El hidrógeno homeopático, los biocombustiles ausentes y la hidroelectricidad omitida y tergiversada
- Creado por admin
- El 26 abril, 2007
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La Provincia de Misiones es un caso singular en muchos aspectos. Uno de ellos en particular es el que motiva estas reflexiones.
Misiones está ubicada en la Región del NEA (Nordeste Argentino), la cual junto con el NOA forman la mega región que si dio en llamar el Norte Grande.
Bajo una concepción geopolítica simplista pero efectiva, la Argentina Continental puede ser clasificada en tres mega regiones: el Norte pobre y subdesarrollado; el Centro rico, poblado industrializado, tecnificado, y con las tierras mejor dotadas para la actividad agroganadera; y el Sur Patagónico de inmensas soledades desérticas, con buenos ingresos per cápita pero con escasísima población. Ese tema lo trato con mayor amplitud en mi libro Geopolítica del Desarrollo, próximo a editarse, por lo que en mérito a la brevedad a él me remito.
Cabe sí consignar que en el socio económicamente muy pobre entorno del NEA (y del Norte Grande), Misiones suma a su exuberante vegetación y sus idílicos paisajes, un contexto de cierto grado de desarrollo superior al término medio de la región, lo cual muchas veces hizo perder la perspectiva a algunos analistas locales e incluso nacionales, respecto al crónico subdesarrollo de esta provincia.
Y en muchos casos la dirigencia en general –y en este caso me refiero básicamente a la política y académica- reacciona muy tarde, o directamente no toma decisiones a la altura de las circunstancias, en temas de singular importancia, como siempre lo ha sido el energético; y muchos más ahora en el contexto de severa crisis que azota a Argentina.
En ese contexto resulta interesante y muy ilustrativo analizar acciones y omisiones en tres áreas diferentes de la amplísima temática energética: el hidrógeno, los biocombustibles y la hidroelectricidad.
Respecto al hidrógeno, existe un muy publicitado proyecto de producción de hidrógeno, desarrollado en forma conjunta entre La Provincia y la UNaM.
En rigor de verdad, el hidrógeno –sustancia muy abundante en la naturaleza- no se “produce” sino que se “separa”, pues siempre se encuentra combinado con otras sustancias. El proceso de obtención de hidrógeno puro es costoso económica y ambientalmente (se utilizan más unidades de energía en el proceso de separación, que las que después pueden obtenerse del hidrógeno puro).
Por otra parte, el hidrógeno no es técnicamente un combustible, sino un vector energético.
En el contexto global, su utilización es y previsiblemente será tan solo marginal, confinada a casos específicos, como abastecer muy parcialmente al parque automotriz de algunas ciudades. Dentro de la matriz energética global, en los círculos científicos serios no se lo toma como “la gran solución” ni muchos menos, por sus intrínsecas grandes limitaciones.
En Argentina, la Comisión Nacional de Energía Atómica está trabajando sobre el tema, con la solvencia científica y profesional que la caracteriza, habiéndose avanzado bastante en su desarrollo teórico práctico. El Ingeniero Juan Carlos Bolcich –amigo mío- y el Ing. Palcevich, son dos de las personalidades más reconocidas en el tema.
En Misiones de hecho no se está “descubriendo la pólvora” con el modesto proyecto de investigación en marcha, que seguramente logrará obtener hidrógeno puro en pequeñas cantidades, que resultan verdaderas “dosis homeopáticas” dentro de las necesidades energética provinciales actuales, siendo totalmente irrelevante su incidencia en el contexto nacional. Pero sin perjuicio de ello, la investigación científica siempre es positiva, y es bueno que en Misiones existan profesionales que se capaciten en el tema.
Pero resulta contrastante advertir que mientras que “se baten parches” acerca de un tema de efecto socio económico multiplicador provincial prácticamente nulo, como lo es hoy el hidrógeno (confundiendo incluso a personas bien intencionadas pero mal informadas), respecto a los biocombustibles hasta el momento Misiones está ausente, y de ningún modo resulta un paliativo afirmar que “se está por hacer” (tanto en ámbitos de la Administración Provincial como en la UNaM), pues debe recordarse que el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones nunca concretadas.
Según medios periodísticos serios, en Misiones no está prevista la instalación de ninguna planta productora de biocombustibles, mientras que en Chaco existirán en breve plazo cinco, en Corrientes una, y el foco productivo nacional estará centrado en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires.
Adviértase que al contrario del hidrógeno, que es poco más que “un chiche bonito” y económicamente irrelevante; los biocombustibles tienen un demostrado enorme efecto multiplicador, estando en plena producción en Brasil, donde suplantan parcialmente a los hidrocarburos; y a escala planetaria se perfilan como el más factible sustituto de los combustibles fósiles.
¿Seguirá Misiones “mirando para otro lado” en el tema de los biocombustibles?
Para completar el cuadro de políticas erráticas o directamente de la ausencia de Políticas de Estado y Políticas Académicas, que en Misiones parecen ser una perniciosa constante casi generalizada en la temática energética, el importantísimo tema hidroeléctrico sigue inmerso en el desconocimiento generalizado, en las verdades a medias, en las opiniones vertidas sin fundamento técnico sólido, y en la repetición de prejuicios dogmáticos repetidos sistemáticamente por las transnacionales de la ecología, cuyos objetivos últimos son totalmente afines a intereses muy ajenos a la realidad y las necesidades de Argentina, del NEA y de Misiones.
Resulta patético comparar el grado de improvisación que campea en Misiones en la temática hidroeléctrica, al lado de la cuidadosa y sistemática planificación y ejecución de Políticas de Estado de largo aliento de Brasil.
En la UNaM, por largos años los estudios, análisis, investigaciones, e incluso el elemental archivo de antecedentes, referentes tanto a las grandes obras hidroeléctricas binacionales proyectadas, así como los proyectos y potencialidades de obras de mediana potencia (de más de 10.000 KW hasta 100.000 KW), han brillado (¿o todavía brillan?) por su ausencia. En la Facultad de Ciencias Económicas se me llegó a “sugerir” que no investigue el tema, por ser “demasiado conflictivo”. Y en la Facultad de Ingeniería, la total ausencia de una base de datos recopilados, hizo que un anterior Decano acuda a quien suscribe para conseguir datos elementales que necesitaba imperiosamente para un debate al cual estaba invitado, y del cual también yo participé, auspiciado años atrás por la FEBAP. ¡Huelgan mayores comentarios!
Por: Carlos A. Ortiz
Escritor y periodista ad honorem
Ex Docente – Investigador = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de Producción y Ambiente = Cursante de la Maestría en Gestión de la Energía – UNLa-CNEA = Becario de la Comisión Nacional de Energía Atómica
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