Movimientos repetitivos: un gran riesgo para nuestra salud I
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- El 5 junio, 2009
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Para muchos trabajadores el trabajo es sinónimo de dolor: cefaleas, fatiga visual, molestias crónicas de la espalda, dolor de cuello, dolor de hombro, trastornos traumáticos repetitivos, lesiones por esfuerzo o movimientos repetitivos. Todos y cada uno de ellos pueden ser causa de una baja laboral.
Se define por movimientos repetitivos (LMR), a los traumatismos músculo-esqueléticos de origen laboral. Pueden afectar a las extremidades tanto superiores como inferiores, y pueden producirse como consecuencia de trabajos que guardan relación con malas posturas, movimientos difíciles o trabajos de carácter sumamente repetitivo o rápido.
Las partes del cuerpo que mayormente son afectadas por lesiones de movimientos repetitivos son las manos, muñecas, dedos, brazos, codos, hombros, cuello y espalda. El trauma de los movimientos repetitivos es más frecuente que ocurra después de aplicar presión o al realizar hacer el mismo movimiento continuamente (fregar suelos, apretar tornillos, etc.)
Se entiende por movimiento repetitivo aquel que se produce cuando se da una de las dos circunstancias siguientes:
- El ciclo principal que se repite tiene una duración inferior a los 30 segundos.
- Más del 50% del ciclo repetitivo es invertido por el movimiento responsable de la fricción irritante.
El aumento de la presión sobre el nervio reduce el flujo sanguíneo; la falta de nutrientes y de oxígeno causa diversas alteraciones de la conducción nerviosa, apareciendo los primeros síntomas iniciales de neuropatía periférica. Si la compresión persiste, el nervio empieza a presentar una tumefacción y la vaina de mielina, que desempeña un importante papel en la conducción nerviosa, empieza a adelgazarse y a sufrir una degeneración. Los principales síntomas desencadenantes por factores laborales son: el síndrome del túnel cubital y el síndrome del túnel carpiano.
Síndrome del túnel cubita
El túnel cubital es un espacio situado en la cara interna del codo, a través del cual el nervio cubital pasa al antebrazo. Este síndrome aparece cuando hay una presión sobre el nervio cubital a nivel del codo; bien sea en el túnel cubital o en la región por encima o debajo del codo. Si existe bastante presión sobre el nervio, puede aparecer dolor en el codo. El dolor algunas veces se irradia por la cara interna del antebrazo hasta los dedos meñique y anular, pudiendo producir también adormecimiento y hormigueos en esos dedos. Puede existir una sensación de pérdida de destreza o debilidad de la mano.
Los síntomas más frecuentes (pueden aparecer tanto con la actividad como con el reposo) son dolores en la cara interna del codo, acorchamiento y hormigueo en los dedos meñique y anular, además de debilidad y torpeza en la mano. Las posiciones de flexión del codo empeoran esta patología, por lo que se recomienda evitar las posiciones y actividades que causan estos síntomas. Las coderas son beneficiosas, ya que alivian la presión sobre el nervio y evita que el codo se hiperflexione. El tratamiento farmacológico se realiza mediante anti-inflamatorios para reducir la inflamación.
Síndrome del túnel carpiano
Es cada vez más frecuente encontrarnos trabajadores con baja laboral debido a una lesión en la mano causada por movimientos repetitivos en el área laboral, lesión conocida como síndrome del túnel carpiano. Ciertos trabajos y profesiones tienen mayor riesgo de padecerlo como trabajos con máquinas y herramientas vibrátiles, trabajos de montaje (electrónica, montaje), industria textil, mataderos, hostelería (cocineros, camareros), soldadores, carpinteros, pintores, y otros.
Hay una serie de actividades relacionadas con la tarea laboral que pueden favorecer esta lesión:
- Movimientos repetitivos de la mano y la muñeca.
- Tareas habituales que requieren el empleo de gran fuerza con la mano.
- Tareas que precisan posición o movimientos forzados de la mano (hiperestensión e hiperflexión).
- Realización de movimientos de pinza con los dedos de forma repetida.
- Uso regular y continuado de herramientas de mano vibrátiles.
Todo ello puede llegar a provocar una seria lesión en distintos nervios y ligamentos de la mano, principalmente en el nervio mediano.
El túnel carpiano recibe su nombre de los 8 huesos de la muñeca, llamados carpos, que forman una estructura similar a la de un túnel; el túnel está relleno de tendones flexores que controlan el movimiento de los dedos y que forman un camino para que el nervio mediano llegue a las células sensoriales de la mano. Este espacio está limitado por el ligamento anular del carpo y por los huesos de la muñeca. El flexionar y extender la mano repetitivamente puede causar que la cubierta protectora, que rodea cada tendón, se inflame; dichas cubiertas del tendón inflamadas (tenosinovitis) hacen presión en el nervio mediano y producen el síndrome del túnel carpiano.
Es frecuente que la persona que lo padece refiera hormigueo doloroso en una o en ambas manos durante la noche, en ocasiones el dolor le despierta, hinchazón en los dedos o sensación de corriente en los dedos. Según se agrava la lesión, el hormigueo se comienza a sentir incluso durante el día, especialmente en los dedos pulgar, índice medio y anular, pudiendo llegar a existir una pérdida de sensibilidad y de fuerza en la mano; en casos muy avanzados el músculo tenar en la base del pulgar se atrofia y pierde la fuerza.
Por: Carmela de Pablo
Técnico Intermedio de Prevención de Riesgos Laborales, Enfermera del Hospital General de la Defensa
Fuente: Prevention world
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