Riesgo y Amenza: Dos temas asociados
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- El 18 mayo, 2007
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En los últimos años, los fenómenos naturales como: Inundaciones, Terremotos, Avalanchas, Huracanes, Tsunamis y Erupciones volcánicas entre otros, se han convertido en los principales focos de grandes calamidades humanas a escala global. La ocurrencia de los mismos impacta tanto en países desarrollados como en los países pobres. Bajo este contexto, analizaremos en un resumen de dos entregas el ¿cómo ha sido? y el ¿porqué?, del comportamiento humano ante la ocurrencia de los fenómenos naturales en los últimos años.
En un informe elaborado por la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1994 señala que “En los últimos 50 años las principales ciudades de nuestro país han traspasado el umbral del Síndrome de las Ciudades Envejecidas (SCE), en otras palabras, significa que las ciudades crecen vertiginosamente, se expanden de tal forma que los servicios básicos como luz, agua potable y salud, etc., se ven abrumadamente rebasados en su capacidad de absorber y atender a un conglomerado tanto urbanístico como poblacional. Ciudad Bolívar lamentablemente entra en la lista, donde cerca del 60% de sus habitantes presentan un elevado riesgo de amenazas naturales”.
El poder conocer qué tipo de eventos pueden presentarse en el futuro de una región determinada, aunque no se conozca con exactitud cuándo exactamente puede ocurrir, es una actividad de fundamental importancia para orientar el desarrollo de una localidad, de tal manera que el impacto de dichos eventos sea el mínimo posible y que no signifique al mismo tiempo un trastorno para el desarrollo social y económico de un país.
Según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2004) señala que “La ocurrencia más frecuente de los fenómenos naturales son indicadores reales ante la evidencia de violentos cambios climáticos por la cual atraviesa el planeta, por tanto, los efectos originados por los mismos en los últimos 10 años a escala global han causado la pérdida de al menos 3,5 millones de vidas humanas, 500 mil millones de dólares en daños y el desplazamiento de cerca de 500 millones de personas”.
Los procesos “Eco-Demograficos”, que no son más que el comportamiento de los grupos humanos en riesgo que a través de la historia no han sido capaces enfrentar los factores desequilibrantes de su entorno, éstos, por lo tanto, han contribuido a que en los últimos 100 años se generen enormes presiones sobre el entorno ambiental, éste a su vez colapsa, originando por consiguiente un sinfín de catástrofes sociales y ambientales. En términos regionales, las catástrofes de origen natural ocurren con mayor frecuencia en los países menos desarrollados, donde la creciente urbanización y el creciente deterioro ambiental agudizan la escala del riesgo al impacto de las fuerzas de la naturaleza.
La diferencia fundamental entre la amenaza y el riesgo está en que la amenaza está relacionada con la probabilidad de que se manifieste un evento natural o un evento provocado, mientras que el riesgo está relacionado con la probabilidad de que se manifiesten ciertas consecuencias, las cuales están íntimamente relacionadas no sólo con el grado de exposición de los elementos sometidos sino con la vulnerabilidad que tienen dichos elementos a ser afectados por el evento.
Controlar o encauzar el curso físico de un evento, o reducir su magnitud y frecuencia, son medidas relacionadas con la intervención de la amenaza. La reducción al mínimo posible de los daños materiales mediante la modificación de la resistencia de los elementos expuestos es una medida relacionada con la intervención de la vulnerabilidad física. Aspectos relacionados con planificación del medio, la reglamentación de usos del suelo, seguros, preparativos para la atención de emergencias y educación son medidas de prevención y mitigación, que incorporadas en los planes de desarrollo, estas pueden estar dirigidas a disminuir el riesgo de enfrentar una amenaza natural.
Las presiones demográficas, la pobreza y las relaciones del hombre en su continuo uso y abuso de su entorno influyen sobremanera en la vulnerabilidad de determinados segmentos, que se vuelven más susceptibles al impacto de las catástrofes cuando estas ocurren. La distribución de la urbanización es uno de los procesos más importantes que influyen en el incremento del riesgo ambiental. Las megaciudades del mundo no sólo se están sobrepoblando, sino que además están situadas en las áreas de mayor propensión natural a las catástrofes ambientales.
Hoy en día cabría la necesidad de preguntarse lo siguiente:
- ¿Se están volviendo las sociedades más vulnerables a los riesgos y a las catástrofes ambientales?
- ¿Cuales son los factores sociales y físicos que influyen en los cambios de población en zonas de riesgo?
- ¿Cómo perciben y miden las sociedades los hechos que implican riesgos y amenazas ambientales?
- ¿Cómo responden las personas a los riesgos ambientales y como se explica los ajustes diferenciales (a corto plazo) y la adaptación (a más largo plazo)?
- ¿Cómo mitigan las sociedades el riesgo de amenazas ambientales y como se preparan para futuras catástrofes?
Quizás también haría falta hacer y hacernos preguntas de cómo, cuando, porqué, para qué y hasta donde es necesario comprender la realidad de enfrentar los desafíos de un futuro incierto entre la relación del hombre y su entorno.
Por: Jhonny Santodomingo
Ing. Ambiental y de los Recursos Naturales
Ciudad Bolívar, Venezuela
E-Mail: [email protected]
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