Los accidentes laborales sobre la vía pública
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- El 1 enero, 2000
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Las estadísticas de accidentalidad laboral son concluyentes: el principal entorno de los accidentes laborales mortales sigue siendo la vía pública y la tarea que conlleva a ese riesgo sigue siendo la conducción de vehículos a motor.
Los accidentes “in itinere” se muestran como el fenómeno más frecuente en las tablas de análisis de la macroinvestigación de los accidentes de trabajo de nuestro país, y, al mismo tiempo, se presentan como ese gran vacío de gestión técnica empresarial y de las mutuas de accidentes sobre el que existen dificultades evidentes para crear y realizar actuaciones preventivas y de control. Los accidentes “in itinere” constituyen, pues, la gran cifra estadística sobre la que los programas preventivos elaborados por los responsables de la seguridad laboral no aportan iniciativas de paliación de los riesgos al tratarse de un campo que a los expertos en seguridad e higiene les coge a contrapié.
El centro de trabajo convencional, bien sea la nave industrial, bien la obra civil, es un ámbito conocido sobre el que existen suficientes estudios como para sentar bases de un programa de evaluación de riesgos que puede dar pie a una serie de protocolos y recomendaciones de mejora de la prevención de riesgos laborales.
Pero el centro de trabajo de la conducción de vehículos a motor, que combina la vía pública con el habitáculo del vehículo, se muestra a los laboralistas como un entorno con excesivos grados de libertad, con demasiadas confluencias de voluntades y de actitudes y con una importante combinación de competencias administrativas en la contemplación de los accidentes de tráfico que parecen constituir un difícil obstáculo para darle algún tratamiento técnico, efectivo y práctico que incida en la mejora de la seguridad vial-laboral.
La vía pública es un marco de los técnicos de obras públicas (bien de la Administración Central, Autonómica, Provincial o Municipal, bien de entidades privadas como las autopistas de peaje), el vehículo corresponde a los ingenieros industriales (bien de la Administración de Industria y Energía estatal o autonómica, bien a los fabricantes de vehículos y accesorios, ITV o talleres de reparación de automóviles y la persona, conductor o peatón, es eterna materia que se disputan los educadores partidarios de un modelo de tráfico policial. En medio de este conjunto copioso de elementos intervinientes, el experto prevencionista laboral se puede llegar a preguntar si es posible actuar con cierta capacidad de obtener resultados.
Es en este punto cuando los que hayan tenido la oportunidad de trabajar, tanto en el campo de la seguridad laboral como en el de la seguridad vial, se ven capaces de proclamar que la actuación desde la vertiente laboral puede llegar a tener una definitiva trascendencia e influencia en la disminución de los accidentes de tráfico relacionados con el mundo del trabajo, que no sólo contempla los accidentes “in itinere” sino también los accidentes de los profesionales de la conducción (taxistas, profesores de autoescuela, camioneros y conductores de autocar) y los accidentes de los que utilizan vehículo para desarrollar su tarea (mensajeros, distribuidores de pizzas y comidas calientes y los agentes comerciales).
Las posibilidades de progresar en los estudios sobre los accidentes de tráfico desde su vertiente laboral son muy importantes, pudiendo con el tiempo constituir una verdadera especialidad que puede repercutir, de manera muy favorable, en la mejora cualitativa y cuantitativa de algunos aspectos, aún muy atrasados actualmente, en la seguridad e higiene en el trabajo relacionado con el transporte por carretera y la conducción de vehículos a motor.
Es bien cierto que los Planes de Evaluación de Riesgos de las empresas de transporte de mercancías y de viajeros son la gran asignatura pendiente del mundo del trabajo, sobre la que existe un fundado temor por parte de todos los agentes sociales (empresarios, sindicatos y Administración) en entrar en profundidad a analizar la situación actual que me atrevo a definir con cierta prudencia de “mejorable”. Y también es cierto que la técnica de la reconstrucción de los accidentes de tráfico, excepcionalmente avanzada y desarrollada, podrían servir de referencia para dar el empujón definitivo a la protocolización de la reconstrucción de accidentes de trabajo, simplemente con la extrapolación del trío de elementos del tráfico (vía-vehículo-persona) hacia el trío de elementos del trabajo (centro-máquina-productor), una fórmula que ya William Haddon se atrevió a presentar en la Universidad de Bershebá (Israel) hace unos años como modelo polivalente de prevención.
En cualquier caso se entiende que puede ser oportuno y positivo ir vertiendo las experiencias y conocimientos que la seguridad vial puede aportar a la seguridad laboral, introduciendo los conceptos básicos que de ser conocidos, considerados y aplicados por los prevencionistas laborales, es seguro que conseguirán resultados satisfactorios en la disminución de los riesgos de la tarea laboral de la conducción de vehículos a motor.
Prevención Integral
Marcos Valerga
Secretario de la Asociación de Técnicos de Prevención
JULIO 2003
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