Reciclaje de envases de agroquímicos (Primera Parte)
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- El 1 enero, 2000
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Aspectos Tecnológicos
1. Introducción
Hoy día el empleo de plaguicidas sintéticos en la agricultura es el método más común para el control de plagas y uno de los principales factores que ha permitido alcanzar los actuales altos rendimientos en la producción agropecuaria. Si bien estos productos han evolucionado en los últimos años tendiendo a ser menos peligrosos para la salud humana y del ecosistema (menor efecto residual, biológicamente más selectivos, etc.) se debe tener presente que se trata de sustancias que deben ser consideradas, al menos, como venenos útiles (al igual que todas las sustancias que se emplean para la salud humana) y por ende su uso debe estar controlado y regido por condiciones de manipuleo en manos de personas idóneas y responsables.
Por consiguiente, tanto los productos fitosanitarios como sus envases vacíos pueden ser muy dañinos para el hombre, los animales y el ambiente si no se los aplica en dosis adecuadas, se los manipulea en forma correcta y se los almacena en forma segura. En este documento se presenta la solución que se está llevando a cabo en la Argentina para la eliminación de los envases vacíos de agroquímicos, uno de los factores de riesgo de contaminación ambiental más importante que genera el uso de estos productos en el ámbito rural.
2. La problemática de los agroquímicos
De acuerdo con estimaciones actuales, la población mundial crecerá de 6 a 8 mil millones de personas para el año 2020, es decir a una tasa de crecimiento de 85 millones de personas por año. Esto implicará un aumento en la demanda en el consumo de calorías que deberá cubrirse con alimentos de alta calidad (carnes y productos lácteos) lo que conlleva un importante incremento en la producción agrícola. Por ejemplo si la producción de cereales del año 1995 fue de 1900 millones de toneladas (tn) para el año 2020 la misma debería alcanzar los 3400 millones de tn para satisfacer la demanda poblacional estimada.
La superficie cultivable del planeta se estima en 15 millones de km cuadrados (la zona agrícola que posee suelos de alta calidad ya se encuentra bajo cultivo) donde la producción de alimentos pudo duplicarse dentro de una misma generación, aumentando la productividad de los terrenos ya cultivados. Para ello se recurrió al mejoramiento de las técnicas de los cultivos, al uso eficaz de los fertilizantes y a la evolución de los productos de protección a plagas, enfermedades y malezas. Es de destacar que la producción mundial salvada por acción de los agroquímicos fue durante el período 1988-1990 del 28% del total producido. Sin la protección y fertilización los cultivos reducirían su rendimiento a la mitad, es decir se necesitaría más del doble de tierra cultivable.
En la Conferencia Cumbre de la Tierra de 1992, en Río de Janeiro, se incluyó el concepto de “desarrollo sostenible” en la agricultura. Por “sostenible” se entiende cultivar de tal modo que las generaciones futuras también puedan satisfacer sus necesidades de alimentos manteniendo el ecosistema. Por eso es que la compatibilidad ecológica no puede separarse de los sostenible. El manejo integrado de cultivos (MIC) es sostenible, pero no ofrece soluciones instantáneas. Se basa en tener en cuenta las condiciones globales que hacen al cultivo (Ubicación, labranza, fertilización, semillas, rotaciones y protección de cultivos) para combinarlas adecuadamente.
Por lo tanto, el manejo integrado de cultivos implica un sistema dinámico que demanda la transferencia de conocimientos por parte de los especialistas y requiere de flexibilidad y sensibilidad en la toma de decisiones por parte del productor. Implementar un sistema MIC implica una gran decisión política de los gobernantes, una educación intensiva de toda la comunidad y un entrenamiento activo de los productores. Por lo tanto los productos utilizados para la protección de los cultivos deben ser eficaces para su función específica y seguros para los usuarios, consumidores y el ambiente. Es decir, fabricarse y usarse sin desperdiciar recursos o causar daños, y las cantidades sobrantes poder eliminarse con facilidad.
Actualmente un producto no se vende hasta tener la seguridad de que no posee riesgos para la salud o ecológicos y hasta que se haya investigado el mecanismo de degradación en el suelo, aire, agua, plantas y animales. El envasado se diseña para minimizar el contacto del usuario con el producto.
Para desarrollar un nuevo fitosanitario se debe recorrer un largo y costoso camino del cual una sustancia entre cuarenta mil llega al usuario, el resto se descarta ya sea por aspectos toxicológicos, biológicos, etc. Este camino dura de 10 a 12 años y los costos se han elevado de 30-50 millones de dólares en la década del 80, a los actuales 150 millones de dólares. Este aumento se ha producido especialmente por la mayor cantidad de estudios que se efectúan en el área toxicológica, residuos, metabolismo y ambiente.
Siendo uno de los principales factores de riesgo la cantidad de producto aplicado, las nuevas sustancias han permitido disminuir las dosis tradicionales (en principio activo) de 1kg/ha a valores por debajo de los 5gr/ha. Otros aspectos destacables de los nuevos productos son: la disminución de la toxicidad, lo que conlleva una relación dosistoxicidad mucho más baja y la menor persistencia en el ambiente dado por su mayor susceptibilidad a la degradación microbiana.
Los procesos industriales de producción han tenido un profundo cambio tecnológico que permite la elaboración de las nuevas moléculas con una altísima purificación del principio activo, llegando incluso a separar isómeros activos de los inactivos o indeseables, con lo cual se evita la aplicación de sustancias al medio ambiente que no son necesarias. Como los principios activos generalmente no pueden ser aplicados en su estado físico original, deben ser formulados. Y en este sentido también se están desarrollando nuevos tipos de formulaciones que cumplan los requisitos:
Seguridad para el aplicador
Eficacia en dosis mínimas
No fitotóxica para el cultivo
Posibilidad de mezclar varios productos
Fácil de aplicar con equipos comunes
Bajo costo
Estable y segura en el almacenamiento
Nulos o mínimos remanentes en los envases
Seguras para el medio ambiente
3. El mercado de los agroquímicos en la Argentina
La Argentina es uno de los países del mundo donde se encuentra el mayor potencial productivo agrícola y donde se podrían lograr los saldos exportables relativos más importantes. Esto se debe a los siguientes factores:
Condiciones agroclimáticas, topográficas y de suelos óptimas
Alto potencial de crecimiento productivo
Baja densidad poblacional y bajo crecimiento demográfico
El país siguió la misma tendencia mundial de incorporar nuevas tecnologías para que los rendimientos pudieran ir aumentando en la misma proporción que la población mundial. Para ello se debió recurrir al usos de agroquímicos y a la biotecnología. Siendo el país un neto productor de alimentos para consumo propio y la exportación, en los últimos 10 años ha crecido la productividad de los principales cultivos de un rendimiento promedio de 1,40 tn/ha a 2,44 tn/ha.
En el año 1995 se estableció un nuevo sistema de registro de productos fitosanitarios (Resolución IASCAV 17/95 y 140/95) con requisitos equivalentes a países del Primer Mundo sobre seguridad toxicológica. Esto ha provocado la necesidad de entregar a las autoridades un cúmulo de información confidencial de altísimo costo. Las empresas productoras de agroquímicos exigen para ello contar con una legislación adecuada que les de protección al derecho de propiedad intelectual. Es de destacar que aún no se ha definido el tema patentes en este rubro lo que implica que un producto puede ser registrado sin que se tenga en cuenta si existe otro con patente válida, recurriéndose al principio de similaridad en su acción terapeútica. El problema es que productos fabricados con diferentes procesos industriales cambian el contenido de las sustancias acompañantes (impurezas) y con ello pueden varían su toxicidad.
En el mercado nacional de los agroquímicos prevalecen los herbicidas. En el año 1974 representaban el 19% sobre el total de los fitosanitarios, pasando a representar el 70% (635 millones de u$s) en el año 1998 (El monto total para los productos fitosanitarios fue de 925 millones de u$s).
4. El problema de los residuos de agroquímicos
De lo expuesto se pueden efectuar las siguientes consideraciones relacionadas con la problemática de los residuos de plaguicidas y sus envases:
El mercado mundial de los agroquímicos, a pesar de ciertos cuestionamientos ambientales, sigue creciendo con productos más específicos, de menor toxicidad, mayor pureza y con menor poder residual.
No se avizora que estos productos puedan dejarse de utilizar (como igualmente ocurre con la terapéutica humana), a pesar de las perspectivas de desarrollar un nuevo tipo de combate a las plagas y enfermedades mediante el uso de la biotecnología.
La demanda de alimentos continuará creciendo, siguiendo el crecimiento demográfico y con ello la necesidad de mantener una terapéutica vegetal.
Por ende la problemática de los residuos de los agroquímicos se debe encarar en los siguientes aspectos:
1. Control en origen (Planta de elaboración)
2. Control en transporte (Cumplir con la legislación vigente)
3. Control de la importación
4. Control en el almacenaje
5. Control en el uso y aplicación
6. Recuperación y disposición-reciclaje de envases
En este informe solo se tratará la solución tecnológica para el punto 6, es decir la cuestión relacionada con los envases de agroquímicos en su ambiente de aplicación. Esto genera dos necesidades 1) Desprenderse de los envases vacíos (plásticos) y 2) Minimizar el residuo líquido remante en los envases. Cabe destacar que una de las direcciones en que se está trabajando actualmente es en el desarrollo de nuevos tipos de envases, procurando obtener envoltorios biodegradables en el lugar de la aplicación (por ejemplo por disolución en la misma máquina aplicadora).
5. Proyectos de uso seguro de agroquímicos y disposición de envases vacíos
En el año 1991 la Federación Global para la protección de Cultivos (GCPF) a través de su filial latinoamericana (LACPA) y sus asociada local (CASAFE) comenzó a promocionar proyectos de usos seguro de productos fitosanitarios. Esto dio lugar al desarrollo de Planes Pilotos Nacionales sobre el tema “Uso seguro de productos fitosanitarios y disposición final de envases vacíos”. Los primeros países en encarar proyectos de este tipo fueron: Argentina, Guatemala, Kenya y Tailandia. En Argentina se inició el Plan en el año 1997 en el Alto Valle del Río Negro, importante zona de producción intensiva de frutales de carozo y pepita de alta calidad para la exportación.
Se trata de un programa de entrenamiento y capacitación orientado a todos los actores de la cadena de asesoramiento, venta y aplicación de productos fitosanitarios, y de la población en general, para que aprendan a reconocer y eludir los peligros derivados del mal uso de los mismos y obtener criterios racionales para disponer y eliminar los envases vacíos. Para el desarrollo de este Plan Piloto se conformó una Comisión donde participan todos los sectores involucrados en la problemática: Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE), organismos oficiales como el Instituto nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Consejo Provincial de Educación y el Consejo provincial de Ecología y Medio Ambiente, ambos de la Provincia de Río Negro, asociaciones intermedias como la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), Cámara Argentina de la Industria y la Exportación (CINEX), la Cámara Valletana de Insumos Agropecuarios (CAVIA), el Consejo Profesional de Ingeniería Agronómica (CAPIA) y la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquen. Sus principales objetivos son:
Capacitación de capacitadores. Cursos para casi 2000 docentes de nivel primario en temas referentes al uso seguro y disposición final de envases vacíos de agroquímicos (Se estima que ya se han beneficiado unas 20.000 familias de productores y trabajadores
rurales )
Campaña de divulgación de la técnica del triple lavado, a través de mensajes televisivos y entrega de folletería por parte de los distribuidores y en eventos especiales como por ejemplo a partir de la Expofrutícola 98-99 y sucesivas
Instalación de un Centro de Acopio y Procesamiento de Envases Vacíos (CAPEVA), inaugurado en octubre de 1998 y que se encuentra en pleno funcionamiento.
Puesta en funcionamiento de un sistema de recolección de envases vacíos a través de los distribuidores locales de agroquímicos o directamente transportando los envases con triple lavado al CAPEVA.
Capacitación de personal policial y de bomberos para la prevención y control de accidentes con productos fitosanitarios. El primer Taller se realizó en General Roca (Provincia de Río Negro) en diciembre de 1998, con la asistencia de 70 representantes de ambas fuerzas y miembros de Defensa Civil locales.
Asesoramiento a profesionales médicos en toxicología de agroquímicos
6. Tipos de envases utilizados en el país
En el país las empresas de agroquímicos expenden sus productos en los siguientes tipos de envases o embalajes
Tambores metálicos de más de 100 litros de capacidad
Baldes metálicos de 20 a 50 litros
Sobre-envases de cartón (Bidones por 5 litros)
Sobre-envases de cartón (Frascos de vidrio, plásticos o metálicos de 1 litros)
Bolsas de papel Kraft con polvos de 20 a 50 Kg.
Bidones plásticos de 20 a 25 litros
Cada uno de estos tipos de envases y sobre-envases deben almacenarse en lugares cubiertos, ventilados, cerrados y sobre tarimas según indicaciones precisas para cada caso. Igualmente existen disposiciones y recomendaciones sobre el transporte por vehículos en carreteras y estibaje en lugares de acopio y depósitos rurales. En general se debe seguir la norma de “los primeros en entrar serán los primeros en salir” para evitar tener en el campo productos vencidos. De los tipos de envases mencionados, los más utilizados son los no retornables y los de plástico.
7. Recomendaciones para la eliminación de envases vacíos
Las recomendaciones para la eliminación de los envases vacíos (paso previo e inevitable para cualquier tipo de reciclado posterior) comprenden dos etapas: durante la aplicación de los productos fitosanitarios y después de su aplicación. En la primera etapa la recomendación más importante es el Triple Lavado de los mismos. En la segunda, se debe proceder a su inutilización, almacenamiento provisorio y eliminación .
1. Triple Lavado (TL)
Después de su uso en los envases vacíos quedan remanentes de los productos que contienen y es necesario eliminarlos de una manera correcta y segura. Para ello se recurre al triple lavado que consiste en enjuagar tres veces el envase vacío. Esto significa: Economía (por el aprovechamiento total del producto), Seguridad (en el manipuleo y disposición posterior de los envases ) y Protección Ambiental (al eliminar o minimizar factores de riesgo). Los envases deben escurrirse totalmente al agotar su contenido (en ese momento y no después) manteniéndolos en posición de descarga por no menos de 30 segundos. Luego se procede (Primer paso del TL) a llenar el envase vacío con agua, aproximadamente hasta una cuarta parte de su volumen total. Se ajusta el tapón y se lo agita fuertemente (Segundo paso). Finalmente el agua proveniente de esta limpieza se vuelca al tanque de la pulverizadora para ser utilizado en la tarea de protección de los cultivos prevista (Tercer paso). Esta operación se debe repetir por lo menos dos veces más, especialmente en aquellos envases que contengan productos viscosos. Es importante señalar que el agua utilizada en el lavado debe provenir de cañerías, canillas o bidones llevados “ad hoc”, nunca de acequias, cursos de agua o lagunas cercanas ya que correrían riesgo cierto de contaminación.
Para facilitar la tarea existen en el mercado máquinas para la aplicación de fitosanitarios que vienen provistas de sistemas de lavado automático de envases. Según datos bibliográficos (EPA; USP (Brasil), Holanda, etc.) el Triple Lavado elimina el 99,999% de restos del producto en el envase
2. Después de la aplicación
Una vez finalizada la tarea de aplicación en el campo, se deben inutilizar los envases vacíos con el fin de evitar su reuso haciéndoles varias perforaciones en el fondo con un elemento punzante y llevarlos a un sitio elegido como depósito. Este depósito transitorio deberá estar ubicado en un sector aislado del campo, muy bien delimitado e identificado, cubierto, bien ventilado y al resguardo de factores climáticos. Solamente deberá tener acceso el personal capacitado, no pudiendo hacerlo niños ni animales domésticos. No se deben almacenar envases vacíos en pozos o basureros a cielo abierto.
Una vez inutilizados se los debe colocar en bolsas contenedoras o envases especiales perfectamente identificables, clasificados según naturaleza y tamaño. Por consiguiente el paso siguiente será deshacerse de ellos teniendo en cuenta el tipo de envase:
1. Envases y sobreenvases de papel o cartón
Una vez verificados que estén totalmente vacíos se rompen. Luego se procede a quemarlos de uno por vez, en un fuego vivo, en lugar abierto, alejado de viviendas, depósitos, corrales, etc. Se deben considerar la velocidad y dirección del viento y usar vestimenta adecuada. Las cenizas serán enterradas en lugares especialmente acondicionados para tal fin.2. Envases de plástico (HDPE, PET, Coex)
Desde el depósito transitorio se deben llevar al Centro de Acopio más cercano (Si existe un sistema de reciclaje) o quemarlos de uno a la vez siguiendo el procedimiento del punto 1
3. Envases de vidrio
Se los debe romper y juntar en un recipiente adecuado hasta que sean trasladados al Centro de Acopio. Si se trata de pequeñas cantidades se pueden enterrar en lugares adecuados
4. Envases metálicos (Fe , Al)
Una vez perforados y aplastados (para ello se puede utilizar el rodado del tractor) y cuando se junte una cantidad suficiente se trasladan al Centro de Acopio. En caso de no contarse con ello se recurre a una fundición o chatarrería donde se compactarán y se fundirán en un horno a 1200 °C. A esa temperatura se destruyen todas las sustancias orgánicas presentes
Los envases más comunes son los de plástico. Estos, junto con los de vidrio y metal siempre deberán ser sometidos al triple lavado antes de su descarte.
Hasta el comienzo de los estudios para solucionar el problema de la disposición de los envases vacíos en el país la recomendación de CASAFE se basaba en el TL y su posterior enterramiento. Para ello se deben elegir terrenos alejados de zonas pobladas y caminos, localizados en altos no inundables, alejados de fuentes de agua freáticas y superficiales, preferentemente de textura arcillosa y con alto contenido de materia orgánica. Para esta solución lo ideal es contar con una certificación de aptitud para el enterramiento otorgado por una entidad oficial. El material a enterrar no debe ubicarse a menos de 50 cm de la superficie colocando en el fondo una capa de tierra arcillosa compactada para evitar la percolación. El lugar del enterramiento debería ser consensuado por los miembros de cada comunidad contando con el asesoramiento y el control pertinente. Obviamente esta alternativa no es aconsejable como solución final.
REMAR
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