Riesgos biológicos en casos de desastres
- Creado por admin
- El 1 enero, 2000
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Lic. Bio. Daniel Lupi Arocha.
Son muchos los peligros que se pueden originar en ocasión de un desastre, sea éste de tipo natural, industrial, o provocado por el hombre. Estos peligros pueden ser “propios del desastre” y/o “surgidos después del desastre”. Si bien es cierto que debemos conocer los signos característicos de los riesgos probables de las industrias, (químicos, eléc-tricos, físicos, etc.) también es importante conocer sobre una serie de riesgos, sin signos evidentes, que acechan a la hora de prestar ayuda y en los cuales los lesionados podemos ser nosotros los rescatistas, debido a un desconoci-miento de los mismos.
Los riesgos biológicos se encuentran en todo tipo de desastres (terremotos, inundaciones, accidentes automovilísti-cos, guerras, deslizamientos, etc.), y, debido al carácter inaparente de los mismos, no los tomamos en cuenta al momento de atender una emergencia y descuidamos nuestra protección. Conocerlos y adoptar medidas individuales nos va a permitir minimizar el posible contagio para evitar la enfermedad consecuente.
Al acudir a un desastre, podemos encontrar tuberías de aguas blancas y negras rotas, las cuales se derraman sin ningún control por el sitio del desastre y cuya exposición representa un peligro para la salud de aquellas personas que tienen contacto con ellas. Así mismo, encontramos fallas en el servicio eléctrico, las cuales causaran el daño de medicamentos, alimentos y materiales biológicos (vacunas, sangre, plasma, muestras orgánicas en conservación, etc.), que requieren refrigeración. En el caso de los alimentos puede ser a nivel de elaboración o conservación.
Estas condiciones representan un medio idóneo para que proliferen una serie de microorganismos conocidos como: bacterias, (y sus toxinas), hongos, (y sus toxinas), parásitos y virus, con los cuales podemos tener contacto y correr el riesgo de contraer enfermedades.
CLASIFICACIÓN DE LOS RIESGOS BIOLÓGICOS
Los riesgos biológicos pueden clasificarse, según su momento de aparición en:
1- Riesgos a corto plazo.
2- Riesgos a mediano plazo.
3- Riesgos a largo plazo.
I Riesgos a corto plazo:
Son aquellos que aparecen dentro de las 48 horas siguientes al momento de exposición. Estos afectan el rendimiento del personal de rescate y por ende de la operación de atención del desastre. Estos pueden ser:
1. I.A. Intoxicaciones alimentarias por bacterias: Son producidas por las toxinas de estos microorganismos; así tene-mos las causadas por:
·Estafilococos: Se encuentran principalmente en la leche, derivados lácteos, jamón y carne procesada debido a una mala manipulación y conservación de los alimentos. Esta toxina, elaborada por bacterias del género Staphilococo, se produce entre 4 a 6 horas a 32ºC y no provoca alteración en el sabor ni olor de las comidas. Provoca una diarrea profusa con dolor abdominal intenso, náuseas y vómitos.
·Vibriones: Producido por la toxina del Vibrio cholerae, la cual provoca una diarrea acuosa con pérdida abundante de líquido y electrolitos de hasta un litro por hora que puede causar una deshidratación grave en pocas horas, seguida o no de la muerte.
·Enteropatógenos: Produce una diarrea llamada “diarrea del viajero”, y es debida a la acción intraintestinal de la toxina de la Escherichia coli.
-Anaerobios: Como es el caso del botulismo, debido a una neurotoxina producida por el Clostridium botulinum, la cual provoca una enfermedad severa neuroparalítica con inhibición de la liberación de la acetilcolina; caracterizada por un comienzo agudo y rápido que termina en parálisis muscular profunda y paro respiratorio. Está considerada como la toxina más potente conocida. Esta toxina se encuentra preformada en los alimentos, (salchichas, embutidos, pescados, etc.), así como en conservas caseras preparadas sin respetar las mínimas condiciones higiénicas. Los síntomas aparecen a las 24 horas y la evolución va a depender de la cantidad de toxina ingerida y de la prontitud y especificidad del tratamiento aplicado.
3. Infecciones: Tétano, producido por la neurotoxina del Clostridium tetani; esta bacteria entra al organismo por heri-das punzantes y se caracteriza por espasmos y rigidez musculares, y conlleva a una necrosis del sitio de la herida, pudiendo producir hipotensión, taquicardia y muerte.
4. Infestaciones: Producidas por parásitos del tipo “amibas”, las cuales se encuentran en los alimentos debido a contaminación por mala higiene en la manipulación y/o conservación o almacenamiento de los mismos. Estas diarreas se pueden presentar en 24 horas.
5. Infecciones por virus: Entre estas encontramos el dengue. Esta enfermedad es transmitida por la picadura de un mosquito, el Aedes aegypti, el cual ha sido previamente infectado al picar a una persona enferma. El cuadro cursa con fiebre, dolor de cabeza y dolores musculares, pudiendo presentarse petequias y hemorragias por una disminución de las plaquetas.
II-Riesgos a mediano plazo:
Son aquellos que involucran enfermedades cuya aparición ocurre dentro de un lapso de 7 a 14 días. Entre éstas tenemos:
1. Paludismo o malaria: Causada por un parásito del género Plasmodium. Esta enfermedad, de carácter endémico, presenta una amplia distribución geográfica. Se transmite por medio de la picada de un mosquito, (insecto del género Anopheles), y se caracteriza por un comienzo repentino, con fuertes escalofríos seguidos de fiebre que alcanza los 41ºC., acompañados de los síntomas comunes de una infección febril, tales como cefalea, mialgias, náuseas, y taquipnea. Después de varias horas de fiebre, termina en crisis de sudoración severa. La aparición del cuadro varía según el tipo de Plasmodium que esté produciendo la enfermedad.
2. Hepatitis A. Es una enfermedad producida por un virus, que provoca daños a nivel del hígado. Su transmi-sión es por alimentos contaminados con heces de sujetos portadores de la enfermedad. El paciente presenta un color amarillo en piel y mucosas. La forma de prevenirla es cumpliendo las normas de higiene en la prepa-ración de los alimentos y la disposición adecuada de las excretas.
III. Riesgos a largo plazo:
Son aquellos que implican enfermedades cuyos síntomas aparecen después de los 15 días siguientes al momento de exposición al agente causal. Estas pueden ser producidas por:
1.Hongos: Los hongos son microorganismos que se encuentran en la naturaleza y algunos de ellos forman parte del hábitat que nos rodea. Éstos pueden producir patología por diversos mecanismos, ya sea por contacto, (micosis su-perficial); o por penetrar a la piel y llegar a la sangre, (micosis subcutánea o profunda). La penetración de los hongos va a depender de la integridad de la piel, (abrasiones, quemaduras, etc.), y de las condiciones del sistema inmunoló-gico. El mecanismo de acción es por su sola presencia o por toxinas. Existen hongos que se adquieren por inhala-ción.
Entre las patologías comunes, según las zonas endémicas, encontramos la Coccidioidomicosis, producida por el Coccidioides inmitis caracterizada por un trastorno respiratorio leve con afecciones pulmonares. La histoplasmosis, producida por el Histoplasma capsulatum, la cual puede producir calcificaciones pulmonares y diseminarse vía san-guínea a otros órganos. Se encuentra en suelos ricos en nitrógeno y presenta un hábitat definido con murciélagos y aves. Igualmente conseguimos la esporotricosis, la cual es una micosis subcutánea, endémica en zonas húmedas, de alturas cercanas a los mil metros. Estos hongos se encuentran en la tierra y penetran en la piel por pequeñas heridas (espinas, raspaduras, etc.) con detritus vegetales y se produce una lesión ulcerosa en el sitio de la lesión. Este hongo migra por el sistema linfático y produce lesiones en la piel en forma de rosario a partir del sitio de la inoculación.
2. Parásitos: Son productores de diversas patologías. Estos requieren generalmente de un vector o vehículo de transmisión. Entre las principales parasitosis tenemos:
· Leishmaniasis: Causada por protozoarios de genero Leishmania, los cuales pueden producir infecciones a nivel superficial, (piel), o profundas, (bazo, hígado y médula ósea). La transmisión es debida a un vector bio-lógico, el cual es un insecto de la familia Psychodidae conocido como flebótomo, con una amplia distribución en Venezuela, encontrando las zonas endémicas en los valles del sistema montañoso de la costa, depresión de Yaracuy, zonas boscosas de Turén, algunas regiones de los Llanos y los Andes y al sur del Orinoco. El período de incubación es variable, alrededor de 2 a 3 meses pudiendo extenderse hasta un año. La Leishma-niasis superficial presenta, en el sitio de la inoculación, lesiones iniciales pápulo-vesiculares, pudiendo acompañarse de adenopatías satélites. La lesión ulcerosa es indolora, de contornos regulares, con bordes le-vantados, poco exudativa y con fondo granuloso limpio que luego pueden convertirse en úlceras poco exuda-tivas, de contornos regulares. Los pacientes pueden presentar fiebre y prurito en las zonas afectadas. En la leishmaniasis profunda o visceral, (Kalazar), las lesiones son a nivel de hígado, bazo y médula ósea y las manifestaciones dependen del órgano blanco. La forma de prevenir la Leishmaniasis es el uso de repelentes de insectos y mosquiteros de malla fina en zonas endémicas.
· Cisticercosis. Esta enfermedad es causada por la ingesta del huevo de la Taenia solium en la carne de cerdo mal cocida, y se manifiesta por lesiones a nivel de cerebro y ojos, principalmente, Estas larvas pueden causar comprensión, obstrucción o inflamación en el órgano en el que se aloja y de éstos va a depender la sintoma-tología, (convulsiones, hipertensión, lesiones oculares etc.). Las medidas para evitar la contaminación se ba-san principalmente en una buena cocción de las carnes para destruir los huevos en caso que se encuentren en las mismas, evitando ingerir aquellas carnes que presenten “coquitos” o peloticas blancas al ser cortadas durante el proceso previo a su cocción.
· Tripanosomiasis: Producido por el Trypanosoma cruzi, el cual es un parásito que requiere de un vector para cumplir su ciclo de vida y provocar la enfermedad. El “Mal de Chagas” se caracteriza por lesiones a nivel de las paredes cardíacas, (Miocardiasis chagasica), pudiendo atacar también a otros órganos. La sintomatología es muy vaga y muchos de los individuos no presenta síntomas durante el inicio de la enfermedad. La trans-misión es mediante el chipo, (Rhodnius prolixus), el cual pica para alimentarse de sangre, inyectando un anestésico de duración muy breve, (para cubrir el lapso que dura la chupada). Mientras chupa vacía sus ex-cretas, (orina y heces), que contienen las formas parasitarias. Al cesar el efecto anestésico, hay prurito con el rascado consecuente y las formas infectantes penetran la piel e invaden al organismo humano. En el sitio de la inoculación se observa el chagoma de inoculación, caracterizado por una tumoración rodeada de un área edematosa y una adenomegalia satélite La forma de evitar la transmisión es el uso de insecticidas contra el vector y evitar el hábitat natural del chipo.
3.Virus: Entre los principales tenemos:
· ·Virus de la hepatitis B. La vía de transmisión es por la sangre y algunos fluidos orgánicos. Este virus produce una enfermedad crónica del hígado que conlleva a manifestaciones en el metabolismo del individuo. Una de las formas de protegerse del virus es mediante la vacuna. La hepatitis B puede manifestarse también en for-ma aguda y fulminante.· ·Virus de la Inmunodeficiencia Humana, (HIV). Es un virus ampliamente conocido, produce la enfermedad del SIDA, (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), la cual se manifiesta por una alteración en las defensas del individuo y lo hace propenso a infecciones. Existen actualmente 4 formas comprobadas de contagio para el HIV: sexual; transplante de órganos, materno fetal y sangre y sus derivados. Hasta el momento, no se dis-pone de un medicamento o vacuna eficaz contra este virus, por lo que lo ideal es la prevención para evitar la enfermedad.
Al analizar algunos de los riesgos biológicos más importantes, es lógico pensar que como “Personal de Rescate” es-tamos expuestos a muchos de ellos, y el hecho de no conocerlos no nos exime de poder entrar en contacto y sufrir las consecuencias. Por esto considero que para realizar adecuadamente una labor de rescate y apoyo a personas in-volucradas en un accidente, (choque, terremotos, derrumbes, inundaciones, etc.), requerimos tomar en cuenta y satisfacer dos factores fundamentales:
A.- Humanidad: Es la característica primordial en nuestras labores. La humanidad esta plasmada en la Biblia: ” …, sino que más bien, amarás a tu prójimo como a ti mismo,…” (Levitico, 18-19). Si no tenemos esta cualidad es difícil realizar una fase efectiva de atención de lesionados. Si bien es cierto que tratamos de ayudar a víctimas de un accidente, no menos cierto es que debemos aplicar este principio para mantener nuestras condiciones tanto a nivel físico como psíquico: ayudar y atender sin dañar, como si lo estuviéramos haciendo con nosotros mismos.
B.- Autoprotección: Esta se refiere a las condiciones y precauciones que debemos respetar al enfrentarnos a un accidente. Todo personal de rescate debe tener un esquema de protección integral personal, basado en:
B.1. Vacunas
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Triple bacteriana | – Tosfeorina – Difteria – Tétan |
Triple viral | – Sarampión – Rubéola – Parotiditis |
Tétano. Refuerzos cada 5 a 10 años. |
-Hepatitis B.(3 dosis) |
B.2. Quimioterapia profiláctica: Uso de Cloroquina en zonas endémicas de paludismo.
B.3. Enfermedades limitantes: | Gripe Cardiopatías Diabetes Litiasis Inmunosupresiones Alergias Otras. |
B.4. Logística: | Equipos de Rescate y Auxilios Médicos |
Equipos de protección personal según la contingencia: |
Casco Guantes Lentes Chaqueta Mascarillas Mosquiteros Repelentes Otros |
B.5. Recursos Alimentarios e Higiénicos. Para esto debe existir un coordinador con “don de mando” y jerarquía para que controle, para el personal de rescate, los siguientes aspectos: | |
B.5.1.- Alimentación: | Agua Alimentos |
B.5.2.- Basura: | Desechos Desperdicios |
B.5.3.- Excretas | |
B.5.4.- Reposo y recuperación del rescatista. |
B.6. Autobioprotección: Esta es básicamente personal y consiste en actuar conscientemente para evitar enfermedades.
Con este análisis de los riesgos biológicos en casos de desastre, esperamos contribuir a la prevención de enfermedades que puedan constituirse también en enfermedades profesionales, con consecuencias laborales para aquellos que manejan las labores de rescate como ejercicio de un trabajo, pudiendo causar incapacidad temporal o definitiva al trabajador.
Para ejemplificar las normas de autobioprotección, el mejor ejemplo es la prevención del contagio con el HIV o virus causante del SIDA. Si partimos del hecho de que en Venezuela existe un subregistro de los datos estadísticos de esta enfermedad, es obvio suponer que podemos encontrarnos con uno de ellos a la hora de un accidente, ya sea un choque con lesionados o un desastre mayor. En esta enfermedad, la mayoría de los pacientes no presentan signos evidentes, por lo que debemos tratar a todo lesionado como portador potencial del HIV. Al cumplir esta norma, pode-mos evitar la infección tanto de este virus como de otras enfermedades (Hepatitis B, etc.).
RECOMENDACIONES AL PERSONAL DE RESCATE PARA EVITAR EL CONTAGIO CON EL VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA HUMANA, (HIV).
– Al presentarse un accidente con lesionados, se debe efectuar la fase de rescate con guantes de carnaza para remo-ver las latas de los vehículos involucrados. No debe realizarse esta fase sin este tipo de guantes, ya que corremos el riesgo de cortarnos, y las heridas representan una vía ideal de acceso del virus al organismo. Sería ideal tener un personal para el rescate y otro para prestar los primeros auxilios.
– Para la atención del lesionado, se deberá trabajar con guantes de látex. Éstos deben ser desechables y sin importar si son estériles o no, ya que estamos buscando nuestra protección. Si se presenta rotura de uno de los guantes, deberán cambiarse los 2 guantes, procurando no tocar la sangre del lesionado que esté adherida a los guantes.
– Si sufrimos cortaduras, debemos utilizar 2 pares de guantes. Los guantes no nos van a proteger en casos de pinchadas o cortaduras con material del accidente, por lo que debemos evitar las láminas metálicas u otros objetos que representen riesgos para nosotros. Recordemos que los guantes son de látex y se pueden romper.
– Debemos evitar atender 2 lesionados con los mismos guantes, ya que podemos servir de transporte al virus y con-tagiar a otro lesionado.
– Sí nos cae sangre en la piel o mucosa, no debemos frotar las mismas para eliminarlas, ya que podemos ocasionarnos escoraciones microscópicas por las cuales puede penetrar el virus. Se debe lavar con agua y jabón rápidamente y frotarse suavemente las zonas donde entró en contacto la sangre. En caso de no tener agua, se puede utilizar agua oxigenada, solución fisiológica o jabón líquido.
– En caso de paro respiratorio, debe evitarse dar las insuflaciones sin el uso correcto de las mascarillas protectoras.
– Al terminar las fases de rescate, atención y traslado del lesionado, se debe lavar el equipo con una solución con cloro. Si es posible, dejar remojando el equipo por un lapso de 30 minutos para una desinfección completa siempre y cuando el material no se dañe. También puede utilizarse lejía o sales de amonio cuaternario.
Lic. Bio. Daniel Lupi Arocha
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