Nuestros residuos y los rellenos sanitarios
- Creado por admin
- El 29 octubre, 2007
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Qué hacer con los residuos que generamos nos incumbe a todos. Es un problema complejo para el cual las soluciones rápidas pueden llevar a resultados erróneos.
Solucionar este problema implica también cambios de actitudes de parte de los distintos actores sociales:
Los gobernantes deben resguardar el ambiente (el derecho a un ambiente sano esta establecido en el artículo 41 de nuestra constitución), esto implica planificación, gestión y control de los emprendimientos en los municipios. La participación ciudadana es un factor importante en el éxito de la gestión, ello implica que esté incorporada en todos los estamentos de la sociedad la educación ambiental.
Los vertederos y los rellenos van a disminuir en cantidad y en volumen el día que cambiemos nuestra actitud hacia el consumo. Con sólo Reducir, Reusar y Reciclar contribuiremos a disminuir el volumen de residuos a ser tratados.
En esta nota explicamos que es un relleno sanitario, que requisitos se deben cumplir para producir el menor impacto en el ambiente. Creemos que aparte de las condiciones técnicas que se deben cumplir en cuanto a su ubicación y funcionamiento es importante tratar los residuos previamente a su deposición final: separar para reciclar, armado de compost, digestión para obtener energía.
Los rellenos sanitarios
Los rellenos sanitarios no son para rellenar
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Cuando comenzaron a construirse rellenos sanitarios en Argentina se argumentaba, entre muchas otras ventajas reales o no, que estos servirían para rellenar zonas bajas e inundables. ¡Y se rellenaron zonas bajas e inundables!. Pero esto no resultó en ningún impacto positivo. Lo cierto es que se utilizaron estas zonas para tirar la basura porque eran las tierras disponibles más baratas. Pero también son las menos aptas desde el punto de vista ambiental, porque la principal característica que debe tener un relleno sanitario es la de evitar que los materiales contaminantes que se vuelcan allí se diseminen en el ambiente, siendo el agua, muy presente en las zonas bajas, sea por anegamiento o inundación, uno de los elementos que más ayudan al movimiento de contaminantes. Además, las zonas bajas e inundables tienen que seguir siéndolo porque tienen un gran valor en si mismas, funcionando, entre otras cosas, como reservorios de agua para consumo. En resumen, los rellenos sanitarios construidos siguiendo normas que resguarden el ambiente no son lugares para ser rellenados, sino para arrojar residuos; son vertederos de residuos. |
Los residuos que llegan a los rellenos sanitarios
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Los rellenos sanitarios entonces, se diseñan con el fin de evitar que los residuos volcados allí contaminen el resto del ambiente. Se diseñan en función del tipo de residuo que allí se vuelca y del riesgo que estos implican para el ambiente. Estos residuos son llamados habitualmente domiciliarios, urbanos o municipales, y se trata de aquellos que generamos habitualmente en nuestras casas. Sin embargo, a veces pueden llegar otro tipo de residuos, como los peligrosos o los patogénicos. Estos tipos de residuos deben recibir un tratamiento especial antes de su disposición final en un relleno, y además, en la mayoría de los casos, deben disponerse definitivamente en rellenos especiales o de seguridad. Toda esta gestión es muy costosa, por lo cual existe una tentación muy fuerte de mezclar estos residuos con los urbanos o asimilables a urbanos. Esta tentación puede ser compartida por las empresas que se encargan de la gestión de las residuos domiciliarios, ya que tanto las empresas recolectoras de residuos como la que realiza la disposición final, cobran por peso o volumen de residuos. No sólo las industrias generan residuos peligrosos, también nosotros en nuestras casas generamos, aunque en cantidades mucho menores, residuos que se pueden considerar peligrosos y que deberían gestionarse de otra manera. Algunos ejemplos de estos son determinados tipos de pilas, restos de pinturas o solventes, etc…Cuanto más alto es el poder adquisitivo de la población, mayor es la cantidad de residuos de envases y embalajes, compuestos por plásticos, vidrios y cartón y, en proporción, menor la cantidad de residuos de alimentos húmedos. Por lo tanto, los residuos que se disponen en nuestros rellenos sanitarios son de características bastante diferentes a aquellos de los países más ricos. Son mucho más húmedos y putrescibles. Esta característica especial de nuestros residuos tiene muchas implicancias en la gestión y disposición final de los mismos. Dentro del relleno sanitario, este tipo de residuos libera una mayor cantidad de líquidos, tanto por la humedad que contiene en sí el residuo, como por la generación de líquidos en su proceso de descomposición. Estos líquidos, al infiltrarse a través de la capa de residuos, van disolviendo otros contaminantes presentes en ellos, volviéndose cada vez más peligrosos. A este proceso se le llama lixiviación, y su resultado, es decir el líquido altamente contaminante generado, lixiviado. Además, estos residuos orgánicos y húmedos en descomposición generan un gran volumen de gases, que forman mezclas que resultan explosivas en determinadas circunstancias. Otra consecuencia de esta característica particular de nuestros residuos, es que si queremos reducir la cantidad total de residuos que volcamos en nuestros rellenos sanitarios, debemos considerar en primer lugar las alternativas que nos permitan reducir esta fracción orgánica y húmeda. |
Características que deberían tener los rellenos sanitarios
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Un relleno sanitario ideal entonces, si consideramos que estos son necesarios, debería ser un espacio totalmente confinado, del cual no pudiera salir ningún tipo de contaminante. Este ideal es imposible de alcanzar. Sin embargo, existe una gran cantidad de normas sobre las características constructivas que deberían tener los rellenos sanitarios que facilitan acercarse a este ideal. El principal objetivo de estas normas es evitar la infiltración de los lixiviados hacia acuíferos subterráneos, lo cual no sólo contaminaría a éstos, imposibilitando su uso como agua potable, sino también a otros acuíferos superficiales vinculados. Para evitar la infiltración, se propone la colocación en la parte inferior de los rellenos sanitarios de diversas capas impermeables o poco permeables; la colocación de capas similares en la parte superior, para evitar que infiltre agua de lluvia en el relleno, aumentando el volumen de lixiviados; y la colocación también de sistemas de captación y tratamiento de los líquidos lixiviados acumulados en el fondo.Las normas también tratan sobre la gestión de los gases que se generan en el relleno sanitario. La mínima gestión al respecto consiste en colocar dispositivos que permitan ventear los gases generados en el relleno, con el fin de evitar explosiones y accidentes. Otros sistemas más complejos consisten en redes de captación de estos gases combustibles, que luego son quemados en una antorcha. De este modo se evita la emisión de estos gases directamente a la atmósfera y los impactos locales y globales que estos pueden tener. Otra alternativa ambientalmente más amigable es aprovechar el gas captado como combustible, evitando de ese modo el consumo de combustibles fósiles. También existen normas tendientes a minimizar la generación de olores cuando las celdas donde se depositan los residuos se encuentran todavía abiertas, la dispersión de basura con el viento, o la proliferación de roedores. |
Monitoreo y control ciudadano
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Si se siguen todas estas normas y sólo se reciben residuos urbanos o asimilables a urbanos, los impactos negativos que tendrá el relleno sanitario sobre el ambiente serán moderados; bastante menores a los que tendrían basurales a cielo abierto. Sin embargo, es necesario verificar que estas medidas estén dando los resultados esperados. Habrá que comprobar que los lixiviados no estén contaminando los acuíferos subterráneos, realizando análisis periódicos del agua extraída de pozos abiertos a tal fin. También habrá que monitorear la calidad del aire, analizar los gases de combustión de la antorcha, si es que esta existe, y el efluente líquido de la planta de tratamiento de lixiviados. Pero para que todo esto se realice de esta manera, es fundamental que exista un control ciudadano, ya que estas tareas implican costos importantes, que sin la presencia de un público informado y activo pueden ser evitados. |
Por: Ing. Gastón Rodríguez Tourón y Lic. Laura Ruiz
Fuente: http://www.ecogenesis.com.ar
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