James Cameron: de Avatar a Rey de las Gallinas
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- El 24 agosto, 2010
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James Cameron es del director de las películas de Terminator, Alien, de la exitosa Titanic, y de la reciente Avatar entre muchas otras. También ha sido nombrado el Rey de los Gallinas.
Dejando de lado las condiciones morales del Sr. Cameron –reconocido e inveterado plagiario de los argumentos de sus películas, comenzando por los scripts en “Outer Limits” de Harlan Ellison para hacer Terminator, o el argumento y desarrollo del clásico de ciencia ficción de 1957 “Call Me Joe” del fallecido Poul Anderson, para aplicarlos en Avatar- vamos a relatar las incidencias que llevaron a ser declarado el Rey de las Gallinas.
Cameron es un ardiente ecologista, como se habrán dado cuenta quienes vieron Avatar. No sólo es ardiente activista sino que también la va de matón comechicos. El pasado marzo de 2010 Cameron hizo público su desafío de debatir sobre el calentamiento global catastrófico con los escépticos que se atreviesen a enfrentarle. Había proclamado a todos los micrófonos y cámaras de TV que se pusieron a su alcance:
“Quiero llamar a todos esos negacionistas que salgan a la
calle a mediodía y tirotearme con esos cabezas huecas.”
Al más puro estilo Gary Cooper en “High Noon”, o “A la Hora Señalada” de los años 50. James Cameron debe haber visto muchas películas de John Wayne, Burt Lancaster, Kirk Douglas, Allan Ladd, o Jack Palance, amén de miles de horas de Bonanza, El Hombre del Rifle, Paladin, Laredo, y quedó impregnado de la capacidad de voltear muñecos que tenían los héroes del celuloide.
Entonces pasó de la expulsión de gases tóxicos verbales a la acción. Finalmente puso la hora y el lugar del debate donde llenaría de plomo a los negacionistas: En el cierre de la AREDAY environmental conference en Aspen, Colorado, un conferencia donde se junta la la flor, nata y crema de los multimillonarios que han descubierto que los subsidios para las energías renovables es un negocio demasiado jugoso para dejarlo escapar. Patrocinadores, entre otros: Ted Turner, el terrateniente más grande de EEUU con 1 millón de hectáreas (sólo en USA!), T. Boones Pickens, el multibillonario de la energía, y participa una miríada de activistas y personajes del utraecologismo americano, como Lester Brown (WorldWatch Institute) o la ex gobernadora de New Jersey y jefa de la EPA, Christie Todd Whitman. Es una buena oportunidad de decir: “No hagan ruido y quizás los cacemos vivos a todos.”
En el programa de actividades se mostraba el horario donde Cameron, la pistola más rápida del oeste, barrería con los osados negacionistas del cambio climático.
Debate de AREDAY del Cambio Climático: ¿Realidad o Ficción? Auditorio Paepcke, The Aspen Meadows Libre al público |
Los cándidos periodistas negacionistas invitados a caer bajo el fuego de Cameron eran Andrew Breitbart, Marc Morano, el bloguista de Climate Depot, y la cineasta Ann McElhinney, productora de la documental “Not Evil, Just Wrong”, (o “No Malvados; sólo Equivocados”). Dejemos que la Sra. McElhinney nos explique qué pasó:
En Marzo pasado James Cameron sonaba desafiante. El director de Avatar estaba determinado a exponer a los periodistas, como yo, quienes piensan que es importante hacer preguntas sobre la ortodoxia del cambio climático y las soluciones “radicales” que se proponen.
Cameron estaba ansioso de debatir el asunto y mostrarle a los periodistas y científicos escépticos lo equivocado que estaban. “Quiero llamar a todos esos negacionistas que salgan a la calle a mediodía y tirotearme con esos cabezas huecas,” dijo en una entrevista. Bueno, hace unas semanas, Mr. Cameron pareció hacer honor a su palabra.
Sus representantes me contactaron a mí y a otros dos bien conocidos escépticos, Marc Morano, del sitio web Climate Depot, y Andrew Breitbart, el reportero de noticias en los medios.
Mr. Cameron estaba asistiendo a la Conferencia Ambiental AREDAY en Aspen, Colorado, entre el 19 y 22 de agosto. Él quería que la conferencia terminase con un debate sobre el cambio climático. Cameron estaría flanqueado por dos científicos. El debate llevaría unos 90 minutos. Sería transmitido en vivo por la internet.
Esperaban que el debate atrajera una gran cobertura en los medios. “Estamos encantados de tener a Fox News, Newsmax, el Washington Times y a cualquier otro que quieran. Mientras más, mejor,” dijo uno de los organizadores en un email.
Parecía como que James Cameron realmente era un hombre de palabra que enfrentaría a los escépticos que el creía que estaban poniendo a la humanidad en peligro.
Todos de nuestro lado estuvimos de acuerdo con sus condiciones. El debate hasta fue listado en su programa de actividades. Pero cuando la fecha del debate se aproximaba el lado de James Cameron comenzó a cambiar las reglas.
Quisieron cambiar su equipo. Estuvimos de acuerdo.
Quisieron cambiar el formato a algo menos que un debate: a una “mesa redonda”. Estuvimos de acuerdo.
Quisieron prohibir nuestras cámaras del debate. Podríamos acceder a su filmación más tarde. Estuvimos de acuerdo.
De manera estrambótica, durante unos momentos, el creador de películas más famoso del mundo sugirió que no hubiese cámaras filmando –sólo se grabaría sonido. Estuvimos de acuerdo.
Finalmente James Cameron, que quería “llevar a esos negacionistas bajo el sol del mediodía para balacearlos,” decidió prohibir a los medios asistir al duelo.
Hasta quería prohibir la asistencia del público. El debate/mesa redonda sería abierto nada más que para quienes estaban registrados en la conferencia. No se permitiría la asistencia de ningún medio y no habría transmisión por la Internet. A nadie se le permitiría grabar nada.
Estuvimos de acuerdo con todo eso.
Y finalmente, ayer, justo un día antes del debate, su representante nos envió un email diciendo que Mr. “balacera” Cameron no iba a tomar parte y que el debate estaba cancelado.
El comportamiento de James Cameron hace surgir algunas preguntas. ¿Cree él genuinamente en el calentamiento global? Si él piensa que la humanidad está en peligro seguramente debatiría el asunto en cada oportunidad que tuviese. ¿O se trata únicamente de una pose.
El hombre que clamó por un debate público y abierto “bajo el sol del mediodía” súbitamente no quiere que sus políticas sean abiertas al escrutinio público.
Yo estaba ansiosa de debatir con el cineasta. Estaba ansiosa de descubrir en qué estábamos de acuerdo y en que disentíamos, y hallar una manera que ayudaría a la gente más pobre del mundo en desarrollo y en el desarrollado.
Pero eso no va a suceder porque alguien en el camino de James Cameron lo ha llevado de ser el Rey del Mundo a ser el Rey de los Hipócritas.
La cancelación del debate se anunció cuando Marc Morano estaba en vuelo a Aspen para participar del tiroteo. Resulta que James Cameron fue aterrorizado por el ultra calentólogo Joe Romm , del blog Climate Progress, para que no debatiese con los escépticos. (De paso, no hay en su blog ni la más ligera mención a este asunto. Mmm…). Me parece estar escuchando el consejo de Romm a Cameron:
“Jimmy, no debatas con los escépticos. Te harán añicos. ¿Por qué crees que siempre nos hemos negado a debatir con ellos? ¿Por qué crees que no debaten con nadie James Hansen o Al Gore? Una vez que debatimos en la Universidad de Oxford contra Lord Monckton barrieron el piso con nosotros! ¿No sabes que nuestra estrategia es no debatir jamás y adelantar nuestra agenda mediante partes de prensa que a nadie le importa si son desmentidos?”
El papelón final de la Conferencia AREDAY fue que a Marc Morano, ya que se había tomado la molestia de viajar desde Washington, le dieron el premio consuelo de una taza de café y 90 minutos para exponer sus argumentos ante los iracundos calentólogos que estaban en el auditorio. Nadie de afuera. Sólo los perros de presa. El moderador, Richard Greene, interrumpió constantemente la exposición del Power Point de Morano, mientras que desde la platea le gritaban a Morano que se suicidara aspirando monóxido de carbono. Parecen buena gente estos multimillonarios de las energías renovables sustentables.
James Cameron no parece ser del tipo de personas que maduran con el tiempo. Simplemente han comenzado a podrirse desde pequeños.
Cameron, el bocazas comechicos, después de la advertencia de Joe Romm se enfrentó a un dilema: huir del debate a toda velocidad y dejar que algunos pocos escépticos le llamaran “gallina” (nadie lo sabrá porque los medios de prensa ocultarán el incidente), o debatir con los escépticos y ver cómo su reputación de ecologista calentón se esfuma. Sólo pregúntele a Al Gore cómo le ha ido –si consiguen que salga de su escondite debajo de su escritorio.
Por: Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC
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