No es el clima, estúpido!,
- Creado por admin
- El 7 octubre, 2008
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Si seguimos como vamos, en un futuro no muy sonriente tendremos que limitar nuestro consumo de carne a lo considerado “sustentable” por las autoridades; no es chiste, ya lo ha declarado así el jefe del IPCC, un tal Pachauri, (Indio).
La cuestión está bastante clara: el metano (CH3), es un “gas de invernadero” 20 veces más “potente” que el CO2 . Se ha llegado a determinar que el ganado rumiante es la principal fuente de emisión de metano relacionado con actividades humanas. Se deduce entonces la importancia de “regular” en el futuro el consumo de carne con criterios de “sustentabilidad”.
Ya no será el precio el regulador: será la “sustentabilidad”.
Decía un candidato a la presidencia de mi país, ……que es buena cosa tener auto; por el placer, la comodidad y la autonomía que te brinda (obvio), y por lo tanto es justo y comprensible que todos deseen tener un auto en el mundo de hoy, ………. pero (y es un pero muuy grande), desgraciadamente no es “sustentable” que todos podamos tener un auto.
No señor, ¿no ve que tenemos que pensar también en el “planeta”? y los autos emiten “gases invernadero” ¿vió?; (sí ya veo, pensé yo, y no necesito ser muy astuto para adivinar, aquí y ahora, quienes se van a tener que quedar de a pié).
Esta declaración histórica no sería rara en un socialista; en un Rodríguez Zapacero, en un Ricardo Lakes (S.M. Lagumsés I el ex-Bienamado, actual “Embajador Mundial ante el Cambio Climático”), hasta me habría parecido comprensible (aunque no por eso menos abominable), pero resulta que quien así disertaba era justamente el candidato que (supongo yo), debería estar presto a quebrar las lanzas en defensa de la Libertad (la mía, la suya, la de aquel y la de todos por igual).
Será fácil entender que me quedé perplejo y un tanto estupefacto.
Hoy, al mismo precio de DOS RUEDAS de un auto nuevo, puedo comprar uno usado. En el taller que tengo a media cuadra de mi casa le puedo reparar lo que haga falta, y virtualmente cualquier repuesto lo conseguiré en alguna desarmaduría. Así entonces, cualquiera, no sólo yo, sino cualquiera puede tener un auto en Chile; y esto es el CAPITALISMO, el sistema en el cual vivimos, y en el que se supone que somos libres; ganamos lo que podemos y gastamos en lo que queramos, sólo con la limitante del precio, como es obvio,…… bueno, parece que ya no será así; ya no será el precio el regulador: será la “sustentabilidad”.
Ya se sabe de un cretino que propone establecer por ley una “cuota anual obligatoria de emisión personal de carbono”, en forma de una tarjeta en la cual se deba ir registrando cada compra de combustible hasta completar la cuota, caso en el cual, el borrego no tendrá más opción que esperar a fin de año la renovación de su “cuota” (salvo que pueda comprar en el mercado negro, o sobornar a alguien, como es lógico). ¿Cómo se llama esto? …racionamiento, y ¿….estamos hablando de Cuba, de Corea del Norte, o de la desgraciada Rodhesia?…. no, no estoy hablando de ninguna dictadura cavernaria, estoy hablando de Occidente, de gobiernos socialdemócratas, y aún que se llaman de “libre mercado” (pero claro, con “ciertas regulaciones”).
Por acá, más cerca de la casa ya hay tarados que proponen de frentón, “prohibir” la leña con similares pretextos.
Para poner las cosas en contexto: Como vivimos en una región con inviernos (aunque a veces ni lo parecen), …..siempre habrá algunos “eventos” en que los termómetros se caen al bajo cero; a veces por varios días, incluso semanas. En estas circunstancias se aprecia en toda su magnitud el encanto sin igual de la época; el aire se carga de variados aromas de las distintas leñas, cada una con su fragancia característica: el ciprés, el pino, el eucalipto, el peumo, el boldo, el espino, el aromo, el quillay y muchas más, cada una aportando lo suyo. Imagínese un invierno crudo sin tener un fuego donde allegarse en la tarde. Agréguese a eso que en esta parte del mundo somos consumidores compulsivos de carne asada (aunque NUNCA TANTO como los argentinos, eso que quede claro), y en invierno campea el chancho (costillares, chuletones, longanizas, etc.), justamente una carne muy fragante en la parrilla. Obviamente que estas cosas, nimias si se quiere, forman parte de nuestra cultura, calidad de vida, forma de ser. |
¿Acaso nadie se sentiría violentado si se enterare de que un indio, o un coreano, o un africano están, en estos mismos momentos, en cómodas oficinas climatizadas, ayá en N.Y. (pagadas por los contribuyentes, por supuesto), urdiendo y planificando mecanismos y “políticas” para reglamentar (“regular”, le dicen), lo que podamos consumir de carne, de leña, de carbón, ….etc? ¿llegará el día en que tengamos que comprar “bonos de carbono” para criar ganado o aún para sembrar arroz?
En el futuro al que nos quieren llevar, será imprescindible contar con un permiso municipal para el asado del domingo (obvio, por la “emisión de gases de invernadero” que supone una parrilla), evidentemente con un pago al efecto, sin contar con que el carbón vendrá gravado con un “impuesto al carbono”, con lo que consumir carbón que no sea de marca y envasado, será también delito tributario, punible con multa.
Ya ocurre que OBLIGADAMENTE tenemos que estar pagando electricidad más cara para efectos de subsidiar las tecnologías “ERNC” (energías renovables no contaminantes); esto es un disparate porque los que están desarrollando tales tecnologías (aunque sin muchos resultados, pero con mucha propaganda), son transnacionales como Simmens o Westinghouse que quizá necesiten muchas cosas, pero ciertamente No necesitan de la plata de los más pobres, aquellos que tienen que juntar peso por peso lo que pagan por la energía a fin de mes. A esto lo han llamado el “liderazgo” de Chile (Sara Larraín); una idiotez, a mi modesto entender.
Mañana nos dictaminarán qué tipo de ampolletas debemos usar; cuánta carne podremos comer, cómo calentar nuestras casas, nos abrumarán con restricciones al uso del transporte individual (auto), y ya no podremos comprar o vender lo que queramos; ya hay ONGs “verdes” promoviendo impuestos (a los productos importados) proporcionales a la distancia del lugar de origen (impuesto a la “huella de carbono” le dicen; siempre un nombre elegante maquillando una barbaridad).
Los viajes por avión (un jet emite tantos “gases invernadero” como miles de autos), serán mucho más caros por el impuesto universal a las emisiones de aviación, y estarán restringidos (mediante el mecanismo de los “bonos de carbono”), de modo que su oferta será siempre insuficiente respecto a la demanda; el oligopolio perfecto, sin competencia posible (“regulación”, se le llama). No hace falta ser tarotista para saber a quienes y a dónde irán los sobornos y las coimas, imprescindibles para que el sistema funcione (me estoy acordando del Mercedes Benz deportivo (rojo) del hijito de Kofi Annan).
Y a propósito de Kofi: poco antes de su retiro, y con motivo de una “cumbre” en Nairobi, el funcionario expresaba en un discurso ( difundido por “El Mercurio”), que el mercado de los “bonos de carbono”, al amparo del “protocolo de Kioto” había alcanzado, ya en aquel año, los 30 mil millones de dólares, pero su potencial era para entonces de cien mil millones de dólares; y citando a Stern anunciaba una proyección de al menos 500 mil millones de dólares para el año 2050. Hoy está claro que se quedó corto Kofi en sus “estimaciones”. Y también queda claro (clarísimo), la índole de los intereses que se mueven detrás de la “salvación del planeta”.
Conviene tener claro que ambientalmente el Protocolo de Kioto en sí no es más que una humorada. En realidad resulta que la reducción de CO2 requerida en el Protocolo es de poco más de 1.000 millones de toneladas, (un 5% de las emisiones de 1990), y eso es menos de la mitad de lo que la humanidad emite cada año sólo por respirar. De hecho, si se cumple la reducción original pactada, los efectos sobre el clima serán nulos.
Y no podía ser de otra manera: Kioto no es más que la primera fase de un plan político de otra índole donde convergen diversos sistemas de intereses que nada tienen que ver con el clima ni el medio-ambiente ni nada que se le parezca, porque en el fondo todo es negocios y juegos de poder, como ingenuamente lo proclamó al mundo el propio Kofi Annan.
Un verdadero “Caballo de Troya” es este nefasto “protocolo”; en realidad, un contubernio internacional inútil y engañoso (Caballo de Kioto podría llamarse).
Inútil, porque para cumplir su objetivo declarado (”detener” un mitológico “cambio climático”), en realidad no sirve; primero, porque no hay tal “cambio”, y segundo, porque si es que lo hubiera, no habría forma humana de “detenerlo”.
Engañoso, porque bajo su objetivo declarado, patético paradigma de soberbia y estupidez, se halla el objetivo oculto, inconfesable y artero.
Engañoso, en fin, porque los que lo impulsaron saben que no sirve, no piensan en cumplirlo, o lo harán mientras les convenga, y no se descarte que (al menos algunos), conozcan y compartan sus ocultos y verdaderos objetivos.
¿Por qué embarcarse en una insensatez tan onerosa, de alcance global, que es imposible de cumplirse y que, para peor, no sirve en absoluto para los objetivos que se le atribuyen?. Simplemente porque se busca otro objetivo, -el verdadero,- que es, ni más ni menos, conseguir que la sociedad acepte la implantación de un poder supranacional que dicte las normas Y LAS COTAS de desarrollo para los distintos paises.
Esto dará lugar a la formación de un PODER inimaginable que quedará en manos de unos cuantos pocos, una amenaza a nuestra libertad como nunca en la historia se conoció.
La planificación global centralizada; entregada al manejo de una burocracia internacional parasitaria, servil y corrupta, …..¿el sueño de Lenin quizás? …..¿la apoteosis de Gramsci, encarnada en Al Gore?.
Ojo, que este puede ser el verdadero comunismo del SigloXXI …..El caballo ya está en nuestra Acrópolis. |
Y la eco-estupidez de la semana!
(tomado del blog de Antón Uriarte)
En una remodelación de su gabinete, el gobierno británico de Gordon Brown ha creado un nuevo ministerio que se llamará Ministerio de Energía y Cambio Climático, nombrándole responsable a Ed Milliband, hermano del ministro de asuntos exteriores David Milliband, joven figura relevante del nuevo laborismo británico.
La complejidad del nuevo ministerio y su decidido objetivo de que la subida de la temperatura planetaria no exceda los 2ºC en la próxima legislatura…..
No hay remedio ,…..para la tontera humana.
Por: Jose Manuel Henriquez Parada
http://macanna.blogspot.com/
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