Misiones puede suplantar a Añá Cuá
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- El 17 agosto, 2006
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Fortalezas y Debilidades del Proyecto Añá Cuá, o de ampliación de Yacyretá
El denominado Proyecto Añá Cuá (pozo o cueva del diablo, en guaraní), es en realidad una lógica ampliación de la mega Central Hidroeléctrica de Yacyretá, cuya construcción permitirá aprovechar el importante volumen de agua que hoy se escurre por los vertederos.
Sin duda es una ampliación de obra sumamente interesante desde el punto de vista técnico y económico, cuya concreción –en un marco de cuidadoso manejo de los costos, de cumplimiento estricto de las formalidades legales y administrativas pertinentes, y de prudente asignación de recursos- será muy beneficiosa para las Dos Altas Partes Contratantes (los Estados Nacionales de Argentina y Paraguay).
Uno de los factores técnicos que favorece la ecuación económica es el elevado índice de utilización que previsiblemente tendrá Añá Cuá, pues con niveles de caudales medios y altos, será constante e importante el flujo de agua que se canalizará a las turbinas de esta ampliación de Yacyretá.
Para entender mejor el párrafo precedente, y en lenguaje más llano, todas las turbinas de Añá Cuá podrán trabajar a alta o plena potencia muchas horas – año; lo cual no sucede en todos los proyectos hidroeléctricos, dependiendo ello de la variación de los caudales y eventualmente de la capacidad de almacenamiento de agua del vaso de la presa. Con un costo de construcción que no se desmadre como sucedió con la obra principal de Yacyretá, el costo por KWh de Añá Cuá será muy competitivo.
Pero en contrapartida a tan valederas positividades técnicas y económicas, la concreción de Añá Cuá está teniendo serios inconvenientes de entendimiento entre ambos Estados. Dichos desentendimientos obedecerían a complicaciones de coordinaciones políticas entre ambas partes: a algunas rispideces suscitadas en torno a la construcción, pagos y pasivos de Yacyretá; a diferencias entre las políticas y las urgencias energéticas entre las partes; y también a algunas ideas distorsivas respecto a la titularidad de Añá Cuá, y la consecuente apropiación de las rentas esperables de esta obra anexa a la principal, que sin duda es Yacyretá.
Es bien conocido y previamente aceptado el principio legal según el cual en un recurso fluvial de soberanía compartida entre los Estados de ambas orillas, toda la producción generada por una obra hidroeléctrica binacional pasa a ser un recurso compartido en partes iguales. Al respecto, no se entra en engorrosas disquisiciones respecto a la porción de soberanía del tramo del curso de agua que corresponde a cada Estado, para inferir de dicha porción o porcentaje de soberanía cuanto porcentaje de energía corresponde a cada uno. Directamente toda la generación es dividida salomónicamente en partes iguales, zanjándose de ese modo desgastantes e interminables potenciales discusiones por el tema.
Pero sucede que algún sector de opinión de la hermana República del Paraguay, o algunos tecnócratas con acceso a sectores con influencia o poder de decisión, habrían dejado trascender la peregrina idea en base a la cual sostendrían que dado que Añá Cuá se encuentra en el lado paraguayo del río, esta ampliación de Yacyretá sería –muy erróneamente- de exclusiva propiedad del vecino país.
Evidentemente, ese criterio choca con el fundamento básico de la binacionalidad de la obra principal, y siendo Añá Cuá un agregado o anexo de aquella, debe sin duda correr la suerte de la obra base o principal. Por otra parte, eso fue lo sostenido por el Ing. Debernardis, por muchos años el “alma mater” del desarrollo hidroeléctrico paraguayo, quien en una jornada técnica realizada en Posadas hace poco más de una década, sostuvo enfáticamente el concepto que “cada molécula de agua del curso del Paraná en este sector del río, es de propiedad compartida”.
En ese contexto, la capacidad conjunta de aportar potencia instalada y generación eléctrica, del conjunto de obras hidroeléctricas con estudios técnicos terminados, o en etapas avanzadas de realización -a construirse en cursos de agua interiores de Misiones-, vuelven a cobrar gran importancia geopolítica, estratégica y económica.
La reciente decisión de ampliar la capacidad de interconexión del SADI (Sistema Argentino de Interconexión) con el Subsistema Interconectado de Misiones, no debe postergar las construcciones de las obras en ríos misioneros, habida cuenta que el contexto de crisis energética nacional torna poco fiable el abastecimiento a Misiones desde Yacyretá y el resto del SADI; pues poco puede garantizar quien no posee los medios suficientes de generación, como ya ocurre y se agravará con CAMMESA (#) en el contexto crítico del SADI.
(#) CAMMESA: Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A.
La vigencia de los proyectos hidroeléctricos de Misiones
Algunos parámetros básicos advierten la lógica del razonamiento del artículo anterior.
Añá Cuá | Conjunto de proyectos en Misiones | |
Potencia instalada | 250 MW | 273 MW (*) |
Generación media anual | 2.100 GWh año | 740 GWh año (*) |
Costo total estimado | U$S 450 millones (**) | U$S 399 millones (***) |
(*) Detalle de obras en ríos interiores de Misiones.
Obra | Costo Mill. U$S | Potencia MW | Energía GWh año |
Piray Guazú 1 | 19 | 30 | 26 |
Piray Guazú 2 | 23 | 90 | 39 |
Piray Miní 1 | 20 | 67 | 41 |
Piray Miní 5 | 12 | 37 | 18 |
Saltito 3 | 5 | 9 | 1 |
Garuhapé | 10 | 40 | 15 |
Túnel del Urugua-Í | 310 | — | hasta 600 |
Totales | 399 | 273 | 740 |
Existen otros proyectos analizados, como Arroyo Del Medio, Saltito 4 y 5, Paranay, Tarumá.
(**) Costo de Añá Cuá según trascendidos periodísticos, con estimación (+ – 20 %).
(***) Costo de obras en Misiones, con estimación (+ – 20 %)
Cada alternativa –Añá Cuá y el conjunto de obras misioneras- tiene sus fortalezas y debilidades. Seguramente el costo por KWh de Añá Cuá es inferior, resultante de la sinergia con la obra principal de Yacyretá, y el mayor volumen de generación media anual, favorecido por la mayor hidraulicidad del gran curso de agua, y su régimen de caudales más regular que los ríos interiores de Misiones.
Pero la red de obras a construirse en Misiones permitirá la participación directa de empresas constructoras de menores dimensiones y mucho más modestas capacidades técnicas; con lo cual estas obras podrían dar lugar a empresas locales o regionales del NEA, las cuales no tienen escala para aspirar a dirigir obras de mayores dimensiones, como la binacional de Añá Cuá.
Además al ser varias obras, el esfuerzo financiero de las construcciones puede particionarse en el tiempo, lo cual las torna más viables.
Y el efecto multiplicador de estas obras –totalmente nacionales- podrá ser mucho mayor si se las construye con un criterio integrador, que forme parte de la red de irrigación –ya esbozada en trabajos precedentes por quien suscribe-, y de un conjunto de parques industriales y de áreas naturales protegidas; en cuyo caso el efecto multiplicador socio económico y ambiental será muy importante, y transformará significativamente la realidad y el perfil productivo provincial.
Sin duda los desentendimientos por Aná Cuá habrán de ser superados, y tampoco pueden caber dudas que las necesidades de desarrollo socio económico del Mercosur y de cada uno de sus miembros, ya hacen imperativo apelar a las diversas alternativas de producción de energía eléctrica. Por ello, en el mediano o largo plazo, tanto las obras hidroeléctricas misioneras como Añá Cuá, deberán estar prestando servicios complementariamente, generando energía eléctrica abundante, barata y limpia para el sistema de interconexión.
Los proyectos, anteproyectos y estudios misioneros mencionados fueron realizados y existen. Posiblemente el punto de la cosa pase por desempolvar archivos extraviados, para localizarlos y reflotarlos. O de haberse extraviado o sido pasto de ratas y cucarachas, bien pueden pedirse copias a las consultoras que en su momento realizaron esos trabajos.
La crisis energética actual, y los previsibles crecientes costos de los hidrocarburos, revalorizan sin duda las alternativas lógicas, como son los proyectos hidroeléctricos de mediana potencia, los cuales en países con adecuada planificación energética a largo plazo –como Brasil- han sido revalorizados dentro del contexto de crecientes costos de los hidrocarburos.
Por: Carlos Andrés Ortiz
Ex Docente e Investigador Universitario
Investigador de temas económicos, energéticos, ambientales y geopolíticos
Cursante de la Maestría en Gestión de la Energía
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