La seguridad y la dirección. Un binomio estratégico
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- El 9 abril, 2007
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La seguridad industrial no consiste únicamente en tener dispositivos de seguridad, carteles, colores que anuncien el peligro, en el adistramiento de los trabajadores, en la palabra escrita que dicta las normas, en su más profundo sentido la seguridad es humanística; considera que el factor humano es el más importante de la empresa, invaluable, que desborda todo concepto de la cantidad y que, por tanto, es primero, fundamental.
Pero la seguridad entraña también una actitud de la dirección, así como no es posible elevar la productividad de una empresa en donde el gerente no tiene una clara actitud hacia el progreso – siempre hay un método mejor para hacer las cosas-, no habrá seguridad, si el director, el gerente o el empresario no práctica su filosofía humanística.
El hombre ante todo en la empresa, el hombre que necesita protección, esta seguro.
Una actitud directiva hacia la seguridad es insoslalayable, urgente para que cristalice en realidades.
La encarnación de la seguridad está en la organización, en la persecución de una finalidad “REDUCIR AL MÍNIMO LOS ACCIDENTES” , mediante una serie de procedimientos bien estudiados, diafanamente establecidos y comunicados a todo el personal.
La dirección en consecuencia, delegará autoridad y responsabilidad a sus subordinados – sin que personalmente deje de ser responsable -, para que la seguridad emanada desde la cúspide, sea como el angel guardián del personal de la fábrica.
LO QUE SE QUIERE DECIR, ES QUE SI NO HAY SEGURIDAD EN UNA EMPRESA, SI LOS ACCIDENTES OCURREN CON SUMA FRECUENCIA, SE DEBE A QUE EL DIRECTOR NO SE INTERESA REALMENTE PORQUE LA HAYA. SU BUENA FILOSOFÍA ES INOPERANTE, NO LA PROFESA Y LÓGICAMENTE, NO LA ENCARNA POR SUPUESTO.
Se puede afirmar que una Empresa carece de relaciones humanas, si desconoce los índices de frecuencia y de gravedad de los accidentes que ocurren dentro de su ámbito laboral. No está interesada -dicho fríamente- ni por la integridad corporal de sus trabajadores ni por su vida,pero aquí se ha tomado un nuevo punto.TODA ORGANIZACIÓN debe llevar una medición.
LA ESTADÍSTICA DE ACCIDENTES revelará los defectos y las cualidades de la organización y de la administración y permitirá también encontrar el por qué de las fallas en otros campos,tales como la programación de la producción,los costosa de producción y, en general la productividad de la empresa.
La frecuencia de los accidentes tiene una relación estrecha con el mando,es decir,los índices de frecuencia y gravedad denunciarán la falta de formación de los jefes y sin duda,el adiestramiento insuficiente de los trabajadores.
La seguridad puede iniciar el proceso de formación y adiestramiento.La seguridad que es,ante todo un espíritu-la letra mata,el espíritu vivifica-,aparecerá entonces clasificada para un juicio fundamentado,no en opiniones discutibles sino en la concreción insobornable de los hechos.Un departamento de personal idóneo podrá, en fín,a través de un Buen Plan de Seguridad,valorar las actitudes de los trabajadores hacia la empresa,sus comportamientos,sus avances o retrocesos y lo que podrá esperarse de ellos en el futuro.
Por último, la seguridad no es un lujo, es evidente que el mayor crimen económico que puede resultar del descuido, es la muerte de una persona, o que, al perder uno de sus miembros, constituya una carga social.
SER DIRECTOR ES SER PROMOTOR DEL BIÉN COMÚN, PROMOVER LA SEGURIDAD EN LA EMPRESA ES COADYUVAR AL BIEN DE TODOS.POR LO TANTO: SALVAGUARDAR LA INTEGRIDAD FÍSICA Y LA DE LOS ACTIVOS DE LA EMPRESA, ES BIENESTAR DE LA SEGURIDAD INDUSTRIAL.
Por Ing. Gustavo Barajas Pérez
Guadalajara, Jalisco México
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