¿Medimos bien el ruido exterior?
- Creado por admin
- El 1 enero, 2000
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El riesgo acústico es, junto con el de incendio, un factor siempre presente en todo establecimiento industrial.
Las audiometrías son incorporadas habitualmente en los exámenes preocupacionales y periódicos, y las mediciones de NSCE son de rigor no importa el rubro considerado.
En muchos casos, el ruido en el microclima laboral es suficientemente importante para trascender al exterior del predio, en muchos casos ubicado lindero a viviendas particulares e incluso en zonas residenciales.
Se plantea entonces la necesidad de establecer un criterio para determinar si el funcionamiento de la planta (y el ruido consiguiente), provocan o no un impacto ambiental cierto, ya sea deteriorando la calidad de vida del lugar o, más grave aún, produciendo trastornos auditivos en los vecinos.
Este criterio existe: es la norma IRAM 4062.
En esta norma se establece, en forma muy criteriosa, que el ruido exterior no es una magnitud cuyas mediciones deban valorarse en forma absolutas (como sí ocurre con el ruido en el microclima laboral), sino que debe analizarse en comparación con el llamado Nivel de Fondo (nivel sonoro medido en ausencia de la fuente emisora del sonido a analizar).
De todas formas, si queremos realizar un análisis más detallado, debemos saber qué es el sonido y cómo se lo mide.
¿Qué es el sonido?
Las ondas son fenómenos físicos de transporte de energía. Los mismos se producen por vibración de partículas alrededor de una posición de equilibrio. Por alguna fuerza de interacción entre las partículas (en el caso del aire, el rozamiento), la vibración de una de ellas se transmite a la vecina, de ésta a su vecina y así sucesivamente; de manera que la “información” de la vibración de la primera “viaja” a una cierta velocidad que dependerá de las características del medio, distancias mucho más grandes que la amplitud de la vibración de las partículas individuales. El sonido es una onda que se transmite a través del aire.
Como ejemplo podemos citar el siguiente, cuando una persona habla, sus cuerdas vocales vibran como las cuerdas de una guitarra; esta vibración se transmite al aire y viaja por el mismo a una velocidad enorme (aproximadamente 340m/seg.) y llega al oído del receptor y haciendo vibrar una membrana (el tímpano). De alguna forma (aún no se sabe cómo), el cerebro del receptor decodifica esas vibraciones en lo que llamamos sonido.
¿Cómo se mide el sonido?
La unidad del sonido es el decibel (dB). El sonido o nivel sonoro medido en decibeles es veinte veces el logaritmo decimal de la presión sonora dividido una presión estándar. La fórmula es la siguiente:
NS(dB) = 20xlog10(p/ps) ps = 20mPa
La presión sonora es la presión del aire sobre el tímpano y la presión estándar es una presión muy pequeña de referencia.
Haciendo las cuentas nos da que 20dB, significan 20mPa de presión sonora; que 40dB significan 200mPa de presión sonora y que 60dB implican 2000mPa de presión sonora.
Rápidamente notamos que un aumento de 20 decibeles, implica multiplicar por 10 la intensidad del sonido.
De manera que si bien el decibel es una unidad válida de medición, debemos tener cuidado en asociar las variaciones de intensidad de sonido con su variación en decibeles, pues no son proporcionales.
Como vimos anteriormente, si un sonido de 20dB se aumenta a 40dB (el doble), la intensidad del mismo habrá aumentado 10 veces y si ahora aumenta a 80dB (el doble nuevamente), la intensidad aumentará 100 veces.
¿Qué dice la norma IRAM 4062?
La norma establece un mecanismo para calcular el NSCE, es decir el nivel sonoro que debería tener una única fuente para que emitiendo en forma continua, equivalga a la acción conjunta de todas las fuentes existentes (pertenezcan o no al establecimiento).
Por otro lado debe medirse el nivel de fondo, es decir el nivel sonoro con el establecimiento sin funcionar.
Una vez obtenidos estos valores se los resta. Si la diferencia es mayor a 8dB, entonces se considera que existe contaminación sonora.
Ahora bien, ¿es correcto tomar una diferencia fija como referencia para cualquier nivel sonoro? ¿Es lo mismo aumentar el nivel sonoro por la acción de una industria de 60 a 68dB que de 80 a 88?. Por lo analizado más arriba, claramente no. Al aumentar de 60dB a 68dB se aumenta la presión sonora de 2.000 a 7.000mPa y al aumentar de 80 a 88dB, de 20.000 a 70.000mPa, es decir que la presión sonora aumentó 10 veces más.
La solución podría ser establecer decibeles de diferencia asociados a rangos de niveles sonoros de fondo . No es la pretensión de este artículo establecer dichos parámetros. Sí entendemos que los cálculos establecidos por la norma favorecen a las industrias radicadas en zonas de gran nivel sonoro propio (por ejemplo, aquéllas altamente urbanizadas) y que podría encontrarse una forma de cálculo más justa sin abandonar el criterio correcto de considerar el NSCE relativo al nivel de fondo.
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