Capítulo V – Tratamientos. Parte 1 – Clasificación de Materiales
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- El 11 marzo, 2011
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Edición adaptada por:
En base a la edición original realizada por:
COMPROMISO EMPRESARIAL PARA EL RECICLAJE
Con la colaboración de la edición traducida por:
CAPÍTULO V
TRATAMIENTO
Introducción
Luego de las mejoras en la recolección de los residuos sólidos y en su disposición final, quedan más claras las ventajas de las acciones que procuran reducir la cantidad y la peligrosidad del material que se debe enterrar. Estas acciones son llamadas de tratamiento. Las ventajas son de orden ambiental y económico. En el caso de los beneficios económicos, la reducción de costos en la disposición final es la ventaja económica más apreciable.
La necesidad de tratamiento de los residuos sólidos se debe a los siguientes factores:
- escasez de áreas para la disposición final de los residuos sólidos;
- disputas por el uso de los espacios disponibles con las poblaciones vecinas de los espacios en cuestión;
- valorización de los componentes de los residuos sólidos como forma de promover la conservación de recursos;
- inertización de los residuos contaminados.
El tratamiento de los residuos se puede hacer mediante dos procedimientos:
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¿Cuál modelo adoptar?
De los dos procesos de tratamiento de residuos sólidos mencionados, la clasificación y separación para reciclaje de materiales es la más utilizada, probablemente porque sus beneficios son más divulgados y porque además de su menor costo, permite varios grados de implantación, por ejemplo, desde un programa restringido a un barrio hasta un programa a nivel municipal.
Sin embargo, los dos modelos más que antagonistas son complementarios. Por ejemplo, con respecto a la incineración, si por un lado la separación le disputa materiales de alto poder calorífico, por otra parte, para que sea eficiente implica una separación previa de materia orgánica (que contiene mucha humedad) y de otros materiales que pueden ser perjudiciales para el incinerador.
En este Manual se hace referencia al primer proceso como “clasificación de residuos” pues es la terminología más preponderante que de hecho se utiliza en nuestro país. Estrictamente el proceso implica las dos acciones: ubicar de qué clase o tipo es el residuo (clasificar) y agrupar/apartar según tipo (separar).
En primera y decisiva instancia, los tratamientos pretenden la reducción de los volúmenes enterrados y pretenden cambios en la composición de lo que efectivamente va a ser dispuesto, logrando así, reducciones contabilizables de los costos de disposición final en rellenos sanitarios.
Salvo excepciones, los retornos financieros directos (venta de reciclables, materia orgánica o inclusive de energía) amortiguan sólo parte de los costos del tratamiento (instalación y operación). Independientemente del (de los) tratamiento(s) elegidos(s) siempre quedará un residuo que deberá tener una disposición final en relleno sanitario (Capítulo IV) |
Los dos procesos serán presentados en el siguiente orden:
- Parte 1: Clasificación de residuos sólidos
- Parte 2: Reciclaje de la materia orgánica – Compostaje
- Parte 3: Reciclaje de otros componentes:
3.1 Papel
3.2 Plástico
3.3 Vidrio
3.4 Metal
3.5 Escombros
3.6 Otros materiales - Parte 4: Incineración
PARTE 1: CLASIFICACIÓN DE RESIDUOS SÓLIDOS
1- Mercado: la clave
La separación de materiales de los residuos sólidos tiene como objetivo principal el reciclaje de sus componentes.
El reciclaje, de todos modos, no puede ser visto como la principal solución para los residuos sólidos. Es una actividad económica que se debe abordar como un elemento dentro de un conjunto de soluciones. Estas se integran en la gestión o manejo de los residuos sólidos, ya que no todos los materiales son técnica o económicamente reciclables.
La clasificación de componentes de los residuos sólidos aumenta la oferta de materiales reciclables. Sin embargo, si por parte de la sociedad no existe demanda de productos reciclados, el proceso se interrumpe, los materiales se amontonan en los depósitos y, finalmente son enterrados o incinerados como desechos.
Clasificar y separar materiales sin mercado es enterrarlos por separado.
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Antes de que una intendencia decida si va a estimular o implantar una clasificación de materiales con miras al reciclaje, es importante verificar si en la zona existen flujos a través de los cuales puedan circular esos materiales (venta o donación).
El análisis del mercado indicará cuáles son los productos de los residuos sólidos que sepodrán reciclar industrialmente. De nada servirá proceder a la selección del vidrio, por ejemplo, sea a través de la recolección selectiva o de la clasificación realizada en una planta de reciclaje, si no existe demanda para el aprovechamiento industrial de ese material.
Las asociaciones de empresas, organizadas de acuerdo con el tipo de producto fabricado, son una buena referencia en una investigación de mercado.
Siempre que sea posible, la venta de los materiales reciclables debe ser hecha a varias empresas. Esa es una manera de promover la competencia de precios entre los compradores.
Cuando la venta sea realizada por la propia intendencia, se aconseja la práctica de subastas.
Es importante recordar que existe una madurez de precios para la venta, y que esta no es igual para todos los tipos de materiales. Por lo que se aconseja la planificación de la existencia de materiales.
Es necesario contar con un local para el almacenamiento del material recolectado, dado que la fluctuación en el mercado comprador hace desfavorable el flujo continuo de salida de los materiales. Los programas que obtienen los mejores rendimientos, según CEMPRE Brasil, son aquellos que consiguen almacenar los materiales para venderlos cuando los precios están en el máximo.
2- Formas de actuación
La intendencia cuenta con tres formas para impulsar el reciclaje en su municipio, pudiendo optar por una o cualquier combinación de las tres.
La intendencia puede ser el agente:
- incentivador de acciones para el reciclaje;
- implementador de acciones para el reciclaje (a través de la recolección selectiva o una planta clasificadora);
- consumidor de productos reciclados.
Incentivar el reciclaje
La actuación de la intendencia como agente incentivador refuerza su posición como gestor del desarrollo municipal. Podrá optimizar su efectivo de mano de obra y de equipo, al mismo tiempo que dinamiza al sector privado mediante la inserción y el refuerzo de éste en las actividades de reciclaje. En un momento en que tanto se habla de tercerización y co-gestión de los servicios públicos, esa medida podría ser una más que la administración local incorpora, buscando volverse más ágil y eficiente.
Para incentivar las actividades de reciclaje de los residuos sólidos, la intendencia podrá actuar en las siguientes líneas:
- registro de depósitos (chatarreros);
- desarrollo de programas específicos a fin de disciplinar la acción de los clasificadores informales (hurgadores);
- permiso de uso de terrenos públicos municipales ociosos, como espacios para la clasificación de materiales reciclables, recolectados por iniciativa de grupos organizados de la comunidad;
- organización de campañas de donación de ropa y objetos que puedan ser reutilizados por personas necesitadas;
- creación de espacios (galpones) propicios para el trueque de objetos y muebles que la gente no quiere más. Los interesados podrían dejar las piezas en consignación, y la intendencia quedaría como única responsable de la administración de ese «mercado», o tercerizando esa actividad;
- reducción de impuestos para la implantación de industrias recicladoras no contaminantes en el municipio;
- apoyo a la organización de una bolsa de residuos industriales. Aunque la disposición de los residuos industriales no sea de competencia directa de la administración pública local, es una manera más de incentivar al sector privado para que participe en programas de Reducción – Reuso – Reciclaje, reduciendo también el volumen final de los residuos sólidos que se desechan en el municipio. Las bolsas de residuos industriales funcionan como canales directos entre una fuente generadora, que desea deshacerse de sus residuos, y una empresa o industria para la cual aquel residuo es una materia prima.
Implantar acciones para el reciclaje
Como agente de medidas directas y concretas para el desarrollo del reciclaje de residuos sólidos, la intendencia podrá actuar en las siguientes líneas:
- implantación de recolección selectiva;
- construcción y gestión de empresas de reciclaje y compostaje;
- financiamiento de los servicios de aseo urbano y programas especiales de reciclaje;
- entrenamiento y capacitación de los empleados municipales involucrados con los servicios de aseo urbano y recolección selectiva;
- institución de una coordinación municipal de reciclaje;
- institución de consorcios intermunicipales.
Consumir productos reciclados
La intendencia puede ser un agente consumidor de productos reciclados.
Las iniciativas pueden partir inclusive desde el propio poder legislativo municipal, estableciendo, por medio de normas, la obligatoriedad del uso de papel reciclado en las oficinas públicas. Antes, sin embargo, se debe proceder a un estudio de mercado para conocer si las industrias recicladoras locales tienen capacidad real para abastecer el mercado a precios competitivos. Sin esta premisa, y peor, si no existen industrias que trabajen con reciclados, se imposibilita cualquier proyecto de esta clase aunque existan leyes o decretos municipales que obliguen al uso de material reciclado en las intendencias.
Se pueden citar algunos ejemplos de materiales reciclados que podrían utilizar las intendencias en sus pedidos de rutina, tales como:
- papel reciclado, usado en las dependencias públicas como papel borrador, papel para oficios, folletos diversos, publicación del diario oficial, cuadernos para las escuelas;
- escombros de obras luego de triturados, sirven como agregado para la confección de piezas de mobiliario urbano y habitacional;
- residuos sólidos orgánicos transformados en abono orgánico mediante el proceso de compostaje, podrá utilizarse para abonar áreas verdes en parques, plazas, paseos, etc.;
- lámina (film) plástica reciclada (bolsas para residuos sólidos, negras en general), usada en el propio sector del aseo urbano (barrido de sitios públicos);
- escoria de altos hornos de siderurgia, usada en la confección de la base en la pavimentación de vías. Solución ventajosa para los municipios que tengan instalada, en su territorio o en su proximidad, una industria siderúrgica;
- goma de cubiertas viejas molidas, para asfaltar calles.
En el extranjero existen ejemplos que ilustran el poder económico del gobierno en impulsar este mercado. El gobierno norteamericano aprobó una ley que exige el uso de goma reciclada de cubiertas en la pavimentación de calles y carreteras. La inclusión de un 5% de goma triturada en el asfalto no causa ningún perjuicio operacional, y en cambio sí contribuye a aliviar a los basureros de este artículo voluminoso. Mejor todavía: ayuda a acabar con la quema incontrolada de cubiertas que contamina el aire. El gobierno del Estado de Illinois, de la misma nación norteamericana, se comprometió a comprar matrículas para autos hechas de plástico reciclado. Las compras de papel para uso de los gobiernos norteamericano y francés establecen metas mínimas de contenido reciclado, siempre que haya compatibilidad en los precios.
Algunos controles necesarios
Para el monitoreo de la recolección y la comercialización de productos reciclados son necesarios algunos controles, a saber:
- tonelaje total recolectado diariamente;
- tonelaje de material almacenado;
- tonelaje de material vendido;
- tonelaje de material desechado;
- total de horas de trabajo de los camiones;
- total de kilómetros recorridos;
- consumo de combustible.
Acciones para un programa de reciclaje:
- planificar todo el sistema;
- conocer los residuos sólidos;
- estimar los costos;
- estudio de mercado;
- contactar depósitos y fabricantes;
- ayudar en la gestión técnica y administrativa;
- acompañar el retorno de los beneficios a la comunidad.
3 – Procedimientos para la clasificación de residuos sólidos urbanos
* : “en origen” indica que es en el mismo sitio donde se generan los residuos, por ejemplo, en cada hogar, escuela, oficina, etc. |
3.1 Recolección selectiva
La recolección selectiva consiste en la clasificación en origen de los componentes que pueden ser recuperados, mediante un acondicionamiento distinto para cada componente o grupo de componentes. Por lo que cuando se realiza la recolección, ésta debe ser de tal modo que mantiene la selección que ya se hizo, no mezclando tipos de materiales.
La recolección selectiva debe estar basada en el trío:
- Tecnología, para efectuar la recolección, clasificación y el reciclaje.
- Información, para motivar al ciudadano.
- Mercado, para que absorba el material recuperado.
Requisitos para que haya recolección selectiva:
- debe existir un mercado para los materiales reciclables;
- el ciudadano debe estar conciente de las ventajas de los costos y debe querer cooperar.
La operación de recolección selectiva puede ser:
- domiciliaria, realizada por un camión pasando semanalmente, o periódicamente, recolectando alguna clase de materiales. Esta operación se la identifica como Preclasificación Domiciliaria;
- a través de Puestos de Entrega Voluntaria (PEVs), consistiendo en recipientes especiales, cajones ó contenedores de diferentes formas y colores, instalados en puntos estratégicos donde la población pueda llevar los materiales previamente separados, según se muestra en la Figura 1.
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La recolección selectiva en Uruguay
Según el relevamiento realizado por el Proyecto de Clasificación y Reciclo de Residuos Sólidos, de la Intendencia Municipal de Montevideo y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo63, en el Uruguay existen o existieron las siguientes experiencias de preclasificación domiciliaria:
El análisis comparativo de las experiencias de Montevideo y el resto del país, que en el documento del proyecto citado se expone, es el siguiente:
“Se perciben diferencias en las motivaciones para iniciar las experiencias en Montevideo y en el interior. En la capital surgen organismos (públicos o privados) que promueven la organización de los diferentes actores para desarrollar prácticas en torno al residuo. Es de destacar que aquí los actores pertenecen a diferentes sectores sociales, y que ha de llevarse a cabo un proceso de relacionamiento entre los más pobres y los vecinos de clase media o media-alta. Este proceso es el que inicia la ONG, acompañando luego la experiencia hasta su finalización.”
“En el interior, en cambio, son los mismos vecinos que se organizan en grupos voluntarios para llevar a cabo acciones de mejoramiento de su medio ambiente. Ellos involucran luego a los respectivos organismos públicos de limpieza urbana para colaborar con su iniciativa, de los que obtienen diferentes respuestas. La relación es más directa vecinos – municipio, o sociedad civil – Estado, y muy ocasionalmente aparece la pobreza o los sectores marginados como actores del sistema o integrados al manejo del residuo. En todo caso, se asigna al empleado municipal recolector la tarea de clasificación.”
En Montevido la existencia de clasificadores como presencia de los sectores más pobres de la ciudad, introduce un nuevo relacionamiento entre los vecinos y el municipio, en torno al manejo del residuo. Si bien ni uno ni otro es directamente responsable de la pobreza, surgen diferentes respuestas solidarias a su situación. La clasificación domiciliaria es una tarea de los vecinos que permite desarrollar esa solidaridad, combinando la mejora del medio ambiente con cierta mejora en las condiciones de trabajo de los del carrito”.
En el interior no se ha desarrollado la asociación entre basura y pobreza, ni la clasificación y reciclado de residuos como una estrategia de sobrevivencia. Los pobres mantienen otras formas de solidaridad que sostienen su dignidad, mientras en Montevideo, desde las condiciones de vivienda hasta las formas de alimentación muestran la degradación humana a la que ha llegado la pobreza.
Por último, tanto en el interior como en Montevideo, se percibe una alta participación del sistema educativo en las propuestas que se vinculan al cuidado y mejoramiento del medio ambiente. Tanto en las Escuelas, Colegios, Liceos y Universidad, los profesores y/ o maestros se motivan en estos temas, integrando en Montevideo en varias oportunidades a los clasificadores como parte de la propuesta de reciclar para cuidar el medio ambiente.
Es importante el seguimiento del desarrollo de esta “cultura del reciclado” en el interior, ya que existe una alta potencialidad de estas experiencias para vincularlas a nuevos proyectos.”
La recolección selectiva en Brasil
En 1994, el cuestionario IPT/CEMPRE sobre residuos sólidos, constató la existencia de 82 programas de recolección selectiva operados por las intendencias. Estos programas se concentran en los estados de São Paulo (26 programas), Rio Grande do Sul (12), Paraná (8), Minas Gerais (8), Santa Catarina (7), Bahia (4), Pernambuco (4), Rio de Janeiro (4), Espírito Santo (2), Paraíba (2), Acre (1), Brasilia (1), Goiás (1), Mato Grosso do Sul (1), Pará (1). Casi todos estos programas fueron iniciados a partir de 1990, y la tendencia es de crecimiento.
Estos programas de recolección selectiva, detectados por el cuestionario, son encontrados tanto en pequeñas comunidades, como también en las mayores capitales del país. El cuadro que sigue indica el número de municipios con recolección selectiva, en relación con la faja poblacional.
Para evaluar el desempeño de estos programas, CEMPRE Brasil desarrolló desde 1992 hasta el final de 1994, una línea de investigaciones llamada Ciclosoft, que contó con la colaboración de las prefecturas de ocho ciudades. Fueron hechos relevamientos hasta esa fecha en: Curitiba, Florianópolis, Porto Alegre, Salvador, Santo André, Santos, São José dos Campos y São Paulo.
Ciclosoft compiló una media entre estas ciudades, de la composición de los reciclables separados por las comunidades que participaron de los programas. El ítem mayor fue el conjunto papel/cartón; sin embargo, lo que más crece con el tiempo es el plástico. Dentro del ítem plásticos rígidos, fue hecha una subdivisión de los tipos de resinas encontradas.
Un punto bastante desanimador es el poco impacto de estos programas. La tasa de desvío (la proporción de residuos de los barrios donde hay recolección selectiva que es efectivamente reciclada por el programa) es de 4.6% en peso. El valor máximo encontrado fue de 10.7%. CEMPRE Brasil estima el potencial máximo en 25%, teniendo en cuenta que cerca de la mitad de los residuos sólidos urbanos brasileros están compuestos por materia orgánica.
Otro resultado concluido por el Ciclosoft fue el alto costo de los programas. El costo medio, medido por tonelada recolectada, es de US$ 240. El ingreso medio por tonelada vendida es de US$ 30. Por lo tanto, los programas de recolección selectiva están lejos de ser lucrativos para prefecturas; por el contrario, por cada US$ 10 de gastos en ellos, el ingreso medio es de US$ 1,30.
La economía en el vertedero, o en el relleno, es poca por dos motivos: primero, porque la tasa de desvío es baja, y segundo porque el costo de operación del vertedero (en la mayoría de los casos) o del relleno es muy bajo.
Es importante resaltar que en este análisis de Ciclosoft no fueron considerados las ventajas en la educación ambiental y en los cambios de comportamiento por los consumidores.
Estos retornos no son medibles en términos económicos y duran años después de la implantación.
Enfoque económico-financiero de la recolección selectiva
Desde el punto de vista estrictamente financiero, la viabilidad de un sistema de recolección selectiva se puede determinar a través de un análisis costo-beneficio. Se clasifican los costos en: costos de capital y costos de operación y mantenimiento (costos de O&M).
Los costos de capital comprenden terrenos, instalaciones, vehículos, conjuntos de recipientes para la recolección selectiva, proyecto del sistema y demás costos iniciales.
Los costos de O&M comprenden: salarios y cargas sociales, combustibles y lubricantes, agua, energía, seguros, permisos, mantenimiento, administración, propaganda, servicios de terceros, alquiler y contratación de equipos, etc.
Los beneficios se clasifican en ingresos y ahorros. Los ingresos son el resultado de la venta de los materiales recolectados. Los ahorros corresponden a la reducción en el costo de traslado y disposición final de esos materiales. Cuanto más materiales se desvían del relleno, mayor es el ahorro para la intendencia.
El análisis de costo-beneficio se hace de la manera siguiente:
- se determina el período de tiempo que se debe contabilizar (generalmente, un año);
- se determina la vida útil del emprendimiento, expresada en número de períodos;
- para cada período se proyectan los costos de O&M y los ingresos esperados. El resultado líquido de cada período se transfiere al valor de la época en que la inversión inicial (costos de capital) fue realizada.
- se compara la relación entre la suma de los ingresos y la de los costos involucrados.
Midiendo las ganancias de la recolección selectiva
Como la meta principal de un programa de recolección selectiva es la reducción de la cantidad de residuos sólidos enterrados, es importante medir su impacto. El número que resulta de ese cálculo se llama “tasa de desviación de residuos sólidos”.
Para calcular la tasa de desviación de residuos sólidos, se debe usar como base la generación de residuos sólidos domiciliaria de los barrios donde hay recolección selectiva.
Una vez obtenido el total de los residuos sólidos recolectados, normalmente generados por esos barrios, se debe comparar esa cifra con el total recolectado por el programa especial, de la siguiente forma:
La media brasilera, ponderada por CEMPRE Brasil, entre 1992 y 1994, en ocho ciudades, es de una tasa de desvío de residuos sólidos de 4.6% en los barrios donde había recolección selectiva. Esta cifra se refiere a la recolección oficial de reciclables, no incluyendo la recolección informal por los hurgadores en la calle. En el caso de los hurgadores, la tasa de desvío en algunas ciudades es cuatro veces mayor que la media citada.
Esta tasa de desvío informal, sin embargo, incluye residuos que el camión de la intendencia no consigue levantar porque, normalmente, los hurgadores tienen acceso a los materiales antes. Por lo tanto, es dificil calcular la tasa de desvío cuando hay clasificación informal.
Es importante observar que el análisis costo-beneficio no es el único indicador de factibilidad, ya que no toma en cuenta los beneficios sociales y ambientales que derivan del reciclaje.
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