Diagnóstico de la situación del manejo de residuos sólidos municipales en América Latina y el Caribe. Parte 6
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- El 18 diciembre, 2015
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Por: Guido Acurio Antonio Rossin Paulo Fernando Teixeira Francisco Zepeda |
f) Relleno sanitario
En el cuadro 3.2.7, que incluye 33 grandes ciudades, se observa que en cuanto a disposición final, 30% de la basura va a rellenos sanitarios y 35% a rellenos semicontrolados. Las instalaciones restantes no cumplen con las normas sanitarias y ambientales mínimas y pueden ser clasificadas como basureros. Si se compara estas cifras con las de hace poco más de una década, se puede decir que ha habido un buen avance. Sin embargo, se debe reconocer que ocurre sólo en algunas grandes ciudades que por su tamaño producen desviaciones estadísticas, lo que puede conducir a un optimismo exagerado. En efecto, la situación en las ciudades del interior no es halagadora (cuadro 3.2.8). Por otra parte, los denominados rellenos sanitarios en su mayoría no llenan las especificaciones técnicas para ser denominados como tales, ni siquiera para ser considerados como rellenos controlados. En Brasil, en una encuesta realizada a nivel nacional, 88% de las ciudades tenían basureros a cielo abierto, 9% tenían relleno controlado y 3% tenían relleno sanitario u otro método adecuado de disposición final.
En Chile, la disposición de residuos sólidos en rellenos sanitarios alcanza una cobertura de 83% a nivel nacional. Del total de 409 ciudades, 184 tienen rellenos sanitarios, por lo que se le considera líder en este tipo de disposición final en ALC.
La humedad y composición de la basura determina que su comportamiento en los rellenos sanitarios de la Región sea diferente a lo descrito en la literatura técnica de los países desarrollados. La densidad de la basura compactada es mayor (800 a 1.000 kg/m3, lo que extiende la vida útil de los rellenos más allá de lo esperado inicialmente. El 50% de humedad hace que con la compactación se alcance rápidamente la capacidad de campo en el relleno y se produzca la etapa metanogénica de la descomposición y la producción de biogás. El biogás se usa en las redes de distribución de gas en Santiago y Valparaíso (Chile) y se usaba en la década de 1980 como combustible en camiones y vehículos ligeros de supervisión en Río de Janeiro (Brasil). Cabe aclarar que ninguno de los dos países es exportador de petróleo.
Si las 330.000 toneladas diarias de basura urbana que se producen en la Región se llevaran a rellenos sanitarios, se requeriría 380.000 m3 por día de espacio para depositarlas. Esto da una idea de la demanda de terreno y la necesidad de diseñar estrategias para que los organismos operadores tengan prioridad en la planeación municipal a fin de obtener terrenos urbanos o suburbanos.
En la Región los costos de operación de un relleno sanitario varían de 3,00 a 10,00 dólares por tonelada, según el tamaño, calidad de la operación, topografía y condiciones hidrogeológicas del sitio seleccionado. En los Estados Unidos el costo promedio es de 30 dólares por tonelada debido a la estricta legislación existente. Debe aclararse también que en ningún país de la Región se tratan los lixiviados y que estos se infiltran al subsuelo o se vierten en corrientes superficiales. La ciudad de Santiago hace una recirculación de estos líquidos en sus rellenos porque la precipitación pluvial es escasa. Los nuevos diseños en varias ciudades ya está considerando el tratamiento, como Buenos Aires y el Distrito Federal de México. Otro aspecto que se empieza a prever es considerar en la tarifa un fondo para el cuidado ambiental del relleno después de su clausura (Buenos Aires y Santiago). Es decir, se tiene en consideración la diferencia entre costo y precio.
En el cuadro 3.2.14 se presenta datos sobre los rellenos sanitarios de algunas ciudades de la Región, los que han sido proporcionados por entidades operadoras del servicio. Sin embargo, los informes elaborados por expertos locales para el presente diagnóstico en Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Perú, Trinidad y Tabago y Venezuela, y los estudios sectoriales efectuados por la OPS en Colombia, Guatemala, México y Uruguay, indican que la cobertura y calidad de los rellenos sanitarios son inferiores a los indicados por los operadores en ese cuadro. El cuadro 3.2.14.1 resume esta información sobre la calidad y cobertura de los rellenos sanitarios en 11 países de la Región.
El problema de los segregadores sigue vigente en casi todas las ciudades, lo que impide una operación segura y sanitaria del relleno. Hay que hacer una clara diferencia entre los segregadores del relleno y los de la ciudad. Cuando hay segregadores en los rellenos no es posible lograr un relleno verdaderamente sanitario.
Todo intento de mediar entre las demandas sociales que permiten el reciclaje en el relleno y las reglas esenciales de operación, hace la diferencia entre un relleno a medias y un verdadero relleno sanitario.
Uno de los problemas mayores es operar rellenos sanitarios en ciudades pequeñas de menos de 50.000 habitantes porque los costos de capital y operación de un tractor para tan poca basura hacen que la economía de escala actúe desfavorablemente. Aquí cabe mencionar el programa de rellenos sanitarios manuales de Colombia, lo que puede ser una solución a este tipo de problemas. En Chile también se han logrado avances sustanciales en ciudades menores de 20.000 habitantes, pues de las 342 localidades, 22% (69 localidades) tienen acceso a rellenos sanitarios, manuales o regionales mecanizados. Existen experiencias en muchos países, pero casi todos a nivel piloto.
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El empleo de rellenos sanitarios se ha incrementado en la Región en los últimos 10 años y todas las capitales y ciudades grandes de los países de América Latina y Trinidad y Tabago en el Caribe tienen rellenos sanitarios o los denominados rellenos controlados. Generalmente, en estos últimos se controla el ingreso de camiones recolectores pero no se pesa la carga; no se permite asentamientos de segregadores dentro del área del relleno, pero se permite la segregación ordenada de los residuos; se compacta los residuos y se cubren diariamente; no se emplea materiales ni métodos de impermeabilización; en algunos se ventila el biogás; no se colecta ni trata el lixiviado; y la calidad de estos rellenos varía desde aquellos que tienen características cercanas a un relleno sanitario hasta otros que son casi un basurero a cielo abierto. (cuadro 3.2.14.1).
Ciudades como Belo Horizonte, Buenos Aires, Guayaquil, Medellín, Ciudad de México, Querétaro en México, Santiago y São Paulo cuentan con verdaderos rellenos sanitarios, varios de ellos inclusive usan membranas sintéticas para la impermeabilización.
Varios rellenos son operados por empresas privadas, como por ejemplo en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá y Perú. Por lo general el terreno es proporcionado por la municipalidad y los concesionarios los operan de acuerdo a las especificaciones técnicas dadas por la autoridad local y cobran a su vez a los municipios usuarios mediante factura por peso o volumen.
El vertimiento de RSM en el mar está prohibido por convenios internacionales y es un problema ambiental y de salud que preocupa a varios países del Caribe, que reclaman su solución al más corto plazo por afectarlos económicamente ya que incide en la disminución del turismo.
Países como Brasil, Perú, Chile, St. Vincent, Guyana, Ecuador (Global Waste Survey IMO, 1995) declararon que estaban disponiendo residuos en el mar, a pesar de estos convenios internacionales. En algunos casos el vertimiento de RSM en el mar formó parte de proyectos para ganar terreno al mar.
Una vez completados, los rellenos sanitarios se transforman en áreas verdes y deportivas, tal como se constata en Buenos Aires, México D.F., São Paulo, Porto Alegre y otros sitios.
g) Reciclaje
Para un gran número de personas pobres de los países de la Región, la recuperación de materiales secundarios procedentes de los residuos sólidos municipales es fuente de ingresos. Los trabajadores del sector informal que de puerta en puerta compran o reciben papel y botellas; trabajadores del servicio de recolección que rebuscan entre los desechos recibidos en su ruta; segregadores que seleccionan entre los desechos en los rellenos y compradores de residuos de oficinas (papel), de restaurantes (desperdicios de alimentos para alimentación de animales), de industrias, etc., son todos partes del sistema de reciclaje. El reciclaje se practica ampliamente en ALC. Dado el bajo contenido de materiales reciclables que producen los hogares de la Región, comparado con los de los países desarrollados, los métodos de recuperación y reciclaje también deben ser diferentes. Un factor importante es el mercado de materiales recuperados ya que si en las cercanías no hay fábricas que los reprocesen, el reciclaje quedará limitado al reuso o venta a intermediarios que los comercializan en plantas procesadoras más lejanas. El factor decisivo es la extrema pobreza que obliga a muchos a transformarse en segregadores informales para sobrevivir. Se estima que el número de segregadores en la Región supera las cien mil familias dedicadas a la recuperación de residuos sólidos en ALC.
No se conoce el grado de reciclaje que existe en los países, pero se calcula que no es muy alto en peso comparado con la cantidad de residuos generados. El reciclaje se logra de dos maneras, la primera es mediante la separación y acopio en las industrias, comercios y grandes generadores y productores de materiales reciclables homogéneos (papel, cartón, botellas, plásticos y metales ferrosos y no ferrosos) para venderlos a recolectores privados especializados. Generalmente, este tipo de reciclaje es lucrativo y ecológicamente positivo porque puede realizarse bajo condiciones que protegen la salud del trabajador. Hay programas de reciclaje de este tipo en Colombia, México y Venezuela, sobre todo de vidrio, que han alcanzado gran éxito. El Distrito Federal de México cuenta con 3 plantas de separación de residuos municipales con capacidad de 1.500 t/día cada una, recuperándose 10 a 15% del material, según informa el Departamento del Distrito Federal.
El segundo tipo de segregación es el practicado en la basura y generalmente consta de tres posibles tipos de intervención, la primera por los segregadores callejeros en las bolsas o recipientes colocados para su recolección; la segunda en el camión recolector por los trabajadores del servicio; y la tercera en el relleno por los segregadores informales. Esta forma de recuperación obviamente no es recomendable porque generalmente pone en riesgo la salud de los segregadores y causa problemas de estética en la ciudad e ineficiencia en los servicios municipales. En general, los mayores beneficiarios son los intermediarios y los líderes de los segregadores y sus sindicatos. En un estudio reciente en siete ciudades de México, se comprobó que las cantidades recicladas conjuntamente por estos tres tipos de intervención era menor de 2% de toda la basura en peso.
Entre las variadas formas de recuperación de residuos se puede citar problemas tales como el desvío de los camiones recolectores de sus rutas trazadas para descargar y vender los residuos a recicladores, lo que eleva los costos de recolección. Otro problema es la crianza de cerdos con desperdicios de alimentos contenidos en la basura, actividad crítica para la salud pública cuando los criadores de cerdos construyen sus corrales dentro o contiguos a los botaderos. Un estudio llevado a cabo en Lima por DESCO en 1994, reveló que alrededor de 800 t/día se destinaba a alimentar cerdos en criaderos clandestinos que proporcionan hasta 50% del consumo diario de carne de cerdo.
El método de reciclaje más promocionado en los países desarrollados es el de la recolección separada en la fuente domiciliaria con la participación de la comunidad. En países con tradición de participación de la sociedad civil y donde el nivel educativo es alto, los resultados han sido positivos, aunque algunos críticos sostienen que el costo real del material recuperado es alto y que las compañías recicladoras pagan precios subsidiados. En ALC, este método se aplica parcialmente y sólo en algunas ciudades de Argentina,
Colombia, Brasil y México (en 1994 había 82 programas de recuperación selectiva). La diferencia se debe a la desocupación y pobreza de ALC que genera la existencia de segregadores, grupo social que no existe en los países desarrollados donde la separación la hace directamente la comunidad en la fuente generadora. En Lima metropolitana se estima que cerca de 5.000 personas están involucradas en operaciones de segregación informal y que recuperan 290 t diariamente (7% del total generado), que son llevados a 350 depósitos minoristas y 28 depósitos mayoristas donde son comercializados a 1.500 empresas de reciclaje, en su mayoría pequeñas industrias informales.
En Colombia, los grupos de segregadores se han transformado, con el apoyo de ONG, en cooperativas o en asociaciones formales privadas que están logrando una gestión operativa exitosa. Por ejemplo en Cali la Precooperativa Socios Unidos se encarga de clasificar y comercializar el material seleccionado previamente en la fuente. La separación en la fuente es solo parcial, pues pese a los esfuerzos publicitarios se incluye también material no reciclable. De 7 t acopiadas en un día, 3 t no son reciclables. Este programa recicla entre 40 y 60 t por mes. Otros grupos de segregadores en Cali reciclan 250 t semanales. En total se estima que se recupera aproximadamente 50 t por día, lo que sólo significa menos de 4% de la basura generada diariamente en la ciudad.
Posiblemente Colombia es el país que más ha avanzado en la organización y promoción de los segregadores.
En muchas ciudades se han constituido precooperativas de segregadores, las que son apoyadas por organizaciones cívicas no gubernamentales y también entidades gubernamentales para la recuperación ordenada e higiénica de residuos sólidos, instalación de centros de acopio de esos materiales recuperados y comercialización equitativa con la industria recicladora. Así, las precooperativas de Barranquilla están construyendo siete centros de acopio; en Manizales la principal precooperativa ha construido una planta para recuperar 20 t/día, 10% del total generado en la ciudad a un costo de 1,2 millones de dólares; las dos principales precooperativas de Popayán tienen centros de acopio propios y otra nueva cooperativa tiene un proyecto de lombricultura para ser desarrollado con la materia orgánica del relleno sanitario.
La recuperación de materiales seleccionados en la fuente generadora fue también exitosa en algunas ciudades de Brasil debido a que no había tradición de cooperativas dedicadas a esta recuperación y por otra parte, el apoyo municipal a estos programas obtenía beneficios, como mayor vida útil del relleno sanitario, menores costos en la recolección, menor consumo de recursos naturales, mejoras en la salud pública y el ambiente, etc.
En Río de Janeiro hay 16 cooperativas con 1.300 trabajadores que separan 1.800 t por mes (menos de 1% de los RSM generados), lo que les permite obtener ingresos mensuales superiores al salario mínimo. En São Paulo la ONG CEMPRE, Compromiso Empresarial para Reciclagem, promueve el reciclaje con un enfoque integral de gerenciamiento y conjuntamente con el Instituto de Pesquisa Tecnológica de São Paulo han publicado un manual de gerenciamiento integral de residuos. Esta recuperación de residuos con separación previa en la fuente domiciliaria también se intentó en Buenos Aires y subsiste pero en forma subsidiada. En Venezuela hay 199 centros de recuperación y reciclaje que cubren 75% del material recuperado en el país, pero sólo abarcan a los grandes generadores de residuos.
En resumen, la recuperación de residuos sólidos por segregadores no es alta en relación a la cantidad generada, pero constituye para decenas de miles de familias su único modo de sobrevivencia. La cantidad de material recuperado es mayor si se hace participar a la industria y a los grandes generadores de residuos y si la industria recicladora interviene promoviendo el proceso. Se han obtenido resultados interesantes en Colombia y otros países donde se reciclan bajo esta modalidad cantidades apreciables de los siguientes residuos:
- Vidrios: las dos principales industrias del vidrio en Colombia, en 1994, reciclaron 142.000 t por el que se pagaron US$ 62 por tonelada. En Venezuela se recicla 20% del total utilizado. En Perú se recupera 25 t/día. En México también existe un programa muy amplio.
- Metales: las siderúrgicas semi-integradas de Colombia compran anualmente 220.000 t de chatarra recuperada. En Brasil, en 1995, se recuperó 18% de los embalajes de metales ferrosos, esperándose que en dos años llegue a 50%; en cuanto a envases de aluminio se recicló 50%. En Venezuela 78% del aluminio es reciclado.
- Papel y cartón: estos materiales representan los mayores volúmenes de material reciclado en Colombia, en particular de origen doméstico y comercial. Según la Cámara de Pulpa, Papel y Cartón, ANDI, en 1994, 49% (311,2 mil toneladas) del total de papel y cartón producidos provinieron de material reciclado y 80% fue recuperado por los segregadores. El precio de compra del material reciclable está entre 120 y 140 dólares por tonelada. En Brasil, aproximadamente 1,5 millones de toneladas de papel fueron recuperadas para reciclaje en 1993. En Venezuela se recicló 55% del papel en 1994. En Perú se recuperaron 9.500 t/año. En Chile se recuperan 200.000 t/año, lo que representa 33% de lo recuperable.
- Plástico: la recuperación de plásticos se efectúa a pesar de las características altamente contaminadoras del proceso, especialmente si se recicla en pequeñas plantas que no cumplen las normas y requisitos de protección ambiental. En Brasil solamente dos industrias recicladoras de plásticos, de las varias existentes, utilizan 1.000 t/mes de material reciclado. En Chile la recuperación de plásticos llega a 23.000 toneladas anuales (7% de lo recuperable), lo que constituye 10% de la demanda anual de plásticos. En Uruguay se recuperó plástico sin encontrar un mercado apropiado.
Algunos datos sobre reciclaje se muestra en el cuadro 3.2.15. En los países del Caribe no es frecuente la recuperación de residuos sólidos, debido principalmente a que no hay plantas recicladoras puesto que el mercado en cada isla es pequeño, ya que la mayor parte de artículos de consumo son importados, debiéndose hacer la disposición final de los residuos sólidos y embalajes en el país, sin posibilidades de recuperación. Sin embargo, hay excepciones como en Trinidad y Tabago donde hay una fábrica de vidrio que recicla 20% (4.400 t anuales) del total de desechos de vidrio recolectados; por otra parte, en ese país se recuperan 2.400 t de papel (5% del total de papel que se desecha anualmente) que se comercializan en Venezuela.
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h) Mantenimiento de equipo e instalaciones
El mantenimiento de equipo e instalaciones de los servicios municipales de aseo urbano son deficientes en toda la Región. No se hace mantenimiento preventivo, los almacenes de partes y repuestos no existen, el trámite para la compra de suministros es burocrático, y es raro contar con fondos para la reposición de equipo.
Para resolver este problema se ha tratado de contratar el servicio de mantenimiento al sector privado o privatizar el servicio de aseo urbano, pasando el mantenimiento a ser responsabilidad del concesionario o del contratista privado.
3.2.5 Residuos especiales
a) Residuos de instituciones de salud
Los residuos especiales generados en las instituciones de salud revisten peligrosidad para la salud de las personas que los manejan y para el público en general si no son dispuestos sanitariamente. Sin embargo no todos los residuos sólidos provenientes de instituciones de salud son peligrosos. Como se indicó anteriormente, la generación unitaria en la Región se ha estimado en 3,0 kg./cama/día y la parte peligrosa en 0,5 kg./cama/día aproximadamente.
En varios países de la Región se está discutiendo la cuestión de la administración de los residuos sólidos provenientes de instituciones de salud. Las discusiones se caracterizan por el tono alarmista de los debates más que por el análisis objetivo del problema, sus consecuencias y las posibles soluciones a ser implementadas en el corto, mediano y largo plazos. Incluso a nivel de gobierno, este tema es discutido más política que técnicamente y se busca sólo la regulación de los aspectos de tratamiento y destino final.
Actualmente se están clarificando algunos conceptos y los municipios del Brasil han trazado las siguientes directrices en cuanto a residuos hospitalarios:
- la implantación de sistemas diferenciados de recolección;
- la manipulación correcta de los residuos dentro de los establecimientos de salud, con la adecuada capacitación de la mano de obra;
- la minimización de los residuos que requieren tratamiento especial mediante la separación de aquellos con potencial patógeno.
En cuanto a la forma adecuada de tratamiento y disposición final de estos residuos no hay consenso entre los técnicos del sector, considerándose los métodos de incineración, relleno sanitario conjuntamente con los RSM en celdas específicas; reciclaje después de la esterilización en autoclave; y otros procesos costosos como microondas e irradiación. De 4.425 municipios brasileños encuestados, en 61 (1,4%) hay incineradores hospitalarios; en 266 (6,0%) hay rellenos sanitarios; en 19 (0,4%) hay rellenos de residuos especiales; y los 4.074 (92,2%) municipios restantes queman a cielo abierto o disponen en botaderos abiertos.
A nivel de país, Chile y Cuba tienen un buen ordenamiento en el manejo de residuos especiales, al igual que algunas ciudades como Río de Janeiro, Cali y São Paulo. Desde hace años en los hospitales se instalan incineradores para quemar la basura, pero esta operación resulta cara e ineficiente y los administradores prefieren llevar la basura a los lugares de disposición de la ciudad. Estudios de diferentes países revelan que muy pocos incineradores funcionan adecuadamente, generalmente están desactivados y los que operan no cumplen con las normas de emisión de los países. Una forma de bajar los costos consiste en instalar incineradores que solamente quemen los residuos infecciosos, lo que requiere un proceso interno que los separe en el hospital.
El problema de los residuos médicos está llamando la atención en todos los países y se está empezando a usar algunos métodos de tratamiento como la esterilización, y los hornos de microondas. En Cali recientemente se instaló un autoclave de tipo comercial para los residuos médicos de la ciudad. En Buenos Aires hay 15 establecimientos de tratamiento de residuos patógenos y se ha autorizado un sistema de tratamiento con autoclave instalado en un móvil. En México se está utilizando la desinfección con dióxido de cloro (13 t/día) y en el Perú se está implementando el uso de autoclaves en algunos hospitales de provincia.
Según un estudio europeo, los costos de la incineración y la esterilización térmica de estos residuos varían de US$ 250 a US$ 2.000 por tonelada según el tamaño de la instalación. En México se estima que el costo de manejo y disposición adecuada de residuos peligrosos está entre US$ 80 a US$ 1.500 por tonelada.
Los residuos peligrosos de establecimientos de salud, en términos regionales, representan menos de 1% deltotal de RSM generados por día, los que sobrepasan las 300.000 t diarias. Actualmente la mayor parte de estos residuos hospitalarios se está manejando junto con los RSM y por lo tanto se disponen en rellenos sanitarios, rellenos controlados y vaciaderos abiertos. En México aparentemente sólo 46% recibe untratamiento, desconociéndose el destino del resto. En Venezuela se estima que se trata entre 30 a 40%. Hay mucha preocupación de los poderes públicos, órganos de opinión y población en general por manejar sanitariamente los residuos hospitalarios, pero muy poco interés por resolver la disposición sanitaria del 99% restante de los residuos sólidos municipales. En el cuadro 3.2.16 se muestra los métodos de manejo de los residuos en establecimientos de salud en ciertos países de la Región.
En cuanto a la legislación, México, hasta donde se conoce, es el único país que tiene una reglamentación detallada ambiental a nivel nacional (1996). En Brasil, São Paulo tiene una reglamentación específica a nivel estatal. En otros países existen leyes sin reglamentación o decretos muy generales.
En Colombia por ejemplo, Bogotá hace una recolección diferenciada para residuos sólidos hospitalarios mediante bolsas plásticas de color rojo, pero sólo se recolecta 20% debido al sobrecosto que implica para las instituciones generadoras y a la falta de control de las autoridades de salud. Según la evaluación realizada en 1992 por la JICA, en algunos hospitales los residuos patógenos se queman en incineradores que funcionan deficientemente. Barranquilla tiene una ruta diaria para la recolección separada de los desechos sólidos industriales y hospitalarios. Los residuos recolectados se colocan en una celda especial a la cual no tienen acceso los segregadores. La ciudad de Cali tiene una ruta separada para los residuos hospitalarios de bajo riesgo que representan 40% del total hospitalario (y que se descargan en el botadero sin previo tratamiento); los de alto riesgo, que representan 60%, son tratados mediante esterilización. Para la esterilización se usa un
autoclave industrial con capacidad de 300 lb/ciclo, pudiendo realizar 10 ciclos en ocho horas de operación.
São Paulo, Belo Horizonte y Curitiba son algunas ciudades de Brasil que poseen recolección selectiva para los residuos de hospitales. En Argentina, el tratamiento por incineración tiene un costo que fluctúa entre US$ 0,60 a US$ 2,00 por kg. de residuo patógeno y en México varía entre US$ 0,50 a US$ 1,00 por Kg. El sector privado está incursionando en el manejo específico de estos residuos de establecimientos de salud en algunos países como Argentina, Brasil, México, Perú, y Venezuela.
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b) Otros residuos especiales
En casi todas las ciudades de la Región, los residuos especiales, tales como los productos químicos y fármacos caducos, alimentos de consumo expirados, llantas, desechos de establecimientos pequeños como recicladoras de baterías, algunos lodos y los residuos voluminosos y escombros se manejan, autorizada o clandestinamente, en forma conjunta con los residuos sólidos municipales y se disponen en los rellenos sanitarios controlados o vaciaderos abiertos. Una parte de estos residuos especiales, cuya proporción es difícil de estimar, es manejada por los propios generadores y arrojada en cualquier lugar. Aún cuando se podría hacer una investigación para conocer a los generadores y aplicar las sanciones, sólo excepcionalmente las autoridades han procedido así, lo que contribuye a la profileración de este tipo de basureros. En México, por ejemplo, se estima que sólo 12% de lo generado se maneja adecuadamente y que los escombros o residuos de
la construcción representan 12.500 t/día, de los cuales el Distrito Federal genera 5.300. En Belo Horizonte hay un programa de recuperación de escombros que está logrando reciclar 10% de los residuos provenientes de la construcción.
La privatización del servicio de aseo ha sido beneficiosa para el manejo de los residuos especiales puesto que la comercialización se hace mediante trato directo entre los generadores y la empresa privada contratista. Brasil, Colombia y México han empezado a operar las Bolsas de Residuos para intercambiar los residuos generados por determinadas industrias y que podrían ser usados por otras como insumo.
3.2.6 Residuos peligrosos
Hasta hace 10 años, los residuos peligrosos habían recibido poca atención en la Región. Desde hace tiempo ocurren episodios como "El chocolatazo" en México, donde 20 niños y un adulto resultaron con lesiones que los dejaron marcados para toda la vida. Casos similares se han dado en Brasil, Perú y otros países. El problema se torna más grave porque además de los residuos generados en los países en desarrollo por la industria y los servicios nacionales, los países desarrollados intentan introducir residuos adicionales en aquellos territorios donde la reglamentación que los controla no existe o es menos estricta.
Aunque el manejo de estos residuos no es responsabilidad de los operadores municipales, es importante controlar su destino, ya que actualmente son depositados en los patios de las fábricas, en lotes baldíos o son llevados a los basureros a cielo abierto o a los rellenos controlados, ignorándose los daños que causan al ambiente y a la salud. Algunos países como Argentina, Brasil, Colombia, México y Venezuela tienen un marco legal para el control, pero casi siempre carecen de la infraestructura física y los recursos humanos necesarios para aplicarlo a nivel nacional. En el resto de la Región recién se están elaborando los reglamentos y en algunos sólo hay un decreto que prohibe su importación. Para los operadores municipales es importante contar con mecanismos que eviten que estos residuos lleguen a sus instalaciones.
Los residuos peligrosos referidos en el presente documento se limitan a los residuos sólidos o semisólidos peligrosos de las áreas urbanas y que autorizada o subrepticiamente se manejan conjuntamente con los residuos sólidos municipales, lo que implica riesgos de contaminación y accidentes a los trabajadores formales e informales del sector y al público en general.
En 1993, la OPS realizó una encuesta en 16 países de la Región sobre el manejo de desechos peligrosos de la industria. Con la información obtenida se preparó el informe "Desechos peligrosos y salud en América Latina y el Caribe" que se publicó como el volumen 14 de la Serie Ambiental. La información proporcionada por los países en algunos casos correspondió a toda la producción industrial del país (Argentina, Ecuador, Guyana, Perú y Uruguay) y en otros sólo a una zona (Colombia, Cuba, Chile, Guatemala, Nicaragua y Venezuela) o a varias (Bolivia, Brasil y México). En estos últimos casos se hicieron cálculos y estimaciones para los valores totales del país.
Según ese informe de la OPS del año 1994, del total de desechos peligrosos generados en la Región, 90% son líquidos, 5,7% semisólidos y 4,3 % sólidos. Estos porcentajes se deben a que el efluente incluye tanto líquidos peligrosos como aguas de lavado contaminadas con algunas sustancias peligrosas que en otras encuestas mundiales no se incluyen como desechos peligrosos. De cualquier forma, los residuos sólidos y semisólidos peligrosos constituyen una cantidad elevada de desechos que ponen en peligro la salud humana o el ambiente. Aunque no hay ningún dato al respecto, es correcto asumir que una parte de estos residuos peligrosos se maneja diariamente en las ciudades y una porción significativa conjuntamente con los residuos sólidos municipales.
Un resumen de la cantidad de desechos peligrosos (lodos y sólidos) se presenta en la figura 1. En general se observa que los países más industrializados aparecen en la parte superior de la figura, mientras que los países menos industrializados aparecen en la parte inferior. Una excepción es Colombia, que se esperaría que apareciera en un lugar más elevado de la lista. Una explicación de ello puede ser que los datos para este país sólo cubrieron la zona de Bogotá, que quizás no sea lo suficientemente representativa del país.
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