La responsabilidad… 03. El contexto específico Argentino. Parte 1
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- El 14 octubre, 2009
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La gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en Argentina
03. EL CONTEXTO ESPECÍFICO ARGENTINO
Para la implementación exitosa de instrumentos de gestión de RAEE se deberá considerar la particular situación del país en cuestión. A menos que una política de RAEE esté adaptada al contexto social, tecnológico y económico, es probable que su implementación resulte inapropiada (Dolowitz y Marsh, 2000: 17; Evans, 2004: 43-4). Esto también es válido para la REP. Además, el análisis del Capítulo 2 demuestra que la asignación exacta de los diferentes tipos de responsabilidades y la combinación de instrumentos políticos dependerán de las condiciones locales. Las siguientes tres secciones de este capítulo analizarán el contexto específico argentino y su importancia en la implementación de REP en cuanto a oportunidades y desafíos.
Los desafíos vinculados a la implementación de una legislación en un estado federal como Argentina son señalados aunque sin desarrollarlos en profundidad.
3.1 La situación actual en Argentina
A fin de abordar los desafíos relacionada con los RAEE, se iniciaron una serie de actividades y proyectos a nivel nacional y regional. El Centro Regional en Argentina del Convenio de Basilea ha llevado acabo estudios sobre RAEE en la región y promueve la cooperación entre países. En el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), se organizó un curso y un taller entre el 24 y el 26 de abril de 2007. El Mercosur decidió durante sus reuniones ministeriales de Curitiba, Brasil, el 29 de marzo de 2006, promover políticas similares a las REP. El actual proyecto de decisión habla de la responsabilidad postconsumo en los Artículos 2, 7 y 8, y claramente promueve la adopción, por parte de los Estados parte, de REP como herramienta política a fin de alcanzar los objetivos de gestión de residuos definidos en el campo de residuos especiales de generación universal (Mercosur 2006). Este informe tendrá en cuenta que dichos desarrollos regionales han sido fijados, pero no intentará interpretar su injerencia en los desarrollos de la Argentina. A nivel nacional, existen en Argentina iniciativas para evaluar una legislación nacional y estatal sobre RAEE. En la actualidad, existe un proyecto de ley de RAEE preparado por el Senado. Dado el estado no oficial de estos desarrollos, no serán analizados en profundidad en el presente informe. Mientras se terminaba de elaborar este informe, las autoridades municipales de la Ciudad de Buenos Aires promulgaban una nueva ley de RAEE, Ley 2807/LCBA/08, 24/07/08. A nuestro entender, ésta es la primera ley que intentar ocuparse de los RAEE a nivel local y, en este caso, aborda los RAEE generados por las autoridades públicas de la Ciudad de Buenos Aires. La ley no contiene explícitamente la mayoría de elementos sobre REP que desarrolla el presente informe.
3.1.1 Desarrollo en Argentina
Argentina aún no logró que el uso de AEE se extienda plenamente entre el grueso de su población, que, en la actualidad, ronda los 40 millones de personas. Sin embargo, el número de aparatos que la gente utiliza crece rápidamente, y la cantidad de productos nuevos que cada año adquieren las entidades comerciales, las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales y los consumidores particulares es más que importante. Veamos algunos ejemplos que demuestran este crecimiento. La cantidad de impresoras y fotocopiadoras láser vendidas aumentó un 19% entre 2005 y 2006, y se estimó otro incremento del 35% para 2007. El número de computadoras importadas de marcas internacionales también está aumentando rápidamente: las de escritorio en alrededor de un 20% tanto en el 2004-2005 como en el 2005-2006, mientras que las portátiles prácticamente duplicaron las ventas en los mismos períodos. En este momento, las computadoras portátiles de marcas internacionales están alcanzando los niveles de sus pares de escritorio (141.000 y 181.000, respectivamente, en 2006). Si además se tienen en cuenta las computadoras ensambladas en el país, las ventas anuales alcanzan el millón y medio de unidades. En 2003, se vendieron alrededor de un millón de teléfonos móviles, y esa cifra ascendió a doce millones en 2006 (Protomastro, 2007a).
Existen dos tipos de productos nuevos: los productos con marcas, con productores identificables, y los productos sin marcas, con
productores no identificables (es decir, productos destinados a ser huérfanos). Los productos usados se venden en el mercado de reutilizables y dependen, en parte, de la existencia de actividades downstream relacionadas con las piezas de repuesto. La relación entre los productos de marcas nuevas, los sin marca y los reutilizables es la competencia por los precios. Los dos últimos suelen ser más económicos y de calidad inferior y ocupan un mercado específico, destinado a un cierto sector de la población.
Pero como los precios de los productos de marcas nuevas no dejan de caer, es de esperar que la participación en el mercado de los otros dos tipos de productos se achique.
De acuerdo con lo que describen todas las fuentes de información con respecto a Argentina, la población, en general, no tienen demasiada noción de los problemas que los RAEE ocasionan al medio ambiente. Es común que guarden los aparatos obsoletos, o los que están rotos, por tiempo indeterminado, ya que consideran que aún conservan algo de su valor original. Por lo tanto, sería
conveniente limitar la cantidad de productos que se desechan en los contenedores para los RSM mixtos. Al contrario de lo que ocurre con los residuos electrónicos en general, se sabe que los argentinos están muy al tanto de los peligros que acarrean las pilas usadas, gracias a la información completa que los medios de comunicación brindaron durante varios años sobre el tema. Por esto, el argentino promedio tiene cuidado de no tirar pilas a la basura, aunque la falta de opciones organizadas para deshacerse de ellas lo obligan a almacenarlas sin saber a ciencia cierta qué podrá hacer con ellas en el futuro.
Protomastro (2007b) estima que la cantidad de RAEE que se generan en Argentina anualmente (2006) es de 80.000 toneladas, o de 2 kg por persona. Sin embargo, hasta ahora, no ha resultado sencillo corroborar esas cifras. La CAMOCA (Cámara Argentina de Máquinas de Oficina, Comerciales y Afines) publicó cifras con respecto a los RAEE en 2007, teniendo en cuenta los sectores representados por los miembros de esa cámara industrial (CAMOCA, 2007): impresoras (12.504 toneladas), computadoras y accesorios (23.945 toneladas), cajas registradoras, expendedoras de boletos y máquinas similares (1.229 toneladas) y otros aparatos (4.173 toneladas, lo que incluye teléfonos, teléfonos móviles, calculadoras de bolsillo, cámaras digitales, etc.). Esto suma casi 42.000 toneladas.11
Si se tiene en cuenta que en este cálculo no se contabilizaron artículos como electrodomésticos grandes (heladeras, freezers, cocinas eléctricas, lavarropas, lavavajillas), acondicionadores de aire, televisores, aparatos de video y otros utilizados para el esparcimiento, electrodomésticos pequeños y herramientas para jardinería y actividades recreativas, no sería exagerado afirmar que la cifra alcanza las 80.000 toneladas. Se estima que para 2008 la cantidad de RAEE rondará las 100.000 toneladas, o 2,5 kg por persona (comunicación personal, G. F. Protomastro, 1 de agosto de 2008). 12
Es probable que los productos que contienen en su mayoría acero, como las cocinas, y que otros electrodomésticos grandes, como lavarropas y heladeras, sean absorbidos por los sectores comerciales que tradicionalmente se encargan de los materiales de descarte, mientras que no se conocen demasiadas empresas que se ocupen de los residuos electrónicos provenientes de, por ejemplo, televisores, computadoras, teléfonos móviles, sistemas de video, etc.
Es importante destacar que algunos de los productos que contienen mayormente acero —y que, por ende, despiertan el interés de los que reciclan metales— pueden tener también componentes peligrosos y deben tratarse con mayor cuidado que el que suelen dedicarles los sectores que trabajan con materiales de descarte. Éste es el caso de las heladeras y los freezers, en los que se emplea CFC como refrigerante y como material aislante. Los electrodomésticos también pueden contener soldaduras, pilas o componentes con metales pesados.
En la actualidad, existen en el país dos desmontadores de RAEE autorizados. Algunos productores de equipos informáticos, como
también ciertas empresas que los utilizan en grandes cantidades (bancos, fabricantes de bebidas, fabricantes de autos, etc.), recurren a ellos cuando necesitan desechar sus productos. 13 Hay otras marcas que llevan los productos devueltos a través de sus centros de servicios a establecimientos fuera de Argentina para su tratamiento.
Cada vez más empresas multinacionales admiten que debe hallarse una solución sustentable para Argentina en lo que respecta a los RAEE y, en el plano individual, estas empresas elaboran —y en parte, implementan— planes con el fin de determinar circuitos de devolución para sus propios productos. Durante los encuentros que tuvimos con marcas internacionales, como Dell, HP, Motorola, Nokia y Sony-Ericsson, quedó en claro que todas ellas están en distintas etapas de desarrollo e implementación de programas de devolución para Argentina.
Los usuarios de AEE tienen un doble papel: son consumidores de AEE y, a su vez, generadores de RAEE. Los productos desechados que aún funcionen pueden llegar a revenderse en el mercado de reutilizables. Hay dos tipos de consumidores: los usuarios corporativos y los particulares o casas de familia. La literatura sobre este tema señala que los usuarios corporativos donan sus AEE obsoletos o los subastan en grandes cantidades (Instituto Federal Suizo de Investigación y Prueba de Materiales y Tecnologías, 2007).
También es frecuente que estos usuarios simplemente almacenen, o acumulen, los productos que ya no utilizan. Los usuarios particulares a veces canjean los objetos de valor que todavía funcionan pero son obsoletos (por ejemplo, un televisor), cuando compran otro nuevo (ver sección 3.2.5). En el caso de que quieran deshacerse de un producto que no tiene valor de canje, es probable que lo desechen junto con otros RSM.
En Argentina, surgió un sector informal que se ocupa del manejo de los componentes reciclables de los residuos sólidos municipales, en especial de los embalajes y del papel de diario. Los que conforman este sector son llamados “cartoneros” y se ganan la vida recogiendo los residuos que hay en las calles para luego venderlos. Este sistema trae aparejado una serie de problemas sociales, ambientales y de salubridad, y hay un debate generalizado, en el que intervienen la prensa, los políticos y el público en general, sobre qué hacer para mejorar esta situación. Afortunadamente, los RAEE no constituyen aún uno de los objetivos principales de los “cartoneros” o del sector informal del reciclaje; por lo tanto, Argentina todavía no debe hacer frente al problema que tienen otros países, donde los trabajadores no calificados manejan residuos tóxicos sin contar con la protección adecuada ni con recursos tecnológicos razonables.
En la actualidad, existen un par de iniciativas para restaurar computadoras y otros AEE con fines benéficos, en las que participan
ONG. Heredia (2008) también da cuenta de un proyecto en el que un grupo de “cartoneros”, organizados en una cooperativa de reciclaje, se encargan de restaurar computadoras. Este proyecto, que se inició hace poco tiempo, cuenta con el apoyo activo de la cámara industrial CAMOCA. Esta entidad promueve dichos emprendimientos porque cree que son una manera factible de poner en práctica los sistemas de tratamiento de RAEE que se diseñaron en las reuniones con su representante en mayo de 2008. Al no poder analizarlas en detalle, no se hará más referencia a estas iniciativas. Sin embargo, en este contexto, es probable que se tengan en cuenta algunas cuestiones generales acerca del desarrollo de las actividades de reciclaje en el sector informal y de los problemas relacionados con el tratamiento de RAEE.
De acuerdo con la opinión de los autores, es imprescindible que cualquier programa REP tenga estos tres elementos: (1) un sector formal integrado por EAT, (2) una estructura de control y de entrega de información, y (3) una ayuda económica adicional de los productores (identificables) para con los operadores downstream formales. La necesidad de un mecanismo económico adicional se hace evidente en el caso de los RAEE con valores negativos; sin embargo, en la sección 3.3.3, se analizará en detalle si este mecanismo es necesario para todos los RAEE en el contexto argentino. El estudio de las ventajas y los obstáculos que se lleva a cabo en las dos secciones siguientes se basa en el entendimiento de la relación entre los diferentes elementos de la situación.
3.1.2 América Latina en general
La situación en Argentina es muy similar a la de los demás países de América Latina, ya que en todos se observa un crecimiento en las ventas de AEE. Esta situación se explica por una serie de factores, como el crecimiento técnico y económico general, productos cada vez más accesibles, la implementación de programas específicos destinados al aprendizaje de computación y al acceso a computadoras, la falta de líneas telefónicas fijas (lo que promueve la penetración de teléfonos móviles) y el crecimiento general de sistemas computarizados y basados en la electrónica en oficinas, sectores de servicios, etc. Tampoco suelen darse a conocer las cifras reales de los RAEE que se generan en los distintos países de América Latina (Ripley, 2007). Bôni (2007) ofrece información sobre cómo se distribuyen las computadoras entre varios grupos en Chile y revela que las dos terceras partes de las máquinas son compradas por las industrias y el gobierno, y la otra, por usuarios particulares.
En su perspectiva general de los países latinoamericanos, Ripley (2007) señala que existe un número limitado de proyectos de menor envergadura, relacionados con iniciativas en las áreas de recolección, desarmado y reciclaje. La situación latinoamericana es muy similar a la de Argentina. Los hechos que describe Ripley se repiten en otros trabajos que hacen hincapié en un solo país o en un grupo pequeño de países (Ott, 2008; Protomastro, 2007; Silva, 2007).
3.2 Ventajas
En esta sección, se detallan las seis ventajas que tiene la situación argentina actual para implementar un programa REP que cumpla con los requisitos básicos.
3.2.1 Una cantidad almacenada, relativamente pequeña, de productos históricos fabricados en el país
Dentro de los RAEE, se origina un problema inevitable con los productos huérfanos e históricos (celda D, tabla 1), ya que pueden
terminar convirtiéndose en una carga injusta para los productores identificables. Sin embargo, en Argentina, este sector no es tan grande como el de los países miembros de la OCDE, debido a la tasa de penetración relativamente baja que hubo en el pasado; además, como se analizó en la sección 3.1, el mercado para los AEE todavía no está saturado. Por otro lado, la cantidad de AEE en el mercado argentino aumenta año a año. Todo esto sumado implica que, aunque los productos en su totalidad fueran huérfanos (o fueran tratados como tal) y los costos del fin de su vida útil recayeran sobre los productos nuevos, la proporción aun sería significativamente menor a 1:1. Para usar una metáfora, en el peor de los casos en el que todos los productos históricos fueran huérfanos, sucedería algo similar a lo que ocurre en un sistema de jubilación tradicional, en el que una fuerza laboral más grande y creciente trabaja para sostener a unos pocos pensionados.
Por otro lado, el aumento constante de la tasa de penetración en Argentina lleva a suponer que los costos provocados por la inacción política también aumentan. Hasta el momento, el problema de los RAEE en Argentina no es demasiado grave, pero se estima que va a crecer rápidamente. En el contexto argentino, en el que se tienen ciertas reservas con respecto a la implementación del mecanismo donde paga el usuario final (ver sección 3.3.3), se hace necesaria la creación de un sistema que garantice la financiación de la futura gestión del fin de la vida útil de los productos nuevos.
3.2.2 Gran participación de los usuarios corporativos
En Argentina, los usuarios corporativos tienen una participación muy importante en el consumo de determinados grupos de productos.
Desde el punto de vista de la practicidad, los residuos generados por los usuarios corporativos son más fáciles de manejar, ya que se presentan en grandes cantidades y tienen un valor bastante alto.
Además, los grandes usuarios corporativos, en el afán por proteger su imagen, suelen adoptar políticas ambientales: esto aumenta las posibilidades de que cooperen con un programa de recupero, a diferencia de lo que ocurre con otras fuentes dispersas de residuos.
Como ejemplo, podemos citar la iniciativa de la Asociación de Industrias Electrónicas de Bangalore, India (agencia encargada de los residuos electrónicos [EWA, por su sigla en inglés], 2006), que representa a los grandes consumidores de productos relacionados con la tecnología de la información y la comunicación. Ellos elaboraron un código de conducta para la gestión de residuos electrónicos con el fin de lograr una salida más limpia para los residuos. Uno de los puntos sobresalientes del código es el
preámbulo 5, que afirma que: “Los miembros no deberían centrarse en la rentabilidad a través de la disposición de residuos electrónicos” [traducción del original en inglés] (EWA, 2006). Los residuos electrónicos interempresariales allanan el período de transición, cuyos desafíos principales son la implementación de las redes de recolección y tratamiento y la necesidad de asegurar el suministro constante y en cantidades adecuadas de RAEE al sistema. No obstante, la información sobre las ventas debe manejarse con cuidado cuando se utiliza como información sobre el final de la vida útil. En este caso, puede sobreestimarse la cantidad de RAEE proveniente de usuarios corporativos. La experiencia observada en varios países, y confirmada por las entrevistas realizadas en Argentina, revela que no todos los AEE corporativos se convierten en RAEE B2B, ya que algunos aparatos que aún están en funcionamiento se venden a los empleados a precios nominales y, por ende, terminan convirtiéndose en RAEE de B2C.
3.2.3 Negocios lucrativos downstream
No hay duda de que el reciclaje de RAEE puede llegar a ser una actividad comercial lucrativa. Estos productos contienen materias
primas valiosas, en especial metales, entre ellos metales preciosos como oro, plata, platino, rodio, cobre, etc. Además, la recolección y el desarmado de los productos crean puestos de trabajo para una cantidad bastante considerable de personas. Las experiencias en los países que implementaron sistemas eficaces confirman el potencial comercial del sector. De implementarse en Argentina, estos sistemas podrían brindar oportunidades de empleo tanto para la mano de obra calificada como para la no calificada y, si se los aplicara con buen criterio, podrían atraer también inversiones y capitales.
3.2.4 Menos exigencias para los municipios
A menos que la recolección y el tratamiento de RAEE se realicen por separado, el rápido aumento en el consumo de AEE en Argentina terminará provocando cantidades cada vez mayores de RSM, lo que sobrepasaría la capacidad limitada de los municipios y de los contribuyentes. Existe también el riesgo potencial de que la mayor parte de los RAEE lleguen, como los RSM, primero al sector informal (el de los “cartoneros”) y de que los elementos de poco valor y los residuales (los que, por lo general, son extremadamente tóxicos debido a que se los trata con procesos inadecuados y sin ninguna clase de control) se desechen en el lugar de recolección y en áreas cercanas. Tanto la recolección y el tratamiento de estos elementos residuales como la limpieza de las zonas afectadas resultan muy costosos. Un programa REP para AEE exige separar los RAEE de los demás RSM, además de la creación de estructuras físicas y financieras exclusivas para RAEE. En el caso de que contaran con la capacidad necesaria, los municipios deberían participar físicamente de la recolección de RAEE y recibir una compensación económica por su esfuerzo, a través del programa REP.
3.2.5 Iniciativas y prácticas comerciales ya existentes
En la actualidad, existen dos prácticas comerciales sobre las que puede elaborarse un programa REP de alcance nacional: los esquemas de recepción voluntaria de los productores y los esquemas de canje de los minoristas. La recepción voluntaria es una estrategia de marketing, motivada principalmente por inquietudes ambientales, ya que estos esquemas de recepción, por lo general, traen aparejados gastos adicionales. En la actualidad, las empresas multinacionales (o EMN) deben atender las exigencias de la sociedad civil internacional en cuanto a que haya uniformidad en las políticas REP a nivel mundial (ver Greenpeace, 2007) para evitar que existan parámetros diferentes. Algunas empresas ya se comprometieron a introducir en el mercado internacional productos que cumplan con las directivas RoHS dentro de poco tiempo, independientemente de las disposiciones legales de cada país. Como se mencionó en la sección 3.1, es cada vez mayor la cantidad de EMN que recuperan sus productos a través de los centros de servicios. No obstante, hasta la fecha, ninguna empresa multinacional ha puesto en marcha un esquema de recepción que sea adecuado para el caso de Argentina, esté correctamente publicitado e incluya los productos que se les ofrecen a los particulares.
Es más, muchos minoristas en Argentina, tal como ocurre en otros países, ofrecen una opción de canje a sus clientes: cuando el cliente compra un producto nuevo, el minorista le hace un descuento si el cliente le entrega un producto usado que tenga una utilidad similar.
Esta estrategia de marketing se originó principalmente por motivos económicos. Como señala Okada (2001), los esquemas de canje son un modo de impulsar al cliente a que tome la decisión de reemplazar un producto. Las experiencias en los países desarrollados demuestran que los minoristas establecen los descuentos sobre la base del valor remanente de los productos canjeados y que el descuento por un producto usado no se modifica, independientemente del valor del producto nuevo (puede haber algunas variaciones). Este método de valoración demuestra que los minoristas esperan obtener una suma determinada por los productos canjeados en una fase posterior y que los descuentos no sólo reflejan el margen entre los precios mayoristas y los minoristas.
Estas dos clases de esquemas pueden perfeccionarse aun más en un programa REP. Hasta el momento, los esquemas de recepción voluntaria de los productores sólo afectan, en lo que respecta a la recolección, a un sector marginal del mercado. Como veremos en la sección 3.3.3, el hecho de poder entregar los RAEE sin costo alguno no siempre constituye un estímulo suficiente para todos los usuarios.
Es necesario recordar que, para poder llevar a cabo un tratamiento serio y para que el reciclaje resulte eficaz, en primer lugar, los RAEE deben recolectarse por separado. Un buen sistema de recolección debe ser cómodo para los usuarios, brindar asesoramiento al respecto y ofrecer, de ser necesario, incentivos económicos que garanticen un promedio alto de recolección. Por otro lado, mientras que no haya un sistema que obligue a los demás productores a hacer lo mismo, parece injusto pedirles a los que están dispuestos a adherirse a estos esquemas que incurran en gastos adicionales. Un programa REP de alcance nacional ayudaría a nivelar la situación.
Con respecto a los esquemas de canje de los minoristas, un programa REP les permitiría incluir productos usados de valor bajo o negativo. En la actualidad, el alcance de estos esquemas se limita a los productos usados de valor alto o que todavía funcionan.
En el caso de los productos usados de valor nominal y/o de escasa demanda en el mercado de reutilizables (como las licuadoras), los minoristas ofrecen descuentos a los clientes, pero no les retiran el producto usado. En un programa obligatorio, se incluirían todos los RAEE. Además de estos beneficios, la creación de un sector de tratamiento formal dentro del programa REP garantizaría que los RAEE recolectados a través de esa vía fueran tratados de manera adecuada en términos ecológicos.
3.2.6 Armonización y lecciones para aprender
Más allá de la situación dentro del país, es un buen momento para que Argentina capitalice las experiencias del extranjero y entre en sintonía con ellas. Es cierto que, para crear un sistema eficaz que se adapte al contexto argentino, hace falta investigar y transitar un proceso de ensayo y error. Sin embargo, también es cierto que muchos países ya atravesaron este proceso minucioso. La mayoría de los países miembros de la OCDE y algunos que no lo son cuentan con un sistema para los RAEE (aunque no todos se basan en la REP), mientras que otros lo están elaborando (ver Apéndice III). En vez de comenzar desde cero con un sistema propio, Argentina puede beneficiarse de la experiencia de los demás, por ejemplo, copiando los aciertos y tratando de no repetir los errores. Además, al equipararse las responsabilidades, los actores internacionales, como las EMN, podrían trasladar a Argentina las tecnologías y el conocimiento que desarrollaron en otras partes del mundo (Lin, Yan y Davis, 2002: 564).
Hay dos áreas particularmente ventajosas que justifican que Argentina entre en sintonía con las prácticas y normas internacionales: las normas para productos elaborados según normativas similares a las RoHS y el movimiento transfronterizo de productos usados. Hasta hoy, las directivas RoHS de la UE influyeron para que otros países adoptaran normas similares, las que restringen el uso de seis sustancias en productos nuevos. Ésta es la postura que Argentina debiera tomar, no con el argumento de la exportación, sino todo lo contrario. Argentina no es un gran exportador de AEE, y los exportadores deben cumplir con ciertas disposiciones extranjeras importantes, independientemente de las que existan en el país. Esto explica, en parte, por qué las normas RoHS de China no incluyen la producción de artículos destinados a la exportación (artículo 2). Sin embargo, el verdadero motivo de que toda la normativa esté en sintonía es evitar la importación de productos, componentes y subensambles que no cumplan con las directivas RoHS. A pesar de que es probable que la producción de esta clase de artículos se termine durante el período de transición (a medida que más y más países adopten normativas similares a las RoHS), su legado en el mercado internacional serán los productos que no cumplan con las normativas y estén a la búsqueda de mercados desprotegidos.
La gestión del final de la vida útil de estos productos será, en comparación, más costosa e intrínsicamente menos limpia que la de los productos que cumplan con la normativa RoHS. El hecho de que tantos países hayan adoptado normas similares a las europeas WEEE y RoHS facilita que las acepten en los acuerdos comerciales regionales e internacionales.
Otra área con la que se debe entrar en sintonía es el movimiento transfronterizo legal de productos usados (analizaremos el movimiento ilegal en la sección 3.3.4). Como consecuencia del mercado internacional, una manera en la que los productores de los países con programas REP logran eludir su responsabilidad es enviando legalmente productos usados a países donde no existen tales programas, como Argentina, para su reutilización. En A
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