Mediciones de Gas Radón en el Interior de Viviendas de la República Argentina
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- El 1 enero, 2000
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INTRODUCCION.
El ser humano siempre ha estado expuesto a distintos tipos de radiación, mayoritariamente originadas por fuentes naturales (1,2).
Nos exponemos a la luz visible que llega del sol pero también lo hacemos con la radiación cósmica que llega del espacio exterior y que no podemos detectar con nuestros sentidos. Esta exposición siempre ha existido y es imposible evitarla.
Otras fuentes de radiación natural, de la misma familia que la radiación cósmica, son las denominadas fuentes terrestres, originadas por elementos radiactivos como el uranio que, en distintas concentraciones, se encuentra en los suelos y las rocas.
Estas fuentes terrestres son responsables de la mayor parte de la exposición de origen radiactivo natural recibida por el hombre.
En los últimos años se ha determinado que la fuente de radiación de origen natural que más contribuye a la dosis efectiva recibida por el ser humano es un gas (incoloro, insípido e inodoro) denominado radón. Se ha estimado que el radón y los radionucleidos resultantes de su desintegración -conocidos como progenie del radón- contribuyen aproximadamente con la mitad de la dosis efectiva recibida de la totalidad de las fuentes naturales. La mayor parte de la dosis debida al radón proviene de su progenie. (Figura1).
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RADIACTIVIDAD NATURAL 87% ARTIFICIAL 13% Figura 1 |
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Exposición promedio del hombre a fuentes naturales y artificiales |
El radón se presenta en dos formas principales: el radón-222, uno de los radionucleidos presentes en el proceso de desintegración del uranio-238 (Figura 2)., y el radón 220 producido en las series de desintegración del torio-232. El radón-222 es unas 20 veces más importante, desde el punto de vista radiológico, que el radón-220.
Por otro lado, la exposición ocupacional de mineros a altas concentraciones de radón y sus isotópos descendientes ha sido correlacionada con la inducción de cáncer de pulmón en varios grupos de trabajadores (3). Esto ha llevado a la creación de normas / recomendaciones que limitan la exposición de los trabajadores (4).
El gas radón fluye de los suelos, rocas y aguas, dispersándose en la atmósfera pero si entra en los edificios con poca ventilación, su concentración puede aumentar. El radón se encuentra en el aire que respiramos y se desintegra para formar otros átomos radiactivos que, al ser inhalados, pueden alojarse en el pulmón e irradiar el tejido.
Teniendo en cuenta todo el planeta, la dosis de radiación promedio debida a este gas es de 1,3 mSv en un año, aunque en las zonas ricas en radón las dosis pueden ser varias veces más altas (1).
Dado que el uranio se encuentra en todos los suelos y que el radón se origina por el decaimiento radiactivo natural de ese elemento, el radón, como gas radiactivo, también se encuentra en todos lados. Normalmente se mueve a través de la corteza terrestre hacia la atmósfera y penetra en una casa a través de poros o fisuras en pisos y paredes y por los espacios mal sellados alrededor de cañerías. También puede ser liberado directamente por los propios materiales de construcción de la vivienda, por las aguas subterráneas con origen en pozos profundos, por puertas y ventanas, etc. (Fig. 3)
Figura 3
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Estas dosis de radiación pueden reducirse fácilmente sobre todo impidiendo la entrada de este gas en los edificios o ventilándolos en forma adecuada.
Lo expresado hasta aquí indujo la inquietud de conocer los valores de concentración de radón en viviendas de diferentes ciudades de nuestro país, de manera de poder estimar la exposición de la población (5,6).
MATERIALES Y METODOS.
Las mediciones de radón fueron realizadas utilizando detectores pasivos de trazas nucleares con períodos de exposición prolongados (7,8). Asimismo, como método de “screening” , se utilizaron detectores “electrets” (9) y monitores de carbón activado (10), con el fin de obtener mediciones relativamente rápidas de la concentración de radón. Los dispositivos fueron calibrados en una cámara de referencia en la cual se mantienen condiciones controladas de concentración de radón, sus descendientes, temperatura y humedad. Cabe señalar que con este tipo de detectores se mide el valor integrado de la concentración de radón durante un período aproximado de tres meses. Se ha visto que las mediciones instantáneas en distintas horas del día y en el año varían en alto grado de acuerdo a las condiciones de ventilación de las viviendas (1).
UBICACIÓN DE LAS VIVIENDAS MONITOREADAS.
Desde el punto de vista geológico, las ciudades elegidas de las distintas provincias presentan diferentes características:
Mendoza: zona uranífera |
Santiago del Estero: zona termal |
Corrientes y Chaco: placa de Brasilia |
Córdoba y San Luis: sierras pampeanas |
Río Negro y Chubut: zona andina y atlántica |
Santa Fe: llanura pampeana |
Buenos Aires: terreno sedimentario (zona de mayor población) |
RESULTADOS Y CONCLUSIONES.
Como se puede observar, los promedios de las concentraciones de gas radón en distintas ciudades de la Argentina varían entre 25,7 Bq/m3 y 49,6 Bq/m3 con un promedio en todo el país de 36,3 Bq/m3. El mayor porcentaje de viviendas medido (71%) se encuentra en el rango de concentraciones de radón más bajo, de 0 a 40 Bq/m3, son muy pocos los valores por encima de 200 Bq/m3 .(Tabla 1).
La concentración de radón promedio en el interior de viviendas de distintos países oscila entre los 8,7 Bq/m3 (Australia) y 190 Bq/m3 (Alemania), con un promedio ponderado de 40 Bq/m3 para todos los países considerados (1).
Considerando la concentración promedio de radón en el interior de viviendas medida en nuestro país y aplicando un coeficiente de conversión igual a 25 µSv
a-1 por Bq m-3 (1), la dosis efectiva media anual sería del orden de 0,9 mSv.
La Norma Básica de Seguridad Radiológica indica que cuando la concentración promedio anual de radón en interior de viviendas exceda los 400 BqIm3 se deben adoptar soluciones de ingeniería para ventilar los ambientes y reducir la emanación del gas (11).
Por ello, en base a los resultados obtenidos hasta el momento, puede concluirse que los niveles de radón en el interior de las viviendas monitoreadas se encuentran en valores aceptables para la población, no ocasionando riesgo radiológico significativo.
Tabla 1
REFERENCIAS.
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1.- UNSCEAR, United Nations Scientific Committee on the Effects of Atomic Radiation,
2000 Report to the General Assembly, with scientific annexes, Vol.1, Annex B.
United Nations Sales Publication, Sales No. E.00.IX.3, ISBN 92-1-142238-8
United Nations, New York, 2000. -
2.- Oliveira, Antonio A.; AMBIENTE Y RADIACION; Manual del Curso de Posgrado en Protección Radiológica y Seguridad Nuclear; ARN, UBA, OIEA, 1997.
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3.- Committee on the Biological Effects of Ionizing Radiations (BEIR VI). Health Effects of Exposure to Radon. United States National Academy of Sciences, National Research Council. National Academy Press, Washington, 1998.
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4.- ICRP. International Commission on Radiological Protection. Protection against radon-222 at home and at work. Annals of the ICRP 22(2). ICRP Publication 65. Pergamon Press,
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Oxford, 1993.
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5.- Gomez, J.C., A.A. Oliveira, M.I. Arnaud et al. Radon in dwellings in Argentina. p. 391-400 in: Proceedings of the International Conference on High Levels of Natural Radiation, Ramsar, 1990. IAEA, Vienna, 1993.
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6.- Arnaud M.I., Canoba A.C. López F.O., Oliveira A.A.; Mediciones de gas radón en el interior de viviendas de la República Argentina, SEGURIDAD RADIOLOGICA, Revista de la Sociedad Argentina de Radioprotección (SAR), Nº 16, 1997.
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7.- George A. C. and Breslin, A. J. Measurements of environmental radon with integrating instruments, Workshop on Methods for Measuring Radiation In and Around Uranium Mills, Hardward, E. D., Ed. (Atomic Industrial Forum, Washington).1977.
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8.- Urban M., Binns D. A. C., Estrada, J. J., Radon Measurements in Mines and Dwellings, KfK 3866, CNEN 1101, 1985.
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9.- Kotrappa P., Dempsey, J. C., Hickey, J. R. and Stieff, L. R., An Electret Passive Environmental 222Rn Monitor Based On Ionization Measurement, Health Physics 54, 1, 47-56, 1988.
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10.- Canoba A.C., López F.O., Oliveira, A.A.; Radon determination by activated charcoal adsorption and liquid scintillation measurement; Journal of Radioanalytical and Nuclear Chemistry, vol. 240, Nr. 1, 1999.
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11.- ARN. Autoridad Regulatoria Nuclear, Norma Básica de Seguridad Radiológica, AR 10.1.1, Rev. 3, 2001.(Aprobada por Resolución del directorio de la ARN Nº 22/01 y publicada en el Boletín Oficial del 20/11/01).
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