Charla sobre ergonomía cognoscitiva
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- El 11 noviembre, 2008
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A lo largo de los veintidós años de trabajo de la cátedra hemos tratado de encontrar el camino para entregarle a los futuros diseñadores un conjunto de conocimientos vinculados a la ergonomía que permitiera a los mismos despegarse de la ergonomía tradicional y que a su vez los proveyera de herramientas suficientes para poder desarrollar su actividad proyectual teniendo la seguridad de no transgredir aquellos aspectos en los que se viera comprometida la calidad de la relación hombre máquina entendida esta última en el sentido amplio de la palabra.
Siendo la ergonomía una disciplina técnico científica que recibe aportes de los más variados campos del conocimiento fue la etoecología y todos aquellos aspectos que hacen a los modelos comportamentales del ser humano los que motivaron las primeras investigaciones en el seno de nuestro instituto.
La comprensión de la necesidad de profundizar en los análisis antropológicos de aquellos modelos que nos vinculaban con los mamíferos superiores, fueron los que marcaron los pasos dados en lo que entendíamos era la dirección correcta. La posibilidad de la reducción de las acciones humanas al instinto más básico del reino animal, permitió establecer parámetros precisos en los modos básicos de uso de todos los útiles.
No es posible desarrollar estos aspectos sin el aporte en conocimiento de la física, la química, la biología, la filosofía y sus disciplinas afines.
Largamente, el estudio de movimientos humanos tridimensionales y su estrecha vinculación con todos aquellos aspectos psicológicos y antropológicos mostraba la más interesante manera de reducir la distancia conceptual entre el conocimiento del diseñador frente a su proyecto y la de una ergonomía proyectual que le entregara armas ciertas para el proceso de diseño.
La morfogénesis de los utensilios es un proceso altamente complejo y muy estudiado desde distintos ángulos. Es este fenómeno del proceso de diseño el que necesita de la mayor asistencia. Hoy, el conocimiento vinculado a disciplinas que han crecido en el seno de los laboratorios de investigación como la biomecánica, la meca-trónica, la psicotecnología y otras, es el que les permite liderar el desarrollo de productos complejos donde el ser humano es parte esencial en la composición última de los sistemas. La integración y complejidad de las señales y los mandos permite inferir sin lugar a dudas que entre el setenta y el noventa por ciento del proceso de diseño de un puesto de comando de una máquina compleja es liderado por la ergonomía de proyecto y solo el por ciento restante está directamente vinculado a la morfología.
Nadie plantea hacer realidad virtual con el diseño de un florero, pero claramente la ingeniería ha tomado para si la semántica de los productos de uso y cuando la complejidad operativa de los mismos aumenta, también aumentan los condicionamientos funcionales que pasan a liderar los procesos resolutivos.
Hoy podemos considerar la existencia de algunas variedades de ergonomía y aunque existen diferentes clasificaciones de las áreas donde interviene el trabajo de los ergónomos, en general podemos considerar los siguientes dos grandes grupos
- Ergonomía Tradicional
- Ergonomí a Proyectual
- Ergonomía Cognoscitiva
Los ergónomos del área cognoscitiva tratan con temas tales como el proceso de recepción de señales e información, la habilidad para procesarla y actuar con base en la información obtenida, conocimientos y experiencia previa. Asimismo debe considerarse que estos procesos generan situaciones de estrés y que este puede ser controlado mejorando y controlando la producción de los diversos estímulos y señales tanto en calidad como en cantidad.
El estudio de los problemas de recepción e interpretación de señales adquirieron importancia durante la Segunda Guerra Mundial, por ser la época en que se desarrollaron equipos más complejos comparados con los conocidos hasta el momento.
Esta área de la ergonomía tiene gran aplicación en el diseño y evaluación de software, tableros de control, y material didáctico.
Ergonomía de Proyecto y de Diseño
Los ergónomos del área de diseño y evaluación participan durante el diseño y la evaluación de equipos, sistemas y espacios de trabajo; su aportación utiliza como base conceptos y datos obtenidos en mediciones antropométricas, evaluaciones biomecánicas, características sociológicas y costumbres de la población a la que está dirigida el diseño.
Al diseñar o evaluar un espacio de trabajo o una máquina, es importante considerar que una persona puede requerir de utilizar más de una estación de trabajo para realizar su actividad, de igual forma, que más de una persona puede utilizar un mismo espacio de trabajo en diferentes períodos de tiempo, por lo que es necesario tener en cuenta las diferencias entre los usuarios en cuanto a su tamaño, distancias de alcance, fuerza y capacidad visual, para que la mayoría de los usuarios puedan efectuar su trabajo en forma segura y eficiente.
Al considerar los rangos y capacidades de la mayor parte de los usuarios en el diseño de lugares de trabajo, equipos de seguridad, así como herramientas y dispositivos, ayudan a reducir el esfuerzo y estrés innecesario en los trabajadores, lo que aumenta la seguridad, eficiencia y productividad del trabajador.
El ser humano es la parte más flexible del sistema, por lo que el operador generalmente puede cubrir las deficiencias del equipo, pero esto requiere de tiempo, atención e ingenio, con lo que disminuye su eficiencia y productividad, además de que puede desarrollar lesiones, micro traumatismos repetitivos o algún otro tipo de problema, después de un período de tiempo de estar supliendo dichas deficiencias.
En forma general, podemos decir que el desempeño del operador es mejor cuando se le libera de elementos distractivos que compiten por su atención con la tarea principal, ya que cuando se requiere dedicar parte del esfuerzo mental o físico para manejar los elementos distractivos ambientales, hay menos energía disponible para el trabajo productivo.
Sin embargo, cumplir las especificaciones técnicas de los productos y de los espacios de trabajo es importante pero no siempre es suficiente. Hay aspectos difíciles de cuantificar que influyen en el proceso de diseño y/o selección de una máquina o un producto… Por ejemplo, una máquina herramienta puede cumplir todas las especificaciones técnicas de la normativa vigente sobre seguridad, y, a pesar de ello, ser percibida por el operario como insegura. En consecuencia, el operario estará poco preocupado por producir y muy preocupado por su seguridad; la cual percibe puesta en peligro por la máquina. El problema ha recibido poca atención. En consecuencia, no existen procedimientos estándar para seleccionar, analizar y comparar la percepción que los usuarios tienen de las diferentes máquinas herramientas.
Para medir aspectos percibidos por el usuario como la “seguridad”, “amigabilidad” o “robustez” de una máquina, deben tenerse en cuenta técnicas de diseño orientadas a usuario. De acuerdo con Lebbon y McDonagh-Philp [LEBBON 2000], la implicación de los usuarios se considera a través del contexto emocional de un producto dentro del proceso de diseño. En otras palabras, conocer la estructura cognitiva de un usuario observando un producto y su percepción del mismo puede aportar las especificaciones y los requisitos que dan el significado y la naturaleza funcional necesaria para tener éxito en el diseño orientado al usuario. El diseño centrado en el usuario, utilizado en el diseño de teléfonos de mesa [HSU 2000], en teléfonos móviles [CHUANG 2001], productos de uso personal [LIN 1996], en automóviles [HSIAO 1998], y en especial en la Ingeniería Kansei [NAGAMACHI1995] ofrece varias estrategias y métodos que intentan dirigirse a las necesidades y aspiraciones de los usuarios.
La semántica del producto enfatiza el lenguaje comunicativo del producto y presta atención a las relaciones y expectativas del usuario, es decir, considera al producto como un portador de mensajes, compuesto de formas, deseos, emociones o recuerdos. Luego este puede ser bonito y feo, robusto y frágil o débil.
Un objeto también se puede considerar como un signo, es un signo de lo que hace, y lo que hace le otorga significación, en la que intervienen los sujetos (Interpretante), la cosa significada (objeto) y el representante o significante (signo) . Estos participantes configuran un sistema relacional según el cual podemos establecer una serie de dimensiones:
La sintaxis establece las relaciones formales entre signos, relaciona sus partes, su forma, su orden y su composición. Ejemplo: “el centro de mecanizado vertical, construido de acero, con estructura rígida, etc.” .
La semántica relaciona el signo con su significado, nos proporciona el sentido de los objetos, subraya lo emotivo y nos proporciona denotación y connotación. Ejemplo: el centro de mecanizado inteligente, seguro, fiable y de alta tecnología , Y finalmente la pragmática , relaciona el signo con el intérprete, es la dimensión de la lógica, su usabilidad, su función, el grado de éxito, el destino. Ejemplo: sería el centro de mecanizado que cumple todos los requisitos necesarios para el trabajo y el usuario , por ejemplo de potencia entre 25/33 KW, con aceleración de 10 m/seg2, hasta 40 herramientas y con un tiempo de cambio por herramienta de 6 seg.
En la concepción y diseño de un producto, como señala Quarante se deben tener en cuenta los datos tecnológicos, la ordenación de sus componentes, la relación producto/usuario, sus prestaciones, su significación, su carga simbólica: es decir, la manera en que será aceptado, percibido y comprendido. Un producto bien pensado debería ser un todo coherente, resultante del equilibrio, de la consideración de los diferentes criterios y exigencias del problema. Si concedemos prioridad a una de las dimensiones del producto, se corre el riesgo de llegar a soluciones desequilibradas. Si primamos la dimensión sintáctica llegamos al formalismo dando valor a la geometría, la prioridad tecnológica, su organización espacial, la descripción de sus elementos. Si primamos la dimensión semántica, tendemos hacia el estilismo , seducción emocional, carga simbólica, carga afectiva, carga visual, la moda. Si potenciamos lo pragmático caemos en el funcionalismo , que equivaldría a la descripción comercial, las informaciones técnicas, las prestaciones, etc.
Tradicionalmente, las dimensiones sintáctica y pragmática están completamente desarrolladas y aplicadas en los productos comerciales, es decir, que los ingenieros tienen un conocimiento apropiado para diseñar la geometría de las diferentes piezas a ensamblar, o para seleccionar los motores adecuados para obtener una determinada potencia. Sin embargo, los métodos para implementar las dimensiones semánticas no tienen el mismo estado de desarrollo e implementación práctica. Si partimos de la presunción de que una máquina bien pensada, diseñada y fabricada debería ser un todo coherente, resultante del equilibrio de la consideración de los diferentes criterios y exigencias del problema, no podemos dejar al azar la dimensión semántica de las máquinas. Si se concede prioridad a una de las dimensiones, se corre el riesgo de llegar a soluciones desequilibradas, que pueden ser mal valoradas a priori y no consigan el éxito esperado en el mercado, por tanto, la dimensión semántica también es necesaria.
Citando a André Ricard en su libro La Aventura Creativa que parafrasea a Gilbert Simondon podemos repetir los dichos de este último:
“El progreso de los objetos técnicos se consigue por la reducción progresiva de las divergencias internas entre sus elementos estructurales. Sólo así podrán alcanzar una plena coherencia global.”
Esta necesidad de lograr una concordancia de funciones que converjan en una resultante coherente no se limita a interactividad tecnológica entre los subconjuntos que encierran los objetos técnicos. No es algo corolario propio de los objetos complejos. Es una característica que ha de poseer toda obra de factura humana para que alcance ese clímax evolutivo. Incluso ha de existir en los más elementales utensilios formados por una sola pieza monolítica. Esta convergencia se establece entonces entre sub-zonas de la propia forma. Unas sub-zonas que se comportan y tratan igual que los subconjuntos que contiene el objeto técnico. Esta concordancia entre las partes es una sinergia que lo abarca todo, desde los materiales, su consistencia, sus cualidades, hasta la forma externa. Forma que no es sino la zona operativa en la que se ejercen las diversas funciones: de maniobra, de protección, de contención, de información y además, de significación.
Es precisamente esta misma coherencia sinérgica que admiramos en las obras de naturaleza. En ellas se logra la integración y la potenciación de una plena eficacia operativa y de una máxima economía de materias y de energías. Todo ello en una obra resultante estructura/forma, armoniosa y sencilla a la vez.
Del mismo modo, cada obra artificial encierra en su futuro esa posible apoteosis conclusiva y precisamente hacia ella tienden los esfuerzos creativos constantes del Hombre. Todo sistema organizado alcanza su apogeo evolutivo cuando resulta operativa e intrínsecamente insuperable. Posee entonces, en plenitud, esa genuina coherencia global hecha de equilibrios y armonías evidentes. Toda esa contenida esencia de plenitud se destaca y se percibe, de tal manera, que su sola contemplación es la que produce la fruición estética.
Existe así una singular relación entre la perfección operativa y la perfección estética . Una íntima relación entre belleza y eficacia . Es como si la optimización de la eficacia, en los seres y las cosas, se expresara en la belleza de las formas o de sus gestos. Por ejemplo, sabemos que la hermosa morfología y los elegantes movimientos del jaguar o del tiburón encierran una tremenda eficacia. En su anatomía y sus gestos, todo es función, nada es superfluo y a la vez todo es bello. Para alcanzar su máxima eficacia, las características biológicas (los músculos, por ejemplo, o la dimensión de sus miembros) han de ser tales que logran su máximo rendimiento en el momento en que también los consideramos de máxima belleza. La carrera de un felino tullido no solo será menos rápida sino que, además, de menor calidad estética.
Esta sugerente relación que parece existir entre eficacia y perfección formal también puede observarse en la estructura misma de nuestra más íntima materia viva.
Siempre tenemos discursos que están inconexos, hablamos separadamente de estos temas. Desde hace largo tiempo en la cátedra dedicamos nuestros esfuerzos a relacionar los procesos de proyecto, las emociones, los sentimientos. Y es en este sentido también, que tratamos de comprender cuales son los caminos para incluir a estos últimos en los estudios de realidad virtual que permiten el estudio de movimientos humanos tridimensionales. Y que le den un camino cierto a la integración de la ergonomía y el diseño.
Por: d.i. Guillermo Mateo
profesor titular – cátedra de ergonomía
carrera de diseño industrial
fadu – universidad de buenos aires
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