A nivel mundial, cada día son más quienes se pronuncian a favor del desarrollo de la energía nuclear como contrapartida al aumento de precios del crudo
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- El 2 octubre, 2006
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La escasez y el alto precio internacional de los combustibles tradicionales como el petróleo y el gas, junto con el alto factor contaminante de la emanación de gases y la preocupación general por el cambio climático, llevan a la búsqueda de energías alternativas, entre las que la nuclear se perfila como una de las elegidas por los gobiernos de las principales potencias del planeta.
En el mundo, el carbón es la materia prima para 40% de la energía, seguido por la energía hidroeléctrica, que representa 17 por ciento. La energía nuclear completa el podio, con 16%, mientras que el gas representa 15% y el petróleo, 11 por ciento.
El desarrollo de energía nuclear atrae a tantos partidarios como detractores. La disponibilidad de uranio, el bajo costo de la energía y el hecho de que no produce emisiones contaminantes se cuentan entre sus ventajas. En cambio, entre las contras se remarca el tratamiento de los residuos radiactivos, producto de la síntesis de uranio, que sí es altamente contaminante.
En la Argentina, en el marco de los festejos por el Día Nacional de la Energía Atómica, la empresa estatal rionegrina Investigaciones Aplicadas subrayó el interés del mundo por reemplazar las energías contaminantes y destacó la decisión del Gobierno de concluir la construcción de la central Atucha II bajo responsabilidad nacional.
En el mundo
Brasil, en su búsqueda de la autosuficiencia energética, recientemente inauguró un centro de enriquecimiento de uranio.
En los Estados Unidos la construcción de nuevas plantas comenzará en el 2010.
En Europa, varios países, entre ellos Finlandia, Francia y Rusia comenzaron, o están a punto de comenzar, la construcción de nuevas centrales nucleares.
En Italia, la empresa eléctrica estatal compró acciones de la nueva central nuclear que construirá Francia. En Alemania la nueva coalición gubernamental ha dicho que revisará los planes de cierre de sus centrales.
Suecia ya dejó de lado la idea de cerrar las suyas y, por el contrario, formula planes para extender la vida de las actuales plantas nucleares.
En Inglaterra, el premier Tony Blair volvió a instalar la necesidad de contar con una nueva generación de plantas de energía nuclear en el Reino Unido para recortar la dependencia de la importación del petróleo, así como las emisiones de dióxido de carbono.
Por el momento, la energía nuclear proporciona un quinto de la energía eléctrica en el Reino Unido, pero sus doce plantas nucleares son obsoletas y para el 2010 sólo proporcionarán 4% de la electricidad. “Estos hechos ponen la reforma de las centrales nucleares, el impulso a las energías renovables y un cambio en la eficiencia energética de nuevo en la agenda”, aseguró Blair.
En España, según la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), el desarrollo de energía nuclear permitirá terminar con la dependencia energética. Según el ex presidente del gobierno español y director de la entidad, José María Aznar, la energía nuclear pueden ser una alternativa al petróleo y al gas “que están generando una gran dependencia del exterior, un alza de la inflación y un agravamiento del déficit comercial” para España.
Distribución
Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en el 2030 se habrá incrementado la cantidad de energía atómica 70%, en comparación con el 2002.
La energía atómica abastece 16% de la electricidad a nivel mundial. De las más de cuatrocientas centrales instaladas en treinta países, la mayoría se encuentra en Europa Occidental y en los Estados Unidos y Canadá, aunque el mayor número en construcción se da en Asia.
Los Estados Unidos son el país que tiene mayor número de plantas, 104. Sin embargo, el que más hace rendir su producción es Lituania, donde la energía nuclear proporciona 80% de su electricidad, mientras que en Francia es de 78 por ciento.
Sólo 39 de las plantas de todo el mundo están ubicadas en países en vías de desarrollo, y como son de menor tamaño sólo representan 5,6% de la producción mundial. Entre éstos se destacan Brasil, China e India. En especial en los dos últimos hay más concentración de proyectos.
No proliferación
A la incertidumbre por el tratamiento de los residuos nucleares se suma el fantasma de la producción de armas nucleares. Muchos argumentan que una vez que un país maneja el procedimiento para la producción de energía atómica, nada impide la generación de armas nucleares.
Tal es el caso de Irán, que a pesar de haber firmado el Tratado de No Proliferación de armamento nuclear, enfrenta el recelo de los Estados Unidos y la Unión Europea, ante la creencia de que el programa nuclear iraní abarcaba también el desarrollo de armas nucleares.
La llamada tecnología nuclear “pacífica”, de uso civil, es vista por muchos como la principal puerta de entrada para la disposición de armamento nuclear. Los países que ya disponen oficialmente de armamento nuclear son los Estados Unidos, Rusia, Francia, Inglaterra, Pakistán, China, Corea del Norte, India e Israel.
Variables de desechos y contaminación
A favor
En un debate organizado en España, uno de los fundadores de Greenpeace, Patrick Moore, señaló que la energía nuclear es “una bendición” en comparación con el cambio climático. También categorizó a las armas nucleares y los residuos de alta actividad como “inconvenientes asumibles” frente a los cambios producidos en el mundo por las fuentes energéticas tradicionales.
La no emisión de gases de efecto invernadero también es la ventaja que destaca la ex comisaria europea de energía, Loyola de Palacio. “La energía nuclear es fiable, controlable y está disponible. Ofrece estabilidad de precios y garantía de seguridad”, señaló la ex funcionaria.
En contra
Si bien los principales favorecedores del desarrollo de energía nuclear elogian su baja emisión de gases contaminantes, quienes cuestionan esta alternativa tienen como punto central el manejo de los desechos.
“Los residuos radiactivos no se evaporan”, sostiene el ministro de Industria español, que está en contra de incrementar el parque de centrales nucleares. Por otra parte, el carácter “ilimitado” del recurso puede hacer perder la conciencia de racionalización del consumo que hoy se lucha por instalar.
Análisis: Un sustituto más económico
En este último tiempo no pasa un día sin que los diarios nos traigan inquietantes noticias sobre el abastecimiento energético, tanto en nuestro país como en el mundo.
La situación en Irán y la creciente demanda china incrementan los precios del barril de petróleo y ponen un signo de alerta sobre la disponibilidad del fluido. Rusia disminuyó el flujo de gas a Ucrania y Europa en un invierno particularmente crudo en esa región.
Un estudio reciente de la Agencia Internacional de Energía indica que el consumo de energía en el mundo se incrementará 60% para el 2030, de ese porcentaje 70% corresponderá a demandas de los países en desarrollo. En nuestro país la demanda total del 2004 ha tenido un incremento, respecto del 2003, 6,7 por ciento. El dilema que se está planteando es cómo satisfacer esa creciente demanda energética.
Por otra parte los devastadores efectos en el clima que se producen como consecuencia del dióxido de carbono (CO2), que inevitablemente se genera al quemar combustibles fósiles, considerado como una de las fuentes que contribuyen mayoritariamente al recalentamiento global del planeta (efecto invernadero), nos permiten afirmar que llegó la hora de replantear las fuentes de energía primaria.
No olvidemos que, sólo en la zona de Capital y Gran Buenos Aires, para generar electricidad utilizando gas y petróleo se emiten a la atmósfera alrededor de 8 millones de toneladas de dióxido de carbono, en tanto en todo el país la emisión llega a unos 25 millones de toneladas.
En la actualidad, a nivel mundial, los combustibles fósiles –carbón, petróleo y gas– contribuyen con 63% de la producción eléctrica, la energía hidroeléctrica representa alrededor de 19%, la nuclear 17%, la geotérmica 0,3%, mientras que la solar, la eólica y la biomasa contribuyen en conjunto con menos de 1 por ciento.
En nuestro país las proporciones para el 2004 fueron:
- 34% hidráulica
- 56% de origen térmic
- 9% nuclear
- y 1% de otras fuentes dentro de las cuales 0,01% es de origen eólico
Con un kilo de uranio se produce la misma cantidad de electricidad que con 100 barriles de petróleo. Pero un kilo de uranio cuesta u$s100, mientras que los 100 barriles de petróleo cuestan cerca de 7.000 dólares.
Por las razones expuestas el mundo está asistiendo a un renovado interés en la energía nuclear como fuente generadora de electricidad masiva, segura, económica y además ambientalmente sustentable ya que no emite gases que contribuyan al efecto invernadero.
En nuestro país, contamos con las capacidades técnicas y humanas necesarias para sumarnos a este resurgimiento mundial. Empresas argentinas participan con éxito en licitaciones internacionales para la provisión de tecnología nuclear a lugares tan diversos como los Estados Unidos, Canadá, China, Corea, Perú, Argelia, Egipto, Australia y Venezuela, entre otros, con exportaciones que abarcan reactores y combustibles, agua pesada, equipos de medicina nuclear, etcétera.
En la Argentina operan las centrales nucleares de Atucha 1 y Embalse, que lo vienen haciendo desde 1974, en forma confiable y segura, alimentando aproximadamente 1 de cada 10 artefactos eléctricos en nuestros hogares e industria y el Gobierno ha tomado la decisión de terminar de construir Atucha 2. Con ello en los cuarenta años de su vida útil sustituiremos la utilización de 45.000 millones de litros de petróleo por un valor de u$s18.000 millones y además evitaremos la emisión a la atmósfera de 138 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Para lograr una reducción equivalente deberíamos retirar de circulación todo el parque automotor argentino, incluidos camiones y autobuses, durante siete años.
Darío Jinchuk es Jefe de Relaciones Internacionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica
Por: Patricia Valli
Fuente: Infobae
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