Experiencias en el tratamiento de residuos biodegradables en Patagonia
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- El 8 noviembre, 2007
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RESUMEN
Se reseñan alternativas limpias y de bajo costo para reconvertir residuos biodegradables en abono orgánico, ya sea a partir de corrientes de desperdicios agro-forestales, industriales o bien comprendiendo el circuito de los residuos sólidos urbanos (RSU). Se efectúan recomendaciones para el tratamiento de dichos residuos sobre la base de la experiencia del grupo de trabajo mediante compostaje / vermicompostaje en proyectos ejecutados en diversas áreas de Argentina y teniendo en cuenta las particularidades socio-ambientales de la región patagónica.
PALABRAS CLAVE: Residuos biodegradables, Compostaje – vermicomposta, Abono orgánico
INTRODUCCIÓN
El tratamiento y/o la reconversión de los residuos biodegradables es factible mediante diversas tecnologías desde la incineración hasta la bioconversión (digestión anaeróbica, compostaje y vermicomposta).
Si ponemos énfasis en la salud del entorno la incineración deja de ser una alternativa válida ya que los hornos pirolíticos encarecen la operatoria, liberan aun niveles considerables de dioxinas y cenizas que pueden ser muy tóxicas.
La digestión anaeróbica confinada (sin liberación de metano a la atmósfera) es una opción interesante cuando se aprovecha al metano como fuente energética, aunque el costo de la instalación, salvo se acceda a bonos ambientales para el financiamiento, suele ser un escollo. Las alternativas aeróbicas como el compostaje y el vermicompostaje (lombricultura) son las mas recomendables por su bajo costo, fácil implementación y bajo o nulo impacto ambiental, siendo en definitiva las opciones mas sustentables para una gestión de residuos.
El compostaje y el vermicompostaje pueden ser alternativas tanto independientes como combinadas, siendo la extensión de cada una de ellas función de la superficie disponible para el tratamiento de los residuos, ya que el compostaje puede efectuarse con menos terreno, permitiendo con volteos semanales, obtener un producto estabilizado (humus) al cabo de solo 60 días. El lombricompostado se acopla al compostado previo, pero en tal caso, este último, debe efectuarse con menos o ningún volteo/s, cuidando que la materia orgánica que se composta este disponible para las lombrices antes de finalizar el proceso de composta, por que el producto estabilizado posee escaso alimento para las lombrices (hongos, bacterias, protistas, restos orgánicos parcialmente digeridos, etc). El tiempo que insume el proceso de lombricomposta se extiende al menos a 3 o 4 meses más del requerido para el compostaje.
Durante el compostaje el volumen de la MO experimenta una reducción importante que puede llegar al 20%, luego, al acoplarse el vermicompostaje, el compost experimenta una nueva reducción (cercana al 45%), representando el abono (humus) menos de la mitad del volumen / peso inicial.
El destino del abono (cadena trófica humana, horti-fruticultura, parquización, forestación, biorremediación) no puede desvincularse de la adecuada fiscalización agro-veterinaria de la MO en su origen así como del control del proceso de compostaje mismo que permite minimizar riesgos microbiológicos con solo adecuar la temperatura a esas necesidades, pero sin alcanzar valores generadores de cenizas (que solo incrementan levemente el contenido de nutrientes minerales pero reducen significativamente el contenido de MO). Una excepción la constituyen los barros depuradoras de efluentes cloacales que aun con un compostaje realizado en la franja termófila no permiten obtener un producto confiable para uso hortícola.
Las presentaciones sólidas del humus, si bien permiten una utilización amplia en cultivos de diversa índole, poseen el inconveniente de los volúmenes que demanda su aplicación (2-6 m3 / h) limitando su ingreso a producciones tradicionales (trigo, maíz, soja etc.), pero habilitándolas para las aplicaciones planta por planta tan difundidas en los cultivos estrella de nuestra Comarca.
Hasta los años 80 la lombricultura de bajos insumos pareció circunscribirse a cultivos de temperie en climas moderados (Ferruzzi, 1987). La investigación aplicada de la década del 90 permitió desarrollar nuevas estrategias de conducción de los lombricultivos (Schuldt, 2006), desapareciendo las limitaciones para su implementación en climas rigurosos, pudiendo prescindirse de instalaciones (cobertizos, alimentadores). Un aspecto a tener en cuenta si interesa aplicar esta biotecnología en Patagonia (Schuldt y otros 2006).
EL VERMICOMPOSTAJE (LOMBRICULTURA)
La lombricultura es un actividad que permite transformar la mayoría de los desperdicios de origen animal (estiércoles) y vegetal (hojas, rastrojos, pastos, paja) en un abono orgánico de excelentes propiedades y paralelamente multiplicar las poblaciones de lombrices que, a su vez, proporcionan una fuente de proteínas para dietas de animales diversos (caracoles, peces, ranas, pollos).
Las posibilidades de aplicación de la lombricultura son tan variadas como las actividades del hombre, al igual que la escala (doméstica, agroindustrial). A los fines prácticos nos permite aprovechar la basura biodegradable que genera tanto el grupo familiar (restos de comidas, verduras descompuestas, borras, hojas, pasto, papeles, etc) para transformarla en abono para nuestras plantas de la huerta, del jardín o del parque; como los desperdicios provenientes de una industria donde se procesan diariamente toneladas de desperdicios [frigoríficos, industria papelera, elaboración de vinos, jugos -orujos, remanentes de cosecha en general -ensilados, etc., crías intensivas -estiércoles, camas- (engordes a corral –feedlot- cerdos, conejos, aves, ranas, caracoles, hongos)].
En todos los casos se agrega valor a productos que dispuestos en un relleno o en basural, generan problemas ambientales impactando sobre los acuíferos, la tierra y la atmósfera generando contaminación química y biológica en las aguas, disminuyendo la productividad del suelo y contribuyendo al efecto invernáculo a escala global.
La puesta en marcha de un lombricultivo es muy sencilla y necesita solo unos centenares de lombrices rojas (Eisenia fetida) que caben en una bolsita, y que con la basura de una casa de familia al cabo de 3 a 5 meses se multiplican hasta unas 70.000 a 150.000 lombrices para procesar todo lo que se produce allí en desperdicios putrescibles (o biodegradables). La superficie necesaria es de 2 a 4 m2 , produciendo unos 300 kilos de abono anual. Un abono conocido también como lombricompuesto o humus de lombriz, por el que en el comercio debe pagar mas de 1$ por kilo.
La lombricultura ha generado asimismo microemprendimientos, PyMEs para reconvertir residuos provenientes del sector agroindustrial, pudiendo procesarse por hectárea más de 5 toneladas diarias, con una producción de abono en torno a 3 t/día.
Si pensamos que de los residuos sólidos urbanos, la fracción biodegradable es de mas del 50% del volumen en nuestra área, podemos imaginar fácilmente cuales son las dimensiones reales del ahorro de recursos de los contribuyentes que significa una gestión de residuos que tenga en cuenta esta posibilidad.
ESTRATEGIAS DE CONDUCCION DE LOS LOMBRICULTIVOS
Según la estrategia de conducción del lombricultivo (autosiembra, alimentación sucesiva y mixta) la MO dispuesta para la etapa de compostaje se insemina directamente con al menos 4.000 lombrices por cada 2 m2 de vermicultivo (o sea por lecho: “L”) –caso de la autosiembra- o bien se traslada la MO compostada a otros sectores del emprendimiento donde se los sembrará con igual cantidad de lombrices, dando inicio a una conducción basada en la alimentación sucesiva. La autosiembra requiere menor ingerencia de mano de obra, pero no es ideal para expandir el lombricultivo. Si interesa multiplicar lombrices conviene iniciar el cultivo con alimentación sucesiva y una vez cubiertas las necesidades de estas, continuar con autosiembra. La extensión de una u otra no puede desvincularse de las condiciones de temperie y con clima extremadamente frío (latitudes altas, elevaciones pronunciadas) prevalecerá la autosiembra, en un marco de conducción mixta (Figura 1).
La clave para optimizar el manejo de los lombricultivos en Patagonia reside en que la altura de la pila del alimento para las lombrices se encuadre en las recomendaciones de la Tabla 1 para que la temperatura del mismo se mantenga sobre los 100 C, pudiendo así enfrentar las bajas temperaturas invernales de nuestra región.
TABLA 1. Alimentación sucesiva. Adecuación estacional de la altura de la MO del sector de cultivo (en cm) al momento de la siembra con lombrices y teniendo en cuenta la latititud.
ESTACIÓN DEL AñO |
LATITUD |
||
0 a 25º | 25 a 40º * | 40 a 55º ** | |
Primavera Verano Otoño Invierno *c/Temp. de –10/-15ºC **c/Temp.de –30/-40ºC |
10 a 15 cm 10 10 15 a 20
|
15 a 25 cm 15 20 a 25 25 a 40 o más |
25 a 40cm 25 25 a 40 60 cm o mas (hasta 1,2 m) |
FIGURA1. |
ALGUNAS EXPERIENCIAS SEñERAS EN PATAGONIA
Nuestras primeras experiencias en Patagonia datan de 1995 con un ensayo en la Misión Salesiana de Río Grande en condiciones de temperie, iniciadas en un septiembre muy frío, donde las lombrices prosperaron en una pila de estiércol de 1 m de alto. Esta fue la base para avanzar en cuanto a posibilidades de manejo de lombricultivos en Río Turbio (proyecto conjunto entre la UNLP y UNPA) y que derivó en el esquema de manejo para corrientes de residuos agroforestales y RSU que exhibe la Figura 1. Actualmente el grupo de trabajo desde la AER INTA El Bolsón capacita y promueve avances en el desarrollo de módulos de vermicompostaje en el marco del Prohuerta, la Comunidad de Nahuel-Pan (Río Negro), apuntando a la producción para el autoconsumo, así como sentar bases que permitan un manejo de vermicultivos a escala comercial en la Comarca Andina del Paralelo 42 y que llevamos a cabo en la Bodega de Patagonian Wynes (El Hoyo, Chubut) con restos de poda, orujo, escobajo y estiércol ovino.
Integración de corrientes de residuos en una chacra de Mallín Ahogado (El Bolsón, Río Negro). Básicamente se trató de aprovechar estiércoles de conejos (su cría constituye a actividad principal del emprendimiento), y en menor medida egestas de equinos, bovinos y , restos de podas, hojas, etc. para transformarlos en abono para la producción de fruta fina.
El chacarero había sido alumno de uno de los cursos dictados en la AEA del INTA en El Bolsón en el 2002. En dos oportunidades visitamos el emprendimiento pudiendo constatar que los objetivos se habían cumplido.
Vermicompostaje en el Hoyo de Epuyén (Chubut). Otro alumno del mismo curso implementó el vermicompostaje de estiércoles de ovinos de corral en una chacra (que acababa de adquirir) y con el objeto de extender gradualmente la fertilización orgánica en su plantación de 12 hectáreas de cerezos y sauco. Actualmente ha logrado su objetivo abonando con humus de lombriz todos los frutales, al punto de abandonar el abonado químico tradicional, consiguiendo un incremento significativo en el volumen de la producción y un aumento en la talla media de los frutos (figura 2).
FIGURA 2. |
Actividades de asesoría y capacitación para una cooperativa de productores de abono orgánico con socios en Villa Manzano, Vista Alegre (Neuquen), Fernandez Oro y Cipolletti (Río Negro). El contacto con la cooperativa surgió de la participación de uno de sus directivos en nuestro curso a distancia. La cooperativa procesaba entonces unas 7.000 t anuales de MO (orujo de manzana, egestas aviares y aserrín de álamo). El vínculo se formalizó con la intervención del CREAR, (Agencia Confluencia; CFI; Cipolletti, Prov. Río Negro, 2005), con el objeto de la evaluación y seguimiento de las principales etapas productivas para obtener un producto óptimo. Nuestro diagnóstico sobre el emprendimiento constató una lombricultura no totalmente adaptada al medio, generando dispendios diversos. En este contexto se efectuó capacitación focalizada de los 18 socios. Simultáneamente se operó sobre el proceso de producción introduciendo una serie de cambios para optimizarlo (reformulación de insumos para la composta, modalidad y tiempos de volteo, redimensionamiento de los sectores de cultivo, etc.). La intervención, que abarco 15 días distribuidos en 9 meses, permitió un mejor aprovechamiento de los insumos y del equipamiento, reducir horas hombre y acrecentar la producción (Figura 3).
FIGURA 3. |
CONCLUSIONES
- a) En los proyectos de compostaje/vermicompostaje las actividades de investigación, transferencia y docencia se retroalimentan de un modo natural, siendo el desarrollo de cursos de capacitación una estrategia de acercamiento efectiva a la población blanco de la extensión, particularmente cuando su dictado tiene lugar no solo en la Facultad, sino también en colegios, clubes, entidades de bien público o en el ámbito de los productores.
- b) Los cursos de capacitación son la carta de presentación de un equipo de trabajo y constituyen una herramienta eficaz para que los potenciales interesados tomen conocimiento de que su problema tiene una solución y como implementarla de un modo sustentable, y con un costo inexistente o bajo, según los fines propuestos (doméstico o PyMEs, agroindustria).
- c) El desarrollo (o la promoción) de los cursos generó la totalidad de los servicios de asesoría y capacitación ulterior. Acciones que permitieron en todos los casos mejorar la gestión de residuos, transformar un desperdicio en abono, agregarle valor, e ingresar al circuito orgánico, posibilitando la producción de alimentos más sanos y con un ahorro significativo de agroquímicos.
- d) Los cursos permitieron aquellos asistentes interesados en desarrollar comercialmente el vermicompostaje comprender los alcances de insumos, equipamiento y problemas de escala productiva para tener una actividad rentable, estableciendo el punto de inflexión en torno a una facturación de 30.000 $ / mes.
- e) En el ámbito de los Municipios (Río Gallegos, Río Turbio, El Bolsón) el equipo de trabajo contribuyó a la formulación de estrategias apropiadas para reconvertir la fracción biodegradable de los RSU.
BIBLIOGRAFIA
- FERRUZZI, C., 1987. Manual de lombricultura. Ediciones Mundi-Prensa, Madrid, 138 pág.
- SCHULDT, M., 2004. Lombricultura fácil. Workgraf, La Plata, 152 págs
- SCHULDT, M., 2006. Lombricultura. Teoría y práctica. Mundi-Prensa, Madrid, 307 págs.
- SCHULDT, M y D.A. SOSA, 2001. Lombricultura en Argentina y algunas proyecciones para América Latina. www.engormix.com (colaboraciones, 12.12.01): 6 págs.
- SCHULDT, M., R. CHRISTIANSEN, L. A. SCATTURICE y J. P. MAYO, 2006. Conduccion de lombricultivos en condiciones de temperie extremas (zonas frias). RedVet.VII (7):1-7
(AER INTA El Bolsón, CONICET; : [email protected])
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