Estructura agraria y cultivos transgénicos
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- El 7 septiembre, 2006
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Transformaciones en la estructura agraria de la Región Pampeana causadas por el proceso de agriculturización de la década del 90. El uso del glifosato y la aparición de malezas resistentes en el distrito de Junín (Provincia de Buenos Aires)
Resumen
Desde la última década y hasta el presente, el proceso de agriculturización que ha ocurrido en la Región Pampeana se ha caracterizado por la concentración de las unidades de producción, la expansión de la superficie agrícola, centralizada en los cultivos trigo-soja, la adopción masiva de siembra directa y cultivos transgénicos resistentes al herbicida glifosato.
El sistema de labranza cero permite reducir el número de labores en el lote para llegar a la siembra del cultivo y la cantidad de mano de obra necesaria para la misma. Con la adopción de semilla de soja transgénica, y asociada a ella la utilización del herbicida glifosato, se pensaba que se lograría mayor practicidad en el control de malezas y reducción de costos
en herbicidas. Sin embargo, para poder realizar la incorporación de este paquete tecnológico se requiere de alta disposición de capital económico, por lo que no todos los productorespudieron acceder al mismo. Por este motivo, se produjeron transformaciones en la estructura agraria.
Por otra parte, el planteo tecnológico propuesto causó, además de la marginación de las actividades ganaderas, la realización continua de siembra directa y especialmente el cultivo de soja, que tuvo su impacto a escala del agroecosistema presentándose hoy evidencias de malezas resistentes relacionadas con la utilización del glifosato como único método de
control. El objetivo del presente trabajo es analizar y comentar los cambios sobre la estructura agraria y sobre los costos de producción a largo plazo del uso de la soja RR1 y siembra directa en la localidad de Morse, ubicada en el noroeste bonaerense. La información se obtuvo a través de entrevistas a productores de Morse, utilizando una metodología cualitativa. Con los resultados obtenidos se pretende brindar nuevas pautas de manejo que permitan el desarrollo de un sistema sustentable en el tiempo.
Introducción
La soja es un cultivo nativo del norte y centro de China, introducido al país en la década del 60, pero que a partir de los años 70 ha ido incrementando su producción hasta la actualidad, no sólo por la expansión de la frontera agrícola, sino también por las políticas económicas de los90 que permitieron la incorporación de insumos como fertilizantes, agroquímicos, nuevas variedades de semillas y maquinarias agrícolas de última generación.
De acuerdo con las estimaciones agrícolas efectuadas por la SAGPyA, como resultado final deeste proceso, en la última década se ha producido un incremento notable en la producción total de granos, alcanzando una cifra record de 71,1
millones de toneladas en la campaña 2002/2003, con una superficie de 27,7 millones de hectáreas sembradas, presentando como particularidad que estos crecimientos se han producido casi exclusivamente por el protagonismo alcanzado por la soja, especie que en la actualidad aporta sobre el total de granos aproximadamente el 50 % de la superficie bajo cultivo y de la producción. Para el ciclo agrícola 2003/04, la superficie sembrada con soja fue de 14.509.306 hectáreas con un rendimiento de 34.818.552 toneladas.
Para la campaña 2005 se estima que alcanzará cifras similares (SAGPyA, Estimaciones Agrícolas– Oleaginosas, 2005).2
Para lograr buenos rendimientos de los cultivos, y así una mayor rentabilidad económica, se hace necesario controlar las adversidades sanitarias, entre las cuales están las malezas, dado que compiten con el cultivo por los recursos agua, luz y nutrientes, actúan como hospedantes de plagas y enfermedades, y dificultan la cosecha. Desde la última década del siglo pasado y hastael presente, el fenómeno de agriculturización se ha caracterizado por la expansión de la superficieagrícola, la concentración de las unidades de producción y la centralización en dos cultivos (trigo y soja), además de la incorporación de la biotecnología que generó cultivos genéticamente modificados resistentes al glifosato. En este período se observa un proceso de intensificación agrícola, cuyos rasgos salientes son la difusión de:
a) Sistemas de labranza cero asociados a sembradoras especializadas para siembra directa, que permiten reducir el número de labores en el lote y llegar a la siembra reduciendo problemas de erosión, y
b) Herbicida glifosato en asociación con semillastransgénicas de soja, que permitirían lograr una mayor practicidad en el control de malezas mediante su utilización, ya que el productor podría dedicar parte de su tiempo a otra actividad. La soja transgénica posee un gen específico tolerante alprincipio activo glifosato, que es un herbicida sistémico de acción total. Estos aspectos favorecen el incremento de la escala productiva y fomentan la mayor inversión en capital variable y la reducción de la mano de obra, sin promover la diversificación de actividades, partiendo de los supuestos que:
a) El glifosato es poco tóxico y biodegradable, que empleado en la frecuencia y dosis de registros no presenta efectos adversos sobre el ambiente, que por lo tanto resulta adecuado para reemplazar a otros herbicidas más tóxicos; y
b) que la combinación soja RR y glifosato permite a los productores independizarse tanto del momento de aplicación como del uso de otros herbicidas. En la práctica, a los agricultores argentinos el acceso y adopción de estas tecnologías les permitió sólo en las campañas iniciales producir con mayor productividad y menores costos. A la vez, se creyó erróneamente que el cambio en las estrategias de control de malezas, de una mezcla de plaguicidas a un solo principio activo, reduciría la contaminación por un menor uso de pesticidas.
De esta forma, “Argentina se ubica en el segundo lugar dentro de los países productores de cultivos genéticamente modificados, con casi 15 millones de hectáreas bajo la amenaza permanente de este tipo de organismos” (Souza Casadinho, 2004).
Resistencia en malezas
En el noroeste bonaerense, y en particular en la localidad de Morse, la actividad agrícola por excelencia está representada en su mayor proporción por el cultivo de soja, donde productores familiares capitalizados, que producen tanto en superficie propia como en tierras arrendadas, han adoptado las tecnologías de siembra directa y soja RR desde hace varios años. Estos productores observan que a las dosis aplicadas de glifosato, ciertas malezas como Chenopodium album (quinoa blanca), Eleusine índica (pata de gallo), Euphorbia hirta (lecherón chico) y Cyperus rotundus (cebollín) no son afectadas, por lo que han decidido aplicar dosis mayores para poder controlar efectivamente las malezas. De esta manera realizan un uso inadecuado del herbicida, incrementan sus costos de producción y generan un alto impacto en el agroecosistema.
Impactos sobre la estructura agraria
Este fenómeno de sojización, basado en el monocultivo de soja, en el que no se hacen rotaciones con otros cultivos y se margina la actividad ganadera, también presenta impactos negativos sobre la estructura agraria asociados con la adopción de estas innovaciones. Por ejemplo, para la adopción de la sembradora necesaria para realizar la siembra directa se requiere, por una parte, de la disponibilidad de capital ya sea para la compra de las máquinas o para pagar al contratista. Por ello, aquellos productores que desean mantenerse en la actividad deben recurrir a una ampliación en la superficie de explotación. Esto, por lo general, se logra através de la toma y cesión de tierras (arrendamiento), hecho que trae aparejado tanto la reducción del número de productores como la aparición de nuevos actores ligados a las actividades financieras, quienes con capital suficiente se incorporan a esta actividad. Estos nuevos actores buscan la obtención de máximos beneficios a corto plazo, por lo cual dentro de sus estrategias productivas no suelen tener relevancia ni las tecnologías empleadas ni el estado de los recursos naturales -suelo, diversidad biológica-. Por otra parte, esta estrategia conduce a un menor requerimiento de mano de obra asalariada, resultando suficiente la mano de obra familiar.
Al mismo tiempo, muchos productores que antes se dedicaban a trabajar sus campos con maquinarias propias se ven obligados a ceder aterceros la prestación de este servicio dada la imposibilidad de adquirir la sembradora especializada -por su alto costo-. Asimismo, la adopción de semillas transgénicas, además de presentar riesgos económicos, como el pago de regalías a las empresas transnacionales, representa un factor de alto riesgo a escala de los agroecosistemas.
El traspaso del polen de estas plantas genéticamente modificadas hacia especies silvestres emparentadas podría conducir a la aparición de malezas resistentes muy difíciles de controlar, como ya fue documentado en otros cultivos (colza RR, maíz RR). Además, existen características morfológicas y fisiológicas propias de cada maleza que las hacen más o menos susceptibles a los herbicidas. Esto lleva a los productores que utilizan al glifosato como único herbicida a incrementar la frecuenciay dosis de aplicación, o bien a la incorporación de otros herbicidas con distinto mecanismo de acción y mayor residualidad. La primera estrategia refuerza la aparición de malezas resistentes y tolerantes, y ambas estrategias aumentan los niveles de riesgos de contaminación. El presente trabajo ha tomado esta problemática de los productores y busca relacionar las situaciones reales de cada productor con un marco teórico y científico, mediante el cual analizar y seleccionar las causas de este problema. A partirde allí se propone elaborar posibles intervenciones que permitan modificar esta situación.
Modificaciones en los sistemas productivos por la introducción del paquete tecnológico (Soja RR – Siembra Directa)
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De los datos obtenidos a partir de las entrevistas surge que, en el área bajo estudio, el cultivo de soja fue adoptado e incorporado a los sistemas productivos hace 19 años. Esto permite caracterizarla como una zona tradicionalmente sojera. Con respecto a la difusión y promoción de soja transgénica, el 55% de los entrevistados expresóhaberse enterado de la existencia de estas semillas modificadas genéticamente por charlas técnicas suministradas por semilleros, el 5% a través de relaciones comerciales, el 10% mediante información proporcionada por ingenieros agrónomos, el 25% por medios masivos (canal rural, radio, diario) en los cuales se publicitaba este cultivo, y el 5% se enteró a través de plantas acopiadoras y de cooperativas. Respecto del momento de adopción de la soja RR, existe un 55% de entrevistados que se puede catalogar como innovadores, dado que adoptaron la tecnología desde que la misma salió al mercado; un 5% la adoptó hace 6 años; un 25% conformado por un grupo más conservador la adoptó hace 5 años. El 10% la adoptó en el año 2000 y el 5% restante la comenzó a usar hace 3 años.
Entre los principales motivos que impulsaron a estos productores a adoptar soja RR, figuran: a) porque les resulta más seguro, más fácil y práctico el control de malezas (70 %); b) Porque reduce costos -de herbicidas y de mano de obra- y facilita el control de malezas (25 %), y c) Por probar una nueva tecnología (5 %). El 100% de la soja utilizada actualmente es transgénica. En ningún caso los entrevistados indicaron que se hubieranpresentado dificultades legales para la adquisición de estas semillas.
Modificaciones en la estructura de tenencia de la tierra, debidas a la adopción de estas tecnologías
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El 55 % de los entrevistados aumentó la superficie cultivada con soja, mientras que el 45 % restante mantiene la misma proporción de campo destinado a soja.
El 55% de los productores tiende a sacar los alambrados para aumentar la superficie de cada parcela -el tamaño medio de cada lote es de 50ha-, como producto de los requerimientos de la actividad agrícola. Por ejemplo, mayor tamaño decampo, lo que permite lograr una mayor capacidad de trabajo de las maquinarias y evitar pérdidas de tiempo.
El 35 % posee la tierra en propiedad; un 5% hace arrendamiento destinando el mismo a la actividad agrícola; un 5% cede su campo, que posee en propiedad asociado con familiares, pero a su vez arrienda tierra en otro lado en forma individual; otro 5% tiene campo en propiedad y en cesión -esto es porque en la tierra en propiedad realiza actividad ganadera- y la tierra cedida es destinada a agricultura, y el 50% restante tiene campo en propiedad y a la vez arrienda campo para destinarlo a agricultura.
De aquellos entrevistados que toman tierras en arrendamiento, el 91,7 % realiza contrato por una cosecha y el 8,3% lo hace por dos cosechas. Solamente el 10% de los entrevistados cede tierras.De este porcentaje, el total realiza contrato accidental por una cosecha. Este se fija en el 50% de los casos en especies y el otro 50% lo hace en porcentaje de producción.
Modificaciones ocurridas sobre los actores sociales del sector agrícola, como consecuencia de adopción de las tecnologías.
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Situación antes dela adopción de estas tecnologías
Tipo Social Agrario Asalariado:
a)Trabajadores permanentes.
El 60 % de los productores entrevistados contratabamano de obra permanente (administradores,ractoristas, capataces, peones), caracterizada dela siguiente manera: 25 % trabajadores permanentes no familiares, 20 % trabajadorespermanentes familiares, y 15 % de trabajadores permanentes tanto familiares como no familiares del productor.
b)Trabajadores transitorios.
De los entrevistados, el 40 % manifestó que contrataba personal transitorio para trabajos de roturación y siembra, y un 30% contrataba personal para las labores de cosecha.
Tipo Social Agrario Productor
a) Productores familiares.
El 85 % de los productores entrevistados trabajaba exclusivamente en el campo y tomaba las decisiones acerca de las actividades a realizar en la explotación. Este tipo de productores se caracterizaba por poseer entre 50 y 150 hectáreas en propiedad. Del total de productores entrevistados, 60 % manifestó que recibía asesoramiento técnico. Las fuentes señaladas fueron: cooperativas del agro presentes en la zona (17%), plantas de acopio (8 %), INTA (8 %) e ingenieros agrónomos particulares (67%). El 40 % restante no recibía asesoramiento técnico.
b)Productores empresarios.
El 15 % restante de los productores no trabajaba directamente en el campo, dependía de un administrador a quien le indicaba las actividades a realizar. Cabe la aclaración, estos productores poseían más de 200 hectáreas en propiedad. El 35 % de los entrevistados arrendaba tierras tanto para realizar actividad agrícola como ganadera, el 65 % restante no arrendaba.
Situación después de la adopción de estas tecnologías
Tipo Social Agrario Asalariado
a)Trabajadores permanentes.
El 55 % de los productores entrevistados contratamano de obra permanente (administradores y tractoristas), lo cual muestra una reducción respecto de la toma de personal permanente antes de la adopción de estas tecnologías. Se observa que las figuras del puestero y del peón han desaparecido. Actualmente integran las filas de asalariados transitorios. Por otra parte, también ha disminuido la toma de trabajadores familiares de 20 % a 15 %.
b)Trabajadores transitorios.
De los entrevistados, el 45 % mencionó que contratapersonal transitorio para trabajos de cosecha, el 30% contrata para las labores de roturación y siembra, y el resto contrata peones o puesteros para casos particulares.
Tipo Social Agrario Productor
a)Productores familiares.
El 85 % de los productores entrevistados trabaja exclusivamente en el campo y toma las decisiones acerca de las actividades a realizar en la explotación. Este tipo de productores se caracteriza por poseer entre 50 y 150 hectáreas en propiedad. Del total de productores entrevistados, el 70 % manifiesta que recibe asesoramiento técnico señalando las siguientes fuentes: cooperativas del agro presentes en la zona (14%), plantas de acopio (7 %), INTA y cooperativas (7 %) e ingenieros agrónomos particulares (72%). El 30 % restante no recibe asesoramiento técnico. Merece destacarse que la situación actual pone de manifiesto un incremento en la utilización de asesoramiento técnico por parte de los productores, lo cual se atribuye a que para el empleo óptimo de estas tecnologías se requiere un buen manejo de información.
b)Productores empresarios.
El 15 % restante (no familiares) no trabaja directamente en el campo, depende de un administrador a quien le indica las actividades a realizar. Merece aclarar que estos productores poseen más de 200 hectáreas en propiedad.
El 60 % de los entrevistados arrienda tierras para realizar actividad agrícola, mientras el 40 % restante no arrienda. El objetivo del arrendamiento es incrementar el área destinada a la producción agrícola, hecho que proporciona la posibilidad de obtener márgenes brutos positivos haciendo frente a los altos costos de las tecnologías requeridas para la producción.
Los elevados montos que se pagan por los alquileres, las cotizaciones en valores de precios de soja y las deficientes condiciones de infraestructura (levantamiento de alambrados, etc.) presentes en los campos de la zona, hacen inviable el aprovechamiento de los mismos para uso ganadero.
Análisis de las estrategias llevadas a cabo por los productores para el control de las malezas y de las consecuencias del uso continuo del herbicida glifosato sobre la diversidad de malezas existentes en el lugar.
De acuerdo con los datos proporcionados a travésde las entrevistas realizadas a los productores de la zona de Morse se construyó el Cuadro N º1, donde se muestran las malezas más frecuentes de encontrar en los lotes de producción agrícola:
En relación con las estrategias llevadas a cabo por parte de los productores del área bajo estudio para el control de las malezas, se efectuó un análisis en el que se consideró: a) estrategias antes de la adopción de la soja RR y b) estrategias luego de la adopción de soja RR.
a) Estrategias antes dela adopción de la soja RR.
Labores mecánicas post siembra: El 100% de los productores entrevistados utilizaba el escardillo, 5% utilizaba rastra rotativa y otro 5% empleaba como implemento, además, la roto rastra. En el 100% de los casos las labores eran llevadas a cabo por los propios productores.
Aplicación de herbicidas: Los herbicidas empleados para el control de malezas, por parte de los productores entrevistados, se ilustran en el Cuadro N° 2. Las pulverizaciones eran realizadas en el 80% de los casos con maquinaria propia y en el 20% de los casos se terciarizaba el servicio.
b) Estrategias luego de la adopción de soja RR.
Labores mecánicas post siembra: El 100% de los entrevistados manifestó no emplear ningún tipo de labor para el control de malezas, ya que las mismas son incompatibles con la labranza cero. Este es uno de los aspectos en los que se puede visualizar la influencia de los cambios tecnológicos, en relación con la reducción de la necesidad de mano de obra.
Aplicación de herbicidas: Los herbicidas empleados por parte de los productores se ilustran en el Cuadro N º 3. Merece destacarse que debidoa la adopción de soja RR, el número de ingredientes activos de acción herbicida empleado se ha reducido a cuatro. Las pulverizaciones en el 85% de los casos las realiza el propio productor y en el 15% de los casos se terciariza el servicio.
Como consecuencia del empleo masivo de glifosato surgieron problemas relacionados con la aparición de especies de malezas que presentan tolerancia y/o resistencia a este ingrediente activo. Entre las malezas resistentes y/o tolerantes al glifosato mencionadas por el 80 % de los productores entrevistados se encuentran: Chenopodium album (quinoa blanca), Cyperus rotundus (cebollín), Euphorbia hirta (lecherón), Eleusine indica (pata de gallo), Sorghum halepense (sorgo de alepo), Amaranthus quitensis (yuyo colorado), Portulaca oleracea (verdolaga), Cynodon dactylon (gramón) y Anoda cristata (malva). El 20 % restante aún no ha identificado este tipo de problemas.
Los indicadores de resistencia que los productores utilizan para caracterizar a una maleza como más tolerante o resistente son, a partir de susexpresiones, los siguientes: “Para poder eliminar las malezas se necesita mayor dosis de glifosato” (Ricardo, entrevistado en 2004).
“Aplicando la dosis recomendada no se logra combatir eficazmente” (Fernando).
“Aplicando la dosis normal la maleza se atrasa un poco, pero no la mata” (Máximo, entrevistado en 2004).
“Al aplicar el producto que las combate, las malezas permanecen en estado vegetativo” (Fabián, entrevistado en 2004).
“Luego de aplicar el producto, el vegetal sigue creciendo activamente” (Luis, entrevistado en 2004).
“Luego de la aplicación del producto, la maleza vuelve a rebrotar” (Atilio, Mariano, Raúl, entrevistados en 2004).
“Se pasa el producto (glifosato) y no controla las malezas” (Héctor, entrevistado en 2004). “Las malezas se marchitan, pero luego rebrotan” (José Luis, entrevistado en 2004).
Estrategias de control de malezas puestas en juego por los productores ante la aparición de malezas tolerantes y/o resistentes.
Las estrategias utilizadas para poder controlar lasmalezas tolerantes y/o resistentes son: para el 60% de los entrevistados, aumentar la dosis del glifosato; para el 15%, aplicar la dosis recomendada de glifosato combinándola con otro ingrediente activo de acción herbicida, como el 2,4-D (2,4 D 100 zamba, DMA 50) o el flumetsulam (Preside); para el 25% restante hay que ajustar bien el momento de aplicación del producto químico a aquel en que la maleza es chica y se encuentra en estado activo de crecimiento. Además, otra estrategia utilizada y que no aparece en las entrevistas -fue suministrada por un informante secundario- es aplicar la dosis de registro, o bien una dosis mayor, en más de una pasada.
CONCLUSIONES
A partir del análisis de los resultados obtenidos se puede concluir lo siguiente:
1. Las transformaciones políticas y económicas implementadas en el sector agropecuario en la década del 90 impulsaron la aparición de nuevos contratistas rurales.
2. Desde fines de los 90 la ganadería sufrió una baja importante en la participación dentro de los emprendimientos que realizan los productores de la zona de Morse, como consecuencia del proceso de agriculturización y adopción de un paquete tecnológico conformado por soja RR, glifosato y labranza cero.
3. Se hace poca rotación agrícola ganadera de los lotes, lo que determina que los mismos sean trabajados sin descanso, con el consecuente deterioro de la fertilidad química y física. Gran parte de los productores aumentó la superficie destinada al cultivo de soja por motivos de mayor rentabilidad, sin tener en cuenta criterios ecológicos.
4. La totalidad de los productores entrevistados utiliza semillas de soja transgénica y glifosato, respondiendo que lo hacen porque facilita el control de malezas, por ser más práctico y porque reducen ostos de producción.
5. Los propietarios de estas tecnologías (soja RR,glifosato y labranza cero) ponen mucho énfasis en la publicidad, ya sea mediante charlas técnicas o medios masivos, para lograr una mejor difusión en el sector agropecuario, argumentando que a partir de la adopción de las mismas se reducen los costos, debido a que se abandona el empleo de “cócteles de herbicidas”, al mismo tiempo que se produce más y “de manera sustentable”, ya que solamente se emplea un solo herbicida queno es residual (glifosato). Esto se puede observar a través de las estrategias que utilizan actualmente los productores para controlar malezas en el cultivo de soja, dado que se emplea glifosato como único mecanismo de control, sin tener conciencia de los perjuicios económicos y ecológicos que esta práctica acarrea en plazos cortos.
6. Sin embargo, la posibilidad de adquirir la maquinaria especializada en labranza cero no es equitativa para todos los productores. El elevado costo de ésta conlleva a que solamente sea factible su amortización si se dispone de altos ingresosy/o de grandes extensiones. Por ello, en la actualidad solamente los productores empresarios pueden adoptar esta tecnología.
7. La posibilidad de incorporar soja RR y glifosato es factible para cualquier tipo de productor, por tratarse de tecnologías de un relativo bajo costo de adquisición.
8. Con el proceso de agriculturización de los últimos años se observa una tendencia creciente a aumentar los campos trabajados con agricultura, por dejar un margen económico que permite hacer frente a los costos de incorporación de estas tecnologías. Cabe aclarar que en muchos casos esta expansión es llevada a cabo a través del arrendamiento de campos, pero en ningún caso se debe a la compra de más tierra, debido por una parte al elevado valor de la tierra (5.000 US$/ha) y por otra, a que se evitan altos costos fijos.
9. Los contratos de arrendamiento se hacen por una sola cosecha en la mayoría de los casos, lo que se relaciona con la incertidumbre en el precio de la soja. Una gran proporción de los entrevistados fija los contratos en quintales de soja o en % de la producción: esto se debe a la volatilidad del precio de la soja. Acerca de las decisiones de qué producir, frecuentemente es el propietario de las tierras quien las toma, mientras que la compra de insumos queda a cargo de quien toma la tierra.
10. Además, otra estrategia productiva para incrementar los márgenes económicos es la de aumentar el tamaño de la superficie destinada a agricultura de cada lote, para lo cual se han levantado los alambrados internos.
11. La incorporación de labranza cero – sembradoras especializadas en siembra directa- significó la reducción en la utilización de sistemas que demandan remoción de los primeros 20 centímetros del suelo (labranza convencional, vertical), lo que se asocia a la adopción de soja RR y glifosato. Además, en la gran mayoría de los casos en los que se adoptó la labranza cero, el servicio es realizado por empresarios especializados dado el altocosto de la maquinaria. Esto ocasionó una reducción en la contratación de mano de obra asalariada permanente y transitoria.
12. En las labores de cosecha se observa un incremento en el empleo de mano de obra contratada en forma transitoria debido a la gran extensión de los lotes a cosechar.
13. La adopción de estas tecnologías requiere que los productores tengan acceso permanente a información relacionada con las mismas, porlo que recurren a servicios de asesoramiento técnico que reciben por parte de profesionales vinculados a las empresas transnacionales “dueñas” de las tecnologías. Esta situación no es imparcial y genera una relación de dependencia con las multinacionales para poder subsistir.
14. El 100% de los productores ha adoptado el glifosato, el cual es empleado como única herramienta para el control de malezas, debido a que se pensó que se reducían costos. Sin embargo, al momento de la realización de este trabajo, un 80 % de los entrevistados manifestó tener problemas de malezas resistentes y/o tolerantes a este ingrediente activo. Por eso
consideran necesario un incremento en las dosis de registro, mayor número de aplicaciones y/o una combinación con otros ingredientes activos, lo cualincrementa los costos.
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– Souza Casadinho, J. 2004. “Impacto de los cultivos transgénicos en la estructura agraria y en la alimentación. Análisis de la situación en Argentina”. Editorial CETAAR – RAPAL.
Por: Sebastián Arias,
Ingeniero Agronómo
Mariana C. Moya,
Ingeniero Agronómo(Ms. Sc.)
Javier Souza Casadinho.
Buenos Aires, Argentina. 2005
Fuente: Revista Enlace Nº 73 Julio 2006
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