El manejo sostenible de los recursos naturales y la biodiversidad en Guerrero
- Creado por admin
- El 1 marzo, 2007
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México
El estado de Guerrero se caracteriza por ser uno de los estados del país con mayor pobreza y marginación; es complejo en su orografía y topografía, pero rico en biodiversidad y con muchas opciones productivas.
Hay variadas razones que explicarían el porqué de esa lamentable degradación en el aspecto social, económico y en lo ambiental. Una de ellas, quizá la más importante, es la que señala que durante varias décadas la actividad económica en el sector rural guerrerense se ha limitado, por un lado, al desarrollo de actividades productivas agropecuarias no muy rentables económicamente, las cuales se realizan con prácticas culturales no muy amigables con el medio ambiente y, por otro lado, al aprovechamiento forestal exclusivamente de los productos maderables. Ambas actividades han representado, en lo general, un impacto ambiental negativo por cambiar el uso del suelo y con ello la pérdida de cubierta vegetal, pérdida de suelos, y destrucción del hábitat que pone en riesgo la existencia de especies de flora y fauna silvestres, uno de los principales elementos del patrimonio natural de la población rural y, finalmente, la disminución en la capacidad de infiltración de agua con los consiguientes conflictos sociales en el ámbito de las cuencas hidrológicas.
Si bien hacemos un recuento de los recursos naturales con los que contaba no hace muchos años el estado de Guerrero, podemos señalar que tenía un alto potencial forestal, pues más del 80 por ciento de sus 6.37 millones de hectáreas de superficie contaba con recursos forestales; de ellas, 5.2 millones contaban con cobertura forestal con especies maderables en bosques y selvas.
Hoy, por desgracia, con una disminución de casi el 50 por ciento de la superficie de ese potencial, vemos que en el manejo de los bosques templados en donde abundan especies de flora y fauna, sólo se ha considerado como un elemento para mejorar la economía comunitaria, a los recursos forestales maderables y sólo de especies de pino con valor comercial en el mercado tradicional. Esta visión equivocada, generada por el desconocimiento y desinformación de la existencia de otras opciones en la producción de bienes y servicios que ofertan los bosques y selvas, y que tienen una demanda importante el mercado nacional y mundial, ha dejado de considerar el aprovechamiento de los recursos forestales no maderables o de otros bienes y servicios.
Si a lo que hemos señalado le agregamos que el 72 por ciento de la superficie estatal es de propiedad ejidal o comunal, pero que la ejecución de los aprovechamientos de los recursos maderables y no maderables ha sido realizado fundamentalmente por gentes externas a los núcleos agrarios, podemos entender que quienes se han beneficiado con estas actividades poco interés han tenido en fortalecer capacidades técnicas, tecnológicas y económicas de los propietarios de los territorios y esto se traduce en mayor pobreza económica, social y ambiental de los pueblos. Quizá esto permita entender el porqué en el estado de Guerrero ha proliferado la producción de enervantes y la emigración hacia el norte del país o al extranjero, como una alternativa para incrementar ingresos en la raquítica economía familiar.
Es pues necesario reconocer que en Guerrero los pueblos propietarios de los bosques y selvas no han logrado generar las condiciones para apropiarse de la riqueza que representan los recursos naturales en general, pero en particular la biodiversidad. Consideramos pertinente aclarar que esto también es resultado de una equivocada política forestal que ha canalizado escasos e insuficientes apoyos financieros y que tampoco ha generado los mecanismos e instrumentos que sirvan para inducir con un enfoque autogestivo, el uso sostenible de los bosques, selvas y de la vida silvestre.
Ante esta evidente ausencia de políticas públicas eficientes, podemos reconocer que en las poblaciones indígenas y mestizas poseedoras de los bosques y selvas de Guerrero se han transmitido por generaciones prácticas culturales que tienen que ver con el manejo colectivo y responsable de los recursos naturales que tienen una importancia social, económica o ambiental para las comunidades. Sin embargo, esta riqueza cultural en ocasiones se ha visto amenazada por la forma de intervención gubernamental, pues para los ejidos y comunidades, el acceder a algunos beneficios de programas gubernamentales ha implicado modificar prácticas organizativas y culturales, con lo que se incrementa el riesgo de mayor pobreza cultural, económica y ambiental.
En la búsqueda de encontrar opciones para lograr mejores condiciones de bienestar a partir de un uso integral, diversificado y concurrente de los recursos naturales, el Proyecto Coinbio se está instrumentando en nuestro estado desde finales del año 2002. Este proyecto intenta generar un modelo a partir del fortalecimiento de las capacidades de los propietarios de los territorios ricos en biodiversidad, que genere una visión del desarrollo comunitario en la que los recursos naturales y en particular la biodiversidad sean los ejes estratégicos para lograr concurrencia e integralidad en la intervención gubernamental multisectorial y de la privada a través de los prestadores de servicios técnicos.
Sin embargo, se tiene claro que la eficacia de las acciones del proyecto se deberán reflejar en un impacto en la mejora del capital social y del capital natural con la que cuentan los ejidos y comunidades, por lo que se establecerán en las tres entidades en donde interviene el proyecto, dos instrumentos que permitirán particularmente a los núcleos agrarios participantes monitorear y evaluar su gestión ambiental comunitaria: un Sistema Integral de Información y un Sistema de Monitoreo y Evaluación.
Entrando en el terreno de lo concreto, tenemos que en Guerrero un número modesto de núcleos agrarios, 76 de un total de mil 300, son el universo del proyecto y empiezan a identificar otras posibilidades de actividades productivas y económicas. Con ello, estaremos avanzando en generar nuevas oportunidades de ingreso para mejorar sobre todo la calidad de vida incorporando prácticas de uso, manejo y aprovechamiento de los recursos naturales y en particular de la diversidad biológica con un enfoque sostenible.
Hoy se reconoce que estos ejidos y comunidades que tienen iniciativas orientadas a ese propósito y que han decidido establecer áreas para la conservación y manejo de áreas silvestres bajo un esquema de corresponsabilidad social pueden lograr un buen nivel de gestión ambiental y desarrollar sistemas sostenibles de manejo.
En Guerrero se han definido 59 áreas en igual número de núcleos agrarios con una superficie de 103 mil hectáreas, todas ellas reguladas por ordenamientos comunitarios acordados en asambleas generales. Es acuerdo del Comité Estatal del Coinbio promover ante las asambleas el que soliciten su certificación ante la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), aprovechando lo establecido en el Artículo 59, párrafo segundo, de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA), con lo que se logra fortalecer el acuerdo comunitario, y se aprovecha también el interés del gobierno del estado de establecer el Sistema Estatal de Áreas Naturales Protegidas, en el que se le dará pleno reconocimiento legal a las Áreas Protegidas Comunitarias, como una categoría que se incorpora al marco legal vigente a través de la iniciativa de modificación a la Ley Estatal.
Como se comentó anteriormente, uno de los objetivos importantes del proyecto es que en los ejidos y comunidades guerrerenses donde se interviene se concreten las acciones y/o proyectos de uso sostenible de la biodiversidad, por lo que hoy como resultado de los trabajos de ordenamientos territoriales comunitarios, planes de uso del territorio y de los recursos naturales, inventarios de flora y fauna, estudios para establecer UMAS y de factibilidad de proyectos económicos de bienes y servicios ambientales, se ha logrado establecer una estrategia para operar en 15 micro regiones, identificando en cada una de ellas las líneas estratégicas que han definido los núcleos agrarios para impulsar empresas verdes en los siguientes rubros:
1. Ecoturismo.
2. UMAS para el manejo y comercialización de plantas medicinales y de ornato.
3. UMAS extensivas de fauna silvestre con fines de repoblamiento y algunas con fines cinegéticos.
4. Proyectos de envasado de agua de manantial.
5. Definición de ofertas de servicios ambientales para lograr obtener compensaciones por y para mantener en buenas condiciones los bosques y las áreas silvestres.
Esta experiencia del Coinbio ha demostrado que existen instrumentos que apoyan la gestión ambiental comunitaria, en la que el eje estratégico es la gestión por la biodiversidad. Así tenemos por ejemplo que en materia de identificación y valoración social, económica y ambiental de los usos actuales y potenciales de los recursos naturales y en particular los biológicos. Se puede contar con los ordenamientos territoriales comunitarios, evaluaciones rurales participativas, delimitación de áreas de conservación, inventarios de flora y fauna, capacitación en temas especiales y realización de viajes de visita a experiencias exitosas de intercambio comunitario siempre y cuando se ubiquen como apoyo a procesos y no sólo acciones puntuales.
Finalmente, quisiera expresar que, además de las experiencias vividas en estos casi cuatro años de existencia del proyecto en las que hemos aprendido lecciones y enseñanzas importantes, queremos reconocer que todavía tenemos que avanzar en una serie de aspectos pendientes y que en la evaluación de medio término surgieron como recomendaciones que hay considerar para el cierre de esta primera fase del Proyecto Coinbio.
En la componente de fortalecimiento de capacidades de los actores locales, es necesario seguirla orientando hacia el enfoque autogestivo comunitario y para ello se debe trabajar en la formación de los cuadros comunitarios a través de un proceso de capacitación continua, y se apoye las iniciativas de nuevas formas de organización como redes u organizaciones regionales de ejidos y comunidades que se están construyendo. Sólo así estaremos seguros que tendremos un capital social que será el principal garante de procesos sostenibles.
Considerando que los prestadores de servicios técnicos cumplen un papel estratégico en la consolidación de las iniciativas comunitarias para el uso sostenible de la biodiversidad, se requiere establecer un esquema de contratación de sus servicios que permita contar con una asistencia o asesoría técnica, que acompañe los procesos de manera permanente y no puntual como hasta ahora se da.
Se requiere crear instrumentos financieros y crediticios en los ámbitos estatal y regional, que apoyen iniciativas de creación de empresas verdes, así como la creación de mercados en los que se valore la importancia social, económica y ambiental de esos bienes y servicios. De gran interés será conservar las prácticas de mercado que se dan en economías regionales y que han permitido que éstas perduren.
Es necesario promover acuerdos regionales, estatales, nacionales e internacionales para la prestación y pago de servicios ambientales.
Mejorar la gobernabilidad en las zonas forestales y silvestres, a través del impulso a la participación social en la toma de decisiones, fomentar la autorregulación establecida en el marco legal pero en el marco de la corresponsabilidad comunitaria, crear mecanismos para la descentralización de funciones y recursos a nivel estatal y regional en los que las organizaciones sociales jueguen un papel protagónico.
Esto pretende ser un recuento de los activos y los pasivos que se le reconocen al Coinbio, es así que resaltan sus resultados como generadores de nuevas expectativas para los ejidos y comunidades, que hoy saben que la apuesta al desarrollo comunitario no depende de lo que hoy se pueda manejar y aprovechar, sino de los bienes y servicios que en el futuro integren su patrimonio natural.
Finalmente, diremos que estos elementos de la experiencia del proyecto son algunos aportes desde Guerrero al diseño de una política nacional ambiental y de una nueva cultura social, pública y privada. Política a la que debemos apelar sea la que norme la conducta de los diferentes actores que estamos interesados y ocupados por la conservación activa del patrimonio natural de los pueblos indígenas y mestizos de nuestro país.
Por: Pablo Alberto González Villalva
Coordinador estatal del Proyecto Coinbio en Guerrero
Fuente: La Jornada ecológica
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