Ondas Electromagnéticas

Las ondas son fenómenos físicos de transferencia de energía, sin transferencia de materia.
Tratemos primero de entender algunos principios básicos de su generación:

Si se toma una barra de metal larga y se golpea un extremo con un golpe seco con un martillo, una persona con una mano en la otra punta sentirá la vibración producida. Es obvio que no existió una partícula de metal viajando a través de la barra, pero entonces ¿cómo “viajó” la información?
La respuesta es la siguiente: Las partículas de un sólido se distribuyen en una determinada estructura de equilibrio estable de acuerdo a sus fuerzas internas de atracción y repulsión; cuando uno aparta una de estas partículas de su posición de equilibrio, aquéllas de las cuales se aleja, lo atraen y aquéllas a las cuales se acerca lo repelen.
Esta propiedad de los sólidos se denomina elasticidad; todos la poseen, algunos en mayor o menor grado.
No hace falta decir que si la fuerza del golpe es tal que vence las fuerzas internas elásticas, el sólido se rompe.
En el momento en que uno golpea con el martillo a la barra, las partículas salen despedidas pero las fuerzas elásticas la hacen volver a su posición de equilibrio, pero la partícula “vecina” recibe a su vez la acción de la anterior y queda a su vez oscilando y así la siguiente y la siguiente hasta el final de la barra.
La velocidad de transmisión depende del material, y, por supuesto, la amplitud de las oscilaciones decae con la distancia recorrida.
Hasta comienzos del siglo veinte, se creía que todas las ondas, de cualquier naturaleza, requerían de un medio para propagarse.

Para explicar el origen de las ondas electromagnéticas, sin ahondar demasiado en la matemática, digamos que un campo eléctrico variable genera a su alrededor un campo magnético variable y viceversa. De esta forma, generando campos sucesivos, estas ondas avanzan.

Las ondas electromagnéticas tienen una propiedad que las distingue de las otras: No requieren de un medio para su propagación, es decir se propagan por el vacío.

Todas las ondas electromagnéticas se propagan con la misma velocidad, la velocidad de la luz, que en el vacío es de aproximadamente 300.000km/seg. Esto no es coincidencia, la luz es una onda electromagnética.

Las ondas electromagnéticas y todas las ondas en general poseen cuatro propiedades fundamentales:

Amplitud de la oscilación de la onda (asociada a la intensidad)
Velocidad de propagación
Frecuencia: cantidad de oscilaciones por segundo.
Longitud de onda: distancia recorrida por la onda en una oscilación.

Tres de estas magnitudes están íntimamente relacionadas mediante la siguiente fórmula:

c = l * n

Donde “c” es la velocidad de propagación, “l” es la longitud de onda y “n” es la frecuencia. Como “c” es una constante para las ondas electromagnéticas, cuando “l” crece, “n” disminuye y viceversa.

Las microondas, son las de más baja frecuencia, le siguen las ondas UHF y VHF, luego las AM y FM posteriormente las radiaciones infrarrojas, la luz visible (pequeño intervalo de longitudes de onda que somos capaces de ver), las radiaciones ultravioletas, los rayos X, los rayos g y los rayos cósmicos.

Todas pueden ser perjudiciales, todo depende de los tiempos de exposición y de las amplitudes. Por supuesto que algunas, como los rayos cósmicos o los rayos gamma, requieren menos tiempo de exposición y menos intensidad para causar problemas serios como mutaciones o diferentes tipos de cánceres.
Es importante recordar que es necesario un grado de exposición y una intensidad determinadas para cada tipo de radiación electromagnética. No debemos caer en la simplificación de considerar que las ondas electromagnéticas son dañinas “per se”; simplemente tomar las precauciones adecuadas a cada caso, de otra manera no podríamos salir a la calle.
Los rayos X, por ejemplo, son nocivos para exposiciones repetitivas (de hecho el radiólogo debe utilizar una protección), pero esto no significa que una radiografía nos va a provocar cáncer.
La nueva discusión se plantea alrededor de las microondas. Es cierto que causan daño, de hecho, si quiero secar un animal en el horno de microondas, lo mato. Esto no significa que pueda hacerme daño la cercanía del horno, o que al abrir y al cerrarlo en forma continua me vea afectado o que deba esperar un tiempo prudencial para comer la comida que sale de él.
Para el caso de los celulares, sólo debemos esperar, si son ciertas la mitad de las cosas que se dicen sobre su uso, dentro de 20años, toda la población de Estados Unidos va a padecer algún tipo de cáncer producto de la utilización de estos aparatos.

Todo esto no significa que existan funcionamientos defectuosos o deficiencias constructivas en transformadores o antenas que provoquen campos electromagnéticos nocivos; pero que el decisivo control que debemos ejercer contra estas irregularidades no nos lleve a invalidar tecnologías que implican un claro progreso para la sociedad.