Manual de Bioseguridad en el Laboratorio. 06 – Seguridad química y eléctrica y protección contra incendios
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- El 23 diciembre, 2011
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PARTE VI – Seguridad química y eléctrica y protección contra incendios
17. Sustancias químicas peligrosas
El personal que trabaja en los laboratorios de microbiología está expuesto no sólo a microorganismos patogénicos, sino también a los peligros que entrañan las sustancias químicas. Es importante que el personal tenga los debidos conocimientos acerca de los efectos tóxicos de esas sustancias químicas, las vías de exposición y los peligros que pueden estar asociados a su manipulación y almacenamiento (véase el anexo 5).
Los fabricantes y/o proveedores de sustancias químicas facilitan hojas informativas con datos sobre la seguridad de los materiales y otras informaciones sobre los peligros químicos. Esas hojas deben estar disponibles en los laboratorios donde se utilizan esas sustancias, por ejemplo como parte de un manual de seguridad o de operaciones.
Vías de exposición
La exposición a sustancias químicas peligrosas puede darse por las siguientes vías:
- Inhalación
- Contacto
- Ingestión
- Jeringuillas
- Heridas en la piel.
Almacenamiento de sustancias químicas
En el laboratorio sólo deben conservarse las cantidades de sustancias químicas que sean necesarias para el uso diario. Las cantidades importantes deben guardarse en locales o edificios destinados especialmente a este fin.
Las sustancias químicas nunca deben almacenarse por orden alfabético.
Normas generales en relación con las incompatibilidades químicas Para evitar los incendios y/o las explosiones, las sustancias que aparecen en la columna izquierda del cuadro 13 deben almacenarse y manipularse de modo que no puedan entrar en contacto con las sustancias correspondientes de la columna derecha del mismo cuadro.
Efectos tóxicos de las sustancias químicas
Algunas sustancias químicas son perjudiciales para la salud de quienes las manipulan o inhalan sus vapores. Aparte de los venenos manifiestos, hay sustancias que tienen diversos efectos tóxicos. Las vías respiratorias, la sangre, los pulmones, el hígado, los riñones y el aparato digestivo, así como otros órganos y tejidos, pueden sufrir efectos adversos o padecer lesiones graves. Se sabe que ciertas sustancias químicas son cancerígenas o teratógenas.
La inhalación de los vapores de ciertos disolventes puede tener efectos tóxicos. Además de los efectos más graves antes señalados, la exposición puede provocar trastornos que, aunque no tengan efectos inmediatamente apreciables en la salud, en ocasiones producen síntomas como falta de coordinación, embotamiento y otros análogos, que pueden aumentar la propensión a los accidentes.
La exposición prolongada o repetida a la fase líquida de muchos disolventes orgánicos puede provocar lesiones cutáneas. Ello puede deberse al efecto lipolítico de los disolventes, pero también pueden presentarse efectos corrosivos y alérgicos.
Para más información acerca de los efectos tóxicos de las sustancias químicas, véase el anexo 5.
Sustancias químicas explosivas
Las azidas, que a menudo se utilizan en soluciones antibacterianas, no deben entrar en contacto con el cobre ni el plomo (por ejemplo, en tuberías de desagüe y alcantarillado), ya que pueden explotar violentamente cuando se someten a un impacto, aunque sea ligero.
Los éteres que se conservan desde hace tiempo y que han cristalizado son sumamente inestables y potencialmente explosivos.
El ácido perclórico, si se deja que se seque en la madera, ladrillos o tejidos, explotará y provocará un incendio con el impacto.
El ácido pícrico y los picratos detonan por la acción del calor y los impactos.
Derrame de sustancias químicas
La mayoría de los fabricantes de sustancias químicas para laboratorios distribuyen gráficos que describen los métodos para tratar los derrames. También se encuentran en el comercio gráficos y estuches de material para casos de derrame. Los gráficos pertinentes deberán exponerse en el laboratorio en lugar destacado. También deberá disponerse del siguiente equipo:
- Estuches especiales de material para derrames químicos
- Ropa protectora: guantes de goma fuertes, chanclos o botas de agua, mascarillas respiratorias
- Escobas y palas para el polvo
- Pinzas para recoger los trozos de vidrio
- Bayetas, trapos y toallas de papel
- Cubos
- Carbonato sódico (Na2CO3) o bicarbonato sódico (NaHCO3) para neutralizar ácidos y sustancias químicas corrosivas
- Arena (para cubrir los derrames de sustancias alcalinas)
- Detergente no inflamable.
En caso de que se produzca un derrame químico importante, debe procederse como sigue:
- Notificar el incidente al funcionario de seguridad que corresponda.
- Evacuar del local al personal no indispensable.
- Atender a las personas que puedan haberse contaminado.
- Si el material derramado es inflamable, extinguir todas las llamas desnudas, cortar el gas del local afectado y de los locales adyacentes, abrir las ventanas (si es posible), y cortar la electricidad de los aparatos que puedan producir chispas.
- Evitar la respiración de vapores del material derramado.
- Establecer una ventilación de salida si es posible hacerlo con seguridad.
- Obtener el material necesario (véase más arriba) para limpiar el material derramado.
Gases comprimidos y licuados
En el cuadro 14 se ofrece información sobre el almacenamiento de gases comprimidos y licuados.
18. Otros peligros en el laboratorio
El personal que trabaja en el laboratorio puede enfrentarse a peligros debidos a formas de energía como el fuego, la electricidad, las radiaciones o el ruido. En este capítulo se ofrece información acerca de cada una de ellas.
Peligro de incendio
Es indispensable que haya una estrecha cooperación entre los funcionarios de seguridad y los servicios locales de prevención de incendios. Aparte de los riesgos debidos a las sustancias químicas, deben examinarse los efectos del incendio en la posible
diseminación de material infeccioso. Esto puede ser determinante a la hora de decidir si es preferible extinguir o contener el incendio.
Conviene contar con la ayuda de los servicios locales de prevención de incendios para la capacitación del personal del laboratorio en lo que se refiere a la prevención de incendios, las medidas inmediatas en caso de incendio y el uso del equipo de lucha contra incendios.
En cada sala y en los pasillos y vestíbulos deben figurar de forma destacada advertencias sobre incendios, instrucciones e indicaciones de las vías de salida.
Las causas más comunes de incendios en los laboratorios son las siguientes:
- Sobrecarga de los circuitos eléctricos
- Mal mantenimiento de la instalación eléctrica, como cables mal aislados o con el aislante en mal estado
- Tuberías de gas y cables eléctricos demasiado largos
- Equipo que se deja conectado sin necesidad
- Equipo que no está diseñado para el laboratorio
- Llamas desnudas
- Tuberías de gas en mal estado
- Manipulación y almacenamiento indebidos de material inflamable o explosivo
- Separación indebida de sustancias químicas incompatibles
- Aparatos que producen chispas en las proximidades de sustancias y vapores inflamables
- Ventilación indebida o insuficiente.
El equipo de lucha contra incendios debe colocarse cerca de las puertas de las salas y en puntos estratégicos de los pasillos y vestíbulos. Ese equipo debe comprender mangueras, cubos (de agua o arena) y un extintor. Los extintores deben ser inspeccionados y mantenidos periódicamente y debe respetarse su vida útil. En el cuadro 15 se indican los tipos y usos particulares de los extintores de incendios. Para más información consúltese la referencia 49.
Peligros eléctricos
Es indispensable que todas las instalaciones y el equipo eléctricos sean inspeccionados y probados con regularidad, incluida la toma de tierra.
Los circuitos eléctricos del laboratorio que lo requieran deben disponer de interruptores de circuito e interruptores por fallo de la toma de tierra. Los interruptores de circuito no protegen a las personas: están concebidos para proteger los cables de las sobrecargas eléctricas y con ello evitar los incendios. Los interruptores por fallo de la toma de tierra tienen por objeto proteger a las personas contra los choques eléctricos.
Todo el equipo eléctrico del laboratorio debe tener toma de tierra, preferiblemente mediante enchufes de tres espigas.
Todo el equipo eléctrico del laboratorio debe ajustarse a las normas y los códigos nacionales de seguridad eléctrica.
Ruido
El exceso de ruido es perjudicial con el tiempo. Algunos tipos de equipo de laboratorio, como ciertos sistemas de láser, así como las instalaciones que albergan animales, pueden exponer a los trabajadores a un ruido considerable. Pueden realizarse
mediciones del ruido para determinar el riesgo correspondiente. Cuando así lo justifiquen los datos, cabe estudiar la posibilidad de instalar controles técnicos como cubiertas o barreras en torno al equipo ruidoso o entre las zonas ruidosas y otras zonas de trabajo. En los lugares donde no pueda reducirse en nivel de ruido y el personal del laboratorio sufra habitualmente una exposición excesiva, debe ponerse en marcha un programa de conservación de la audición que incluya el uso de protección auditiva cuando se trabaja en condiciones de ruido excesivo y un programa de vigilancia médica para determinar los efectos del ruido en los trabajadores.
Radiaciones ionizantes
La protección radiológica trata de proteger a los seres humanos contra los efectos perjudiciales de las radiaciones ionizantes, entre los que se incluyen los siguientes:
- Efectos somáticos, por ejemplo síntomas clínicos observables en las personas expuestas. Entre ellos figuran los tumores inducidos por radiaciones, como la leucemia y los cánceres de hueso, pulmón y piel, cuya aparición puede producirse muchos años después de la irradiación. Entre otros efectos somáticos menos graves figuran lesiones cutáneas leves, alopecia, trastornos hematológicos, lesiones gastrointestinales y formación de cataratas.
- Efectos hereditarios, es decir síntomas observados en los descendientes de los individuos expuestos. Los efectos hereditarios de la exposición de las gónadas incluyen las lesiones cromosómicas y las mutaciones génicas. La irradiación de las células germinales de las gónadas en dosis elevadas también puede provocar la muerte celular, que produce trastornos de la fecundidad en ambos sexos o cambios menstruales en las mujeres. La exposición del feto, particularmente entre las semanas 8a a 15a del embarazo, puede aumentar el riesgo de malformaciones congénitas, deficiencias mentales o cánceres inducidos por la radiación más adelante en la vida.
Principios de la protección contra las radiaciones ionizantes
Para limitar los efectos nocivos de las radiaciones ionizantes, el uso de radioisótopos debe ser controlado y cumplir las normas nacionales aplicables. La protección contra las radiaciones debe seguir cuatro principios:
- Reducir al mínimo el tiempo de exposición a la radiación.
- Aumentar al máximo la distancia de la fuente de radiación.
- Proteger la fuente de radiación.
- Sustituir el uso de radionúclidos por técnicas no radiométricas.
1. Tiempo. El tiempo de exposición durante las manipulaciones de material radioactivo puede reducirse de las siguientes formas:
— Practicando técnicas nuevas y aún poco conocidas sin utilizar el radionúclido hasta que se dominen esas técnicas
— Trabajando con los radionúclidos de forma concienzuda y oportuna, sin prisas
— Velando por que todas las fuentes radioactivas se devuelvan a su lugar de almacenamiento inmediatamente después de usarlas
— Retirando los residuos radioactivos del laboratorio a intervalos frecuentes
— Pasando el menor tiempo posible en la zona de radiaciones del laboratorio
— Gestionando y planificando con eficiencia el tiempo de manipulación de material radiactivo en el laboratorio.
Cuanto menos tiempo se pase en un campo de irradiación, menor será la dosis personal recibida, de acuerdo con la ecuación siguiente:Dosis = Intensidad de la dosis x Tiempo
2. Distancia. La intensidad de la dosis de la mayor parte de las radiaciones g y X es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia a la fuente:
Intensidad de la dosis = Constante x Distancia 2
Si se duplica la distancia a la fuente de radiación, la exposición queda reducida a la cuarta parte en el mismo periodo de tiempo. Se utilizan diversos dispositivos y aparatos auxiliares para aumentar la distancia entre el trabajador y la fuente de radiación, como pinzas largas, abrazaderas y pipeteadores a distancia. Obsérvese que un pequeño aumento de la distancia puede dar lugar a una disminución considerable de la intensidad de la dosis.
3. Blindaje. Los blindajes que absorben o atenúan la radiación, situados entre la fuente y el trabajador u otros ocupantes del laboratorio, ayudarán a limitar su exposición. El tipo y el grosor de cualquier material de blindaje dependen de la capacidad de penetración (tipo y energía) de la radiación. Una barrera de 1,3–1,5 cm de material acrílico, madera o metal ligero protege contra partículas b de alta energía, mientras que para proteger contra las radiaciones g y X de alta energía se necesita plomo de alta densidad.4. Sustitución. Los materiales basados en radionúclidos no deben utilizarse si hay otras técnicas disponibles. Si no es posible la sustitución, se utilizará el radionúclido que tenga el menor poder de penetración o la menor energía.
Sistemas seguros de trabajo con radionúclidos
Las normas relativas al trabajo con sustancias radiactivas deben tener en cuenta cuatro zonas:
- Zona de radiaciones
- Zona de mesas de trabajo
- Zona de desechos radiactivos
- Registros y respuesta a las emergencias.
Entre las normas más importantes para trabajar con radionúclidos figuran las siguientes:
1. Zona de radiaciones
— Sólo se deben utilizar sustancias radiactivas en zonas exclusivamente destinadas
a ello.— Sólo se permitirá la presencia del personal indispensable.
— Se utilizará equipo de protección personal: batas de laboratorio, gafas de seguridad y guantes desechables.
— Se vigilarán las exposiciones del personal a las radiaciones.
Los laboratorios en los que se utilizan radionúclidos deben diseñarse de modo que se simplifiquen las operaciones de contención, limpieza y descontaminación. La zona de trabajo con radionúclidos debe situarse en una pequeña sala adyacente al laboratorio principal o en una zona exclusiva dentro del laboratorio, separada de otras actividades. La entrada a la zona de radiaciones se demarcará con el símbolo internacional de radiación (figura 12):2. Zona de mesas de trabajo
— Utilizar bandejas para derrames cubiertas con material absorbente desechable.
— Limitar las cantidades de radionúclidos.
— Blindar las fuentes de radiación en las zonas de radiaciones, de mesas de trabajo y de desechos radiactivos.
— Marcar los recipientes de materiales radiactivos con el símbolo apropiado, anotando también la identidad del radionúclido, su actividad y la fecha del análisis.
— Utilizar medidores de la radiación para vigilar las zonas de trabajo, la ropa protectora y las manos una vez terminado el trabajo.
— Utilizar para el transporte recipientes debidamente blindados.3. Zona de desechos radiactivos
— Retirar con frecuencia los desechos radiactivos de la zona de trabajo.4. Registros y respuesta de emergencia
— Mantener registros apropiados del uso y la eliminación de material radiactivo.
— Repasar los registros dosimétricos para ver si hay materiales que superan los límites de dosis.
— Elaborar y poner en práctica periódicamente planes de respuesta de emergencia.
— En caso de emergencia, prestar ayuda en primer lugar a las personas heridas.
— Limpiar concienzudamente las zonas contaminadas.
— Pedir asistencia a la oficina de seguridad, si existe.
— Redactar y mantener informes sobre los incidentes.
Fuente: OMS – Organización Mundial de la Salud
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