendo relativamente en el mundo, desde un 12% hoy hasta un 7% en 2030, debido a:
- El fuerte aumento del carbón y gas natural (generación eléctrica) y del petróleo (transporte), especialmente, tras la incorporación al consumo energético de Asia.
- La participación de las energías renovables sigue siendo relativamente baja en Europa; menos del 7% del mix energético hoy. Ambicioso, por dos razones:
- Por la voluntad política europea a favor del liderazgo en la lucha contra el cambio climático (Kioto y post-Kioto) y de las energías renovables. Lo que se hace patente en las directivas sobre la electricidad verde–21% sobre el consumo eléctrico bruto en 2010– y en las directivas sobre el biocarburante y sobre el rendimiento energético en los edificios que, aunque descritas, no han sido detalladas en este artículo.
- Por los progresos y la penetración reales de las energías renovables en estos 10 últimos años y por apoyo a la posición de las industrias europeas en este sector. El apoyo político de los poderes públicos es vital para estimular el cambio tecnológico
y para obtener una absorción más rápida de las tecnologías de renovables y un despliegue más amplio de las mismas. Ejemplo de ello podrían ser las sugerencias siguientes: - Proponer objetivos ambiciosos, como los objetivos de la UE para la electricidad o los biocarburantes.
- Utilizar instrumentos fiscales para internalizar los costes externos, por ejemplo promoviendo los combustibles y las tecnologías más limpios y que provocan menos daños sociales come consecuencias negativas sobre la salud humana.
- Proporcionar apoyo práctico en la ejecución de proyectos de renovables.
- Facilitar la publicación de la planificación de permisos para proyectos energéticos renovables.
- Imponer un sistema de precios fijo para energías renovables.
- Impulsar la formación en fomento y transferencia de conocimientos técnicos.
Por último: los programas IDT&D son un instrumento clave para hacer desarrollar las innovaciones tecnológicas incrementales o radicales. En este artículo hemos puesto en evidencia los esfuerzos europeos: más gastos en IDT&D de renovables que los mayores competidores. Pero también se ha hecho ver la reducción del gasto dirigido a la energía en términos relativos a otras prioridades temáticas, como tecnologías de la información, nuevos materiales, biotecnologías,… con la estagnación/ralentización consiguiente (en euros corrientes) y una reducción en términos reales de la cuota asignada en el presupuesto europeo a la energía no nuclear, en la que se incluye la IDT&D de renovables. Una de las mejores maneras de convertir el “Caso de referencia” en un “Caso sostenible” para el futuro es el aumento y la mejor coordinación de los presupuestos de la IDT&D entre los diferentes niveles nacionales y europeos, públicos y privados. Este es el desafío principal del séptimo programa marco de la IDT&D de la UE.
* Las posiciones expuestas en este artículo representan las opiniones personales de los autores y no de la Comisión Europea.
(1) UNFCCC, Protocolo de Kioto de 1997 entrado en vigor en 2005 y Comisión Europea, Libro Verde “Hacia una estrategia europea de seguridad del
abastecimiento energético”, COM(2000)769, y Libro Verde “Estrategia europea para una energía sostenible, competitiva y segura” COM(2006)105.
(2) EUROSTAT y ENERDATA, estadísticas, 2004.
(3) Comisión Europea,World Energy,Technology and Climate Policy Outlook 2030 – WETO, EC, Luxemburgo, 2003; Comisión Europea, European Energy and Transport – trends to 2030, EC, Luxemburgo, 2003; Rossetti di Valdalbero D., Isasa Ezpeleta Jj.,Thonet C.: Energía y tecnología: perspectivas europea y mundial, “Anales de mecánica y electricidad”, Madrid, septiembre-octubre 2004.
(4) Un “Caso de referencia” ofrece una descripción de las características que tendrá el futuro sistema energético en un contexto de evolución empresarial y
tecnológica “sin sobresaltos”.
(5) Comisión Europea, Comunicación sobre la cooperación energética con los países en vías de desarrollo, COM (2002)408.
(6) Comisión Europea, European energy and transport – trends to 2030, op. cit.
(7) Agencia Internacional de la Energía,World Energy Investment Outlook (2003) – 2003 Insights, OECD/IEA, París, 2003.
(8) Comisión Europea, Libro Blanco que establece una estrategia y plan de acción comunitarios en la energía para el futuro: fuentes energéticas renovables, COM(97)599.
(9) Para más información sobre los costes externos de la energía, vea: Comisión Europea, ExternE: Externalities of Energy,Vol. 1-10, EC, Luxemburgo, 1995 y 1999; Comisión Europea, External costs, EC, Luxemburgo, 2003; y Comisión Europea, ExternE: Externalities of Energy – Methodoloy 2005 update EC, Luxemburgo 2005.
(10) Directiva 2001/77/CE relativa a la promoción de la electricidad producida a partir de fuentes de energía renovables sobre el mercado interior de la electricidad, DO L283, 27/10/2001.
(11) Adhesión de la República Checa, Estonia, Chipre, Letonia, Lituania, Hungría, Malta, Polonia, Eslovenia y Eslovaquia, DO L236, 23 de septiembre de 2003.
(12)A nivel europeo hay que mencionar también las directivas sobre el biocarburante y otra sobre el rendimiento energético en los edificios. Dos Directivas europeas son importantes para los biocarburantes: la Directiva 2003/30/CE relativa al fomento del uso de biocarburantes u otros combustibles renovables en el transporte, DO L123, 17/5/2003 y la Directiva 2003/96/CE por la que se reestructura el régimen comunitario de imposición de los productos energéticos y de la electricidad, DO L283, 31/10/2003.
La Directiva 2003/30/CE requiere que los Estados Miembros introduzcan las medidas necesarias para asegurarse de que, a partir de 2005, la proporción de combustibles biológicos –combustibles líquidos o gaseosos utilizados para el transporte y obtenidos de la biomasa, es decir de los residuos biodegradables (por ejemplo, de la agricultura y de la selvicultura)– vendidos en sus mercados sea el 5,75% antes de 2010, frente al 1% de hoy. Poniendo estos objetivos, la Directiva aspira a reducir las emisiones convencionales; CO2, NOx , VOC (compuestos orgánicos volátiles) y otras partículas perjudiciales para la salud yel medio ambiente. La Directiva 2003/96/CE permite a los Estados Miembros eximir de, o reducir, los impuestos especiales para los biocarburantes. La Directiva quiere limitar las distorsiones de la competencia y mantener un efecto de incentivo para los productores y distribuidores de biocarburantes mediante una reducción de los costes de producción, en particular a través de adaptaciones, por parte de los Estados Miembros, que tengan en cuenta los cambios de los precios de las materias primas.
También, aunque no esté directamente relacionada con las energías renovables, hay que mencionar la Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios (Directiva 2002/91/CE, DO L1, 4/1/2003), un sector que supone el 40% del consumo de energía total, que implicará ahorros de energía significativos ayudando, por tanto, a lograr los objetivos en el cambio climático y en la seguridad de suministro. La Directiva pone requisitos de rendimiento energético para edificios recientemente construidos y para edificios existentes con una superficie superior a 1.000 m2 que experimenten una reforma importante.
(13) Para los países de la UE15, los números en la secunda columna vienen de la Directiva 2001/77 (op. cit) y se refieren a 1997 y para los nuevos Estados Miembros los números en la secunda columna vienen del Tratado de Adhesión (op. cit) y se refieren a 2000.
(14) Agencia Internacional de la Energía, Renewable Energy – Market & Policy Trends in IEA Countries, OECD/IEA, París, 2004.
(15) Comisión Europea, Comunicación Un plan de acción para las tecnologías ambientales para la Unión Europea (ETAP), COM(2004)38.
(16) Comisión Europea, European Research Spending for Renewable Energy Sources, EC, Luxemburgo, 2004.
(17) Comisión Europea, propuesta de decisión del Parlamento Europeo y del Consejo referente al séptimo programa marco de la Comunidad Europea para
la investigación, desarrollo tecnológico y actividades de demostración (2007 a 2013), COM(2005)119.
Referencias
- Agencia Internacional de la Energía, Renewable Energy- Market & Policy Trenes in IEA Countries, OECD/IEA, París, 2004.
- Agencia Internacional de la Energía,World Energy Investment Outlook-2003 Insights, OECD/IEA, París, 2003.
- Agencia Internacional de la Energía,World Energy Outlook- 2002, OECD/IEA, París, 2002.
- Comisión Europea, Comunicación hacia el Espacio Europeo de la Investigación, COM(2000)6.
- Comisión Europea, Comunicación un plan de acción para las tecnologías ambientales para la Unión Europea (ETAP), COM (2004) 38.
- Comisión Europea, Energía para el futuro: las fuentes de energía renovables, Libro Blanco, COM (97) 599.
- Comisión Europea, European Energy and Transport Trends to 2030, EC, Luxemburgo, 2003.
- Comisión Europea, European research Spending for Renewable Energy Sources, EC, Luxemburgo, 2004.
- Comisión Europea, ExternE: Externalities of Energy,Vol. 1- 10, EC, Luxemburgo, 1995 y 1999.
- Comisión Europea, ExternE: Externalities of Energy – Methodology Update, EC, Luxemburgo, 2005.
- Comisión Europea, External costs, EC, Luxemburgo, 2003.
- Comisión Europea, Estrategia europea para una energía sostenible, competitiva y segura, Libro Verde, COM (2006) 105.
- Comisión Europea, Hacia una estrategia europea de seguridad del abastecimiento energético, Libro Verde, COM (2000) 769.
- Comisión Europea, La cooperación energética con los países en vías de desarrollo, COM (2002) 408.
- Comisión Europea, Propuesta de decisión del Parlamento Europeo y del Consejo referente al séptimo programa marco de la Comunidad Europea para la investigación, desarrollo tecnológico y actividades de demostración (2007 a 2013), COM (2005) 119.
- Comisión Europea, World Energy,Technology and Climate Policy Outlook-2030, OPEC, Luxemburgo, 2003.
- Directiva europea 2001/77/CE relativa a la promoción de la electricidad producida a partir de fuentes de energías renovables sobre el mercado interior de la electricidad, DO L 283 de 27/10/2001.
- Directiva europea 2002/91/CE sobre el rendimiento energético de los edificios, DO L1, 4/1/2003.
- Directiva europea 2003/30/CE relativa al, DO L123, 17/5/2003.
- Directiva 2003/96/CE por la que se reestructura el régimen comunitario de imposición de los productos energéticos y de la electricidad, DO L283, 31/10/2003.
- Rossetti di Valdalbero D., Isasa Ezpeleta J.J.,Thonet C., La energía y el cambio climático en Europa, “Anales de mecánica y electricidad”, Madrid, julio-agosto 2003.
- Rossetti di Valdalbero D., Isasa Ezpeleta J.J.,Thonet C., Energía y tecnología: perspectivas europea y mundial, “Anales de mecánica y electricidad”, Madrid, septiembre- octubre 2004.
- Tratado de Adhesión, DO L236, 23/09/2003.
Por: Domenico Rossetti di Valdalbero*
Responsable científico en la Comisión Europea, DG de Investigación (Programa Energía)
y encargado de los aspectos socioeconómicos y de la EstrategiaIDT (Energía).
Es Licenciado,Master y Agregado en Ciencias Económicas,
Políticas y Sociales de la UniversidadCatólica de Lovaina.
José Javier Isasa Ezpeleta
Ingeniero del ICAI, Ingeniero ISMCM y Diplomado CADE (Universidad de Deusto).
Actualmente jubilado, su experiencia
anterior está en las industrias eléctrica y metalúrgica y en consultoría.
Claude Thonet*
Actualmente jubilado y anteriormente analista en computerización, proceso de datos
y modelización energética en la Comisión Europea, DG de Investigación(Programa Energía).
Fuente: anales de mecánica y electricidad /marzo-abril 2006
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