Historia natural de las enfermedades ocupacionales
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- El 2 febrero, 2006
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La salud enmarca la consideración de un aspecto subjetivo y otro objetivo. El aspecto subjetivo es sentirse bien y el aspecto objetivo es la capacidad de funcionar. Además tenemos que señalar que la salud no es absoluta puesto que existen diferentes grados de salud, y es posible que la misma (sentirse bien) y la enfermedad coexistan. Además, la salud se desarrolla y se mantiene por una acción recíproca entre el genotipo y el medio total. Como el medio de trabajo constituye una parte importante del medio total en que vive el hombre, la salud depende en gran medida de las condiciones de trabajo.
El enfoque del fenómeno salud-enfermedad según el modelo ideado por Leavell y Clark, parte del supuesto que la salud como la enfermedad no son estados estáticos o polares mutuamente excluidos.
Considerándose como salud a una perfecta y continua adaptación del organismo a su medio ambiente, se pudiera establecer: la salud constituye un estado de perfecto y continuo equilibrio del organismo, tanto de forma como de funciones, resultante de un ajuste dinámico ante las fuerzas del medio ambiente laboral que tienden a perturbarlo; o sea que no es una interrelación pasiva entre la materia orgánica y las fuerzas que actúan sobre ella, es una respuesta activa del organismo tendente al reajuste y ponderación.
Al analizar que la salud del hombre debe abarcar el período comprendido desde el nacimiento hasta su muerte, la salud bien podría definirse como la manutención y/o desarrollo de las propiedades físicas y psicológicas del hombre, que permiten la construcción de una base material para la existencia, su reproducción social ampliada y la construcción de una sociedad de hombres libres para el desarrollo y mantenimiento de sus capacidades funcionales.
Es necesario establecer que el fomento de la salud no puede ser concebido como un proceso de capacitación del trabajador para controlar y mejorar su salud. Para alcanzar un estado de completo bienestar físico, mental y social, las personas o grupos deben ser capaces de identificar y realizar aspiraciones, de satisfacer necesidades y de modificar el medio ambiente o tratar de controlarlo y adecuarlo; por lo cual, el fomento de la salud involucra no solamente al sector salud, sino que llega, más allá de los estilos de vida sanos, al bienestar. El fomento a la salud es un todo sin solución de continuidad que va desde el tratamiento de las enfermedades y la prevención de las mismas, incluida la protección contra riesgos específicos, hasta la promoción de una salud y bienestar óptimos, lo cual constituye un complejo logro de situaciones y posibilidades de diversa índole: establecimiento de políticas de salud pública, creación de medios ambientes favorables, fortalecimiento de las acciones de la comunidad, reorientando los servicios de salud de modo que fomenten la salud entre la población trabajadora, estableciendo la importancia socioeconómica del trabajo con calidad de vida, y otras situaciones.
La importancia socioeconómica del trabajo es objeto de considerable atención, ya que una de las funciones primordiales del trabajo en toda sociedad consiste en producir y distribuir bienes y servicios.
La base material para la construcción de la sociedad, tiene como factor central el trabajo, mediante el cual el hombre con sus características físicas y psíquicas está inmerso en el proceso productivo, lo cual genera patrones de desgaste y fatiga, que determinan respectivamente patrones de recuperación; todo este consumo o reproducción de la fuerza de trabajo produce la reproducción social ampliada en la cual se incluye la familia y otras necesidades y actividades para construir sobre una base material.
Existe una verdadera y permanente lucha por parte del hombre para mantener un saldo positivo contra las fuerzas exteriores representadas por los riesgos profesionales, los cuales tienden a alterar el equilibrio de su salud. Comprendiendo el proceso de enfermedad como una resultante de la interacción de múltiples factores causales, se ha procurado agruparlos y ordenarlos mediante un modelo, dentro del los cuales, uno de los más usados ha sido el del TRIÁNGULO EPIDEMIOLÓGICO, en cuyos vértices coexiste un equilibrio dinámico entre agente, huésped (trabajador) y medio ambiente.
Según este modelo el estímulo desencadenante del proceso enfermedad, es originado por el desequilibrio de la interacción dinámica de los tres elementos, ya sea por modificaciones cuantitativas o cualitativas del agente o del huésped o del medio ambiente en forma aisladas, o de dos o de tres de ellos.
En este sentido el Agente Patógeno es un elemento o una sustancia cuya presencia o ausencia en el medio ambiente laboral y en condiciones favorables puede servir de estímulo para iniciar la perturbación, y de esta forma un proceso patológico en el huésped susceptible (trabajador). Los agentes patógenos pueden ser de naturaleza física, química, biológica o ergonómica.
La contribución del huésped humano (Trabajador) es a través de sus hábitos, costumbres, características personales, edad, sexo, estado civil y ocupación, así como otra serie de factores intrínsecos que tienen su expresión máxima en la carga genética, y su eficiencia en los mecanismos de defensa generales y específicos.
El medio ambiente comprende tres grandes elementos: el Ambiente Físico (clima, estaciones, tiempo, geografía, estructura geológica, etc.), el Ambiente Biológico constituido por el universo de los seres vivos que rodean al hombre, y todo aquello alrededor del propio hombre o ambiente cultural y socioeconómico.
Esta visión holística del fenómeno salud-enfermedad confluye con un enfoque sistémico derivado de la teoría general de los sistemas.
El ser humano debe ser considerado como un sistema (sociedad),dentro de un ecosistema (naturaleza o medio ambiente), de tal manera que la historia natural de la enfermedad, como cualquier daño a la salud, se inicia mucho antes de romperse el equilibrio dinámico entre los elementos del vértice del triángulo epidemiológico (agente, huésped y medio ambiente). Esta etapa, cuya duración puede variar, ha sido denominada PERIODO PREPATOGÉNICO. En salud ocupacional ésta etapa corresponde al período en el cual ocurre la exposición a los agentes causantes de la agresión. El grado de exposición puede ser evaluado cuantitativamente a través de indicadores biológicos de exposición y de evaluaciones ambientales; no obstante, no es posible detectar modificaciones funcionales o bioquímicas sugerentes de deterioro de la salud del huésped. Esto va a determinar un período, en el cual no es detectable el comienzo de las alteraciones en el huésped en relación al desequilibrio de los componentes del triángulo epidemiológico.
Una vez que se ha desencadenado el proceso de la enfermedad debido a modificaciones cualitativas y/o cuantitativas del agente, del huésped y/o del medio ambiente, se inicia el PERIODO PATOGÉNICO. En éste período existe la posibilidad de detectar lesión, ya sea de naturaleza enzimática, bioquímica funcional, morfológica o de conducta. Estas alteraciones pueden ser evidenciadas mediante pruebas instrumentales (laboratorio, rayos X, pruebas funcionales, etc.), cuando no se manifiestan síntomas y signos clínicos; en éste caso se dice que el Período Patogénico está en Fase Sub-Clínica; la cual puede evolucionar, y aparecer en el trabajador síntomas y signos característicos de un cuadro patológico, que conforma la Fase Clínica del Período Patogénico. La duración de la Fase Clínica dependerá de la naturaleza y gravedad propias del proceso y a factores ligados a la susceptibilidad y resistencia del huésped.
La enfermedad en la Fase Clínica puede evolucionar hacia la curación total, curación parcial acompañada de secuelas o hacia un estado crónico del proceso o hacia la muerte.
La salud de un trabajador puede deteriorarse mucho antes de que llegue a perder el empleo. En efecto, el sentimiento de inseguridad en el trabajo y el hecho de prever que se acabará por perder el empleo, se acompañan con frecuencia de perturbaciones de la salud mental y física. Pero, en algunos casos, la enfermedad puede aparecer, después de finalizada la jornada laboral, cuando el trabajador goza de su jubilación o retiro. Debe existir relación causa-efecto para que la enfermedad se considere ocupacional.
Los diferentes grados de incapacidad, la enfermedad y la muerte pueden considerarse dentro del marco de cuatro sectores de salud principales, que son la biología humana, el medio ambiente, el estilo de vida y la organización de la atención de salud; en cada problema de salud influyen factores de uno o más de esos elementos, lo cual aplicado al contexto de la salud ocupacional, puede resultar útil para identificar los problemas que requieren prevención, y los factores que contribuyen a los mismos; esto último, mediante la utilización de acciones de ciencias biomédicas, sociales y técnicas.
Por: Dr. Gilbert Corzo A.
Médico Ocupacional Cátedra de Salud Ocupacional y Ambiental
Universidad del Zulia Maracaibo-República Bolivariana de Venezuela
E-mail: [email protected]
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