La inclusión de los aspectos de género en la evaluación de riesgos
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- El 28 octubre, 2004
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Son necesarios esfuerzos continuados para mejorar las condiciones de trabajo tanto de hombres como de mujeres.
No obstante, la adopción de un enfoque «neutral a los géneros» respecto a la evaluación de riesgos y su prevención puede conllevar el riesgo de que las mujeres trabajadoras sean infravaloradas o incluso ignoradas.
Cuando pensamos en los riesgos laborales, es más probable que pensemos en hombres que trabajan en sectores con alto riesgo de accidentalidad, como la construcción o la pesca, que en mujeres que trabajen en el sector sanitario y social o en sectores nuevos como los centros de atención telefónica.
Un cuidadoso examen de las verdaderas circunstancias de trabajo muestra que tanto hombres como mujeres pueden tener que enfrentarse a importantes riesgos laborales.
Además, facilitar el trabajo de las mujeres lo hará también más fácil para los hombres.
Por lo tanto, es importante incluir los aspectos del género en las evaluaciones de los riesgos laborales, e integrarlos en la prevención de riesgos constituye ahora un objetivo de la Comunidad Europea ( 1 ).
El cuadro que figura a continuación contiene ejemplos de los peligros y riesgos detectados en ámbitos laborales donde predominan las mujeres.
Un modelo para hacer la evaluación de riesgos más sensible a los géneros
La evaluación de riesgos deberá tener en cuenta los aspectos de los géneros, sus diferencias y desigualdades. El trabajo, su organización y los equipos usados deberían estar diseñados para adaptarse a la gente, y no al revés. Este principio está inscrito en la legislación comunitaria. La legislación exige a los empresarios efectuar una gestión del riesgo basada en evaluaciones, y esto puede dividirse en cinco etapas:
1. Identificación de riesgos
2. Evaluación de riesgos
3. Puesta en práctica de soluciones
4. Supervisión
5. Análisis
A continuación se presentan sugerencias para hacer que este proceso sea más sensible a los géneros. Dado que existen diferencias de género en una variedad de aspectos más amplios relativos a las circunstancias laborales, como el acoso sexual, la discriminación, la participación en la toma de decisiones en el trabajo, y los conflictos entre el trabajo y la vida privada, es necesario un enfoque holístico a la prevención de riesgos. Otro objetivo es identificar los peligros y riesgos sanitarios obvios que son más frecuentes entre las mujeres trabajadoras.
Aspectos clave de una evaluación de riesgos sensible a los géneros
1- Mantener un compromiso positivo y tomarse en serio los temas de género
2- Examinar la verdadera situación de trabajo
3- Hacer que participen todos los trabajadores, mujeres y hombres, en todos los niveles
4- Evitar hacerse ideas preconcebidas sobre cuáles son los riesgos y quién se encuentra en situación de riesgo
Paso 1: Identificación de riesgos.
Por ejemplo, incluir el género de los siguientes modos:
1- Evaluar los riesgos prevalentes en los trabajos según la preponderancia (masculina o femenina);
2- examinar los riesgos para la salud y los que afectan a la seguridad;
3- preguntar de forma estructurada a las trabajadoras y trabajadores qué problemas tienen en su trabajo;
4- evitar crearse ideas preconcebidas sobre qué puede ser «trivial»;
5- tomar en consideración a toda la mano de obra, por ejemplo limpiadores, recepcionistas;
6- no olvidar a los trabajadores a tiempo parcial, temporales o contratados por empresas de trabajo temporal (ETT), ni a los que estén de baja médica en el momento de la evaluación;
7- animar a las mujeres a informar de aquellos aspectos que piensen que pueden afectar a su seguridad y salud en el trabajo (SST), así como de los problemas sanitarios que pueden guardar relación con el trabajo;
8- examinar y preguntar por aspectos más amplios del trabajo y la salud.
Paso 2: Evaluación de riesgos.
Por ejemplo, incluir el género de los siguientes modos:
1- Examinar las tareas que verdaderamente se realizan y el auténtico contexto de trabajo;
2- no formarse juicios gratuitos sobre la exposición basados en la mera descripción o en la denominación del empleo;
3- tener cuidado de evitar sesgos por géneros a la hora de priorizar riesgos, clasificándolos en altos, medios y bajos;
4- hacer participar a las trabajadoras en la evaluación de riesgos; estudiar el empleo de círculos de salud y métodos de cartografía de riesgos; las ergonomías de participación y las intervenciones frente al estrés pueden ofrecer algunos métodos;
5- asegurarse de que quienes realizan las evaluaciones disponen de suficiente información y formación en asuntos de género relacionados con la seguridad y la salud en el trabajo;
6- garantizar que los instrumentos y herramientas utilizados en la evaluación incluyen asuntos pertinentes tanto para los hombres como para las mujeres que trabajan; en caso de que no los incluyan, adaptarlos;
7– comunicar a todos los asesores externos que deberán adoptar un enfoque sensible a los géneros, y comprobar que son capaces de hacerlo;
8- prestar atención a aspectos de género cuando se examinan las implicaciones para la SST de cualquier cambio previsto en el puesto de trabajo.
Por ejemplo, incluir en el estrés:
1- Interfaz entre el hogar y el trabajo, y horarios laborales de hombres y mujeres;
2- carrera profesional;
3- acoso;
4- factores de estrés emocional;
5- interrupciones no previstas y la obligación de realizar varias tareas simultáneamente.
Por ejemplo, en relación con la salud de la reproducción:
1- Incluir los riesgos para la salud reproductiva de hombres y mujeres;
2- examinar todos los ámbitos de la salud reproductiva, no sólo el embarazo.
Por ejemplo, en relación con los trastornos musculoesqueléticos:
1- Examinar de forma crítica el «trabajo ligero»: ¿cuánto esfuerzo muscular estático hay implícito?; ¿el trabajo incluye estar de pie mucho tiempo?; ¿qué cargas se manejan verdaderamente en la práctica, y con qué frecuencia?
Paso 3: Puesta en práctica de soluciones.
Por ejemplo, incluir el género de los siguientes modos:
1- Intentar eliminar los riesgos en su origen, proporcionando un entorno de trabajo seguro y saludable a todos los trabajadores (esto incluye los riesgos para la salud reproductiva);
2- prestar atención a grupos de población diversos y adaptar el trabajo y las medidas preventivas a los trabajadores; por ejemplo, seleccionar equipo de protección conforme a las necesidades individuales, adecuado para mujeres y para hombres de medidas «no estándar»;
3- hacer participar a las trabajadoras en la toma de decisiones y en la aplicación de soluciones;
4- garantizar que los trabajadores, mujeres y hombres, reciben información y formación en materia de SST pertinente para las tareas que desempeñan, así como sus condiciones de trabajo y sus efectos sobre la salud; garantizar la inclusión de los trabajadores a tiempo parcial, temporales y contratados por ETT.
Pasos 4 y 5: Vigilancia y revisión.
Por ejemplo, incluir el género de los siguientes modos:
1- Garantizar que las trabajadoras participan en los procesos de vigilancia y revisión;
2- conocer la nueva información disponible sobre aspectos de la salud ocupacional relacionada con el género.
La vigilancia de la salud puede ser parte de la evaluación y de la vigilancia de los riesgos:
1- Incluir la vigilancia pertinente de los empleos de hombres y mujeres;
2- evitar hacerse ideas preconcebidas, por ejemplo basadas en la denominación del trabajo, sobre a quién incluir en las actividades de vigilancia.
Los registros de accidentes son una parte importante de la evaluación y la vigilancia de los riesgos:
1- Fomentar el registro de aspectos relativos a la salud laboral además del de accidentes.
Medidas generales para promover la sensibilidad de género en la gestión de la SST
1- Revisar las políticas de seguridad, incluyendo específicamente un compromiso de integrar el género además de los objetivos y procedimientos pertinentes.
2- Intentar garantizar que los servicios de salud laboral internos y externos a los que se recurre adopten un enfoque sensible al género.
3- Proporcionar formación e información sobre asuntos de género en relación con los riesgos para la seguridad y la salud a los asesores, gestores y supervisores, representantes sindicales, comités de seguridad, etc.
4- Vincular la seguridad y salud laborales con cualquier medida por la igualdad adoptada en el trabajo, incluyendo planes de igualdad.
5- Estudiar modos de fomentar que un mayor número de mujeres participen en comités de seguridad; por ejemplo, ¿se celebran las reuniones en horas en que las mujeres pueden asistir?
Otras informaciones
El informe de la Agencia titulado Gender issues in safety and health at work — A review (Las cuestiones de genero en relación con la seguridad y la salud en el trabajo — Resumen de un informe de la Agencia) proporciona más información sobre los riesgos para las mujeres trabajadoras y su prevención.
Este informe está disponible en:
http://agency.osha.eu.int/publications/reports/209/en/index.htm La hoja informativa 42, donde se resume el informe, está disponible, en: http://agency.osha.eu.int/publications/factsheets/ La página web de la Agencia contiene una sección dedicada a proporcionar enlaces a información adicional sobre mujeres y la seguridad y la salud en el trabajo: http://gender.osha.eu.int La página web de la Agencia contiene también otros recursos pertinentes para el trabajo «típicamente» femenino, incluidos los relativos a la prevención de los trastornos musculoesqueléticos y el estrés, así como los riesgos para los trabajadores sanitarios.
Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo
Gran Vía, 33, E-48009 Bilbao
Tel. (34) 944 79 43 60, Fax (34) 944 79 43 83
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