Devastadora respuesta a “No hay nada para ver aquí, muévase!”
- Creado por admin
- El 10 diciembre, 2009
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El acostumbrado aspavientos negador que dice que no deberíamos confiar en nuestros propios ojos mentirosos fue emitido por un profesor de Harvard en el Boston Globe:
James McCarthy, un respetado profesor de Harvard que fue uno de los autores principales de un Informe del IPCC, envió hoy una carta a la Senadora Barbara Boxer (D-Calif.) enfatizando que los e-mails robados a los científicos del clima no menoscaban la evidencia del calentamiento global causado por el hombre.
McCarthy el miembro directivo de la American Association for the Advancement of Science (AAAS, editora de la revista Science) y directivo de la Unión de Científicos Preocupados (UCS, Union of Concerned Scientists).
La carta dice: “El proceso científico depende de un acceso abierto a al metodología, información, y un riguroso proceso de “peer review”. El robusto intercambio de ideas en la literatura con “peer review” relacionada con la ciencia climática es evidencia del alto grado de integridad en este proceso. El conjunto de evidencia de que el hombre es agente prominente en el calentamiento global es abrumadora. El contenido de estos pocos emails personales no tiene ningún impacto en nuestra compresión general de que la actividad humana está impulsando peligrosos niveles de calentamiento global.”
Usando las mismas palabras de Frank Derbin: “No hay nada para ver aquí, por favor circulen!”
Y entonces viene esta respuesta (comentario No. 13) al que le añadido algunos espacios entre párrafos y un énfasis en negritas:
A la flauta! Sólo tengo la esperanza de que más gente en el campo del clima eleve sus cabezas por encima del parapeto y nos digan cómo son las cosas.Yo soy un científico del clima, y es claro que la evidencia de que “la actividad humana es un prominente factor en el calentamiento global” NO es abrumadora. La repetición de esa afirmación no la convierte en verdad. Además, aún si aceptásemos la hipótesis, la legislación ‘Cap&Trade’ no hace nada para remediarlo.
Estos son los hechos. Hemos sabido durante años que el modelo de Mann del palo de hockey está equivocado, y sabemos por qué está equivocado (Mann usó solamente datos seleccionada para normalizar el análisis del principal componente y no de todo el conjunto. Él retractó el modelo. Hemos sabido por años que el Período Cálido Medieval ocurrió, donde las temperaturas fueron más altas que las de ahora. (Chauce habló de viñedos en el norte de Inglaterra).
Mucho antes del ClimateGate se sabía que la gente en el IPCC estaba tratando de embarrar la información para librarse del PCM. Y por una buena razón. Si se le “permitía” existir al PCM esto significaba que las temperaturas más altas que ahora no habían creado un efecto invernadero “desbocado” en la Edad Media con liberación de metano de la tundra del Ártico, pérdida del albedo de los casquetes de hielo, los niveles de mar ascendiendo e inundando Londres, etc, etc.), y significa que el invernadero desbocado de Hansen que postula únicamente realimentaciones amplificadoras (y ninguna realimentación amortiguadora) no ocurrirán ahora. Nosotros sabemos que los modelos sobre los que basan las alarmas del IPCC no incluyen nubes, tampoco a la biosfera, no explican al calentamiento del Plioceno, y nunca han predico nada, jamás, correctamente.
Como creyentes que son, como fieles religiosos, cada predicción errada (el IPCC subestimó algunas tendencias) es reclamada como afirmación y justificación de una alarma mayor (y no que los modelos son una pobre aproximación de la realidad); las subpredicciones (¿Dónde están las tormentas? ¿Por qué ocultar la declinación?), son ignoradas o escondidas.
En cuanto al CO2, hemos sabido por años que los aumentos de CO2 en los 300.000 años pasados jamás han causado un aumento de la temperatura (los aumentos del CO2 vienen por detrás del aumento de la temperatura). Los científicos del IPCC también conocen esto (ver su “Diagnóstico de Copenhague”); sabemos que sus embarradas matemáticas que descartan el hecho que el CO2 no ha sido históricamente causante de ningún aumento de temperaturas, también son incorrectas. También hemos sabido por años que el alegado aumento de 1 grado en la temperatura desde 1880 desaparece si no se consideran a los sitios expuestos a las islas de calor.
Hemos sabido por muchísimo tiempo que el estudio de Jones que desecha esta explicación (Jones et al. 1990, “Evaluación de los efectos de la urbanización en series de tiempo de temperatura superficial sobre tierra,” Nature 347 169-172) está equivocado y es potencialmente fraudulento (ver la misma información usada para confirmar las islas de calor urbano en Wang, W-C, Z. Zeng, T.R. Karl, 1990, “Islas de Calor Urbano en China,” Geophy. Res. Lett. 17, 2377-2380).
Todo el mundo excepto Briffa sabe que las conclusiones de Briffa está equivocadas, y por qué lo están; grupos en Finlandia, Canadá (muchos lugares en realidad) muestran enfriamiento con estos proxys, no calentamiento, hasta el mismo IPCC imprimió el ploteo de Finn cabeza abajo para convertir el hecho (enfriamiento) en el dogma del calentamiento.
El profesor McCarthy es, por supuesto, parte del ICC que ha suprimido las visiones disidentes basadas en sólida ciencia del clima. Su declaración para apoyar el “peer review” es tontería; él ha ayudado a corromper la proceso de peer review. Tenemos ahora evidencia documentada probatoria de que Jones, Mann, y los demás científicos del IPCC estuvieron cazando en el peer review y chantajeando a sus oponentes. En este punto, el staff entero del IPCC incluyendo al profesor McCarthy, no tienen ni merecen nuestra confianza.
Hemos tolerado por años la negativa de Mann y Jones de liberar información. Ahora nos enteramos que gran parte de esa información fue descartada (uno ode cada 4 conjuntos de registros de datos que existen), algo que en cualquier otro campo científico hubiese llevado a la expulsión de la profesión. Hemos sido fastidiados por Al Gore, que declara que esta ciencia está “establecida”, se rehúsa a debatir, y demoniza a los escépticos (esto es anticiencia; debate y escepticismo son el corazón de la verdadera ciencia, que jamás, nunca, queda establecida). El sólo hecho que el Profesor McCarthy intenta engañar al congreso asegurando la existencia de una ficticia “evidencia abrumadora” continúa con esta actividad anticientífica.
Todo esto era conocido antes del Climategate. Lo que no se sabía hasta ahora era hasta dónde Jones y Mann se estaban simplemente engañando a ellos mismos (lo que sucede a menudo en la ciencia), o intentando engañar fraudulentamente a otros. No voy a crucificar al Jones por la palabra “truco”. Tampoco por la pérdida de información primaria, guardando sólo los datos con “valor agregado” (lo que es perdidamente mala ciencia, pero sin embargo probablemente no sea fraude.)
Pero los códigos de computación son transparentemente fraude. Aquí uno encuentra matrices que agregan números sin explicación a las recientes temperaturas y las restan de las temperaturas viejas (estos números son programados con toda intención), pegando información observacional a datos del modelo, y otros revólveres humeantes, todo ello mostrando que estaban haciendo todo lo necesario para obtener las respuestas que el IPCC quería y no las respuestas contenidas en los datos reales. Ellos sabían muy bien lo que estaban haciendo, y por qué lo hacían.
Si, como sostiene el profesor McCarthy, el “peer review” estaba funcionando, y los informes del IPCC son rigurosamente revisados por los pares, ¿por qué esto no fue pescado? Cuando se pone en contexto se hace muy evidente que este tipo de fraude estaba ocurriendo.
La segunda cuestión es: ¿Será esta revelación suficiente para hacer que los “creyentes en el calentamiento global” abandonen su cruzada, y que la gente regrese a la ciencia ambiental sensata (uso del agua, destrucción del hábitat, uso de la tierra, este tipo de cosas)?
Quizás lo haga.
Al revés de la afirmación del Prof. McCarthy, no hemos perdido tan sólo un proyecto de investigación en medio de docenas que aún sobreviven. Un inmenso conjunto de información primaria se ha perdido. La información satelital tiene apenas 40 años. Todo está interconectado y anclado a estos pocos estudios falseados. Aún sin la corrupción del proceso de peer review, este es un cambio tan grande como lo fue hace un siglo la mecánica cuántica.
Pero ahora sabemos que el peer review fue corrupto, y que no existe “un consenso.” El número de “2500 científicos están de acuerdo” es una ficción (Dios sabe a quiénes están contando, pero para llegar a ese número ellos tienen que estar incluyendo a los referís, esposas y mascotas).
El mejor argumento que pueden hacer ahora en favor del calentamiento antropogénico es argumentar que el CO2 es, después de todos, un gas invernadero; su concentración está, después de todo, aumentando, y las realimentaciones que reguló al clima durante millones de años (podemos hacer la hipótesis) serán abrumadas por las emisiones de CO2. Es una hipótesis que vale la pena investigar, pero tiene muy poca evidencia que la apoye.
Por ello hay esperanza de que el ClimateGate pondrá fin al campo de la climatología política, y permitirá que la climatología vuelva a ser una ciencia. Dicho eso, la gente intrínsecamente se compromete con las ideas. El Papa no se volverá Protestante aunque el Arcángel Gabriel le golpee el hombro y se lo pida. Del mismo modo, el Profesor McCarthy afirmará hasta el día de su retiro que existe “abrumador apoyo” para su posición, aún si hasta la última pieza de información que la apoye sea controvertida. Como estudiante graduado de Harvard, se me dijo que los campos de la ciencia no avanzan porque la gente cambia su manera de pensar; en su ligar, los campos avanzan porque la gente se muere.
Posteado por Sean, Diciembre 2, 2009, 11.26 PM
Por: Anthony Watts
Fuente: Mitos y Fraudes
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