Preocupaciones ambientales: el hidrógeno y el agua en el desarrollo sostenible
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- El 31 julio, 2024
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Resumen
En este ensayo se trata el problema del cambio climático y sus efectos, principalmente enfocados en la región patagónica, en Argentina. Se discute desde una preocupación por las condiciones y posibilidades de que Argentina se constituya, en un futuro cercano, en productor y proveedor de hidrógeno verde para el mercado global y frente a las necesidades ambientales locales relacionadas con la escasez de agua.
Siendo el agua y no solo el viento un requisito indispensable para la producción del hidrógeno. Tomando en cuenta las recomendaciones y mandatos de los ODS 2030 y reconociendo la importancia del tratado de París, se plantea la necesidad de la apropiación de la discusión en todos los estamentos de la sociedad, atendiendo a las condiciones para un desarrollo sostenible.
Palabras clave: cambio climático, desarrollo sostenible, escasez de agua, hidrógeno, stress hídrico
Abstract
This essay discusses the problem of climate change and its effects, mainly focused on the Patagonian region, in Argentina. It is discussed from a concern for the conditions and possibilities of Argentina becoming, in the near future, a producer and supplier of green hydrogen for the global market and facing local environmental needs related to water scarcity.
Water and not just wind being an essential requirement for the production of hydrogen.
Taking into account the recommendations and mandates of the SDGs 2030 and recognizing the importance of the Paris treaty, the need to appropriate the discussion in all areas arises. levels of society, taking into account the conditions for sustainable development.
Keywords: climate change, hydrogen, sustainable development, water scarcity, water stress
1. Cambio Climático, avances y responsabilidades
Hace ya mucho tiempo se vienen realizando distintos esfuerzos por difundir un tipo y cantidad de problemas que se avizora tendrán enorme importancia para el futuro, bastante próximo, y para la vida en el mundo que habitamos. Son problemas que nos incumben a todos los habitantes del planeta, aunque no a todos nos afectan y nos afectarán por igual. Se presentan al lector como cambio climático, deforestación, contaminación de diversos tipos, escasez de agua, inundaciones, etc. Parece también que
está bastante instalada la opinión de que hay alguna responsabilidad humana en juego.
Sin embargo, esas cuestiones no están entre las preocupaciones cotidianas prioritarias de la población. Los conceptos implicados o las relaciones entre estos problemas, las causas y consecuencias o la forma en que estos problemas afectan la vida actualmente o las perspectivas que se pronostican para el futuro, no son habituales objetos de reflexiones.
Parecería que nos encontramos en una situación en la que la responsabilidad de saber y de entender está compartimentada y estas cuestiones serían consideradas objeto de preocupación solo de algunos, por
ejemplo, “especialistas” o “científicos que estudian estas cosas”. Pero también, cada tanto hay efectos concretos e imposibles de evitar atender, hay efectos que se sufren.
Entonces el pueblo reclama por sus derechos a tener condiciones de vida digna. Se reclama por infraestructura deficiente o inexistente, por legislaciones y se pide atención. Esos reclamos se dirigen casi
siempre con nombre y apellido hacia los políticos de turno más cercanos y de ahí hacia los que tienen mayores responsabilidades. Pero la población también se acostumbra a los padecimientos.
Para los habitantes orientales de la Patagonia sur, se ha hecho costumbre padecer la escasez de agua y condicionar las actividades de la vida a esa escasez. Pero la resignación no parece ser el camino.
Tampoco la protesta despojada de conocimientos, propuestas y alternativas. Es claro que las responsabilidades son compartidas y también, que no es la misma para todos los habitantes.
A esta altura parece muy cierto, como remarcan Dominguez y Aleldo1 lo que señalaba John Hanningan en 19952, cuando expresaba que para que la sociedad se apropie de un problema ambiental y lo reconozca como tal es necesario trabajar desde varias perspectivas. Por una parte, es importante la validación científica del problema, pero también un esfuerzo en la divulgación para que los conceptos
científicos logren alcanzar al público general. Por otra parte, es imprescindible contar con medios de comunicación que se involucren y fomenten interés por el tema y es fundamental que existan compromisos económicos que apoyen y sostengan acciones positivas y sponsors institucionales que sostengan la legitimación constante.
Resulta entonces que estamos frente a una tarea de largo aliento.
En este marco el lugar y la responsabilidad del científico es notoria y podría ser útil atender al planteo de
Varsavsky3, cuando convoca a hacer una ciencia politizada en la que “la misión del científico es estudiar con toda seriedad y usando todas las armas de la ciencia, los problemas del cambio de sistema social, en
todas las etapas y en todos sus aspectos, teóricos y prácticos”.
Los científicos, los educadores, los políticos, los administradores deberían encontrar maneras efectivas de aportar reflexiones, ideas, conceptos, y prácticas que develen la compleja realidad en la que nos encontramos como humanos en el planeta, frente a los problemas ambientales y acerquen información confiable, soluciones y al menos algunas reflexiones.
2. Hidrógeno y Cambio Climático
En los últimos años el hidrógeno ha venido creciendo en su reconocimiento como el vector energético del futuro. Las investigaciones científicas y tecnológicas se enfocan en desarrollos que hagan cada vez
más viable su utilización de modo que permita reemplazar a los combustibles fósiles, cuyo empleo genera como residuo gases de efecto invernadero (GEI). Los GEI son gases, entre ellos el Dióxido de Carbono, que se han venido acumulando en la atmósfera desde inicios de la industrialización, generando una capa que hace rebotar la radiación calórica que se desprende del planeta. Al impedir que vuelva al espacio, aumenta entonces la temperatura de la Tierra.
Para comprender la importancia de esta reciente perspectiva energética, es importante saber que el cambio climático (C.C)4, como problema ambiental, tiene una componente que corresponde a ciclos
astronómicos, vinculados a la órbita terrestre, a las emisiones solares, a la química de la atmósfera, etc. y una componente que está asociada a la acción humana, básicamente a las fuentes de energía que sustentan la Industria y el uso de maquinaria pesada y el transporte. Estas actividades están fuertemente relacionadas con el aumento de la temperatura media del planeta, ocasionada por la emisión de GEI y
su abundancia atmosférica acumulada.
Las predicciones científicas indican que, entre sus efectos, en el próximo siglo, se dará un aumento de temperaturas en los ambientes terrestres y un aumento un poco menor en los océanos. Aumentará la altura del nivel del mar, por el derretimiento de las masas de hielo. Se producirán cambios en los regímenes de lluvias generando eventos de aumento de precipitaciones en algunas regiones que provocarán inundaciones y disminución de precipitaciones en otras regiones aumentando la sequía.
Pero el clima es uno de los componentes principales en la producción de alimentos y el cambio climático, se sabe, generará entonces impactos que afecten la alimentación, la salud, las economías, las infraestructuras y en definitiva las formas y condiciones de vida sociales y de subsistencia 5. En nuestro país se estima que afectará de modo diferente según las regiones, como puede observarse en el
siguiente esquema (Fig. 1):
A partir de 2015, el Acuerdo de París[vi]6, al que nuestro país adhirió en 2016 plantea la necesidad de disminuir la emisión de GEI y aumentar la remoción de Dióxido de Carbono como una forma de lograr que el aumento de la temperatura media, que ya se sabe imposible de evitar, se mantenga por debajo de 1,5°C y esperando que no supere 2°C, respecto a los niveles de temperatura pre-industriales7. Entonces, bajo esas condiciones, se espera que los efectos del Cambio Climático puedan manejarse para evitar el sufrimiento de millones de personas y el impacto destructivo sobre otras especies y ecosistemas.
Este compromiso es asumido por la Unión Europea y 193 países miembros, implica diseñar y desarrollar planes y acciones concretas para cumplir metas propuestas. En este escenario se abre un nuevo tipo de producto comerciable internacionalmente. El hidrógeno y sobre todo el hidrógeno verde.
El hidrógeno es el elemento más abundante en el universo. En la Tierra está integrando la molécula de agua (H2O) y es posible producirlo en laboratorio a través del proceso denominado electrólisis. Este
proceso implica romper la molécula de agua, utilizando energía eléctrica, y así separar el hidrógeno del oxígeno. Entonces podrá almacenarse y transportarse hasta el lugar donde será utilizado como combustible. La electrólisis tiene actualmente una eficiencia de conversión eléctrica que va entre un 60%
y 70%, lo que se traduce en un consumo aproximado de 50 a 60 kWh de energía eléctrica para producir 1 Kg de hidrógeno.
El hidrógeno posee mayor energía de combustión por kilogramo que cualquier otro combustible y ofrece 2 a 3 veces más energía que la mayoría de los combustibles fósiles.
El hidrógeno verde es aquel que para su producción utiliza energía eléctrica de fuentes renovables, como la energía eólica.
Eso garantiza que no hubo, en ninguna etapa de su producción, emisión de GEI. Hay dos cuestiones muy importantes para este análisis que abordamos aquí. Por un lado, el quemar hidrógeno, como combustible
implica volver a combinarlo con el oxígeno del aire, lo que da por resultado una gran cantidad de energía y como residuo, agua. (a más de posibles otros gases tipo NOX8, que por ser tóxicos deben minimizarse hasta hacerse despreciables en su combustión) y entonces es un combustible limpio.
Por otra parte, para generar hidrógeno hace falta agua, pero en condiciones de alta pureza, denominada
agua ultrapura que es un agua sin sales. El agua ultrapura se produce generalmente por métodos de filtración a través de membranas, tales como la ósmosis inversa.
Este proceso, que requiere alto consumo energético, consiste en forzar el paso de una corriente de agua a través de membranas o filtros semipermeables de poros muy pequeños (de 5 a 20 Å 9) de modo que una parte del agua atraviesa la membrana y sale como agua ultrapura y otra parte de agua es expulsada, como agua de rechazo, resultando ser agua más salobre que el agua que ingresó al proceso. Si el equipamiento es de alto rendimiento produce entre 1,5 a 2 litros de agua de rechazo por cada 1 litro de agua ultrapura.
Claramente el cambio de matriz energética de combustibles fósiles a hidrógeno en el mundo permitiría disminuir la producción de GEI y así se encuentra dentro de las estrategias del Acuerdo de París y del treceavo objetivo de desarrollo sostenible10 , ODS 13 que marca la ruta a seguir esto es, “adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos”.
En 2021, la empresa Australiana Fortescue11, inició conversaciones con nuestro gobierno, prometiendo realizar una inversión de 8400 millones de dólares, para generar una planta de producción de hidrógeno verde en la provincia de Rio Negro. El proyecto denominado Pampa, aún está en danza.
Los trascendidos que dieron a conocer las motivaciones del proyecto, señalan que esta inversión generaría trabajo de calidad en la región y un producto exportable con cualidades que el resto del mundo requiere para lograr el cambio de la matriz energética, permitiría también mejorar la balanza comercial Argentina, mejorar el índice de empleo y aumentar el ingreso de dólares al país colaborando en la fortaleza de las reservas que el Banco Central necesita.
Inmediatamente comenzaron a aparecer innumerables voces remarcando las virtudes y oportunidades de negocio en la generación del hidrógeno. Es el caso de Ezequiel Mirazón, socio de PwC12 Argentina, que expresó que “esta década es crucial para desarrollar proyectos de hidrógeno junto con la infraestructura para producir, transportar, importar, distribuir y utilizarlo a gran escala. Ello puede allanar el camino para que crezca su demanda para el año 2030. Este proceso, además tiene el potencial de crear empleos calificados a lo largo de la cadena de valor que conecta a la mayoría de los sectores de la economía global”.
Los medios de información13 no estuvieron al margen expresando por ejemplo: “hidrógeno verde, la otra joya energética argentina. Funcionarios y expertos destacaron el amplio consenso sobre rol futuro de la Argentina como productor y exportador de hidrógeno verde”
Desde el gobierno, ya en 2020 se había generado en Y-Tec14 el consorcio H2ar15 con fines, entre otros, de promover la investigación, el desarrollo y fomentar modelos de negocios asociados al hidrógeno.
También se trabajó en la definición de una Estrategia Nacional para el Desarrollo de la Economía del Hidrógeno en Argentina16 y se generó un documento donde podemos encontrar mucha información sobre el asunto y en particular sobre las predicciones de comercio. El siguiente mapa (Fig.2) muestra el posicionamiento de los países respecto al mercado global para el hidrógeno.
En el documento también se hace referencia al potencial de Argentina y se proyecta el volumen de producción (Mt: Millones de toneladas)
“Para 2050 se espera que unos 180 Mt de hidrógeno sean comercializados entre países. Las proyecciones indican que ese intercambio comercial se repartirá entre cortas distancias, a través de ductos (alrededor de 95 Mt), y largas distancias en barco (alrededor de 85 Mt). Argentina participará competitivamente en el mercado internacional, especialmente en el segmento de larga distancia. La experiencia de la industria argentina en la producción y gestión de productos químicos, así como la existencia de un puerto para este tipo de comercio (Bahía Blanca), permite asumir que el país podrá ingresar tempranamente al mercado internacional. …
Las ventajas competitivas que presenta Argentina posibilitan proyectar una participación relevante en el comercio internacional a partir de 2030 con 0.3 Mt anuales, alcanzando en 2050 a abastecer el 5% del
mercado global proyectado al 2050, que representa una producción de al menos 4 Mt anuales”
¿Cuáles son las ventajas de Argentina?, básicamente la capacidad de producir el hidrógeno a partir de energía eólica, fundamentalmente en la región patagónica donde se encuentran los mejores vientos del mundo17, por la intensidad y la regularidad. Este hidrógeno verde es el ideal para la descarbonización que se necesita.
3. El agua y el cambio climático
Otro de los problemas que nos trae el C.C. es el trastorno en los regímenes de precipitaciones que va a mostrarse en inundaciones y en sequías. Esta última faceta se traduce en el problema de la escasez de agua disponible para la vida humana y el desarrollo de las comunidades.
En el caso de la Patagonia es necesario informar sobre el estado de situación y las predicciones que se conocen, para poder entonces pensar y diseñar estrategias.
Los objetivos de desarrollo sostenible 2030 se ocupan de este problema, fundamentalmente el ODS 6 corresponde a “Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”.
Este objetivo no está aislado sino profundamente vinculado con otros problemas que también debemos enfrentar en este mundo que estamos construyendo.
Así el ODS 2, indica poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible, el ODS 9 se enfoca en la necesidad de desarrollar infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación.
Estos ODS, no son sólo palabras vanas. Expresan de manera pulida el estado actual del resultado de las deliberaciones de los representantes de la mayoría de las sociedades de nuestro mundo, basadas en los mejores conocimientos que tenemo s y procurando poder seguir viviendo en este planeta sin destruirnos, ni destruirlo.
Deberían ser atendidas y reflexionadas con profundidad. Ahora bien, concentrándonos entonces en el problema de la escasez de agua. El estrés hídrico18 es la relación entre la extracción de agua dulce y los recursos renovables de agua dulce, después de tener en cuenta las necesidades de caudal ambiental 19 de agua dulce que existe en una determinada región.
El siguiente es un mapa (Fig. 3) que representa el estado del problema mundial actual. En él se puede observar que en la región patagónica se presenta, en la zona del golfo San Jorge, un punto rojo que debe ser atendido a la luz de las predicciones del C.C.
En nuestro país se monitorean muchos indicadores vinculados a los efectos climáticos y sus pronósticos, sobre todo ligados a la preocupación por la producción agrícola ganadera. En el siguiente mapa (Fig.4) se aprecian los cambios en las precipitaciones anuales y sus proyecciones.
Según un informe del MAyDS, 2020 (p.45)20 los impactos que se esperan sobre los recursos hídricos para las Regiones Patagonia y Patagonia Norte, pueden resumirse en:
- Reducción de caudales de ríos y disminución de la disponibilidad de agua, impactando negativamente en la generación de energía hidroeléctrica, en el riego, en el abastecimiento de agua y en actividades recreativas y turísticas.
- Incremento de sequías, mayor evapotranspiración e intensificación del proceso de desertificación, lo que grava el riesgo de pérdida del suelo por erosión y agudiza el proceso de desertificación afectando las actividades productivas agrícolas-ganaderas, y provocando éxodo rural que aumentará la concentración de población en ciudades.
- Pérdida de recursos escénicos por el retroceso de glaciares.
- Aumento de periodos de extrema sequía que promueven condiciones favorables para el desarrollo de incendios forestales provocando una mayor exposición y daños en las comunidades y en la fauna y florasilvestre.
El afrontar con seriedad el cambio climático implicará un trabajo muy serio y seguramente un cambio en el sistema social que predomina en nuestro mundo y controla nuestros intercambios. Pero especialmente
debemos ocuparnos de la parte que nos toca.
Discutamos el hidrógeno, el agua y las perspectivas frente al cambio climático Ahora sí, ya podemos dedicarnos a iniciar un análisis más detallado y ajustado a nuestras necesidades, posibilidades y proyectos.
Son muchas las voces que se manifiestan esperanzadas frente a esta perspectiva de convertirnos en un país productor y exportador de hidrógeno verde.
Desde una mirada de la ciencia responsable resultan muy actuales las palabras de Varsavsky cuando dice que (p:19) “la autonomía científica es independencia de criterio, actitud crítica, pero de ninguna manera rechazo indiscriminado de todo lo que provenga de otro país: ideas, aparatos, información”. Es claro que propuestas extranjeras que ofrezcan inversiones para producir y exportar hidrógeno verde nos convoca a pensar que estaríamos ayudando al mundo a descarbonizarse y combatir el Cambio Climático.
Daniel Schteingart, por ejemplo, escribió un interesante artículo titulado “Grandezas del proyecto Pampa y de una visión exportadora del Hidrógeno”21 y allí se refiere a varios tópicos esperanzadores, ambientales y respecto al trabajo y desarrollo local.
Otros artículos se han publicado discutiendo las posibilidades del hidrógeno como vector energético de reemplazo, que también mercen ser leídos. Por ejemplo, en enero de 2021 en una entrevista a Antonio Turiel22. Allí se expresan la importancia del estudio a fondo y relacional de la problemática señalando que “Tenemos que evitar caer en la trampa de las falsas promesas tecnológicas.”
Entonces en lo que sigue veamos si poemos cumplir con nuestra parte poniendo en relación distintos aspectos de esta problemática y atendiendo a concepciones que sin duda estarán imbricadas como fundamento de esta acción. Esto es, reconocer que ninguna voz ni la de ningún científico, como así tampoco su trabajo, como plantea Edgardo Lander23, deben considerarse neutras, ni libres, ni están
despojadas de condicionamientos y de intereses.
Nos encontramos en un momento en que, como sociedades, estamos reclamándole a la ciencia que se muestre en su contexto de aplicación24 y a la tecnología soluciones para aplacar el desastre que se viene. Pero, como el mismo autor plantea, el neoliberalismo, que es el modelo imperante, acostumbra ser “debatido y confrontado como una teoría económica, cuando en realidad debe ser comprendido como el discurso hegemónico de un modelo civilizatorio, esto es, como una extraordinaria síntesis de los supuestos y valores básicos de la sociedad liberal moderna en torno al ser humano, la riqueza, la naturaleza, la historia, el progreso, el conocimiento y la buena vida.”. Este modelo civilizatorio es el que nos trajo hasta aquí.
Lander también expresa que “La búsqueda de alternativas a la conformación profundamente excluyente y desigual del mundo moderno exige un esfuerzo de deconstrucción del carácter universal y natural de la sociedad capitalista-liberal”.
Esto hace al marco, en el que esta problemática se está produciendo y en el que se entrelazan nuestros intentos de resolverla. Es necesario tener en cuenta que las opiniones que se manifiesten desde distintos
estamentos, científicos, políticos, empresarios, organizaciones populares e incluso la formas que primen para relacionar los saberes se halla, inevitablemente, como advirtió Feyeravend25, vertebradas por los valores que impregnan la sociedad capitalista en la que se insertan y desarrollan.
Para enfrentar esta realidad es necesaria una actitud vigilante, continua y perseverante.
Marcelo Arnold Cathalifaud26 también señaló que difícilmente podemos abordar eventos socioculturales sin lanzar preguntas acerca de su intencionalidad y significado. En este sentido parece sensato que nos hagamos esas preguntas sobre los avances del hidrógeno, las consecuencias del cambio climático, las necesidades de agua, las infraestructuras a desarrollar y las existentes y por la resiliencia.
Dediquémonos entonces a atender a algunos datos que ya reunimos y a hacer algunos cálculos.
4. Las cuentas claras
Nos encontramos en la década del agua27, desde el 22 de marzo de 2018 y hasta Porque el agua pura y potable es necesaria para la vida y para el desarrollo y es escasa y la que hay se usa mal. El acceso al agua es un derecho humano, aunque hay varios que plantean que debe ser un recurso privatizable. Se sabe cierta la disputa por el agua y su control28 y muchos ya hasta hablan de una guerra por el agua y proponen que su acceso tenga un precio.
Según el plan de desarrollo estratégico para el Hidrógeno, se espera que Argentina pase de producir de 0.3 Mt (Mt=millones de toneladas) anuales en 2030 a 4Mt anuales en 2050. Ese hidrógeno sería fundamentalmente exportado.
Recordemos que 1 t (Tonelada) equivalen a 1000 k y si hablamos de agua 1t es el peso de 1 m3. Ahora bien, como ya mencionamos, para producir hidrógeno (H2)B3nnecesitamos tener a disposición aproximadamente 11 l de agua ultrapura por cada 1 k de H2 (empleando la electrólisis). Y también para lograr 1 l de agua ultrapura necesitamos tener a disposición para filtrar (por Osmosis Inversa) aproximadamente 2,5 l de agua. Entonces 1t de H2 necesita para producirse 27.500 litros de agua (1000 x 11 x 2,5 litros de agua), ó lo que es lo mismo 27,5 t de agua.
Por lo tanto, para producir 4 Mt serán entonces necesarias utilizar 110 Mt de agua (4.000.000 x 27,5 MT de agua).
Ahora bien, sabemos que de esa agua que debe utilizarse una parte retorna como agua de rechazo del proceso de filtración en una condición de mayor salinidad, que se aparta de las condiciones necesarias para ser consumible. Serían 66 Mt de agua salobre que habría que volver a tratar para que pudiera ser aprovechada.
Por otra parte, de los 110 Mt de agua utilizada 44 Mt serán recuperadas como agua pura en los lugares donde se emplee el hidrógeno como combustible. Por lo tanto, exportar hidrógeno es también exportar agua pura. Esa agua pura que fue necesario usar para producir un producto, comúnmente se la denomina “agua virtual”. No siempre es posible recuperar el agua virtual al consumir el producto, pero en este caso, la combustión de hidrógeno genera agua, por lo que será sencillo para los países compradores recuperarla al menos en grandes proporciones. Es decir que al exportar hidrógeno estamos exportando también el agua pura.
Con estos números en mente, es importante reflexionar sobre su significado. Es esencial valorar todos los recursos que tenemos, como país, desde una perspectiva nacional, pero también atendiendo a las particularidades y diversidades de las regiones que lo integran; reconocer las características de la situación económica que atravesamos, pero también las necesidades que se plantean para el desarrollo nacional y de las ciudades. El desafío que nos impone el Cambio Climático exige atención. Para no morir en el intento.
Si tomamos en consideración que, según la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, cada habitante requiere al menos 50 l de agua por día, los 4 Mt de hidrógeno de exportación, permitirá una
recuperación de 44 Mt de agua en los países compradores.
Esto equivale al abastecimiento requerido 2.410.958 habitantes durante un año. Un valor muy cercano a requerido para el consumo total de agua durante 1 año de las provincias de Rio Negro, Neuquén, Chubut y Santa Cruz, juntas. Ya que suman 2.4247.27 habitantes según Censo 2022.
Otro asunto es qué hacer con los 66 Mt de agua de rechazo que fueron necesarios para el proceso y que, si bien quedan en el país, poseen condiciones de salobridad que la hacen “no potable”.
Llegado este punto de la discusión toman mucho sentido algunos planteos que vienen realizándose a nivel mundial. En 2020 la ONU, produjo un informe (UNESCO, ONU-Agua, 2020: Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2020: Agua y Cambio Climático, París, UNESCO)29. Allí se puede leer en la página 140 que las “acciones de adaptación y mitigación de un sector pueden influir directamente en su demanda de agua, lo cual puede, a su vez, aumentar o reducir la disponibilidad local/regional de agua (incluida la calidad) para otros sectores. En los casos en que se reduzca la demanda, dichas acciones pueden conllevar múltiples beneficios intersectoriales y trasfronterizos, mientras que un aumento de la demanda de agua, puede provocar la necesidad de
negociar compensaciones para asignar las reservas limitadas”.
En marzo de 2023, el mundo, volvió a reunirse para discutir sobre el agua y produjo otro documento mandatorio30.
A la luz de estos problemas, de nuestra realidad y de los acuerdos que el mundo está firmando es necesario apropiarse de la discusión.
Aflora nuevamente, casi como para evitar que podamos distraernos, la palabra de Varsavsky cuando expresaba que la imagen de un país dependiente es la de exportador de materias primas e importador de
bienes manufacturados en la metrópoli.
Entonces, démonos el tiempo de estudiar nuestra situación, de encontrar en qué referenciarnos y de definir qué desarrollo queremos y qué caminos son los mejores para llegar.
Referencias
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- https://www.argentina.gob.ar/agricultura/cambio-climatico
- https://www.un.org/es/climatechange/paris-agreement
- El calentamiento global antropógeno en escalas de tiempo multidecenales se detendría si se alcanzaran y mantuvieran emisiones antropógenas globales netas de CO2 iguales a cero y se redujera el forzamiento radiativo neto distinto del CO2 (nivel de confianza alto). Por consiguiente, la temperatura máxima que se alcanzará está determinada por las emisiones antropógenas globales netas de CO2 acumuladas hasta el momento en que las emisiones netas de CO2 sean iguales a cero (nivel de confianza alto) y por el nivel de forzamiento radiativo distinto del CO2 en los decenios inmediatamente anteriores al momento en que se alcancen esas temperaturas máximas (nivel de confianza medio). En escalas temporales más largas, para evitar un mayor calentamiento debido a la retroalimentación del sistema Tierra y la acidificación inversa de los océanos, podría hacer falta mantener emisiones antropógenas globales netas negativas de CO2 o reducir aún más el forzamiento radiativo distinto del CO2 (nivel de confianza medio); ambas condiciones serán necesarias para minimizar el aumento del nivel del mar (nivel de confianza alto). Los riesgos relacionados con el clima para los sistemas naturales y humanos son mayores con un calentamiento global de 1,5 °C que los que existen actualmente, pero menores que con un calentamiento global de 2 °C (nivel de confianza alto). Esos riesgos dependen de la magnitud y el ritmo del calentamiento, la ubicación geográfica y los niveles de desarrollo y vulnerabilidad, así como de las opciones de adaptación y mitigación que se elijan y de su implementación
- https://www.ambientum.com/ambientum/contaminacion/queson-emisiones-nox.asp
- El ángstrom es una unidad de medida aplicable a longitudes muy pequeñas, 1 Å equivale a una diezmil millonésima parte de un metro. Es decir: 1Å = 0.000 000 000 1 m = 10−10 m, En 1 cmhay 100 millones de Å)
- https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/objetivos_metas_e_indicadores_nacionales_alta_v6.pdf
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- https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/segunda_contribucion_nacional_final_ok.pdf
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- Entrevista a Antonio Turiel (28/01/ 2021)https://www.climatica.lamarea.com/entrevista-antonio-turiel/ Artículo de: Manel Riu
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- https://es.unesco.org/water-security/wwap/wwdr
Environmental concerns: hydrogen and water in sustainable development
Por: María del Carmen García1,
1 Instituto de Tecnología Aplicada/Unidad Académica Caleta Olivia/Universidad Nacional de
la Patagonia Austral, Argentina
Fuente: RevITA, Revista Electrónica del Instituto de Tecnología Aplicada de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Volumen I, Número 2, Mayo 2024
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