Locura climática de la semana: No coma carne
- Creado por admin
- El 30 octubre, 2009
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La semana pasada tuvimos la tontería proveniente de Nueva Zelanda diciendo que para salvar al planeta tenemos que comernos nuestros perros y gatos. Esta semana la cosecha de pavadas aumenta de tamaño con la declaración de un “prominente climatólogo” de Inglaterra que nos dice que necesitamos dejar de comer carne. Claro, la carne de vacas y ovejas es mala para el planeta, pero la de perros y gatos no lo es. ¿Por qué esa injusta discriminación?
El autor de la advertencia es Lord Stern de Brentford, la misma autoridad que elaboró el famoso –por lo increíblemente defectuoso- Informe Stern sobre las consecuencias del cambio climático, donde profetiza que para fines de este siglo la economía y el producto bruto interno de Zimbabue será más grande que de los Estados Unidos. Epa! El resto del informe es tan estúpido como eso. Está bien, Milord, sea usted el primero en dar el ejemplo. También mate a su familia (y luego a usted) para reducir la sobrepoblación y la huella ecológica de carbono que muestra su modo de vida en la Corte Británica.
Publica el London Times en página destacada, cuándo no, lo siguiente:
El Jefe Climático Lord Stern: Deje la carne para salvar al planeta
London Times, Octubre 27, 2009
Por Robin Pagnamenta, Editor de Energía
La gente tendrá que volverse vegetariana si es que mundo quiere conquistar al cambio climático, según una autoridad líder en el calentamiento global.
En una entrevista con el Times Lord Stern de Brentford dijo: “La carne es un uso dispendioso de agua y crea una gran cantidad de gases invernadero. Pone enorme presión en los recursos del mundo. Una dieta vegetariana es mejor.”
“Las emisiones directas de metano de vacas y cerdos es una significativa fuente de gases invernadero. El metano es 23 veces más potente que el dióxido de carbono como gas calentador.”
Hay personas malvadas
No puedo resistirlo; tengo que decirlo: Lord Stern es un mentiroso de los peores. Cuando no se dice toda la verdad, una verdad a medias es una mentira completa porque lleva implícita la maliciosa intención de engañar.
Es verdad que el metano es 23 veces más potente que el CO2 como gas de invernadero, es decir, su capacidad de retener y liberar energía es 23 veces más grande. Ahora, de aquí surgen dos comentarios necesarios:
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Que 23 veces más potencia de una capacidad ínfima de retener energía –como la que tiene el CO2- no es nada digno de tener en cuenta como algo alarmante, porque,
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La diferencia entre la concentración de CO2 y metano en la atmósfera es abismal. Sobre todo, la capacidad de cada uno para almacenar calor queda muy claro cuando se la compara con la del principal gas invernadero, el vapor de agua.
Mientras que el CO2 está presente en una concentración de 386 ppm (partes por millón) o el 0,038%, la concentración del metano es de 1,8 partes por millón, o el 0,00018%. En cuanto al vapor de agua, la concentración varía de acuerdo a la región del mundo y a la hora en que se mide, pero varía entre normalmente entre el 5 y el 100%, con una media de alrededor de 45%. Como dicen los abuelos, “No es tanto el calor. Lo que mata es la humedad.”
Todo esto lo TIENE que saber alguien que se erige en una autoridad en climatología. Lo sabe, y lo oculta porque si lo dice no podría asustar a nadie. Lo repito, su señoría Lord Stern es un MENTIROSO redomado -pero, ¿qué otra cosa se puede esperar de un político?. La desinformación planificada sigue adelante en el Times de Londres. (Qué bandidos!)
Lord Stern, el autor del influyente Revisión Stern 2006 de los costos de enfrentar al calentamiento global, dijo que un acuerdo exitoso en la conferencia del Cambio Climático en Copenhague en Diciembre llevaría a una elevación a las nubes de los costos de la carne y otros alimentos que generan grandes cantidades de gases invernadero.
De manera que, amigos míos, si en Copenhague se llega un acuerdo, despídanse de los asados de fin de semana, los salames y jamones, mortadelas, embutidos, guisos de carne y comiencen a pensar seriamente en el cambio a una dieta de sosos guisos de arroz con salsa de tomate, unas espinacas, acelgas, y zanahorias con papas hervidas, porque la carne de novillo, cerdo y cordero se habrá puesto finalmente fuera del alcance del bolsillo de cualquiera que no sea Al Gore o Lord Stern. Eso nomás nos faltaba! Parafraseando a Rubén Darío y sus golondrinas, “Esas golondrinas achuritas, esas no volverán!”
Lord Stern predijo que la actitud de la gente evolucionará hasta que comer carne se vuelva inaceptable. “Yo creo que es importante que la gente piense en lo está haciendo y ello incluye lo que están comiendo,” dijo. “Ahora yo tengo 61 años y las actitudes en relación a beber y manejar han cambiado radicalmente desde que yo era un estudiante. La gente cambia su noción de lo que es responsable. Ellos comenzarán a preguntar con más fre-cuencia acerca del contenido de carbono de su comida.”
Sí, seguro. La moda pasará tan rápidamente como pasó al olvido la cuenta de las calorías que las señoras gordas hacían para sus regímenes de adelgazar. Aunque lo más seguro es que sólo se preocuparán aquellos crédulos ingenuos que se han tragado el cuento del calentamiento global.
Lord Stern, un ex economista en jefe del Banco Mundial y ahora profesor I.G. Pattel de Economía en la Escuela de Economía de Londres, advirtió que los contribuyentes de impuestos necesitarán contribuir con unos 3.000 millones euros anuales en el 2015 para ayudar a los países pobres a enfrentar al inevitable impacto del cambio climático.
Es increíble la manera en que los políticos se lanzan a hacer caridad con los países pobres usando el dinero de los infelices pagadores de impuestos que jamás les han pedido que lo hagan! ¿Por qué no hace esa caridad con su propio dinero? Después de todo ellos tienen mucho más que nosotros! Tan sólo entre Al gore, David Rockefeller y George Soros pueden, usando el cambio chico de sus viajes, proveer de agua potable, alimento y educación a todos los países pobres del mundo.
Por otro lado, si lo que viene es un cambio climático hacia más calor, los países pobres resultarán más beneficiados que ahora. La historia nos muestra que siempre que el tiempo estuvo caluroso los países progresaron y se desarrollaron, la gente vivía mejor. No por nada el Imperio romano se desarrolló durante el Período Cálido Romano, y no por nada la increíble actividad comercial, cultural y artística del Renacimiento resultó una consecuencia directa del Período Cálido Medieval, precisamente cuando se dio la expansión de los Vikingos en el Hemisferio Norte. Y menos extraño resulta ver que los grandes sufrimientos de la humanidad surgió cada vez que la Tierra se enfrió como durante la Edad Oscura y la Pequeña Edad de Hielo.
Pero quizás Lorde Stern tenga razón con el asunto del inevitable impacto del cambio climático, porque el que está bien pronosticado para los próximos 30 a 90 años es el de un enfriamiento similar al ocurrido entre 1640 y 1850. En el siglo 19 el suizo Roidolf Wolf trató de comparar el conteo de manchas solares hecho por otros astrónomos en el pasado. Así creó una fórmula que se usa todavía, llamada “el Número Wolf de manchas solares” que combina información acerca de diferentes conteos de las manchas individuales y también en grupo, como además un factor de corrección para cada observador, y que el astrónomo finlandés Timo Niroma toma para hacer un análisis interesante de los ciclos desde 1610 hasta 2008 y su predic-ción de una nueva Pequeña Edad de Hielo a la que estaríamos ingresando desde alrededor de 2025. Se basa el análisis en la Ley de la Repetición de los Efectos Observados en relación a los Ciclos Solares. El gráfico de abajo corresponde al análisis de Nirmoa, y ustedes sabrán sacar sus propias conclusiones.
¿Necesitamos niñeras y vigilantes?
También envía Milord Stern “un claro mensaje al Presidente Obama de que debe concurrir en persona a la reunión en Copenhague,” quizás para poner un poco de orden entre todos esos niños díscolos que no quieren firmar un tratado que destruiría las economías de sus países. Dice Stern, “Se necesita desesperadamente el liderazgo de los Estados Unidos para asegurar un acuerdo.” Que penoso, ridículo (y revelador!) resulta esa apelación al liderazgo de los Estados Unidos, después de que la Unión Europea, liderada por Gran Bretaña, estuvieron pergeñando durante años al Tratado de Kioto como el mejor medio de destruir la economía del país al que ahora acuden implorando la salvación del planeta.
¡Qué patéticos son los políticos cuando ven que sus bolsillos se están por vaciar!
Por: Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC
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