Energía sostenible y pobreza
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- El 22 abril, 2009
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En este artículo se repasan los aspectos de sostenibilidad energética desde la perspectiva de la sostenibilidad social: accesibilidad y asequibilidad. Se relacionan las características principales que enmarcan la situación energética actual.Y se describe la Fundación Acciona Microenergía, como expresión de la responsabilidad social empresarial estratégica. Y tambien el modelo de actuación de esta Fundación y el proyecto que está poniendo en marcha, junto con otros socios, en Cajamarca (Perú), para facilitar acceso a los servicios básicos eléctricos a más de 3.500 familias de bajos ingresos.
Sostenibilidad energética y acceso a la energía
El concepto de sostenibilidad energética ha ido evolucionando y ampliándose desde el enfoque de desarrollo económico de los 70 a la consideración de sostenibilidad ambiental de los 80 y a la sostenibilidad financiera de los 90, para finalmente incluir la sostenibilidad social, la equidad y la pobreza, durante los pasados años. Respecto a los tres pilares, ya clásicos, de la sostenibilidad, se puede decir de la energía que la sostenibilidad económica se centra en seguridad de suministro y precios compatibles con el desarrollo, que la sostenibilidad medioambiental se centra en el respecto al medio ambiente incluidos los aspectos de cambio climático y la sostenibilidad social está marcada por el acceso y asequibilidad de la energía para los más pobres. Por tanto, un sistema energético no es socialmente sostenible cuando una parte significativa de la población no puede acceder a él. O, dicho de otra forma, la sostenibilidad energética pasa, entre otras cosas, por facilitar acceso asequible a formas modernas de energía, a quienes no disponen de él. Este ar tículo se centra en los aspectos de sostenibilidad social de la energía.
La situación actual respecto a la sostenibilidad social energética queda enmarcada en las siguientes consideraciones:
- Aproximadamente, 2.000 millones de personas no tienen acceso a formas modernas de energía, como la electricidad y los combustibles líquidos y/o gaseosos.
- El acceso a formas modernas de energía es un requisito para el desarrollo económico y la reducción de la pobreza. Según la Agencia Internacional de la Energía no se podrán alcanzar los Objetivos del Milenio si no se facilita acceso a la energía al menos a 600 millones de personas.
- Pero el acceso a formas modernas de energía no es condición suficiente para el desarrollo.
Se requieren otros muchos aportes complementarios, incluyendo tecnología de usuario final para convertir eficientemente la energía en servicios útiles como iluminación, molienda, bombeo, transporte, y comunicaciones. - 2.600 millones de personas dependen de biomasa para subsistir. El uso de la biomasa no siempre es “renovable” ya que algunas veces su uso es sostenible pero otras veces es destructivo para el medio ambiente y para la salud de las personas.
- Las mujeres y los niños forman la mayoría de la gente pobre en cualquier comunidad, y las mujeres son normalmente las mayores usuarias y suministradoras de recursos energéticos en las comunidades marginales.
- Los combustibles y las tecnologías que están disponibles tradicionalmente para los pobres, tienen una eficiencia de conversión muy baja. Esta eficiencia puede mejorarse tanto para usos domésticos como para usos comerciales e institucionales a través de cambios en la tecnología usada.
- Los fondos provenientes de los ingresos por impuestos, las agencias de cooperación y donaciones altruistas son apenas suficientes para proveer servicios energéticos directamente a una pequeña fracción de los pobres. Esto significa que mediante mecanismos de mercado se tendrá que aportar los recursos financieros para mejorar los servicios energéticos, pero su extensión y efectividad tendrá que ser masiva para satisfacer las necesidades no cubiertas y las del crecimiento poblacional.
- El Estado tiene un rol crítico que jugar en proveer el “marco incentivador” que necesita el sector privado para proveer servicios mejorados de energía a la gente pobre. Los subsidios (incluidas las ayudas) pueden ser esenciales, pero es necesario aplicarlos con cuidado para que ayuden a crear mercado en lugar de destruirlo.
La situación anteriormente descrita pone de manifiesto la clara insostenibilidad social que se produce en el sector energético.Y la necesidad de que los países en desarrollo ayuden a los países en vías de desarrollo a salir de la situación actual.
El compromiso de las empresas del sector energético con la sostenibilidad
La energía se configura como un tema de primera magnitud en el futuro de la Humanidad.
En torno a la energía se concitan los más importantes retos que tenemos planteados como sociedad de futuro: seguridad, cambio climático, desarrollo. Por ello, forma parte de las agendas de las diferentes reuniones y foros internacionales en los últimos años. Lo que en definitiva subyace es una sociedad que consume energía de forma totalmente insostenible desde los aspectos económicos (seguridad de suministro, escasez de recursos baratos), los medioambientales (contaminación y cambio climático) y los aspectos sociales (casi un tercio de la humanidad no tiene acceso a formas modernas de energía).
La crisis que venimos padeciendo, y que nos la pronostican larga y profunda, representa un respiro en la presión del uso de recursos energéticos y una oportunidad para reconfigurar nuestros modelos energéticos. Los modelos energéticos de futuro tienen que ser diferentes a los de hasta ahora y deben tener como condición indispensable la sostenibilidad. Por esto, se viene hablando de energías renovables, eficiencia energética, edificación ecoeficiente, transporte más eficiente y menos contaminante,… como temas de futuro, más allá de la crisis, en los que hay que invertir.
Y dentro de ese contexto de futuro basado en la sostenibilidad no hay que olvidar los temas de accesibilidad y asequibilidad como temas básicos de sostenibilidad social.
Las empresas del sector energético son actores clave en la configuración de las soluciones de futuro y por otro lado son actores globales y nada ajenos a la problemática energética social.
Aunque es patente el rol y la responsabilidad de los Estados en facilitar el acceso a formas modernas de energía, también existe una cier ta responsabilidad desde las empresas energéticas. Las empresas energéticas disponen de tecnología y de capacidad de gestión para contribuir a las soluciones de acceso a la energía de la población que no dispone de él.
Especialmente, las energías renovables se configuran como solución técnico económica óptima para facilitar acceso básico a la electricidad para personas y comunidades ubicadas en zonas remotas de países en desarrollo, que son nichos de pobreza.
Sería muy positivo un enfoque de la responsabilidad social de las empresas energéticas centrado en el núcleo de su negocio, lo que Por ter y Hammer (4) denominan RSC estratégica, y centrada en el acceso universal a la energía.Y tiene sentido empresarial invertir en una actividad que a largo plazo puede representar un desarrollo de mercado.
La reciente constitución de la Fu ndación Acciona Microenergía es una expresión del compromiso empresarial con la sostenibilidad social antes descrito. La Fundación Acciona Microenergía nace con la misión de facilitar el acceso a energía, agua e infraestructuras a aquellas personas de menores ingresos en países en desarrollo sin expectativas de tenerlo.
Modelo de actuación de la Fundación Acciona Microenergía
En las zonas rurales de los países en desarrollo se concentran las bolsas de pobreza, que carecen de ser vicios básicos que les ayuden a salir de su situación. En concreto, y respecto al acceso a los servicios eléctricos, las características de las zonas rurales aisladas (dispersión, bajo consumo unitario, falta de infraestructuras viarias,…) hacen prohibitivamente costosa la electrificación mediante extensión de redes. O bien esperan más de 10, 15, 20,… años hasta que lleguen las redes o bien se opta por electrificación mediante microsistemas eléctricos renovables- MER (Fotovoltaica, micro hidráulica, micro eólica, etc.). Parece que la elección es clara, ya que los MER son la solución más económica para estos casos y de tecnología fiable.
Por tanto, la Fundación Acciona Microenergía ha optado por la electrificación de las zonas rurales aisladas mediante microsistemas eléctricos renovables, ya sean sistemas individuales o colectivos (microrredes).
La Fundación Acciona Microenergía, como no podía ser de otra forma, tiene un fuerte compromiso con la sostenibilidad que lo refleja en su modelo de intervención. Dicho modelo consiste en la creación de una asociación sin ánimo de lucro que actúe como microempresa social en el país de intervención, que gestione el servicio a la comunidad y que por ello reciba de los usuarios una tarifa que sirva para cubrir los costes y permitir su crecimiento.
Una microempresa social, siguiendo la terminología del premio Nobel de la Paz, Muhammad Yunus, es una empresa cuyo objetivo no es maximizar el beneficio económico sino el beneficio social para las personas con quienes entra en contacto [1]. Se gestiona igual que cualquier otra empresa y sólo se diferencia en sus objetivos. Los socios no esperan beneficios económicos ya que todos los que se puedan producir se reinvierten y la microempresa perdura gracias a los ingresos de la tarifa recibida por su servicio que debe ser suficiente para cubrir todos sus costes y permitirle un crecimiento.
La Fundación Acciona Microenergía, junto a otros socios que comparten la idea, aportan una cantidad de dinero que en conjunto es suficiente para cubrir la inversión inicial, y, lo que es más importante, aporta el modelo de actuación y el apoyo técnico y de gestión que permita desarrollar eficientemente la microempresa local.También apor ta el respaldo de las diferentes empresas en cuanto a red de relaciones, capacidad de compra, capacidad de ingeniería, etc.
El modelo de intervención prevé una optimización en costes de la estructura de la microempresa con objeto de mantener la tarifa lo más reducida posible y por tanto hacer el servicio asequible al mayor número de personas.
Proyecto Perú Microenergía
El primer proyecto de la Fundación Acciona Microenergía consiste en facilitar el acceso básico a la energía eléctrica, a través de paneles fotovoltaicos en Cajamarca (Perú), a familias que no están incluidas en los planes de electrificación por extensión de redes (Plan Nacional de Electrificación Rural 2008-2017).
Perú es el penúltimo país de Iberoamérica en cobertura eléctrica, pero esta situación se agrava cuando se desglosan las cifras entre población urbana y población rural, y entre los diferentes Departamentos del país.
El Depar tamento de Cajamarca tiene las siguientes característica [2] [3]:
- Tiene una población de 1.358.016 habitantes con una densidad de población de 42hab/Km2. El 67% de esta población vive en áreas rurales.
- Es el Departamento de menor cobertura eléctrica de Perú con sólo el 60% de las viviendas conectadas a la red. Pero en las zonas rurales este porcentaje baja al 18%.
- El índice de desarrollo humano (IDH) es de 0,54 (inferior a Bangladesh (0,547) o Congo (0,548)) frente a 0,60 en todo el Perú (España 0,95). El índice de analfabetismo de sus mujeres mayores de 15 años es del 26%.
- Aunque no es el Depar tamento más pobre de Perú, se sitúa en el primer quintil de pobreza junto a otros siete departamentos teniendo un porcentaje de pobreza del 74% y de pobreza extrema del 37%.
- La leña es el combustible más usado en el 77% de las viviendas (frente al 32% en todo Perú) y llega al 96% para las zonas rurales del departamento.
Los socios, por ahora, del proyecto Perú Microenergía son la Fundación Endesa y la Fundación Acciona Microenergía.Y se colabora con tres ONG’s interesadas de una u otra forma en el proyecto: Ayuda en Acción, que actúa en Perú desde hace más de veinte años, Energía sin Fronteras, especializada en energía para los más pobres y otra ONG peruana, cuyo acuerdo está en trámite de formalización y que está especializada en tecnología para el desarrollo.
Junto con el Gobierno Regional de Cajamarca se están identificando las viviendas, dentro de las provincias de Hualgayoc, Cutervo, Chota y Santa Cruz, que no están incluidas en el Plan Nacional de Electrificación Rural 2008-2017 del Gobierno Peruano ni en ninguno de los planes de electrificación por extensión de redes de los diferentes actores en este campo (Empresas mineras, Municipios, Agencias de Cooperación, Gobierno Regional, Empresas distribuidoras, Gobierno Central,…).Ya se han preseleccionado las primeras 500 viviendas, que constituyen la fase inicial del proyecto.
El modelo económico–financiero pone de manifiesto que para que la actividad sea económicamente sostenible es necesario que el número de usuarios sea superior a 3.500. Es decir, el proyecto afectará a una población beneficiaria de al menos 15.000 personas.
La cuota mensual de los usuarios debe ser suficiente para cubrir los gastos corrientes de la microempresa: administración, atención a averías, gestión de cobro, gestión de repuestos,… y la reposición de baterías y cargadores cuya vida útil es inferior a la vida útil de los paneles fotovoltaicos. Pero, por otro lado, la cuota debe ser lo más baja posible para permitir el acceso al mayor número de usuarios. Paradójicamente, lo que demuestran los estudios publicados basados en encuestas de campo, es que el coste de los productos energéticos tradicionales para iluminación y comunicación, como velas, lámparas de queroseno, pilas y carga de baterías, es bastante superior al coste de las diferentes alternativas de electrificación rural.
Una vez identificadas y preseleccionadas en función de su accesibilidad las viviendas objetivo, se procederá a un estudio de campo en dos fases.
La primera fase con reuniones comunitarias informativas y la segunda se basa en una entrevista personal en la que se explican los detalles del proyecto, se aclaran las dudas y se obtiene información sobre los gastos actuales en productos para iluminación (keroseno, velas, pilas) y para comunicación (pilas, carga de baterías, etc.) y sobre la idoneidad e interés en el tema.
Está previsto que durante 2009 se complete el despliegue de al menos 2.000 sistemas fotovoltaicos. Cada sistema fotovoltaico consta de panel fotovoltaico, cargador-regulador y batería. Están previstos cuatro tipos de sistemas: Sistema Solar Domiciliario Básico- SSDB (50Wp), Sistema Solar Domiciliario Avanzado-SSDA (100Wp), Sistema Solar Comunitario-SSC (250Wp) y Sistema Solar Productivo-SSP (a medida).
Otro aspecto importante de este proyecto es la formación, tanto la de los técnicos que deben atender las incidencias relevantes, como la de las personas de primera intervención y la de los mismos usuarios.
Conclusiones
La sostenibilidad del sistema energético pasa por el acceso a los servicios energéticos básicos de los pobres. El acceso a los servicios eléctricos de la población que habita las zonas rurales remotas de países en desarrollo, es prohibitivamente costoso a través de extensión de redes. Existe tecnología, competitiva y fiable, basada en energías renovables que permite facilitar un acceso básico a servicios eléctricos.
Para hacer realidad estos suministros son necesarias iniciativas de empresas privadas que como desarrollo de su Responsabilidad Social Corporativa estén comprometidas con la sostenibilidad social energética.
Referencias
[1] MuhammadYunus.Un mundo sin pobreza. Las empresas sociales y el futuro del capitalismo, Ediciones Paidós Ibérica, S.A., 2008.
[2] INEI, UNFPA, PNUD. Perfil Sociodemográfico del Perú, Censos Nacionales 2007 de Población y Vivienda,Agosto 2008.
[3] Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social, FONCODES www.foncodes.gob.pe
[4] Porter and Hammer.The Link Between Competitive Advantage and Corporate Social Responsibility.
Por: Ing. Julio Eisman
Fuente: anales de mecánica y electricidad
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