Riesgo Acústico
- Creado por admin
- El 1 enero, 2000
- 0
La hipoacusia es un término reservado para aquellos individuos que presentan una pérdida de la audición medible en decibeles. Es sinónimo de pérdida auditiva. La función principal de los responsables de seguridad e higiene es prevenirla o evitarla a través de la implementación de un plan de control del riesgo acústico.
La hipoacusia puede estar originada por dos causas:
Por exposición aguda al ruido originando el traumatismo acústico agudo.
Por exposición crónica al ruido llamada hipoacusia inducida por ruido.
El primer caso se da cuando el oído es sometido a un nivel de ruido de intensidad tal que es suficiente para provocar lesión en un lapso de tiempo corto. El segundo caso se origina por la exposición repetitiva a través del tiempo a un nivel de ruido.
En otras palabras el trauma acústico agudo es un caso típico de accidente de trabajo, violento e inesperado, menos frecuente en la industria. La hipoacusia inducida por el ruido es una enfermedad profesional donde el agente de riesgo actúa en forma permanente, a través de un tiempo prolongado. Para la seguridad industrial se tiene en cuenta generalmente el control de la exposición crónica al ruido.
El objetivo fundamental del control de los niveles sonoros generados por los equipos o máquinas que funcionan en una planta es, sin duda, preservar el sentido de la audición de las personas que en ella trabajan.
El primer punto a desarrollar es la medición concreta del nivel sonoro, para conocer si representa un riesgo concreto para poder determinar las medidas a adoptar para prevenir posibles hipoacusias. Estas mediciones otorgan al higienista información sobre el riesgo acústico al que se encuentra expuesto el personal e identificar las máquinas o zonas más ruidosas de la planta. Las medidas a adoptar van a depender de los niveles obtenidos pudiéndose seguir los siguientes criterios:
Si los niveles son inferiores a los 85 db(A) de Nivel Sonoro Continuo Equivalente, sólo se realizan nuevos relevamientos para controlar que el nivel medido se mantenga y detectar posibles cambios a causa de incorporación de nuevos equipos o maquinarias, sistemas de ventilación o extracción, falta de mantenimiento, etc.
Si los NSCE son superiores a los 85 db(A), pero no exceden los 90 db(A), se deben realizar exámenes audiométricos. En este caso no resulta obligatorio la entrega de protectores auditivos de acuerdo a lo dispuesto por nuestra legislación, Ley 19587, Decreto 351/79, Anexo V, Capítulo 13, Item 2, donde se establece la dosis máxima admisible en 90 db(A), pero se aconseja el uso de los mismos.
Si los valores obtenidos son mayores a los 90 db(A) es exigible implementar el uso obligatorio de protectores auditivos. Esta última medida, según los criterios de seguridad laboral, debe ser la última que se debe adoptar, o por lo menos hasta agotar todas las medidas de control del ruido desde la fuente de generación o el medio a través de cambios ingenieriles, modificaciones del proceso o instalación de sistemas de absorción del ruidos que impidan la propagación del mismo a través de la colocación de elementos aislantes acústicos como paneles absorbentes, pantallas, etc.
En el caso de contar con niveles de ruido críticos se deben realizar mediciones y estudios más rigurosos como por ejemplo análisis de frecuencias o dosis de ruidos.
En el primer caso se realiza un análisis del ruido generado por máquina en diferentes frecuencias y a través de un cálculo matemático se puede verificar la eficiencia de los protectores auditivos entregados teniendo en cuenta la curva de atenuación del mismo.
En el segundo caso, se realiza un análisis de ruido generado pero a través del muestreo personal, en una persona en particular a través de un equipo que nos indica, a diferencia del decibelímetro que nos da el nivel sonoro generado por una máquina en particular, la dosis de ruido al que se encuentra expuesta la persona semanalmente, es decir el Nivel Sonoro Continuo Equivalente, sin necesidad de realizar cálculo alguno.
Una medida importante a implementar, además de las citadas anteriormente es la capacitación del personal. Nunca se llegará al éxito si no se llega a formar y concientizar a las personas de la importancia del uso de los protectores auditivos, además de su conservación, cuidado y recambio.
Otro aspecto a destacar, para el controlar el riesgo acústico presente en una planta, mencionado anteriormente, es la realización de los exámenes audiométricos. Estas pruebas brindan la información concreta y precisa de la posible lesión. De esto surge la importancia de realizar los exámenes preocupacionales, periódicos y postocupacionales y la importancia de que las audiometrías se encuentren dentro de dichos exámenes.
Podemos concluir que el ruido representa uno de los riesgos más frecuentes en toda industria y los daños que puede causar sobre las personas hacen que este se encuentre incorporado dentro de cualquier plan de prevención.
0 comentarios on Riesgo Acústico