Medio Ambiente y Posmodernidad
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- El 19 noviembre, 2007
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El mundo está experimentando transformaciones fundamentales, en esta crisis ambiental o crisis social, que se están desarrollando a tasas de cambio de velocidad inédita. Este movimiento de cambio recorre aspectos centrales de la sociedad contemporánea, llega hasta sus estructuras más profundas y transforman la vida cotidiana de millones y millones de personas. El ritmo del cambio es de tal aceleración, que ofrece pocas posibilidades de ‘metabolización’ con las consiguientes dificultades de fondo en la readaptación de percepciones, pautas culturales, imágenes de la realidad e ideologías. En pocos años, se ha transformado decisivamente el escenario geopolítico universal. Por otra parte, se están produciendo vastas modificaciones en el sistema económico internacional, y la emergencia de grandes espacios geoeconómicos que condicionarán profundamente el desenvolvimiento de las próximas décadas.
A los cambios geopolíticos y geoeconómicos se suma este nuevo paradigma, que va surgiendo de pensar lo no pensado, repensar el pensamiento, des-saber lo sabido y dudar de la propia duda, de esta forma se debe reorientar para repensar la ciencia y la tecnología, desde el medio ambiente, con el fin de construir otra racionalidad y redefinir el conocimiento desde el Saber Ambiental.
La matriz tecnológica básica de la humanidad está cambiando. Los modos esenciales en que las comunidades producen bienes y servicios, los distribuyen, los marketean y losconsumen, están siendo sustituidos ante el impacto de la tasa de invenciones tecnológica más veloz de la historia. La misma ha generado en pocas décadas avances revolucionarios en campos de amplísimas aplicaciones como la informática, la microelectrónica, la biotecnología, la robótica, el managment, etc. Una dimensión clave para la difusión de los cambios se halla a su vez en plena ebullición: el mundo de las comunicaciones. En pocos años, se están produciendo transformaciones que permiten estilos de comunicación ajenos a todo el resto de la historia de la humanidad en tiempo, distancias cubiertas y mensajes transmisibles. Ello facilita a su vez la difusión y réplica multiplicadora inmediata de los cambios en las otras áreas.
Es posible visualizar en el marco de estos procesos de cambio, algunas tendencias centrales de desarrollo destinadas a impactar fuertemente todos los aspectos básicos de la vida de una sociedad ahora mundial, consecuencia de la interdependencia planetaria. La tendencia a la transformación de la humanidad en lo que se ha denominado ‘una gran aldea global’, en donde las interconexiones y relaciones de dependencia se estrechan cada vez más y se multiplican, están en pleno curso.
Una característica relevante del nuevo contexto internacional es la revalorización del conocimiento. La complejidad sólo puede afrontarse con incrementos substanciales en los stocks de conocimiento disponible por la humanidad, lo cual determina una nueva división abierta entre los pueblos; ahora es entre naciones veloces y naciones lentas, según su capacidad de reaccionar en términos de tecnología y conocimiento a los cambios estructurales en marcha en el contexto.
Desde lo local, estos nuevos escenarios y la movilización de los actores involucrados deben contribuir a elaborar una agenda estratégica ciudadana para diseñar el perfil de una nueva ‘realidad necesaria’, deseable, a partir de la inferencia de temas claves ligados a los grandes problemas de la humanidad. Una conjugación orgánica de estos factores y experiencias debieran orientar una emergencia saludable para poder asumir favorablemente los desafíos que impone una nueva civilización.
En diversas regiones del planeta se están dando en este contexto global desequilibrios brutales. En América Latina el impacto de la situación social, en el marco de un virtual colapso ambiental en muchas áreas, ha llevado al derrumbe todos los ‘muros de contención’, convirtiendo a la pobreza en la principal causa de muerte. Ese derrumbe de las defensas tradicionales ha llevado a la instalación de enfermedades epidémicas del siglo pasado, como el cólera.
Nuestro Sur necesita avanzar substancialmente en materia de conocimiento aplicado al extremadamente difícil proceso de ingeniería social que se ha abierto este fin de siglo. Esto exige llevar a cabo un proceso de construcción de ciudadanía, modificaciones en pautas culturales y rediseños institucionales, en síntesis, el desafío de iniciar una discusión orgánica y sólidamente basada sobre opciones, riesgos y oportunidades.
La sustentabilidad replantea la relación entre la cultura y naturaleza, implica parafraseando a Leff Enrique, un proceso deapropiación cultural de la productividad neguentrópica de biomasa que genera la fotosíntesis por diferentes estilos étnicos y diversos proyectos de gestión productiva de riqueza vital del planeta.
Nuestra generación debe hacer frente a los principales dilemas que enfrenta la región, de cara la nuevo milenio, elevando los umbrales de gobernabilidad, pero también construyendo un futuro deseable para todos. El país atraviesa uno de esos momentos históricos en los que, al decir de varios autores, se acaba una época y otras posibles no acaban de nacer. A la falta de representatividad de gran parte de la dirigencia política y social, se contrapone el surgimiento de innumerables movimientos sociales. El desafío es encontrar los caminos de una construcción en común, para cambiar el modelo y hacer realidad los deseos de justicia, democracia, sustentabilidad, valoración y respeto de las diferencias, rescate de las culturas y saberes, que animan a tantas ciudadanas y ciudadanos argentinos.
Se debería integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo de la vida, las habilidades, el conocimiento y los valores necesarios para un modo de vida sostenible, adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que salvaguarden las capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario y fortalecer las instituciones democráticas en todos los niveles y brindar transparencia y rendimiento de cuentas en la gobernabilidad, participación inclusiva en la toma de decisiones y acceso a la justicia. De acuerdo con Leff, debemos aprender, apropiarnos, empoderarmos, para llevar adelante un diálogo de saberes, con un firme y respetuoso compromiso ciudadano, que nos mueve a participar desde nuestras capacidades y saberes en la gestión y construcción de nuestro lugar.
Se trata de promover el debate y los acuerdos. La búsqueda devisiones alternativas, la elaboración colectiva de propuestas, de los diferentes actores sociales,la construcción de nuevos caminos, de inéditos viables.
Por: Lic. Miriam Giambuzzi
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