Paradojas y falsedades del ecologismo cavernario
- Creado por admin
- El 27 julio, 2012
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Son tantas y muchas de ellas tan burdas, que las falsedades, tergiversaciones y contrasentidos proferidos por las ONGs y los militantes fanatizados del ecologismo fundamentalista, darían sustancia más que suficiente para escribir una corpulenta enciclopedia.
Analicemos algunos de esos tantos casos.
Recientemente tuvo discreta difusión una tajante expresión del ex hombre fuerte de Greenpeace, Juan Carlos Villalonga; actual militante de su propia ONG “Los Verdes”, desde la cual se quejó dura y agriamente por la decisión del gobierno nacional, de importar combustible pesado venezolano, para cubrir parte de la demanda de las usinas eléctricas.
Más allá que es real que sería positivo prescindir de ese carburante muy pesado, del cual emanan muchos residuos tóxicos, lo concreto es que Argentina está debiendo apelar a todas las fuentes de generación posibles de ser usadas en el corto plazo, ante el persistente y fuerte crecimiento de la demanda.
Al respecto, lo concreto es que el accionar del terrorismo mediático (una de las “especialidades” de las transnacionales del ultra ecologismo), al dilatar o impedir las usinas hidroeléctricas y nucleares, es causa directa de la elevada incidencia gasífera y petrolífera en nuestra matriz eléctrica; por ende, esas importaciones de combustible pesado venezolano no hubiesen sido necesarias de haber contado Argentina con algunas de las usinas que, por enrevesados “principios” ultra ecologistas, esos militantes del ecoterrorismo impidieron u obstaculizaron. El engaño se completa al presentar como “grandes soluciones” a tecnologías –como la eólica, la solar y la biomasa- que solo pueden operar como meros complementos, pero NO como sustitutos de las centrales de base del Sector Eléctrico.
Las centrales que operan como bases de generación de cualquier sistema eléctrico interconectado, solo pueden configurarse en base a tres tipos de tecnologías: termoeléctrica (funcionan quemando combustibles fósiles), hidroeléctrica y nuclear. Por eso, toda demora o entorpecimiento en contra de nuevas hidros y nucleares, opera de hecho a favor de la instalación de más usinas termoeléctricas, las mismas que son grandes devoradoras de petróleo, gas o carbón…y consecuentemente son las más contaminantes.
¡Paradojas de esos “ultras”, que en nombre de una difusa “ecología” promueven los consumos masivos de contaminantes, costosos y no renovables combustibles fósiles!
Precisamente, es directa responsabilidad de Greenpeace y otras ONGs transnacionales de corte fuertemente fundamentalista, que nuestro país haya soportado muchísimas trabas, manifestaciones prearmadas, interminables “condicionamientos” ambientales montados como parte de la “maquinaria de impedir”, y otras acciones de similar baja estofa; causantes principales de los retrasos en los planes de obras nucleares e hidroeléctricas, e incluso del “cajoneo” de algunos muy importantes proyectos, como el Complejo de Paraná Medio.
Feroces y mendaces campañas de desprestigio contra la actividad nuclear, que incluyeron mentirosas denuncias de “aguas radioactivas” en Ezeiza y otras falsedades, “exigencias” de abandonar el Plan Nuclear (curiosamente muy a la medida de los intereses británicos, que se oponen a nuestro desarrollo tecnológico, por claras cuestiones geopolíticas); interminables listados de condicionamientos que impidieron hasta hoy comenzar la importante hidroeléctrica Chihuido I (en Neuquén); larguísimo listado de falaces acusaciones de “derrames de aguas” y otros disparates técnicos, que buscaron impedir el funcionamiento a plena capacidad de Yacyretá (esto realizado por otras ONGs con “letra” de corte “grimpiciano”); mendaces campañas de terrorismo mediático, conducentes a impedir las grandes hidroeléctricas Cóndor Cliff y La Barrancosa, en el Río Santa Cruz; una disparatada campaña –incluso opuesta a la voluntad expresa de los habitantes de la zona-, en contra de la Central Eléctrica de Río Turbio, mintiendo alevosamente acerca de falsos daños a los glaciares; acciones de terrorismo mediático, con claros tintes y “letra” afines a las transnacionales del ecologismo cavernario, con las cuales pretenden impedir las hidroeléctricas de Corpus, Garabí y Panambí, tan necesarias para el desarrollo y la integración regional; amén de otras campañas teñidas de mentiras, como “el collar del tigre de las yungas”, denunciado como maniobra montada con un vacuno, movido por un lugareño al que contrataron al efecto (al que no le habrían pagado el dinero pactado); y un largo etcétera, marcan algunas de las más burdas falsedades del ecologismo cavernario.
Otra paradoja que llega a lo grotesco, es advertir el fervoroso entusiasmo con el que algunos fanatizados militantes del ecologismo cavernario, con argumentaciones propias de añorantes del marxismo, hacen causa común con los más reaccionarios políticos y operadores del neoliberalismo recalcitrante y con patronos ultra conservadores que se estancaron en retrógrados planteos feudales que adolecen de dos a tres siglos de anacronismo. En Argentina en general, y en Misiones en particular, se los ve codo a codo con conspicuos representantes del caduco y antinacional noventismo, los mismos que fueron causantes de destrozar el tejido social, político y económico de Argentina y nos pusieron al borde de la disolución nacional. ¿Ecologistas, o simples fanáticos irracionales?
Por supuesto, están esos filo marxistas o supuestos revulsivos “anti-sistémicos”, que lanzan encendidas peroratas “en contra de las ‘imperialistas’ empresas mineras y sojeras”, y preocupados por el “indigenismo” segregacionista, mientras que todas sus accionares patoteriles y disolventes siguen al pie de la letra los “mandatos” de las transnacionales del ecologismo fundamentalista…”casualmente” creadas por y manejadas desde el vetusto pero aún agresivo imperio británico (como Greenpeace y World Wildlife Foundation, Mapuche Nation y otras); o similares creadas por EEUU, al modelo del “ecologista” Al Gore y similares.
Hay más paradojas, como las que “en nombre de la ecología” quieren volver a quemar descomunales cantidades de hidrocarburos, al postular irracionales posturas de desactivaciones de centrales hidroeléctricas y nucleares, pretendiendo desconocer que “las tecnologías ‘alternativas’ (eólicas, solares, etc.) son inútiles como reemplazos de las usinas de base, sirviendo tan solo como meros complementos de la matriz eléctrica.
De hecho, pretextando “democracia” practican el patoterismo más violento, negándose a todo diálogo racional, usando la prepotencia para acallar a quienes no nos subordinamos a sus irracionalidades y sus genocidas posturas de subdesarrollo crónico…”en nombre de la ecología”.
El sano cuidado del medio ambiente es positivo y muy encomiable, pero la ecología cavernaria como excusa para imponer el subdesarrollo, es un simple instrumento del neocolonialismo que pretenden imponer los factores de poder financiero mundial, los mismos que en los ’80 y 90’ nos impusieron el genocida esquema del pensamiento único ultra privatista, socialmente excluyente y perversamente destructivo en lo político-económico.
Por: C.P.N. Carlos Andrés Ortiz
Investigador de temas económicos y geopolíticos Ex Investigador y Docente = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – Fac. de Ing. = UNaM Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA Docente de Economía – Esc. Normal 10 – Nivel Terciario Docente de la Diplomatura en Geopolítica – Inst. Combate de Mbororé
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