Indicadores epidemiológicos ambientales y de salud ocupacional
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- El 20 febrero, 2006
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Introducción
Debido a la importancia que tienen los indicadores generales de salud y ambiente en el contexto de las enfermedades ocupacionales, se dedicará este capítulo a proveer de información necesaria para una visión global de la salud de los trabajadores como parte de una comunidad laboral (en la industria) y como parte de la comunidad general.
Los indicadores de salud y ambiente se obtienen básicamente como proporciones de la población con una enfermedad, lesión o daño; y/o expuesta a una condición ambiental particular; con relación al total de la población. Así por ejemplo, el indicador para acceso a agua potable (AAP), se expresará por la proporción de la población con acceso a agua potable en una localidad y durante un tiempo determinado (numerador: AP), en relación al total de la población (denominador: P): AAP = AP / P. Los criterios normativos definirán lo que se entiende como acceso al agua, calidad del agua, distancia conveniente, y otros aspectos. Obtener la información de estos indicadores permite evaluar medidas de intervención, comparar con datos existentes a nivel local, nacional e internacional, analizar el grado de aplicabilidad de las normas sanitarias, establecer programas de prevención y control, trazar medidas de tendencia prospectiva, y otros estimadores; los cuales influyen significativamente en la salud de los trabajadores, ya que puede contribuir o favorecer la ocurrencia de efectos a la salud en el sitio de trabajo.
Aunque los indicadores están basados en la información cruda y medidas del instrumento, estos números no son indicadores de ellos. Los problemas medioambientales normalmente surgen de las complejas relaciones sociales, económicas, y medioambientales. Por consiguiente, la información cruda generada de una sola fuente no representa una cantidad biológica que incluya todos los factores que juegan en la mayoría de los casos de polución medioambiental. Para volverse un indicador, la información cruda tiene que estar presente en un contexto apropiado, relacionado o combinado con otra información. Esto puede lograrse y ser realizado con un argumento apropiado, y a través de un análisis previo de la información.
Fundamentalmente se han clasificado los indicadores en tres niveles diferentes:
Tipo A: Indicadores para los que los datos adecuados están ahora disponibles, y pueden usarse para apoyar el indicador sin consideraciones del costo adicionales significantes.
Tipo B: Indicadores que son actualmente factibles, pero no pueden proporcionarse debido a que implican costo, complejidad analítica o existe poco tiempo para su obtención.
Tipo C: Los indicadores probables, para los que no hay una perspectiva razonable de desarrollo sin un gasto extraordinario de recursos.
Asimismo, la estructura de presión-estado-respuesta para los indicadores ambientales, ha propuesto tres tipos:
Indicadores de Presión: miden el impacto al ambiente causado por las actividades humanas (Emisión de contaminantes, destrucción del ecosistema, consumo de recursos naturales, y otros).
Indicadores de Estado: miden la calidad del ambiente, y la calidad y cantidad de los recursos naturales (Condiciones físicas, químicas y biológicas).
Indicadores de Respuesta: medidas que demuestran la respuesta de la sociedad a los problemas (cómo y cuanto está haciendo) y cambios medioambientales. Son el resultado de la combinación de procesos naturales y el impacto humano en el ambiente.
La jerarquía de los indicadores permite medir el nivel de calidad de cada indicador con respecto a las características de los datos. Se han desarrollado una escala de seis niveles para los indicadores:
- 1.- Las acciones por agencias federales o entes reguladores gubernamentales.
- 2.- Las respuestas reguladoras de la comunidad o sociedad.
- 3.- Cambios en la descarga de cantidades de la emisión
- 4.- Cambios en condiciones ambientales
- 5.- Cambios en la captación y/o asimilación de las condiciones
- 6.- Cambios en la salud, ecología, y otros efectos.
Los dos primeros niveles son indicadores administrativos (de respuesta: ejemplo, campaña para reducir la cantidad de vehículos) y no reflejan medidas medioambientales y generalmente no sea aceptable para los propósitos presentes. El nivel 3 es un indicador de presión (Ejemplo, nivel de tráfico); el 4,5 y 6 son indicadores de estado (ejemplo, nivel de ozono).
Con base a proporcionar información de indicadores relacionados a la aplicabilidad de las principales pautas sanitarias, como son las normas de control de la Calidad del Agua Potable, Desarrollos Urbanísticos y Edificaciones, e Higiene Ocupacional y Ambiental, y su adecuación al sector salud; y en atención de establecer una visión ampliada del alcance de la aplicación del uso de los indicadores de salud y ambiente a la epidemiología ocupacional y ambiental; se señala la información que puede ser requerida para tipificar las características de una perspectiva más amplia de la situación:
– Estructura geopolítica [Municipios (nombre, número y área), número de habitantes por municipio (población urbana y rural)].
- – Distribución de la población por localidad (municipios), edad, por sexo, por tipo de vivienda, por escolaridad.
- – Distribución de la población por talla y peso (por edad y sexo).
- – Nacidos Vivos (Número total, por localidad y clasificación por peso)
- – Ocurrencia de enfermedades comunes (Distribución total, por edad, por sexo, por localidad).
- – Clasificación de las industrias por tipo de producción y número de trabajadores.
- – Información de la exposición a riesgos y medidas de prevención y control de las empresas y unidades productivas engeneral.
- – Información de las unidades productivas según la disposición y tratamiento de residuos industriales.
- – Fuerza laboral (Total, y distribución por edad y por sexo)
- – Distribución de la población trabajadora por profesión u ocupación
- – Horas-hombre trabajadas durante el período estudiado (Total, por unidad productiva, localidad, tipo de labor, exposición a riesgos)
- – Enfermedad profesional (Ocurrencia total y distribución por grupos de edad, sexo, raza, tipo de labor, exposición a riesgos, condición social y económica, costumbres y hábitos)
- – Tiempo de reposo por enfermedad ocupacional (por consulta, reposo, hospitalización, tratamiento y rehabilitación).
- – Accidente laboral (Frecuencia total, y distribución por tipo de lesión, grupos de edad, sexo, raza, tipo de trabajo, unidad productiva, localidad, exposición a riesgos, estrato social).
- – Tiempo perdido por lesión o daño ocupacional (por consulta, reposo, hospitalización, tratamiento y rehabilitación).
- – Información sobre existencia y cobertura del sistema de seguridad social.(Total, por grupos de edad, sexo, localidad, unidad productiva)
- – Información sobre las fuentes de agua para consumo humano (Número, cantidad promedio de agua, sistemas de tratamiento).
- – Cantidad total de agua para consumo humano (litros/persona/día) y por localidad.
- – Principal utilización del agua para consumo humano.
- – Porcentaje de agua superficial y subterránea utilizado por el sistema público de suministro de agua.
- – Agua para irrigación rural (litros/hectárea servida)
- – Porcentaje de aguas evaluadas dañadas por contaminación o polución.
- – Población servida de agua con violación de los estándares de calidad de agua para el consumo.
- – Calidad del agua evaluada por hectáreas de lago y kilómetros de río.
- – Frecuencia y tipo de valoración de cambios de las aguas en lagos, ríos y arroyos.
- – Problemas causados en la calidad del agua de lagos y ríos.
- – Mejoría en la calidad de agua de la superficie.
- – Número total y distribución del tipo de vivienda por localidad, cumplimiento de requisitos de habitabilidad, y disposición adecuada de desechos líquidos.
- – Cantidad total de desechos sólidos recolectados (por localidad).
- – Número de sitios municipales de reciclaje, incineración y/o basureros.
- – Número de toneladas de desechos sólidos procesados reciclaje, incineración y/o basureros.
- – Número de construcciones e infraestructuras en ruinas para demolición por municipio.
- – Número de escuelas por localidad (públicas y privadas), y por tipo de enseñanza.
- – Distribución de la población de profesionales de la salud (profesión).
- – Número de centros dispensadores de salud por localidad.
- – Frecuencia de atención en salud (consultas/día) por centro de asistencia y por servicio.
- – Distancias de los centros de apoyo primario (dispensarios y módulos) a los hospitales.
- – Número de pacientes/día hospitalizados
- – Número de camas-hospital ocupadas
- – Promedio de estancia en los hospitales
- – Abandono del hospital contra opinión médica
- – Mortalidad (Total y distribución por causas, sexo, edad, ocupación, localidad).
- – Muertos al nacer
- – Mortalidad infantil, perinatal y neonatal.
- – Número de suicidios y homicidios por edad, localidad y sexo.
- – Tasa de mortalidad estandarizada por edad
- – Años potenciales de vida perdida
- – Esperanza de vida
- – Registro de incapacidad (total y por clasificación, y según edad, sexo, tipo de trabajo y localidad)
- – Registro de enfermedades notificables (Frecuencia y distribución)
- – Información y caracterización de la concentración de contaminantes del aire, aguas y suelos (por región y por unidad productiva).
- – Información sobre mejoras en la calidad del aire, aguas y suelos.
- – Existencia de normas, estándares, programas y procedimientos para la prevención y control de contaminantes ocupacionales y ambientales, a nivel nacional y local.
- – Número de estándares de contaminación violados por día y por contaminante.
- – Número de días en los cuales la calidad del aire no se encontró dentro de las normas de salud existentes para monóxido del carbono, partículas totales suspendidas, niveles de ozono nivelado en tierra, plomo y dióxido de azufre.
- – Magnitud de las emisiones industriales de los contaminantes ambientales (tipo, concentración y área de dispersión (evaluada)).
- – Número de personas potencialmente expuestas a aire contaminado (trabajadores y comunidad en general).
- – Casos de enfermedad respiratoria relacionados a pobre calidad del aire
- – Niveles de plomo en aire (rural y urbano)
- – Niveles de emisión de plomo provenientes de fuentes móviles.
- – Medición de la deposición atmosférica como indicador ambiental (Deposición de lluvia ácida por hectárea).
- – Medición de la recuperación del sistema acuático sensible, sobre todo los lagos y ríos.
- – Obtención del pH de lluvia a los sitios supervisados
- – Determinación de la acidez de agua de superficie atribuible a lluvia ácida.
- – Medición de la acidificación de agua de la superficie.
- – Número de estudios de impacto a la salud y al ambiente/año, localidad, unidad productiva o de desarrollo, empresa encargada de realizarlo, supervisión gubernamental.
- – Auditorias ecológicas/año, localidad, unidad productiva o de desarrollo, empresa encargada de realizarla, supervisión gubernamental.
- – Registro de fuentes radiactivas/localidad, utilización, tiempo de uso, medidas de prevención y control, personas expuestas, vigilancia gubernamental.
- – Población expuesta a ruido crítico, campos eléctricos, campos electromagnéticos, vibraciones, altas temperaturas, radiaciones ionizantes y no ionizantes.
- – Número de accidentes por sustancias radiactivas, químicas y otros materiales riesgosos.
- – Número total de especies animales, vegetales y área geográfica por localidad
- – Tipo y número de especies animales afectadas por contaminantes ambientales
- – Tipo y número de especies vegetales afectadas por contaminantes ambientales
- – Tipo y número de suelos afectados por contaminantes ambientales
- – Extinción de especies exóticas.
- – Información sobre el uso de las tierras
- – Áreas de tierras erosionadas (Causa natural y antropogénica)
- – Desarrollo humano de las costas (número/área de costa)
- – Número de programas conservación del ecosistema (Total y por localidad)
- – Número de vehículos registrados por matriculación /localidad
- – Vehículos por localidad/año
- – Número de vehículos dedicados al transporte público/localidad
- – Número de vehículos dedicados al transporte privado/localidad
- – Toneladas de alimentos consumidos/localidad (Total y por habitante)
- – Ocurrencia de enfermedades con contaminación alimentaria/localidad
- – Porcentaje de desnutrición/localidad
- – Gasto del estado por cápita en programas medioambientales y de salud.
- – Número y tipos de permisos otorgados por los entes gubernamentales relacionados con las normas sanitarias.
- – Número de inspecciones conducidas por entes gubernamentales
- – Número de leyes medioambientales adoptadas con el tiempo.
- – Número de acciones administrativas y judiciales realizadas en las localidades, a entes públicos y/o privados, empresarial opersonal.
- – Información sobre la mortalidad por lesiones, consumo de alcohol y drogas, hábito tabáquico, sobrepeso, sedentarismo (Factores Sociales).
Como se puede apreciar, los indicadores contribuyen a generar una visión holística de la situación de salud ocupacional y ambiental. Mientras más se tomen en cuenta, el establecimiento de la asociación causal de los estudios epidemiológicos tendrá mayor significado estadístico y validez científica.
Los indicadores son representaciones numéricas, una forma de evaluar el estado de salud de una población, en el caso que nos compete laboral. También pueden clasificarse en positivos, como la disminución del hábito tabáquico en trabajadores expuestos a riesgos para el sistema respiratorio; y negativos como la tasa de mortalidad por enfermedades respiratorias ocupacionales. Además, son habitualmente de dos tipos: observables y estimables. Los observables, que denotan la presencia de un tóxico o sus metabolitos en el trabajador, ejemplo: prevalencia de micetomas en trabajadores de la industria tabacalera; mientras que los estimables, describen la ocurrencia de un efecto a la salud derivados de una exposición ocupacional, ejemplo: incidencia de bronconeumopatías en trabajadores expuestos a polvos inorgánicos.
Asimismo, recordemos que los indicadores ambientales sirven para medir efectos, lo cuales se pueden medir de distintas maneras, a través de exámenes de indicadores vitales, de función o fisiológicos, químicos y bioquímicos, clínico de los trabajadores, estructurales, psicológicos, y otros. Las variables a examinarse son generalmente: demográficas, clínicas y de calidad de funciones; pudiéndose medir la salud de modo directo (Tasas de mortalidad general) o indirecto (Proporción de alcohólicos).
En atención al tipo de variable los indicadores de salud también se han clasificado de manera general en: Indicadores demográficos (tasa de mortalidad general y específica por edad, por causa, por ocupación; tasa de natalidad; tasa de fecundidad; tasa bruta de reproducción; expectativa de vida total y por edad; probabilidad de morir; años potenciales de vida perdidos y otras); indicadores clínicos (tasa de morbilidad general y específica, Tasa de letalidad; tasas e indicadores combinados; indicadores de calidad de funciones); y medidas indirectas de salud (Consumo de alcohol por persona, consumo de tabaco, contaminación ambiental, trastornos bioquímicos, otros factores de riesgo).
Indicadores de Salud ocupacional
Los indicadores de salud que habitualmente utiliza la salud ocupacional se refiere, al igual que los que se usan en salud pública, a las variables principales que convienen tomar en cuenta para hacer el diagnóstico de la situación de salud en la población.
En el caso de la salud ocupacional, la población tienen ciertas particularidades derivadas no solo del ámbito laboral, sino del contexto global donde habita y de su sistema de seguridad social. Los indicadores más utilizados para evaluar el nivel de salud de los trabajadores son las mediciones de mortalidad y morbolidad, los cuales se describirán a continuación.
1. Medición de la Mortalidad. Comprende el cálculo de las tasas de mortalidad, proporciones de muertes o función de riesgo de la tabla de vida. En salud ocupacional se utiliza de preferencia los dos primeros tipos de medición.
Además de los cálculos habituales y de dominio común de tasas de mortalidad general y por causa, particularizando causas de origen laboral, puede interesar la determinación de tasas específicas de mortalidad por ocupación o por rama de actividad, en cuyo caso sería necesario conocer las defunciones totales ocurridas entre los trabajadores de la ocupación específica, en un período (por ejemplo un año) y la población promedio de esos trabajadores en el mismo período. Cuando se trata de poblaciones generales, la demografía utiliza como estimación del promedio de población expuesta al riesgo de morir durante un período, a la población estimada para la mitad o el punto medio del período. Así, para el caso de una tasa anual de una población estudiada desde el 01 de enero al 31 de diciembre, se utiliza como denominador a la población estimada al 30 de junio del año en estudio. Como es evidente, este procedimiento se fundamenta en la consideración de que la población trabajadora crece en cada período según un modelo de regresión lineal o exponencial, cuyos parámetros son indeterminables. En el caso de una población trabajadora no se puede asumir a priori ningún modelo de regresión que explique su dinámica, ya que esta depende de factores distintos de aquellos que integran la ecuación demográfica. Esto significa, que será necesario determinar para cada caso específico el modelo de crecimiento correspondiente, con el fin de encontrar la forma de estimar el promedio de la población expuesta; y a la vez, verificar periódicamente la validez del modelo de crecimiento utilizado, debido a que las variaciones económicas de las economías de mercado, inciden de manera determinante alterando la cantidad y calidad de la fuerza de trabajo empleada en cada ocupación, además de la existencia de la fuerza laboral que permanece desempleada.
Para calcular la tasa de mortalidad específica por ocupación, se aplicará la siguiente fórmula
Tasa de Mortalidad
de trabajadores de = x 100
la ocupación X
Por otra parte, no es infrecuente en salud ocupacional la determinación de proporciones de muertes por causas específicas, con relación a las muertes por todas las causas; o el cálculo de razones de muertes por enfermedades profesionales en relación con las muertes por accidentes de trabajo o en trayecto. En estos casos se utilizan las siguientes fórmulas:
Proporción de muertes por
la causa X con relación a =
todas las muertes
Razón de defunciones
por enfermedades del
trabajo con relación a =
las defunciones por
accidentes laborales.
Asimismo, en algunas oportunidades, la evaluación de la mortalidad por enfermedades y accidentes de trabajo se realiza con relación al tiempo de exposición al riesgo de morir por estas causas que ha tenido la población trabajadora, entendido como el tiempo de trabajo (incluyendo los períodos de transporte al o del lugar de trabajo). El indicador que resulta deEste cálculo es denominado tasa de frecuencia de defunciones, y se expresa:
Tasa de Frecuencia
de Defunciones
=
La tasa de frecuencia de defunciones también se puede calcular por separado para defunciones por enfermedades de trabajo y por accidentes laborales, así como hacerse aún más particular para defunciones causadas por determinadas enfermedades o accidentes del trabajo.
Las horas-hombres habidas en la población trabajadora Y durante el período Z, se obtiene multiplicando el número de trabajadores de la población en estudio durante el período de tiempo considerado (cifra promedio de trabajadores para el período), por el número de horas laborables habidas en el período. El procedimiento puede ser válido aún en los casos en los cuales no se disponga del promedio de trabajadores expuestos en el período, siempre y cuando el número de trabajadores sea más o menos estable en el período.
La determinación del número de horas hábiles o laborables se logra por medio de la multiplicación del número de días hábiles o trabajados que hubo en el período por el número de horas de la jornada diaria de trabajo.
Existen dificultades para determinar con exactitud las horas-hombres, atribuidas principalmente a dos factores:
- – Primero. Existe un problema de orden institucional y administrativo: el número de días y horas hábiles por trabajador que existen en un año, período en el cual generalmente se calculan estos indicadores, es variable de un año a otro; es diferente entre las diversas empresas; y difiere entre países o entre regiones de un mismo país. Por ello, cuando se utilizan estos indicadores se debe especificar claramente el criterio adoptado para la determinación del cálculo de las horas-hombre.
- – Segundo. Existe un problema de orden estadístico que afecta la valoración del tiempo de exposición al riesgo, ya que en sentido estricto debería considerar exclusivamente el tiempo trabajado, medido en horas o en días, con inclusión del tiempo que los trabajadores emplearon para el transporte al y del sitio de trabajo; por lo que matemáticamente, no es adecuado utilizar el dato del tiempo laborable en la industria.
- Por lo demás, el solo hecho de tomar en cuenta el tiempo laborable en forma global y no el tiempo realmente trabajado (incluyendo el tiempo de transporte), induce a un factor de error en la medición, que origina una sobre-estimación de la tasa calculada, por sub-estimación del denominador de la fracción.
Los indicadores descritos son instrumentos válidos de medición de la magnitud o la trascendencia de un daño a la salud derivada del tiempo de exposición a factores de riesgo en el trabajo. Es por ello, que para obviar el error del tiempo realmente laborable, muchas empresas han adoptado por manejar los registros diario-semanales del número de trabajadores empleados, a partir de cuya sumatoria obtienen la cifra de horas-hombre trabajadas en el período, además de otros registros, como por ejemplo el número de trabajadores expuestos durante el período. En la mayoría de los cálculos no se considera el tiempo de transporte, dato que evidentemente debe comenzar a ser incluido, toda vez que los accidentes en trayecto y las defunciones originadas por ello se registran como casos de accidente de trabajo.
2. Medición de la Morbilidad. La evaluación de la morbilidad en una población comprende ciertas dificultades, que derivan de la complejidad inherente a la naturaleza del fenómeno salud-enfermedad, que repercute directamente sobre el modelo de recolectar, clasificar y procesar la información correspondiente.
Esta complejidad está representada entre otras cosas por la posibilidad que una misma persona sufra un efecto adverso a la salud en varias oportunidades de su vida, y además que su duración es variable, aunque se trate de la misma o de diferentes efectos adversos a la salud.
Asimismo, se señalan las dificultades que existen para delimitar el estado de salud y el estado de enfermedad, y su asociación con los factores de susceptibilidad individual.
Finalmente, los problemas en la recolección de información sobre la enfermedad y/o accidente en la población; por ejemplo, un trabajador sufre en un año dos accidentes de trabajo de la misma índole que le ocasionan una lesión, y además, se le diagnostica en ese mismo año una enfermedad profesional, se registra una persona enferma, pero con dos padecimientos (enfermedad y accidente), y con tres episodios de daño a la salud (patología laboral).
Esta complejidad ha generado, a nivel internacional, la recomendación de especificar el criterio utilizado para la obtención, análisis y procesamiento de datos.
La medición de la mortalidad en una población generalmente se refiere a la determinación de la magnitud con la cual el fenómeno mórbido la afecta (frecuencia con que ocurre) y la trascendencia que el padecimiento tiene para ella, en cuanto al daño que produce (gravedad que asume y duración con que cursa habitualmente). La valoración de la gravedad de la enfermedad se refiere no solo a su evolución y a los efectos que tiene sobre la comunidad cercana que la rodea, sino también al daño que produce en la población en general, desde el punto de vista económico (reducción de la fuerza de trabajo disponible, destino de recursos para la atención de los enfermos, y otras).
2.1. Medición de la frecuencia de la enfermedad. En general, en esta medición pueden distinguirse dos tipos de indicadores: los que señalan el número de casos nuevos de un padecimiento que se presenta en un período de tiempo dado o incidencia; y los que se refieren al número de casos, nuevos y antiguos, de un padecimiento presentes en un momento o prevalencia, o en un período dado o prevalencia lápsica.
Entre ellos, los indicadores más útiles para el diagnóstico de la situación de salud ocupacional de una población trabajadora son las tasas de incidencia, ya que expresan la dinámica del padecimiento investigado y señalan el riesgo que tiene la población de enfermar por la causa específica de exposición durante el período observado. Habitualmente se calcula en periodos de un año y se les multiplica por 100 ó 100000.
Detalladamente, el cálculo de las tasas de incidencia se realiza mediante:
Tasa de incidencia =
La población a que se refiere en la tasa de incidencia es el promedio de la población expuesta al riesgo de padecer la patología laboral en el periodo Z.
En salud ocupacional es usual el cálculo de la incidencia de la enfermedad o accidente de trabajo, o del conjunto, en relación al tiempo de exposición al riesgo de contraer el efecto adverso a la salud, durante el período en estudio (habitualmente, un año). El indicador utilizado para esta medición se denomina tasa de frecuencia, y se obtiene mediante la siguiente relación:
Tasa de frecuencia =
Es necesario destacar que este puede ser un indicador global (patología laboral, enfermedad o accidente)o específico por tipo de enfermedad y/o accidente laboral, en cuyo caso el número de horas-hombre debe ser el correspondiente a cada uno de los casos en particular. Esto es muy importante de recordar cuando se utiliza la tasa de frecuencia para evaluar el desarrollo de programas de prevención de riesgos del trabajo, lo cual requiere la identificación de grupos de riesgo definidos y la aplicación en ellos de las medidas de prevención y control correspondientes.
El cálculo de la tasa de prevalencia instantánea de una enfermedad ocupacional se obtienen mediante:
Tasa de Prevalencia
Instantánea
=
En ocasiones se determina la prevalencia de un padecimiento en períodos de mayor extensión, habitualmente un año, e incluyen todos los casos (nuevos y viejos) durante el lapso investigado.
2.2. Medición de la trascendencia de la enfermedad. Comprende el estudio de:
2.2.1. La gravedad del efecto adverso a la salud. A pesar que la evaluación de la gravedad con que se cursa una enfermedad en cuanto al daño biopsicosocial que se produce en el individuo, es de gran interés en cualquier rama de las ciencias de la salud, su determinación es habitualmente difícil. Sabemos que una manera de medir este fenómeno consiste en su traducción al grado o duración de incapacidad producida; por ejemplo, se consideraría enfermedad menor o leve aquella que no es causa de ausentismo al trabajo. Esto requiere definir una escala de medición de la incapacidad, que permita expresar de manera uniforme el grado de severidad del efecto a la salud.
Asimismo, es necesario destacar que la gravedad del efecto adverso a la salud depende no solo de la enfermedad, sino también de las características de las personas que la padecen.
El indicador más frecuentemente utilizado para establecer la gravedad de la patología ocupacional es la tasa de letalidad, que mide el riesgo de morir por una causa en la población enferma por las mismas causas, y permite determinar el pronóstico de las enfermedades. En salud ocupacional se calcula habitualmente la tasa de letalidad tanto para el conjunto de enfermedades y accidentes de trabajo, como para cada grupo en especial y para cada entidad mórbida relevante. Generalmente, el período de tiempo considerado es de un año. La fórmula para el cálculo es:
Tasa de letalidad =
2.2.2. La duración del curso habitual del efecto adverso a la salud. La medición de esta variable ha sido tradicionalmente el elemento cardinal en la valoración de la morbilidad del trabajo. Los elementos utilizados para la medición de la gravedad de la morbilidad de la patología laboral están basados en el criterio de la incapacidad producida por la misma, expresada en la unidad de tiempo, la cual se traduce en costos económicos derivados de la pérdida del tiempo del trabajador (costo de la fuerza de trabajo), de la disminución de la productividad, y de los costos directo e indirectos de atención en salud (programas preventivos, de control y de rehabilitación; y pago por indemnizaciones).
Para la obtención de los indicadores que se refieren a la duración de la incapacidad como valoración de la gravedad (trascendencia) de la morbilidad del trabajo, es necesario contar con una escala de medición de la incapacidad, la cual debe expresarse en unidades de tiempo, lo que no es difícil de determinar el número de días u otras unidades de tiempo de incapacidad temporal o permanente, causadas por la patología laboral. La dificultad puede encontrarse en la forma de expresar los diferentes grados de incapacidad permanente en la unidad de tiempo. En general, las incapacidades permanentes pueden ser parciales o totales, según el grado de afectación de la capacidad corporal.
Se han propuesto varios intentos de la traducción de las incapacidades permanentes a unidades de tiempo, con resultados más o menos adecuados, pero siempre discutibles, en razón de la multiplicidad de factores que pueden condicionar y modificar los valores de esta estimaciones. Dentro de los indicadores comúnmente aceptados están:
2.2.2.1. Tasa de gravedad. Mide la pérdida de días de trabajo por incapacidades de toda índole, con relación al tiempo de exposición definido para contraer la patología laboral. Se estima mediante la siguiente fórmula:
Tasa de Gravedad =
Los días de incapacidad de toda índole incluye la estimación del número de días perdidos ocasionados por defunciones, consideradas éstas como el máximo grado de incapacidad, que origina el mayor número de días perdidos (cálculo basado en la estimación de la “vida productiva” de una persona, que procede de la determinación de las funciones de la tabla de vida). Por las dificultades descritas previamente, no existe todavía una recomendación internacional definitiva sobre el número de unidades de tiempo que deben considerarse como pérdidas ocasionadas por defunción. Igualmente existe discrepancia entre los días de pérdida asignados a cada tipo de incapacidad parcial permanente, según la localización de las secuelas producidas por la lesión por el accidente de trabajo o de la invalidez anatómica y/o funcional originada por la enfermedad laboral.
2.2.2.2. Otros indicadores relativos a la duración de la incapacidad son el promedio de días de incapacidad temporal por casos de accidentes o enfermedad laboral; el porcentaje de casos de incapacidad permanente derivados de la patología laboral, en relación con el total de casos de enfermedades o accidentes del trabajo; la tasa de frecuencia de incapacidad con relación con el tiempo de exposición al riesgo de sufrir accidentes o de contraer enfermedades profesionales incapacitantes; la prevalencia de casos de incapacidad en relación con la población expuesta al riesgo; y otros. Las fórmulas de estos indicadores vienen expresados como simples razón y proporciones
Por: Dr. Gilbert Corzo A.
Médico Ocupacional Cátedra de Salud Ocupacional y Ambiental
Universidad del Zulia Maracaibo-República Bolivariana de Venezuela
E-mail: [email protected]
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