Salud Ocupacional – Soldaduras, el Riesgo Oculto
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- El 1 enero, 2000
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Los trabajos de soldadura, corte de metal y esmerilado no sólo entrañan riesgos a la visión, y lamentablemente, es uno de los primeros riesgos (sino el único) del cual se protegen los trabajadores expuestos. La razón más frecuente es la carencia de programas de adiestramiento y educación sobre Seguridad e Higiene Industrial.
No existe un trabajo de construcción en el que no haya necesidad de realizar tareas de soldadura o corte de metal, sin embargo, en estos procesos pasan desapercibidos muchos factores de riesgo.
Analizando el proceso desde el inicio, la realización de estos trabajos requiere el uso de energía calórica para fundir un metal; este hecho tan simple, es ya, el comienzo de la manifestación de riesgos como la generación de incendios, quemaduras en los operadores y exposición a altas temperaturas. Profundizando un poco, es posible encontrarse con otros riegos que van ligados directamente con la salud del trabajador. Uno de ellos, las radiaciones (UV, IR) y deslumbramientos.
El otro, los respirables: polvos y humos metálicos, y gases, que son los representantes del Riesgo Oculto. Los humos son producidos por la evaporación y posterior solidificación de los metales que se desprenden debido a las altas temperaturas de fundición, quedando suspendidos en el aire en forma de óxidos metálicos, y dependiendo del tipo de soldadura, podrán estar presentes óxidos de Aluminio, Cadmio, Cromo, Cobre, Hierro, Plomo, Manganeso, Níquel, Titanio, Vanadio, etc. Los gases, como el Ozono, Dióxido de Nitrógeno y Monóxido de Carbono, se generan por la descomposición de los revestimientos de electrodos y la acción de los rayos ultravioleta.
El problema inevitable ocurre cuando se presentan estas sustancias en el ambiente de trabajo y no se utilizan los sistemas adecuados para prevenir o evitar que sean transportadas y depositadas en el sistema respiratorio. Cada una de ellas, por separado, puede producir molestias y enfermedades que en muchos casos, son irreversibles, y la situación se agrava si en el ambiente de trabajo se encuentran varias de ellas.
En el mejor de los casos, donde no se evidencie alguna enfermedad, los gases y humos metálicos producen molestias e irritación en las vías respiratorias. Por su parte, los gases pueden comportarse como el oxígeno, son absorbidos, y estando en circulación sistémica, son capaces de llegar al hígado, riñón o cerebro y producir daños en estos órganos. Los humos metálicos, con diámetros de partículas menores a 0,003 mm, pueden llegar hasta el alvéolo y depositarse, generando fibrosis intersticial, y eventualmente, neumoconiosis. Puede pasar mucho tiempo (hasta 30 años de exposición) antes de que sea diagnosticada una enfermedad ocupacional de este tipo. Otros problemas causados por los humos metálicos son la fiebre del soldador, y lesiones renales, incluso algunos humos metálicos, como el óxido de cadmio, son considerados carcinógenos ocupacionales (OSHA).
La exposición a contaminantes producidos por soldadura y corte de metal es mayor cuando las tareas son llevadas acabo en áreas de espacio reducido como ductos y tanques, debido a la mayor facilidad de concentración de los mismos, y el riesgo se multiplica cuando estos espacios se identifican como espacios confinados.
La palabra clave: PREVENCIÓN. Las tareas de soldadura, corte de metal y esmerilado, requieren que el operador ubique sus vías respiratorias demasiado cerca de la fuente de contaminantes (entre 30 y 50 cm.), de tal modo que las concentraciones pueden alcanzar o superar los niveles permitidos (PEL) en esa área, siendo mayor la exposición. Mientras sea posible, lo adecuado es realizar los trabajos de soldadura al aire libre, obviamente, no siempre podrán adaptarse las condiciones para hacerlo. En tal caso, es necesario la aplicación de controles de ingeniería, de los cuales, el uso de ventilación (positiva o negativa) es lo más indicado.
Cuando existe dificultad en la aplicación de los controles, y como medida complementaria cuando estos son aplicados, es recomendable el uso de Equipos de Protección Respiratoria. En la actualidad es posible seleccionar el protector respiratorio adecuado para los diferentes tipos de soldadura, corte de metal o esmerilado, existen respiradores de filtros reemplazables, equipos purificadores de aire forzado, líneas o suministros de aire y autocontenidos. Los más comunes son los Respiradores de Libre Mantenimiento, y según la necesidad, es posible seleccionar entre ellos, uno que proteja contra polvos y humos metálicos o uno que proteja contra la combinación de polvos, humos metálicos, y gases, como el Ozono. Están diseñados especialmente para la protección contra estos contaminantes y es impresionante saber que algunos son fabricados con material retardante de llamas pensando en los trabajos en los que serán utilizados, es decir, reducir la posibilidad de generación de incendios o quemaduras en el operador, debido a las chispas o metal incandescente que pudieran desprenderse y entrar en contacto con el respirador.
Finalmente, no habrá control alguno que disminuya las posibilidades de contraer enfermedades ocupacionales respiratorias en trabajos de soldadura, corte de metal y esmerilado, si no son llevados a cabo programas de seguridad e higiene industrial con los que el trabajador pueda adquirir consciencia de la existencia de los riesgos, la forma de evitarlos y por qué hacerlo.
Autor: Freddy E. Mogollón M.
Especialista Técnico
División de Productos para la Salud Ocupacional y Protección Ambiental
3M Manufacturera Venezuela
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