Las constantes distorsiones y tergiversaciones conceptuales de las ONGs Ultraecologistas

Desde la creación del Club de Roma y la consolidación de sus genocidas objetivos de paralización total del crecimiento económico (que equivale a sumir en la miseria más abyecta a todo el mundo subdesarrollado, en el que enfatizan sus presiones de neto corte subliminal, con claras técnicas de “lavado de cerebros”); las ONGs de perfiles cerradamente ultraecologistas, han ido accionando “in crescendo”, con claros picos de actividades cuando determinadas iniciativas de gran importancia para el desarrollo socio económico entran en la fase de las concreciones.

Esas ONGs, sean las “nacionales” (considerando sus sedes y áreas de influencia, no sus sentimientos ni motivaciones, pues todas son claramente instrumentos de la globalización salvaje –al estilo de la preconada por el Consenso de Washington-); o las transnacionales como Greenpeace, WWF y otras; tienen algunas características básicas de acción.

• Basan sus comunicados, movilizaciones y acciones, en perfiles fuertemente emotivos, de altos impactos y con frases pegadizas, de altos poderes motivantes que ocultan sus carencias de bases científicas serias y documentadas.
• Hacen habitual uso de las “verdades a medias”, las que terminan siendo las peores mentiras, pues la fracción de realidad enmascara el embuste conceptual general.
• Apelan usualmente al indigenismo radicalizado, fomentando la segregación de las poblaciones autóctonas del resto de las comunidades de los países en los que se asientan. Con ello fomentan odios históricos de imposible solución, y favorecen los procesos de disgregación que amenazan a nuestros países.
• Exageran hasta el paroxismo más histérico los efectos de todo desplazamiento poblacional que sea consecuencia de diversas obras de infraestructura. Con ello buscan crear el estado asambleario permanente, antesala del anarquismo, el que a su vez conduce al atraso económico y a la disolución política de los Estados Nacionales.
• Sus objetivos más recurrentes de ataques son las usinas hidroeléctricas y nucleares. A ello suman la exageración acerca de las posibilidades reales de las usinas eólicas y solares, del hidrógeno y otras erróneamente llamadas “alternativas limpias de producción de energía”. Con todo ello terminan favoreciendo a las petroleras, carboníferas y gasíferas; que son precisamente las alternativas más contaminantes. Pero como trascendió que suelen operar de “espónsores” de esas ONGs transnacionales…pueden entenderse esas “casuales” omisiones. Por ejemplo, Greenpeace “no se dio por enterada” del derrame petrolero en Magdalena, Argentina, causado por un tanquero de Shell, la petrolera con la cual –según diversos testimonios- está vinculada.

Ahora las ONGs apelan a la metodología de “canje de prestigios” que no es nueva en el ámbito antinacional de Argentina; pues hace más de medio siglo atrás Jauretche describió ese accionar en las “Academias Nacionales”, como la Academia de la Historia y la Academia de Letras, todas ellas como constante afines al establishment vinculado a los intereses extranjeros.

Explicaba Don Arturo como algunos/as escritores/as menos que mediocres lograban espacios, premios y “reconocimiento”, no por su dotes literarias, sino por su adscripción al “pensamiento políticamente correcto” de degradación de los valores nacionales y ensalzamiento de lo antinacional y antipopular. Una vez lograda esa “chapa” prefabricada, se los solía convocar a formar parte de la Academia de Letras, nombramiento que aumentaba el “prestigio” del/a escritor/a convocado/a, y a la vez “daba lustre” (prestado) a la propia Academia por el “prestigio” del nuevo integrante de número.

Y describió casos de monseñores, escritores y similares, con “mucha chapa” pero sin ningún conocimientos descollante de Historia, convocados como miembros de número de la Academia de la Historia; operando de esa forma la “transferencia mutua” de “prestigios”.

Lo precedentemente descripto hace al caso, pues ahora es similar la metodología de las ONGs que con mucho bombo y pocos fundamentos científicos, pretenden oponerse a una obra fundamental para el desarrollo regional y nacional, como es la Hidroeléctrica de Garabí.

Vemos al pie de una rimbombante declaración, plagada de errores e inexactitudes, los consabidos “sellos de goma” de instituciones “ecologistas”, de “derechos humanos” y similares, y junto a ellos los nombres de un Premio Nobel de la Paz y de un escritor.

El Premio Nobel de la Paz fue concedido a diversas personas, entre ellas a un colaborador principalísimo del genocidio de Vietnam (Henry Kissinger), y a un político derrotado que “inventó” el apocalíptico informe –de dudosa sustentabilidad y muy discutido por muchos estudiosos del tema no comprometidos con el ultraecologismo- del IPCC (Al Gore). ¡Hasta un “genocida económico” como Milton Friedman (motor intelectual de la destrucción del Estado Benefactor y sostén académico del más deshumanizado neoliberalismo) fue galardonado con el Nobel de Economía!

¿Acaso ser Premio Nobel de la Paz o escritor los convierte automáticamente en expertos en la Ciencia Ambiental (no en el ecologismo de charlatanería), o expertos en energía y desarrollo socio económico?

No dejemos los misioneros y correntinos, ni todos los argentinos, que estas presiones “piqueteras intelectualoides” nos prepoteen para obligarnos a aceptar sus retrógradas y falaces consignas, tan afines al nefasto “crecimiento cero” propugnado por el Club de Roma.

Por: Carlos A. Ortiz
Ex Docente – Investigador = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de Producción y Ambiente
Cursante de la Maestría en Gestión de la Energía

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