Capacitación en Lombricultura
- Creado por admin
- El 1 enero, 2000
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Sobre la base de un análisis de temas frecuentes o que se reiteran en el foro surge un listado entre los que sobresalen inquietudes referidas a la identidad de las lombrices en si, observándose que muchos visitantes del sitio no tienen en claro cuales son las especies mas utilizadas en los cultivos, desconociendo a menudo aspectos generales de la bio-ecología de los animales que la mayoría de los visitantes da por descontado y en consecuencia a menudo no responde a las inquietudes que plantean quienes recién se inician, razón por la cual permanece cierta “luz confusa” generadora de sombras sobre la actividad. Así aparecen pedidos de socorro por cuestiones que no debieran preocupar y simultáneamente pasan desatendidas cuestiones que requieren intervención para paliar males mayores.
El tema de los manuales, cursos e información para iniciarse parece ser asimismo una inquietud compartida. El nivel de información que se detecta, con demasiada frecuencia, no se halla adecuadamente actualizado, lo que es particularmente manifiesto en los aspectos numéricos de la lombricultura (relacionable con reimpresiones de literatura de mas de una década) y que tienen efectos negativos para avanzar hacia una lombricultura que asegure un marco de calidad tanto por la selección, utilización y acondicionamiento de los materiales, como por el control de procesos (compostaje, vermicompostaje) y productos (humus, lombrices y derivados).
Información, conocimiento y su articulación con la práctica se relacionan con un tema central: la capacitación.
Actualmente existe una sobreoferta de propuestas de capacitación, de las cuales solo pocas son de calidad. El espectro es amplio: vaya como ejemplo un marketing calificable al menos como curioso, promocionando un curso de lombricultura con un lema “por lombricultores y para lombricultores” en el cual pareciera residir la “excelencia” del mismo, contraponiéndolo a los cursos dictados por profesionales, plantea un enfrentamiento inexistente, basándose en una supuesta falta de práctica por parte de estos. Otros promocionan un curso “con manual incluido” y la mayoría de las veces ese manual termina siendo una fotocopia del trabajo de un colega al que se le escamotean los derechos de autor. La falta de información hace que el alumno pague por el curso mas que el que lo diseñó (con libro original incluido). Esta y otra información se recoge de algunos de los alumnos de estos capacitadores, cuando concurren después a nuestros cursos. La confusión llega al punto que mas de una vez los alumnos ignoran quien fue el capacitador, relacionándolo con el autor del libro plagiado. Otro capitulo merecen los capacitadores relámpago (puesta en escena de una mañana) que por sumas nada módicas brindan información carente de todo sustento.
En definitiva, el tema merece algunas apreciaciones, razón por la cual iniciamos la discusión de temas polémicos con el de la capacitación.
La capacitación en lombricultura, como en cualquier otra franja del saber o quehacer, requiere un capacitador capacitado, lo que implica también una compenetración con los aspectos prácticos, tal como efectivamente se observa en la mayoría de nuestros colegas. Me he referido a esta cuestión con anterioridad en un artículo (Schuldt y Sosa, 2001) pero no esta de mas rescatar algunos conceptos.
La capacitación es necesario sea vista como un proceso permanente y continuo que requiere un entrenamiento y predisposición que en el ámbito profesional se halla incorporado naturalmente, aunque no sea exclusivo de ese estamento. Prueba de ello es que existen sin duda buenos cursos a cargo de idóneos. No obstante, los cursos no son las únicas instancias de capacitación-actualización, desempeñando un rol importante simposios, congresos, jornadas y foros de discusión en torno a cada actividad. La lombricultura no escapa a esta regla, interesando el posicionamiento del capacitador en ese marco. El caudal de información existente, la creciente tecnificación, la necesidad de adecuación e integración de flujos materiales para responder a estandares complejos y conformar una calidad exigida, favorece sin duda a los profesionales (agrónomos, biólogos, bioquímicos, veterinarios, etc.) y técnicos calificados en desmedro del idóneo. Para que esto no sea visto como una simple aseveración basta con analizar la evolución de la lombricultura en la región desde comienzos de los 90.
El perfil de esa lombricultura fue principalmente fruto de pioneros pragmáticos, con escasa ingerencia de los profesionales de la bio-ecología. El que esa senda se transformara en carretera no puede desvincularse de la participación creciente de estos, sin que signifique renegar de quienes abrieron camino. Los cambios debidos a los supuestos “teóricos” son sustanciales y se explican en el marco de investigación, transferencia y docencia, funciones que llevan a cabo principalmente instituciones tales como Universidades, INTA, Institutos.
En los 90 el compostaje se efectuaba principalmente en condiciones anaeróbicas, determinando una merma sensible en la calidad del producto (humus), con menor cantidad de materia orgánica y floras microbianas desbalanceadas. Aspectos subsanados con el compostaje aeróbico prevaleciente en la actualidad.
En los 90 la cantidad de lombrices requeridas por siembra oscilaba entre 15.000 a 25.000 lombrices/Lecho cuando las condiciones eran optimas, requeriéndose hasta 50.000 lombrices/Lecho en circunstancias adversas y pocos se atrevían a proponer subdivisiones invernales de los lechos. Hoy, en cambio, las siembras se efectúan con 4.000 a 10.000 lombrices/Lecho y las subdivisiones se realizan en cualquier estación. El impacto sobre la actividad fue tremendo: el costo de una siembra se redujo casi a una décima de su valor en menos de una década. Es más, hasta hace poco menos de 5 años, no contábamos con una técnica confiable para relevar los aspectos cuantitativos relativos a poblaciones de lombrices (Schuldt y otros, 1998). Recién entonces se facilitó un abordaje de aspectos que hacen al manejo de las poblaciones (fecundidad, potencial reproductor, capacidad de porte para distintos sustratos/dietas)(Schuldt y otros, 1999).
Resulta así que pudimos sobreponernos a algunas desilusiones y asumir que nuestras lombrices, en el caso de Eisenia foetida no eran fruto de un raro sortilegio de laboratorio del cual emergió Lumbricus híbrida (Ferruzzi, 1987), una especie no sólo inexistente, siquiera oriunda de California, sino de los estercoleros del Viejo Mundo (Eurasia). Eso si: era y es roja. Para colmo descubrimos que tampoco vivía 16 años (vive 4,5 años en condiciones de laboratorio y posiblemente poco mas de uno a la intemperie). Sigue siendo prolífica, pero ya no esperamos 21 lombricitas por cocón y aunque pueda darnos hasta 9, nos conformamos con una eclosión media de 2 a 4 juveniles.
Sobre la base de la experiencia en capacitación en los últimos 10 años y a lo largo del dictado de 29 cursos de lombricultura, comprendiendo tanto alumnos que se inician como con experiencia con vermicultivos (es decir lombricultores) se observa que los idóneos suelen ser muy apegados a recetas, con las cuales soslayan muchas veces bases biológicas, o que bien son aplicables solo en marcos restringidos de la actividad y en consecuencia se agotan ante algunos de los problemas que naturalmente pueden aparecer. Contrariamente, el capacitador profesional suele fundamentar la práctica en la realidad bio-tecnológica, apuntando mas a los por que, como y para que, con la idea de proporcionar herramientas que permitan una toma de decisiones autónoma fundada en la integración apropiada del conocimiento con la práctica. Es decir lejos del marco de una receta. Ejemplos abundan: trate de convencer a un lombricultor con algún tiempo en la actividad de que el agua no es un problema para las lombrices, aunque le explique la conformación del aparato excretor con que cuentan las lombrices, seguramente le dará mas crédito a un manual que leyó hace mas de una década y que afirmaba que la inmersión en agua las mata en segundos, privándose de este modo de la posibilidad de aprovechar la humedad como factor incidente sobre la frecuencia del acoplamiento.
Si nuestro entorno no fuera tan atípico en muchos aspectos, apegado mas de una vez al mundo del revés, este artículo podría haberse obviado, ya que en definitiva, las cuestiones contrapuestas se correlacionan y resumen con lo que debe hacerse cuando la salud flaquea: ¿consulta al médico o al curandero? Doy por descontada su opción, máxime considerando que el médico además de ser el indicado seguramente también le cobrará menos por la consulta, y a largo plazo, con seguridad, resultará mucho menos oneroso.
Este artículo tiene por destinatario al que se inicia en la actividad o pretende progresar en ella, con lo cual nos involucramos todos. Recuerde: hay muchas ofertas de capacitación y el precio no siempre refleja el nivel de la misma, piense que con aranceles entre 15U$S y 60U$S puede acceder a los mejores cursos, con profesionales y técnicos reconocidos en el ámbito de las Universidades, el INTA, Institutos y entidades que brindan una referencia seria. Conozca los antecedentes y la experiencia de los capacitadores y no se conforme con el rótulo de “lo capacita la empresa” y huya si le ofrecen acceder a secretos que no existen a los fines prácticos en la lombricultura, aunque falte recorrer algún camino. Evalúe donde cacarea una gallina por un huevo solitario y establezca la presencia de algunos peces que producen en silencio miles de ellos. Suerte y no sea víctima de la propaganda.
BIBLIOGRAFIA CITADA
FERRUZZI, C., 1987. Manual de Lombricultura. Ediciones Mundi-Prensa, Madrid, 138 págs.
SCHULDT, M., RUMI, A., L. GUARRERA, y P.H. de BELAUSTEGUI, 1998. Programación de muestreos de Eisenia foetida (Annelida, Lumbricidae). Adecuación a diferentes alternativas de manejo. Rev.Arg.Prod.Animal 18(1):53-66.
SCHULDT, M., A., RUMI, P.H. de BELAUSTEGUI, y M.C. DAMBORENEA, 1999. Potencial reproductor de Eisenia foetida (Annelida, Lumbricidae) y estructura poblacional del lombricultivo. 14º. Congr. Lat. Cs. Suelo –CLACS-99 (Pucón, CH; nov. 99; versión CD), VI-4: 4 págs.
SCHULDT, M. Y D.A. SOSA, 2001. Lombricultura en Argentina y algunas proyecciones para América Latina. engormix.com (Colaboraciones), 6 págs.
(*) Zoólogo, Consultor. Desde 1990 a la actualidad ha realizado tareas de investigación, transferencia / extensión y docencia relativas a lombricultura. Resultan de esta actividad 19 publicaciones (entre ellas 2 libros), mas de 20 presentaciones en congresos y reuniones (en el país y el exterior), desarrollando 29 cursos (4 de ellos Internacionales) y otras instancias de capacitación sobre lombricultura.
Dr. Miguel Schuldt (Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP; Conicet)*
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