Ciudades Sustentables y Educación
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- El 8 septiembre, 2011
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Dentro del contexto de esta crisis ambiental, que es una crisis social, la cual es una crisis de la civilización y una crisis de un modelo económico, tecnológico, educativo y cultural, hablamos en repensar ciudades sustentables.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, realizada en Río de Janeiro en 1992, aprueba un documento, la AGENDA XXI. Ésta comprende el deseo de transformar el actual modelo productivo en un modelo de civilización en el cual predomine el equilibrio ambiental y la justicia social.
Desde la década de los noventa se toma mayor conciencia de lo ambiental, existe una preocupación marcada sobre el tema. Pero asimismo podemos reconocer que no es suficiente. No alcanza con informar con intención de enriquecer la epistemología que se viene creando alrededor del tema.
La problemática está instalada, las ciudades como por ejemplo: el Área Metropolitana de Buenos Aires es un complejo urbano que forma una misma unidad ambiental y social a pesar de la división política.
La gran capital, ciudad autónoma, y los partidos de la provincia de Buenos Aires integrantes de la mancha urbana, cuentan, cada uno, con su propia legislación ambiental.
Esta división política y las leyes propias agregan complejidad a la solución de los problemas porque quedan involucradas diferentes jurisdicciones, creando dificultades en la aplicación del marco legal y falta de criterios comunes en los controles, para lo cual debe disponer de una ética ambiental.
Las problemáticas ambientales del Área Metropolitana de Buenos Aires, son parte de una crisis no ecológica, sino social, de nuestro tiempo. Esta crisis abarca instituciones políticas, aparatos jurídicos y las relaciones sociales injustas.
Pensar en un desarrollo sustentable en el AMBA, es intentar armonizar el proceso económico con la conservación de la naturaleza. Fomentar un balance entre la satisfacción de las necesidades actuales (servicios, producción, infraestructura, etc.); y las de las generaciones futuras. Se debería tener en cuenta el promover una nueva alianza naturaleza-culturas, una nueva economía, reorientando las herramientas potenciales de la ciencia y la tecnología de este capitalismo neoliberal posfordista y una nueva cultura política fundada en una ética para la sustentabilidad.
Por lo tanto el Desarrollo Sustentable de las ciudades, implicaría cambios profundos tanto en lo social, como en las relaciones de la sociedad con el ambiente. En todos los casos, se requiere de una activa participación ciudadana, tanto a la hora de gestar los cambios como en llevarlos a la práctica.
Se debe pensar en una educación para la sustentabilidad, la cual respete la otredad y los saberes previos los cuales no precisamente están en conjunción la educación formal actual.
Podemos pensar, en una apropiación social-ciudadana del derecho, para poder ejercer dicho derecho. Las estrategias de desarrollo sustentable no son sólo cuestión de un grupo de técnicos iluminados. Deben ser, principalmente, una aspiración social extendida, y, por lo tanto, solo será posible con una fuerte base en la sociedad civil y en una sociedad política dispuesta a escuchar ese pedido y actuar en consecuencia.
Generar un proceso de gestión urbano ambiental, sería fundamental, el cual debe ser analizado desde tres perspectivas las cuales se interrelacionan en forma holística. Estas son; la relación gobierno-ciudad, las instituciones educativas y las comunidades-sociedades.
Dicho proceso de gestión urbano ambiental debe permitir una planificación intersectorial y la implementación de programas conjuntos, en pequeñas escalas. Esto intentaría fortalecer la responsabilidad ecológica ambiental individual llevada a la totalidad teniendo en cuenta la otredad.
Lograr la integración y compromiso real y efectivo supone un fuerte impacto en los cambios culturales, entendiéndose por hábitos y costumbres. Los cuales abrirían paso a un cambio de mentalidad y a sumar los diferentes tipos de acción a los métodos tradicionales que aún se aplican en el planeamiento urbano.
Es fundamental en éste siglo XXI enseñar a entender que la ciudadanía forma parte primordial con su participación en contribuir a formar y desarrollar ciudades sustentables.
Se debe tener presente que el desarrollo de las ciudades no implica la destrucción del paisaje urbano, las desigualdades y la exclusión social.
Por ello, adquiere relevancia la importancia de la educación ambiental desde el enfoque pedagógico reviste una relevancia fundamental dado que integra y diversifica distintos actores de aprendizaje en el ámbito formal, no formal e informal.
Los educadores dentro de este contexto social tienen una responsabilidad socialmente compartida motivo por el cual se le debe brindar a los jóvenes una educación que incorpore las problemáticas socio ambientales en sus programas y planificaciones anuales, año tras año, pero no sólo desde una explicación de las problemáticas globales.
El tema debe tratarse también desde la problemática local, respecto a su entorno inmediato en el cual vive cotidianamente. Se deberá tener en cuenta que el aprendizaje se realiza siempre por modelos, pero para que esto sea positivo, este modelo debe pasar a la acción, la cual debe comprender coherencia actitudinal y conceptual.
Es fundamental reconocer que el nuevo desafío consiste en aprender a ver los problemas ambientales viejos y nuevos, teniendo en cuenta la otredad, la diversidad cultural que incluye el conocimiento científico como las nuevas necesidades que resultan de la vida cotidiana.
Según Gaudiano González (1999), la historia de la educación ambiental en América Latina es singular respecto de lo ocurrido en otras regiones del mundo. Esto es así por un conjunto de factores de tipo cultural, político, social, económico y pedagógico.
Se debe tratar de implementar en el ámbito escolar nuevas propuestas o enfoques alternativos que puedan reemplazar la centralidad dominante del pensamiento actual respecto a la educación ambiental y que no deja lugar a la valoración de la relación sociedad-ambiente, la cual deberá transformar los significados, las prácticas y a los actores implicados en los procesos educativos de enseñanza aprendizaje.
De acuerdo con Leff, debemos aprender, apropiarnos, para llevar adelante un diálogo de saberes, con un firme y respetuoso compromiso ciudadano, que nos mueve a participar desde nuestras capacidades y saberes en la gestión y construcción de nuestro lugar.
Se trata de promover el debate y los acuerdos. La búsqueda de visiones o modelos alternativos, la elaboración colectiva de propuestas, de los diferentes actores sociales involucrados, la construcción de nuevos caminos, de inéditos viables.
Según Leff Enrique, afirma que la emergencia de la crisis ambiental ha venido a movilizar el pensamiento teórico con el fin de comprender la problemática generada por el proceso que se alimenta de la destrucción de sus bases ecológicas de sustentabilidad y de sus condiciones de habitalidad.
Para Gudynas Eduardo1, el espacio de la Educación Ambiental y el Desarrollo Sustentable, se posa en las turbulencias del proceso que aspira a deconstruir la visión lineal y mecanicista hegemónica no solo en el marco de la ciencia, sino también en el marco de la cultura y la política, visión que favorece el desconocimiento del conocimiento y que es profundamente antiecológica y antihumana.
El concepto de ambiente implica más allá de un balance entre crecimiento económico y conservación de la naturaleza, la cultura y la participación social para construir estilos diversos de desarrollo sustentable, igualitario, descentralizado y autogestionario, capaz de satisfacer las necesidades básicas de las poblaciones, respetando su diversidad cultural y mejorando su calidad de vida (Leff, Enrique, 1999).
Un vertiginoso proceso de cambio histórico provoca una profunda transformación estructural del mundo, al ritmo de los avances tecnológicos y del impacto de las economías de los pueblos.
El sentido que asuma la resolución de estos conflictos dependerá del grado de conciencia, capacidad de iniciativa y nivel de respuestas de la sociedad civil. Las nuevas generaciones deben asumir la responsabilidad en la tarea de construir propuestas, espacios unitarios e instrumentos funcionales. Entendemos a las personas como seres sociales antes que individuos, cooperadores antes que competidores. Por estas razones comenzamos este camino de debate, participación y construcción social, desde nuestro ámbito de acción, nuestro espacio: la escuela, como educadores ambientales. La crisis de la que hablamos puede ser resuelta, puede ser superada. Pero para ello es necesario replantearse los valores y formas de vivir, de relacionarse, de producir. Las posibilidades son muchas, los caminos múltiples. La historia no llegó a su fin, hay muchos mejores futuros posibles. A diferencia de otros momentos históricos, hoy no hay caminos únicos. Nada está escrito para siempre. La historia no terminó. No hay certezas absolutas. Por lo tanto el futuro es posible. Hay que construir los mejores posibles futuros.
Desde lo local, estos nuevos escenarios y la movilización de los actores involucrados deben contribuir a elaborar una agenda estratégica ciudadana para diseñar el perfil de una nueva ‘realidad necesaria’, deseable, a partir de la inferencia de temas claves ligados a los grandes problemas de la humanidad.
Nuestra generación debe hacer frente a los principales dilemas que enfrenta la región, de cara al nuevo milenio, elevando los umbrales de gobernabilidad, pero también construyendo un futuro deseable para todos.
Se debería integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo de la vida, las habilidades, el conocimiento y los valores necesarios para un modo de vida sostenible, adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que salvaguarden las capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario y fortalecer las instituciones democráticas en todos los niveles y brindar transparencia y rendimiento de cuentas en la gobernabilidad, participación inclusiva en la toma de decisiones y acceso a la justicia.
Este nuevo paradigma va surgiendo de pensar lo no pensado, repensar el pensamiento, des-saber lo sabido y dudar de la propia duda, de esta forma se debe reorientar para repensar la ciencia y la tecnología, desde el medio ambiente, con el fin de construir otra racionalidad y redefinir el conocimiento desde el Saber Ambiental.
De acuerdo con Carlos Galano, se debe avanzar en la desfundamentación de la epistemología gris de la fragmentación, promover la exploración ecosistémica de la racionalidad, recrear la hermenéutica desde la complejidad ambiental y vincular este proceso, en el mismo movimiento de deconstrucción-construcción, con la ética ambiental.
Es importante que los educadores podamos ayudar en los espacios educativos escolares y comunicacionales como sujetos capaces de armar creativamente la naturaleza. Los educadores debemos “ambientalizar” los centros educativos efectuando: una gestión ambientalmente racional de los recursos que se usan en el centro educativo, hacer más habitable el lugar, sensibilizar a la comunidad educativa, promover la participación, realizar una inserción transversal de la educación ambiental, usar el centro educativo como recurso educativo sobre el que se actúa e interviene y desarrollar un proyecto global que integre todas las áreas del conocimiento2.De acuerdo con Leff, debemos aprender, apropiarnos, para llevar adelante un diálogo de saberes, con un firme y respetuoso compromiso ciudadano, que nos mueva a participar desde nuestras capacidades y saberes en la gestión y construcción de nuestro lugar, una ciudad sustentable.
Para Gudynas Eduardo3, el espacio de la Educación Ambiental y el Desarrollo Sustentable, se posa en las turbulencias del proceso que aspira a deconstruir la visión lineal y mecanicista hegemónica no solo en el marco de la ciencia, sino también en el marco de la cultura y la política, visión que favorece el desconocimiento del conocimiento y que es profundamente antiecológica y antihumana.
Se debe elaborar una vía constructiva e innovadora para lograr la comprensión y comunicación de las realidades ambientales cambiantes y sistémicas mediante acciones participativas para la gestión ambiental y la construcción de futuros alternativos. De acuerdo con Trellez Solis (2004), remover la conciencia y proponer alternativas constructivas que nos permitan avanzar hacia un futuro donde la sociedad y la naturaleza tracen armónicamente las nuevas rutas de la vida, donde el crecimiento urbano esté planificado en función de la sustentabilidad y no del fin económico. La educación ambiental debe educar sobre el ambiente. Vale decir, sobre este conjunto interactuante y complejo de relaciones sociales, culturales y naturales. Según Leff. E. (2000), se trata de educar para formar un pensamiento crítico, creativo y prospectivo, capaz de analizar las complejas relaciones entre procesos naturales y sociales, para actuar en el ambiente con una perspectiva global, pero diferenciada por las diferentes condiciones naturales y culturales que lo definen.
La educación ambiental tiene como objeto de trabajo la educación referida a un sistema complejo que es el ambiente, por lo cual requiere avanzar en la búsqueda de una definición dinámica e innovadora.
Con este enfoque la educación ambiental ha pasado de considerarse como una educación basada solamente en la naturaleza, en los ecosistemas o en la problemática relacionada con el tema de contaminación, a una educación más compleja, crítica y participativa, vinculada con la biodiversidad y su conservación y uso sostenible, con la diversidad de culturas y cosmovisiones.
Un aspecto a analizar es la puesta en marcha de la agenda XXI desde lo local. En la actualidad existen países que trabajan con la Agenda XXI: en Europa: España es la que mas trabaja en el tema, Bosnia , Italia, Suecia , Reino Unido y Francia.
En Asia: Japón y Vietnam. África: Kenya, Marruecos y Senegal.. En Oceanía: Australia del sur y Nueva Zelanda.
En América el que llevan un trabajo intenso es Brasil y Cuba4, Argentina5y Chile.
La agenda XXI nos permitirá trabajar desde las instituciones educativas pero como transformadoras de la realidad. Aplicando distintas herramientas y de acuerdo a los diferentes ámbitos de análisis e implementación. Las herramientas principales:
- Investigación
- Concientización
- Estadísticas
- Toma de conciencia mediante una historia de la realidad en la cual conviven-
- Proyecto de protectores ambientales
- Separación de residuos
- Conservar el agua.
En suma: entender, más querer, es igual a Hacer.
Se puede alcanzar un mayor desarrollo productivo de las ciudades sin destruir impulsando un desarrollo sostenido, más allá a quienes les toque gobernar.
Una ciudad sustentable podrá elevar la productividad con mayor racionalidad para incrementar la calidad de vida de sus habitantes desde lo ambiental.
La combinación de estrategias que adopte dinámicas de promoción aplicando una real gestión urbana para tener un menor impacto ambiental en el desarrollo de los espacios urbanos.
Un aspecto importante a considerar es promover la responsabilidad colectiva, la equidad social, la justicia ambiental, la calidad de vida para las actuales generaciones y las futuras. Pensando así en la sustentabilidad.
Las nuevas propuestas deben reorientar y repensar los comportamientos individuales y colectivos, así como las acciones públicas y privadas de los actores intervinientes orientadas a dicha sustentabilidad.
- En “Ecología, Economía y Ética del Desarrollo Sustentable, Ediciones Marina Vilte, CTERA, Buenos Aires, Argentina, 2002.
- En Tréllez Solís Eloísa, Dossier Bibliográfico, Módulo IX, “Educación ambiental, Ciencia y prospectiva”, 2004, Buenos Aires.
- En “Ecología, Economía y Ética del Desarrollo Sustentable, Ediciones Marina Vilte, CTERA, Buenos Aires, Argentina, 2002.
- Uno de los mètodos que implementa son los Proyectos Demostrativos con el Aula mòvil por la sustentabilidad., Proyecto de gestión de la seguridad de trànsito, proyecto de gestión de los riesgos por las inundaciones, por la contaminación de las ciudades. En èste paìs para abril de 2009 existen 200 minicipios que trabajan en èste tema.
- Son muy magros los avances par abril 2009 trabajan con èste tema Las siguientes ciudades: Chascomus (Bs. As), Rosario (Santa Fe), San Carlos de Bariloche (Rio Negro) y Mendoza capital.
Por: Lic. Miriam Giambuzzi
Especialista en Educación Ambiental
para el Desarrollo Sustentable
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