La canalización del Bermejo es una obra imprescindible
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- El 29 junio, 2006
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“Este complejo de obras hidráulicas de aprovechamiento múltiple es un proyecto de muy vieja data, del cual los primeros estudios casi con certeza deben tener más de medio siglo. Inclusive existieron estudios iniciales de vinculación de las cuencas del Bermejo con la del Juramento – Salado, dentro de un vasto criterio geopolítico de desarrollo integral de una vasta zona de la mega región del Norte Grande.
A comienzos de la década del ’70, en el marco de La Argentina fuertemente lanzada a un proceso de desarrollo socio económico, el proyecto volvió a tener vigencia, siendo por un tiempo fuertemente impulsado desde el gobierno y sectores esclarecidos de la población chaqueña.
Después de un largo paréntesis en el que este y otros importantes proyectos de infraestructura fueron sepultados en el olvido, recién volvió a hablarse del mismo a fines de la tristemente recordada década menemista, cuando la supuesta “concreción” de la obra fue puesta bajo la esfera de decisión de María Julia Alsogaray. Sin duda una maniobra más de distracción política, una cortina de humo, o posiblemente un pretexto para contratar expertos internacionales a costos exorbitantes…para que hagan una simple actualización de los estudios ya realizados por profesionales criollos; y siendo conocidos los fuertes compromisos de los Alsogaray con los intereses termoeléctricos, mal podría precisamente“Marijú” impulsar decididamente este importante conjunto de obras hidráulicas.
Cabe destacar que en las décadas de olvido total de este y otros importantes proyectos, solo algunos tozudos luchadores en pro del desarrollo nacional, como el recordado y muy respetado Ing. Fuschini Mejía continuaron bregando por su concreción.
Después de los “fuegos de artificio” de Marijú respecto al supuesto“lanzamiento” de esta obra, todo volvió a quedar en el olvido; muy a pesar de las gigantescas tragedias sociales y destrucciones económicas que podrían haberse evitado o al menos minimizado fuertemente, de haber tenido construida esta obra.
Como comparación válida, el Complejo Hidroeléctrico Chocón – Cerros Colorados y todo el conjunto de obras hidroeléctricas del Comahue, evitaron las recurrentes inundaciones y sequías, que asolaban el rico y muy poblado Alto Valle del Río Negro, y los tramos medio e inferior de dicho río. Pero de esta verdad elemental, parecería que los fanáticos de la ecología no se han dado por enterados.
Y el nulo razonamiento público y consecuente necesaria difusión de estas irrefutables verdades técnicas, sin duda obedece básicamente a tres factores fuertemente negativos, los cuales han actuado conjuntamente.
a) Por una parte, los estamentos técnicos estatales respectivos han sido vaciados casi por completo de la imprescindible “masa crítica” de científicos, profesionales y técnicos ampliamente calificados, que alguna vez Argentina supo crear, convocar y poner a pensar, diagnosticar y trabajar eficientemente.
b) Por otra parte, el por lo general bajo nivel de conocimientos del tema hídrico que demuestran casi todos los comunicadores sociales, sumado a la innegable característica de liviandad conceptual y búsqueda de “temas políticamente correctos” que sin duda caracterizan a muchos de los que usualmente ejercen la función del denominado “periodismo de opinión”; completa el cuadro de situación.
c) El disolvente accionar de las transnacionales de la ecolatría, manipulando a una variable y voluble y variopinta masa de incautos, gente de desinformada pero de buena fe, cholulos deseosos de notoriedad, fanáticos dogmáticos ruidosos y potencialmente violentos, etc.; siempre prestos a oponerse a toda obra pública de envergadura y de trascendente importancia geopolítica.
Resultan difíciles de cuantificar en su enorme contexto positivo, los múltiples beneficios que con seguridad derivarán de las obras de canalización del Bermejo y su extensión al río Juramento – Salado (río que cambia de denominación en su recorrido).
Rápidamente enumerados, dichos efectos positivos serán:
- Control de inundaciones mediante un sistema combinado de presas de embalse con gran capacidad de regulación de caudales.
- Evitar o minimizar las sequías, las que suelen adquirir dimensiones apocalípticas en todo el Gran Chaco Argentina.
- Posibilitar una red de obras de regadío, para desarrollar y sustentar la agricultura y la ganadería, en una extensa región que hoy no puede explotarse debidamente por falta de suficiente agua de segura provisión.
- Eventualmente permitir el transporte de mercaderías en el Bermejo, en pequeños lanchones de bajo calado; lo cual abarataría mucho los costos de fletes hasta el Río Paraná.
- Crear importantes embalses que también podrán dedicarse a la acuicultura, la recreación y el turismo.
- Generar importantes volúmenes de energía eléctrica.
- Afirmar nuestras conexiones físicas y crear una mega región económica que se integre positivamente con el sur de Bolivia.
- Desarrollo de industrias, a partir de los precedentemente enunciados positivos efectos.
- Generar una fuerte demanda de mano de obra –con todos sus efectos multiplicadores-, al irse concretando estas obras de vastas dimensiones.
- Permitir el asentamiento y condiciones de vida digna de nuestros compatriotas, y de los bolivianos de Tarija y todo el sur de la hermana república; en esa hoy paupérrima y sacrificada extensa área de nuestro territorio y el del vecino país.
- Disminuir el 80 % del limo que permanentemente se deposita en el fondo del Paraná Medio e Inferior, en el Delta y en el Río De La Plata, por lo que se ahorrarán costosos dragados, y se evitará el proceso de desertizacion por erosión en las vastedades inundadas anualmente por el Bermejo y el Juramento – Salado.
Cabe recordar que el mismo por entonces gobernador de Santa Fe Carlos A. Reutemann, tardíamente recordó sus conversaciones con ese visionario de la geopolítica argentina, su comprovinciano Coronel Jorge Luis Rodríguez Zía, quien le había explicado los beneficios de este conjunto de obras, que entre otros efectos positivos, habría evitado la reciente y desastrosa inundación de la capital de Santa Fe y otras áreas de dicha provincia y de la alta cuenca del Río Salado.
También estas obras evitarán las pavorosas sequías y fuertes inundaciones que castigan al oeste de la Provincia del Chaco y otros tramos de la cuenca del Bermejo; de las cuales el epicentro de los desastres suele ubicarse en la localidad de J.J. Castelli, del Chaco.
Desastres reiterados de los cuales hoy nadie parecería acordarse.
No puedo omitir aquí el certero comentario que al realizarse los proceso de concursos de dos materias, en la FCE de la UNaM, en sendos procesos viciados de discriminación en mi perjuicio (tema que está en manos de la Justicia Federal), los tres integrantes del Tribunal Académico son profesores de la UNNE, con sede en Resistencia, Chaco. Y precisamente mis libros de energía con fuerte acento geopolítico, no solo fueron ignorados y soslayados como antecedentes académicos válidos, sino que también tuve que soportar comentarios con cierto dejo de ironía del Presidente del Tribunal Examinados (a la sazón ex profesor mío en misépocas de universitario) acerca del énfasis puesto en la óptica geopolítica, así como de la profusión de artículos (casi un millar) y libros (por esa época cinco de mi autoría). Claro está que los libros o artículos propios, y acerca de temas de relevante importancia regional y de fuerte connotación estratégica, producidos por esos académicos, y más precisamente por el Presidente de dicho Tribunal Examinador, parecerían brillar por su ausencia. Lo propio sucede –brillan por su ausencia- los trabajos específicos de real valía y los libros, de los docentes delárea de Economía y autoridades de la FCE de la UNaM, que de hecho orquestaron el proceso persecutorio en mi contra, en connivencia con las estructuras internas de poder.
¡Pero eso sí! Siendo Decano de la FCE de la UNNE, ese veterano profesor de economía enrolado en la vertiente económica neoliberal, promovió una disertación –evitada por los indignados alumnos de esa Facultad- del economista López Murphy, el mismo que quiso arancelar y posteriormente privatizar las Universidad Nacionales!
Por algo la discriminación doctrinal que soporté, y que terminó en mi virtual expulsión de dicha Facultad, tuvo como eje y “pecado capital” mi celosa defensa de la libertad de cátedra, en la cual mostré a los alumnos precisamente las falacias y desastrosos efectos de la aplicación de las políticas neoliberales en Argentina y en América Latina.
Nada nuevo bajo el sol, pues esos procesos persecutorios contra quienes profesamos sentimientos patrióticos y difundimos el Pensamiento Nacional, han sido constantes desde los albores de nuestra nacionalidad.
Por: Carlos Andrés Ortiz
Ex Docente e Investigador Universitario – Investigador de temas
económicos, energéticos, ambientales y geopolíticos
Cursante de la Maestría en Gestión de la Energía
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