Ruido: Comunicación y salud
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- El 1 enero, 2000
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Ruido y comunicación
La comunicación en el trabajo es un echo fundamental para el buen desarrollo y práctica de éste. Podemos diferenciar varios tipos de comunicación en el medio ambiente laboral. La primera y más conocida es la producida entre dos o más personas que forman parte del espacio de trabajo. Encontramos una segunda forma de comunicación y no menos importante, la comunicación que se produce entre el trabajador y la máquina, una comunicación en la cual encontramos un proceso de feedback entre los sonidos emitidos por la máquina y la actuación del operario. Veremos como afecta el ruido en los diversos tipos de comunicación en el espacio de trabajo.
Efectos en la comunicación oral
La interferencia causada por el ruido en la comunicación oral es básicamente un proceso de enmascaramiento o interferencia, donde un sonido vuelve inaudible o dificulta su comprensión a otro.
La conversación reposada al aire libre en una distancia de 1 m. entre dos individuos tiene una intensidad de voz aproximada de 55 dBA, la voz normal 66 dBA, y la voz elevada 72 dBA. La experiencia demuestra que con niveles de ruido superiores a 80 dBA es preciso hablar muy alto y por encima de 85 dBA hay que gritar.
A parte del nivel de ruido equivalente debemos considerar otra serie de parámetros físicos para medir la calidad de la comunicación son la distribución frecuencial y temporal del ruido, condiciones acústicas de la sala (reverberación producida por la reflexión paredes, pisos techos y objetos, etc.). También es importante tener en cuanta algunas características del proceso de la comunicación que puede afectar su eficacia, tales como la familiaridad del oyente con el dialecto o acento del hablante, la importancia y familiaridad del mensaje, la motivación del oyente y cualquier pérdida de audición que pueda degradar el sonido percibido.
Nivel de ruido |
< 50 dBA |
50 – 70 dBA |
70 – 90 dBA |
90 – 100 dBA |
110 – 130 dBA |
Cara a cara |
Voz normal en distancias superiores a 6 m. |
Voz elevada en distancias superiores a 2 m. |
Voz muy alta en distancias superiores a 50 cm. |
Nivel de voz máximo en distancias superiores a 25 cm. |
Comunicación difícil o imposible en distancias superiores a 1 cm. |
Vía telefónica |
Buena comunicación |
Comunicación satisfactoria o ligeramente difícil |
Comunicación difícil e insatisfactoria |
Usar modos telefónicos de escucha y cabinas |
Necesario uso de equipamiento especial |
Capacidad de comunicación oral con niveles de ruido ambiental en dBA |
Es bien sabido que el ruido que enmascara o dificulta la comunicación oral puede entorpecer la seguridad. Se han recibido numerosos informes que muestran que la ropa y las manos de los trabajadores han quedado atrapadas en máquinas y éstos han sufrido graves lesiones mientras sus compañeros de trabajo eran ajenos a sus gritos de auxilio debido a que el ruido anulaba la señal de auxilio emitida.
Un ejemplo claro es el de la aviación, Aviation Safety (EE.UU) declaró en un estudio que cientos de accidentes de aviación investigados llevan consigo el “repita otra vez” , es decir, un enmascaramiento o interferencias en la comunicación entre pilotos y controladores aéreos, que provoca una deficiencia en la comunicación y debido a la inteligibilidad del mensaje el piloto no recibe correctamente el mensaje del controlador y se provoca un error que cuesta vidas.
Efectos en la capacidad de distinción de ruidos o sonidos particulares
El ruido puede enmascarar o producir interferencias con sonidos útiles que nos son verdaderamente importantes. Los procesos de realimentación (feedback) producen una serie de sonidos particulares , como el clic que acompaña la presión de una tecla, que si se enmascaran pueden influir muy negativamente en el rendimiento en el caso de que el feedback sea indispensable para la velocidad o precisión de nuestra tarea. De acuerdo con un experto, el ruido puede, “no dejarse oír a uno mismo”, enmascarando su pensamiento interior.
La comunicación con las máquinas y con los procesos de producción es otro tipo de comunicación en la cual el trabajador ha de estar receptivo a los sonidos útiles y no tener enmascaramientos ni interferencias. El echo de que el ambiente acústico enmascare la audición de una alarma que emite una máquina o circuito puede provocar errores y disminuir el rendimiento. Otro ejemplo claro es el de aquel trabajador familiarizado con una máquina, que por el ruido que emite ésta sepa si funciona correctamente o tiene algún tipo de alteración; en caso de enmascaramiento del ruido característico puede haber un error que disminuya el rendimiento.
Ruido y salud
Efectos fisiológicos
El ruido es un estímulo sonoro que puede tener efectos traumáticos (lesiones en los órganos receptores), y probablemente produzcan también efectos no traumáticos a nivel fisiológico (elevación temporal de los umbrales auditivos, disfunciones en los sistemas de regulación neurohormonal, etc.). Y digo probablemente debido a que tenemos gran cantidad de estudios realizados para demostrar una relación causal, pero también hay otros muchos que, como poco, la ponen en evidencia.
Los resultados de diversos estudios epidemiológicos demuestran que el ruido puede constituir un factor de riesgo para la hipertensión arterial, estos estudios explican que a partir de 60 dBA y hasta los 90 dBA aparecen las reacciones neurovegetativas como la vasoconstricción periférica y aumento de la tensión arterial. Esta hipótesis también la avala una serie importante de estudios de laboratorio que demostró la existencia de niveles crónicos de hipertensión arterial y demás efectos cardiovasculares en monos a consecuencia de la exposición a un nivel de ruido de 85 a 90 dBA, que no volvieron a la realidad al cesar la exposición (Peterson y cols. 1978, 1981 y 1983).
Sin embargo, según Dejoy, la mayor parte de estos estudios tienen un carácter meramente exploratorio y no permiten establecer una relación causal clara entre exposición al ruido y la hipertensión, por varias razones:
– Falta de datos cuantitativos (dosis-efectos)
– Diferencias entre los niveles de ruido tomados en cada uno de los estudios
– Defectos metodológicos
– Limitaciones inherentes a los estudios transversales
– Diferencias de calidad entre los estudios
Van Dijk, de acuerdo con Dejoy, analizó 12 estudios (van Dijk, 1990) en los cuales no encontró efectos significativos. De los 12 estudios de tipo transversal, la mitad mostraban una relación causal positiva, y la otra mitad no mostraba efectos significativos. Considera que los resultados contradictorios provienen de las diferencias entre las poblaciones estudiadas (actividad profesional, carga de trabajo, influencia de otros factores de estrés..), la falta de control sobre los diferentes factores de riesgo de hipertensión (criterios genéticos, hábitos alimentarios, etc.), y otros factores importantes y que pueden actuar como confusores, ya sean la edad, altura, el grado de estrés que produce la actividad, la sensibilidad del trabajador, etc.
Estos estudios simplemente ponen en duda la posible relación causal entre ruido y efectos hipertensores en base a los estudios realizados. No podemos establecer conclusiones definitivas sobre la presencia o ausencia de riesgo de hipertensión arterial con exposición al ruido. Solo una cohorte prospectiva de 10 a 15 años y teniendo en cuenta los factores de confusión comentados pueden establecer una conclusión evidente.
Los estudios efectuados sobre los efectos hormonales del ruido muestran resultados variables y bastante contradictorios. Ello puede explicarse por las grandes diferencias entre las condiciones experimentales, y por el echo de que los efectos del ruido sobre las secreciones hormonales pueden variar en función de la actividad del sujeto, de las características de la tarea a efectuar y de otras molestias físicas y psicosociales.
Los estudios de química sanguínea muestran aumentos de los niveles de las catecolaminas adrenalina y noradrenalina debidos a la exposición al ruido (Rehm, 1983) y una serie de experimentos realizados por investigadores alemanes se halló una relación entre la exposición al ruido y el metabolismo del magnesio en seres humanos y animales (Ising & Kruppa, 1993).
El ruido puede aumentar la motilidad gastrointestinal y esto explicaría la alta prevalencia de úlcera péptica entre los expuestos.
Se han atribuido a la exposición al ruido numerosos síntomas y signos clínicos que incluyen nauseas, disminución del impulso sexual, somnolencia anormal y anorexia.
En trabajadores expuestos a niveles de ruido entre 110 y 124 dBA se encontró que presentaban estrechamiento del campo visual y disminución de la percepción de colores, mejorando la vigilancia visual a 72 dBA.
El ruido interfiere en la función recuperadora del sueño. Tiene, por lo tanto, efectos negativos sobre la salud y el bienestar. El ruido aumenta el tiempo de adormecimiento, despierta al sujeto dormido o le impide volver a dormirse, afecta la duración relativa y la pauta de estados electroencefalográficos del sueño y, por consiguiente, afecta la calidad del sueño.
Repercusiones en el rendimiento y la incidencia de errores
Suponiendo que en los estudios realizados hubiera una relación causal clara entre el ruido y las repercusiones fisiológicas, podríamos hablar de otras causas para aumentar la incidencia de errores y disminución del rendimiento. Estas causas serían indirectas, ya que no las produciría el ruido en si mismo, sino que los cambios fisiológicos perjudiciales producirían un malestar importante para el trabajador, este malestar haría disminuir los niveles de atención y una aumento del tiempo de reacción, aumento la incidencia de errores y disminución del rendimiento.
Encontraríamos una relación causal indirecta entre el aumento de la tensión arterial (en caso de haber relación causal entre ruido y hipertensión arterial) y la producción de errores ya que la ansiedad, palpitaciones y demás sintomatología que produce, puede provocar una disminución del rendimiento provocada por el malestar. Lo mismo sucedería con la relación entre el ruido y los aumentos de los niveles de catecolaminas y el metabolismo del magnesio.
Los problemas gastrointestinales también pueden provocar indirectamente un aumento de la producción de errores y una disminución del rendimiento. Las dolencias gastrointestinales como las gastritis, úlceras pépticas, etc. provocan algias intestinales, ardores i demás sintomatología molesta que seguramente incidirá en la producción de errores.
De igual modo habría una relación causal indirecta entre el estrechamiento del campo visual y la disminución de la percepción de colores, y el aumento de errores y disminución del rendimiento. El estrechamiento del campo visual producirá una insuficiencia visual que podría evitar que el trabajador viese según que cosas imprescindibles para su trabajo (provocando errores por falta de información), o tuviese que hacer más movimientos para poder ver con claridad (disminución del rendimiento).
Efectos psicológicos
Se considera que existe una asociación entre niveles elevados de ruido ocupacional y el desarrollo de neurosis e irritabilidad. Otros autores sugieren que acelera e intensifica el desarrollo de una neurosis latente, pero no se ha podido comprobar el resultado en investigaciones.
Algunos psicólogos afirman que el ruido puede alterar el equilibrio psíquico, ya que los trabajadores, en ambientes ruidosos, son más agresivos, desconfiados e irritables.
Se ha visto que los trabajadores de turno nocturno, donde el ambiente laboral es menos ruidoso, tienen mejores relaciones interpersonales y conviven después del horario de trabajo. La posibilidad y el deseo de la interacción social en el turno diurno son menores porque los obreros de una fábrica ruidosa no pueden oírse unos a otros; tienen que gritar y se enojan rápidamente.
Algunas investigaciones indican que en los ambientes ruidosos es menos probable que las personas se ayuden unas a otras y más probables que se presenten comportamientos antisociales (Suter, 1992).
Estrés
En condiciones reales de trabajo el ruido está asociado a otras molestias o factores de carga y estrés. Por ello de impone una extremada prudencia a la hora de interpretar datos subjetivos. En los casos de estrés, el ruido puede aparecer como el chivo expiatorio de problemas que no tienen con él más que una relación lejana; como, por ejemplo, problemas ergonómicos, psicosociales u organizacionales. Sin embargo no es conveniente subestimar la contribución del ruido a la carga de trabajo y al estrés profesional.
Insatisfacción
El ruido ha sido a menudo una fuente de insatisfacción en oficinas. Varias encuestas realizados sobre oficinistas norteamericanos incluían una pregunta en que los participantes elegían entre una lista de diecisiete características de su entorno las dos o tres más importantes a la hora de desempeñar sus correspondientes tareas. Las más escogida era “la habilidad para concentrarse sin ruido u otras distracciones” (Louis Harris y Asociados, 1978). En este estudio se puede observar como el ruido es una de las características de trabajo más valoradas, y de las primeras en hacerse notar cuando se sobrepasa un cierto nivel.
En un estudio realizado (Boyce, 1974), los empleados se mudaron de cinco edificios a otro teóricamente mejor y más nuevo, en el cual más de la mitad de ellos se veían afectados por los ruidos, a pesar de su relativamente bajo nivel de sonoridad en el ambiente, 54 dBA. De igual modo, el estudio de Kraemer, Sieverts (1977), incluía mediciones de sonido ambiente en diecinueve oficinas, pero no encontraron ninguna relación entre los niveles de sonido y la molestia ocasionada por el ruido. En quince oficinas ellos tomaron más de 8000 lecturas de sonido ambiente con sonómetros y no supieron relacionar dichas mediciones y la molestia existente en 519 empleados.
No estaremos utilizando al ruido como chivo expiatorio en los problemas de insatisfacción?
Conclusiones
Como hemos podido observar a lo largo del estudio, no encontramos una respuesta clara a como afecta el ruido en el rendimiento y la producción de errores. Si nos basamos en el prototipo de empleo de la sociedad actual encontramos un trabajo con múltiples tareas, en el que se realiza gran variedad de actividades (labores de vigilancia, mentales, motoras, etc.) que hace resulte bastante difícil saber como afectará el ruido en un tipo de trabajo debido a la gran complejidad de éste, ya que los estudios realizados resultan sumamente específicos como para extrapolarlos al empleo actual. Aún así nos pueden dar una idea según la actividad que predomine en el trabajo.
No obstante encontramos numerosas contradicciones en según que estudios que pueden hacer dudar acerca de la veracidad éstos. Quizá por eso encontramos la necesidad de seguir investigando y realizando nuevos estudios con parámetros similares que ayuden a encontrar un consenso.
En otro aspecto como las interferencias en la comunicación encontramos con claridad una disminución del rendimiento y un aumento de la producción de errores con posibilidad que causar grandes destrozos y pérdidas de vidas.
En lo que concierne a los efectos del ruido sobre la salud física también encontramos una falta de consenso que puede ser debida a la diferencia entre los estudios realizados (diferencias metodológicas, falta de datos, etc.) y la necesidad de unificación de criterios para estudios posteriores, así como la necesidad de realizar estudios de cohorte que den más veracidad que los estudios transversales realizados. Seguramente así encontraríamos una respuesta en consenso, probablemente una relación causal positiva, que daría una visión más clara del tema.
Para encontrar una respuesta factible entre la relación ruido-salud psíquica, también será necesario encontrar respuesta, no tanto a las diferencias metodológicas, sino a la inmersión de variables de confusión (estrés, insatisfacción, etc.) que hacen dudar de que la relación sea clara.
En general, pensamos que desde el marco general de todas las causas que afectan a la relación ruido, rendimiento en el trabajo y producción de errores requerimos de nuevos estudios basados en el enfoque actual del trabajo, con unificación de criterios entre investigadores y eliminando las variables de confusión.
Revista Porexperiencia
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