Sequía I
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- El 1 febrero, 2012
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Amplia cobertura en los medios “nacionales” (léase portuarios) existe respecto a la terrible sequía que afecta a la Pampa Húmeda, y apenas alguno que otro comentario, casi de compromiso, respecto a similar realidad en otras regiones de nuestro vastísimo territorio continental.
En medios del interior, que suelen ser más abarcativos y menos cerrados respecto al “país central”, se informa acerca de las sequías locales y “la sequía” –excluyente- de la Pampa Húmeda, cuya relevancia es indiscutible por su gran potencial de primerísima importancia, para generar divisas con los grandes cultivos de exportación.
Se sabe que las sequías, y luego los períodos de grandes inundaciones –tan perniciosas unas como otras- son recurrentes, afectando gravemente la actividad agropecuaria, causando las pérdidas de valiosas cosechas y terribles mortandades de ganados.
Es sabido que el 30 % del territorio continental argentino está generosamente surcado por grandes ríos, otros ríos afluentes de menores caudales –muy sensibles a las sequías e inundaciones- y que en muchos lugares el agua está disponible en napas a relativamente escasas profundidades.
Por otra parte, existen en carpeta diversas obras hídricas que –ejecutadas desde una concepción integradora con criterio de grandeza, deberían tener la capacidad de suministrar riego a regiones circundantes, cuyas extensiones serán función de varias variables, a analizarse en cada caso. También podrían y deberían estudiarse otras alternativas, para solucionar o paliar en gran medida los catastróficos efectos de sequías e inundaciones.
En varios casos, los desarrollos de obras hidroeléctricas de usos múltiples, podrán aportar soluciones para sistemas de regadíos por simple gravedad. En otros casos, la económica energía hidroeléctrica podrá suministrar los medios económicos para implementar sistemas de bombeo, con los cuales se podrán llevar los sistemas de regadíos a mayores extensiones y salvando desniveles ascendentes. A la vez, en sitios puntuales en los que resulte factible extraer el agua de napas o cursos de agua subterráneos, la energía hidroeléctrica, combinada –donde pueda ser técnicamente factible- con energía eólica y variantes mixtas, se podrá bombear el agua subterránea para disponerla para riego y otros usos humanos y rurales.
Además de las valiosas experiencias en Cuyo y Comahue, donde se pusieron en valor tierras áridas, mediante el recurso de la irrigación, existen numerosas experiencias internacionales, que bien deberían capitalizarse para morigerar los efectos de sequías y de regiones faltas de agua, pero con tierras potencialmente aptas para la producción agropecuaria. Entre otros países que avanzaron el en tema, además de los clásicos ejemplos del 1º Mundo (EEUU, Europa Occidental, Japón), existen casos puntuales interesantes, como el goteo creado en Israel, los riegos circulares de Libia, entre otros.
Si bien dar una solución total a un territorio de dimensiones continentales (similar a las del Imperio Romano) como el de Argentina, parece casi imposible, en cambio parece sumamente factible ir estructurando múltiples soluciones puntuales o de áreas determinadas, las cuales se podrán ir aumentando al irse ejecutando paulatinamente otras obras de distintos tipos, adecuadas a las características tan disímiles de nuestras vastedades continentales.
Ese es el desafío, que en el marco de una prolongada y muy costosa sequía, vuelve a cobrar plena vigencia.
En el siguiente artículo se desarrollarán algunas ideas, tal vez no todas factibles, pero que por la enorme importancia que sin duda tendrá morigerar sustancialmente las sequías e inundaciones en partes importantes de nuestro territorio continental, bien valen ser al menos analizadas.
Por: C.P.N. Carlos A. Ortiz
Investigador de temas económicos y geopolíticos
Ex Investigador y Docente = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – Fac. de Ing. = UNaM
Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA
Docente de Economía – Esc. Normal 10 – Nivel Terciario
Docente de la Diplomatura en Geopolítica – Inst. Combate de Mboror
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