La Siembra Directa como sistema de producción
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- El 26 octubre, 2006
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La adopción de la Siembra Directa debe efectuarse sobre un sistema de producción en general y no como una técnica en particular para un determinado cultivo.
- El sistema de producción
En la región mixta cerealera del sur bonaerense (Tres Arroyos, Gonzales Chaves, San Cayetano y Cnel.Dorrego) el sistema que aún hoy predomina es el tradicional mixto agrícola-ganadero. Sin embargo, a través de todo el proceso de agriculturización ocurrido en los últimos 20 años se han ido definiendo áreas con mayor actividad agrícola, en muchos casos coincidiendo con aquellas de mejor aptitud de suelo.
Si bien con la tecnología actual se ha logrado una agricultura más productiva, se hace necesario ajustar y desarrollar nuevas prácticas de manejo de los cultivos para disminuír la mayor sensibilidad que ha adquirido el sistema, acusando rápidamente impactos desfavorables (climáticos o económicos) que aumentan el riesgo.
A su vez, los aumentos de la productividad de los cultivos sustentados en los avances tecnológicos (genética, agroquímicos, mecanización, etc.), han enmascarado la degradación edáfica (pérdida de fertilidad y deterioro físico de los suelos), ya que esa incorporación de tecnología en muchos casos no fue acompañada por adecuadas prácticas de conservación y manejo de suelos.
- La Siembra Directa (SD) en la región
Una definición simple de SD significa sembrar un cultivo sobre el rastrojo de un cultivo anterior, sin una gran remoción de ese suelo. Pero SD es mucho más que eso: Es una tecnología conservacionista. Básicamente apunta a preservar el componente más importante dentro de los recursos naturales como es el suelo.
Cuando hablamos de SD nos referimos a una tecnología que se aplica sobre un sistema de producción en general y no a una técnica en particular para un determinado cultivo. Es la interacción de un nuevo sistema de cultivo con el manejo del agua, del suelo, de las plagas, malezas y enfermedades, con el uso de los fertilizantes y agroquímicos. Al tratarse de un sistema de cultivo es necesario establecer una visión global para poder garantizar buenos resultados en el tiempo. En líneas generales el sistema de SD mejora el aprovechamiento del agua, protege contra la erosión, mejora la actividad biológica en el suelo y aumenta el contenido de MO, entre otras ventajas. Pero quizás la SD ha tenido mayor difusión por cuestiones operativas ya que aumenta la oportunidad de siembra, mejora la eficiencia en el uso del tiempo, reduce la cantidad de maquinarias necesarias y personal, aunque este debe estar mejor capacitado, presentando diferencias de tiempo operativo, potencia requerida y consumo de combustible con respecto a la labranza convencional.
Pero como toda actividad productiva la SD también presenta algunas desventajas como son una alta dependencia de insumos químicos (fertilizantes, herbicidas), menores posibilidades de error en sus aplicaciones, aparición o incremento de la incidencia de determinadas plagas.
Desde la introducción de la SD en la región, han surgido interrogantes vinculados con los diferentes procesos que intervienen y que nos llevan a generar conocimientos sobre la práctica de esta tecnología. El desafío es que estos conocimientos y experiencias adquiridas debemos transformarlas en criterios técnicos que permitan definir las estrategias de manejo que optimicen el funcionamiento del sistema dentro de los diferentes ambientes edafo-climáticos regionales.
Si bien la adopción del sistema de SD ha sido más tardío en esta zona comparada con otras de la región pampeana, se rescata que el crecimiento de la superficie con esta tecnología en los últimos años ha sido constante, pero fundamentalmente diversificada. Trigo pan, candeal, cebada, colza, avena como verdeo, maíz, girasol y soja han sido incorporados en diferentes esquemas productivos bajo el sistema de SD. Esto marca una gran diferencia con áreas donde la superficie en SD es muy alta pero basada en la rotación trigo/soja de 2da o monocultivo de soja.
La diversidad de suelos con que cuenta la región está ofreciendo resultados poco homogéneos en lo que hace al comportamiento de la SD. En suelos livianos, con textura franca o franco-arenosa, la incorporación de la técnica ha presentado resultados muy interesantes, mientras que en suelos más pesados (arcillosos) todavía se siguen planteando muchos interrogantes. La incorporación de la ganadería en los esquemas de SD tampoco ha podido ser totalmente descifrada. Surgen dudas respecto a la evolución de la cobertura superficial, al efecto del pisoteo por los animales y a la inclusión de cultivos forrajeros en secuencias de cultivos tradicionales.
Buscando respuestas a muchos interrogantes que se plantean con la incorporación de la SD a los sistemas productivos de la región, en la CEI Barrow se llevan adelante desde 1997, diversas experiencias. El ensayo de comparación de labranzas (SD vs.LC) está realizado para una secuencia de cultivos representativa de la región (Girasol / Trigo / Maíz / Girasol / Trigo) partiendo de dos historias de suelo diferente, suelo descansado (rotación con pastura) y suelo con una marcada historia agrícola previa. El ensayo de rotaciones en SD permite evaluar distintas alternativas de secuencias de cultivos, su efecto sobre la producción de los cultivos, dinámica de la población de malezas, enfermedades, plagas y sobre las propiedades del suelo en siembra directa contínua. Se pretende detectar las ventajas y limitantes de cada rotación elaborando alternativas o propuestas mejoradas. La importancia de contar con información local permite tener un panorama más exacto de la incorporación de la SD en un sistema agroecológico representativo de la región.
- La SD y la sustentabilidad
La SD como sistema de producción sustentable tiene en la rotación de cultivos una de las herramientas más importantes y válidas para potenciar el funcionamiento de los agroecosistemas. Es importante planificar la secuencia de cultivos a realizar en SD para potenciar sus resultados. Por lo tanto, en cada establecimiento debe plantearse una rotación considerando las características productivas de la región, como régimen hídrico, período libre de heladas, temperaturas, capacidad de acumulación de agua de los suelos y textura entre otras, para lograr todos los beneficios del sistema.
Si la SD es ajustada a las condiciones locales con un adecuado manejo agronómico, se pueden lograr rendimientos de los cultivos similares o superiores a los logrados con el sistema convencional. Incorporando diversidad a las actuales rotaciones y produciendo cultivos alternativos es posible lograr un beneficio ecológico positivo y al mismo tiempo mejorar la rentabilidad potencial de muchas empresas. El empleo de sistemas con alta cobertura de rastrojos es necesario para asegurar una adecuada economía del agua en el desarrollo de los cultivos. Si bien el empleo de una mayor diversificación aumenta los requerimientos de manejo, se logra dispersar los picos de trabajo, se optimiza la utilización del agua y se reducen los problemas relacionados a malezas, insectos y enfermedades.
Es necesario que la productividad de los cultivos y la rentabilidad de la empresa interactúen con el principio de sustentabilidad. También es importante marcar que por el solo hecho de introducir la SD en un establecimiento no se tienen todos los problemas resueltos. Es un error conceptual definir estrategias agronómicas y empresariales basadas en el análisis económico de los márgenes por cultivo, ya que a menudo nos llevan a un camino equivocado con resultados productivos en decadencia y en el largo plazo inestabilidad empresaria.
Por lo tanto es importante considerar que cuando adoptamos la SD es necesario hacerlo como un sistema de producción y aprovechar las enormes posibilidades que ofrece esta tecnología para contribuír al desarrollo de un sistema agrícola sustentable, tan importante para el futuro de la región.
Por: Ing. Agr. Horacio Forján
Fuente: INTA – Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
www.inta.gov.ar
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